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Ahoga un par de sapos mutantes

"Tonto Percesito, debiste huir cuando tenías la oportunidad".

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Percy Jackson, siempre había sabido que tenía una asquerosa suerte que lo condenaba la mayor parte del tiempo. Pero, jamás se le había ocurrido que podría llegar hasta estos extremos en donde su vida casi corría peligro, en una pequeña cabaña alrededor de un montón de cebos para pescar y con una muy mala iluminación.

Y luego recordó a Gabe y los diferentes escenarios en los que estuvo a punto de morir a manos de ese animal, y se dio cuenta que siempre estuvo propenso a sucumbir de una forma muy, muy humillante y violenta. Así que, no era la primera vez (este hecho tampoco lo reconfortaba). En este punto de la vida, pensarías que estaría muy acostumbrado a estas situaciones. Pero no, uno nunca está preparado para estás situaciones.

- Le repetí una y otra vez que se detuviera pero él no me hacía caso. - Decía Abby con voz estrangulada, sus falsas lágrimas habían arruinado todo su maquillaje y ahora ya no lucía tan bonita para Percy como hace unos minutos. - Entonces él muy enojado, me agarró y, y..., me arrancó la blusa y...

- Shhh, ya pasó, amiga. - Dijo Nancy, consolando a Abby, dándole palmaditas en la espalda y pequeños besos en su frente.- Ahora ya no podrá tocarte, todos vamos a protegerte de ese asqueroso hombre...

- De acuerdo, es suficiente. - Percy interrumpió a Nancy. Trató de controlar su respiración y alejar el temblor de su voz por la impotencia. - Abby, Dioses, no puedo creer que estés tratando de inculparme...

- ¡CÁLLATE YA, CÁLLATE! - Lo cortó a gritos, sollozando y temblando descontrolada. - ¡No me vuelvas a hablar en tu vida! ¡Esto me gano por ser buena persona! ¡Esto!

-¡Prácticamente fuiste tú la que estaba intentando violarme! - Exclamó Percy indignado sin poder contenerse. - Intentabas hacerme callar, metiéndome la lengua hasta mis orejas...

Pronto se arrepintió de sus palabras. Cuando todas las personas de la habitación excepto Dylan, empezaron a reírse con burla. Percy se dio cuenta de lo patético que había sonado al haber dicho eso. ¿Qué clase de hombre se quejaría por casi ser violado por una sensual chica? Definitivamente, no uno de la actualidad.

- Eres un cobarde. - Le contestó de vuelta Nancy. - Al menos deberías tener la decencia de admitir tus aberrantes pecados...

- Mira quién lo dice, Miss hipócrita de New York. - Escupió el azabache, derramando sarcasmo de sus palabras.

Dylan tosió para ocultar una carcajada, pasó la palma de sus labios para borrar su sonrisa y fingió ignorar la mirada acusadora que le dirigía Nancy. Mark estaba detrás suyo, sonriendo con mofa en silencio sin siquiera chistar. ¡Qué dijera algo! Percy les contaría a... todos... Pero, luego se le ocurrió, ¿quién le creería?

- Ella estaba tratando de convencerme para que no dijera nada... Sobre que ella, Nancy y Mark. Habían planeado grabar y violar a Miranda...

De nuevo las risas y silbidos lo interrumpieron de seguir hablando, Percy soltó un resoplido exhausto.

- ¿Y dónde está Miranda entonces? - Preguntó Trey, fingiendo que miraba cada rincón de la habitación con exagerada curiosidad. - ¿Se escondió dentro de esos barriles? Mark, ¿no habías dicho que tu novia se había largado hace varias horas?

- Lo hizo. - Contestó encogiéndose de hombros, luciendo como muy desinteresado. - Me despedí de ella hace horas. Estaba sana y salva, y más que contenta de recibir un beso mío.

- Al menos deberías aprender a mentir mejor, Jackson. - Se burló Finch Thompson, soltando una carcajada.

Percy pasó su lengua por encima de sus labios, en este momento, de verdad se le antojaba beber una coca cola. O tal vez una de esas pastillas somníferas para solo desmayarse y despertar debajo de un puente. Sabía que nadie le creería, pero igual él habló, indagando entre la multitud esperando encontrar a una persona que lo ayudara. Pero allí no había nadie, todos estaban susurrando y murmurando entre ellos contentos de que la fiesta acabaría con un chico muy golpeado. Esto sería el show principal que todos habían estado esperando.

Percy divisó a Abby sonriendo suavemente en su dirección. Las ventajas de ser mujer, pensó Percy con desgana. Solo debías gritar violación y echar un par de lágrimas, para que una horda de supuestos "defensores" vengan a arrancarte la cabeza. El ser humano estaba demasiado acostumbrado a ver a la mujer como víctima. Algunas ya se estaban aprovechando... Un poquito.

Tal vez era un tipo de venganza porque los hombres no sufrían la menstruación como las mujeres. Hay demasiado odio en sus corazones por está razón. Sí, eso tenía más sentido para Percy que esto. Las feminazis harían cadenas de oraciones para la Diosa Abby.

- Bueno, bueno, ésta conversación se está poniendo demasiado tediosa. - Cortó Fray acercándose a Percy, sus ojos brillaban maliciosos y sedientos de venganza. Percy supo que aprovecharía este momento con gran gozo.- Ven pequeña alimaña, te daré un buen baño de agua fría para que esa cosita deprimente en tus pantalones se baje...

La mano de Fray se extendió hacia adelante en su dirección. Percy trató de retroceder lo más que podía, pero la pared detrás suyo era un terrible obstáculo para que pudiera huir. Distraidamente, deseo ser capaz de fundirse con la pared y ser parte de ella, deseo que al menos fuera bueno luchando. Ojalá sus puños fueran más fuertes, ojalá sus patadas fueran más peligrosas... Con uno sería difícil, con tres Thompson sería imposible. Estaba perdido.

El terror se reflejó en sus ojos marítimos, tieso, esperó a que la mano lo alcanzará mientras se imaginaba los peores escenarios en su mente. En eso, sin previo aviso, Dylan se interpone entre la mano de su hermano y Percy. Se para en medio de ellos dos apartando su mano de un empujón y ganándose un gruñido, mitad contrariado y mitad estupefacto por parte de Fray.

Para gran sorpresa de todos los presentes de la habitación y del azabache, Dylan mira a su hermano con una gran determinación en sus ojos castaños. Al parecer, a Dylan también le encantaba jugar con el peligro inminente.

- Espera, siempre hay que escuchar las dos versiones de la historia. ¿Por qué primero no escuchamos lo que tiene que decir? - Inquirió el castaño, mostrándose calmado y simpático, luciendo al mismo tiempo, una sonrisa condescendiente. - Admito que no conozco del todo a Jackson pero, sí, conozco a Abigail Chensen.

- ¿Qué estás tratando de insinuar? - Exigió la susodicha, frunciéndole el ceño levemente. - ¿Me estás llamando mentirosa? ¿Es eso? ¡Dímelo en la cara, patán!

- Qué alguien ya calle a esa mujer parlanchina. - Azotó furioso Fray en su dirección, la mandíbula de Abby cayó con sorpresa e indignación, pero a pesar de eso, cerró su boca y se quedó en silencio.

- Hace dos meses atrás, yo salía con Abby... - Continuó Dylan, haciendo caso omiso de la joven. - luego de disfrutar todo lo que podía darme, y ya sin nada más que ofrecerme... La mandé al diablo y me despedí. Entonces ella me amenazó que iba a suicidarse, o decirle a la policía que yo le había violado y toda esa misma historia...

- ¡¿CÓMO TE ATREVES A ENSUCIAR MI NOMBRE?! - Chilló Abby con ira de un sopetón, zarandeo el fuerte agarre de Nancy que tenía en su brazo pero aún así no la soltó. - RETIRA LO QUE HAS DICHO. ¡RETÍRALO!

Dylan le lanzó una mirada burlona a Abby, y no ocultó la diversión que toda su reacción le causaba, mientras que Fray escrutaba su rostro intensamente, intrigado por las acciones de su hermano. Percy no podía hacer nada más que estudiar su espalda y contar distraídamente mientras lo oía, cuantos cuadros tenía su camisa.

- ¿Te das cuenta hermano? - Le preguntó Dylan con demasiado entusiasmo, esta vez a Finch detrás de Fray. - Es su típico modus operandi. Yo digo que él no ha hecho nada, confío en lo que ha dicho. Abby se encapricho porque no se bajó los pantalones para ella y entonces ¡Bam! Berrinche de niña esquizofrenica.

Percy fijó su mirada en la cabeza castaña del hermano menor, ¿cómo es que estaba ayudándolo? ¿Por qué lo hacía? ¿Enfrentarse a sus hermanos por él? Es que había perdido la cordura... Máximo habían compartido indirectas y bromas hace dos horas pero eso no lo convertían automáticamente en amigos.

- Hermano... - Empezó Dylan, con un gesto de la mano. Pero no pudo terminar lo que diría, porque su tiempo de parlotear había acabado.

- Quítate. - Le ordenó Fray, indicándole con un gesto vago con la cabeza. - Ahora. Fuera de mi camino.

Percy tragó saliva de forma sonora, cerró sus ojos brevemente aceptando su destino. Agradeció internamente el intento fallido de Dylan en salvarlo, pero sus hermanos tenían más razones para golpearlo que solo ésta. No iban a retroceder.

- ¡Vamos chicos! - Exclamó Dylan sonriente, sin embargo, la inseguridad ya se ha impregnado en sus ojos esta vez. Ligeramente, sus cejas se arrugan por la antelación. - No hagan esto... Hemos venido aquí para divertirnos.

- Sal del camino, enano. - Amenazó el segundo hermano con hostilidad.

Dylan apretó su mandíbula con testarudez, entrecerró sus ojos con cautela pero no se movió ningún paso. En su mirada, Percy observó confundido, como aparecía una expresión protectora. Como si sus pies se hubieran atornillado en las tablas y prometía no moverse ni un mísero centímetro.

- No. - Sentenció, formando puños a sus costados y parándose rígido. - Él es mi amigo, confío en él. No hizo nada.

- LAS EVIDENCIAS SON MÁS QUE OBVIAS. - Vocifero Trey explotando por la impaciencia.

- Es por esto, por tu falta de deducción en las cosas más simples. Casi absurdas que... - Dylan sonrió irónico. - por lo que padre confía más en mí, que en ustedes tres juntos.

Aquellas palabras fueron como mechas cayendo en un bote de combustible. Fray Thompson se adelantó tan velozmente hacia adelante, que Dylan jamás hubiera podido haberlo prevenido. Además, el tamaño también era una considerable desventaja para el menor. Él era mucho más delgado que los trillizos y centímetros más bajo como Percy.

Cuatro segundos, ese es el tiempo exacto que le tomó al "sapo retrasado" acabar con su hermano. Fray le dio una patada en las costillas tan fuerte, que Dylan salió disparado hacia atrás, trastrabillando imparable, hasta chocar contra un barril lleno de cebos. El chico cayó al suelo penosamente, con sus manos sujetando su estómago y soltando arcadas. Como si fuera poco, todo el cebo que contenía el barril se cayó sobre él, causando las risas grotescas y burlonas del público al instante.

- Quédate en el suelo un rato, sucio traidor. - Escupió Fray con desdén, para acto seguido, darle otra patada en las costillas que lo sacudió violentamente. - ¿Quién te crees para darme órdenes, eh? Ridículo.

Percy jadeo por la sorpresa, todo había sido tan repentino que si hubiera pestañeado no lo habría visto. Corrió hasta Dylan para ayudarle a incorporarse, pero apenas y había llegado a rozar su brazo, cuando sintió de repente como sus pies dejaban de tocar suelo, y su cabeza se inclinaba hacia un lado del piso. ¡Alguien lo había alzado! Pero luego vio más de dos brazos y supo que eran más de uno.

Trey había agarrado sus piernas, y Finch pasó sus brazos por debajo de sus axilas para levantarlo como a un moribundo. Cuando Percy empezó a patalear con desenfreno y furia. Mark se unió a ellos para sujetarle una pierna, mientras que Finch aferraba la otra y mantenerlo controlado.

- ¡Acaben con él! Quiero que lo destruyan. - Azotó la voz de Abby, al mismo tiempo que un relámpago cruzaba el cielo y hacia vibrar las tablas. - ¡Quiero que pague dolorosamente, por atreverse a humillarme de esta forma!

- ¡Abby, deja de mentir! ¡Lo que haces no tiene sentido! - Lanzó Percy desesperado, abriendo los ojos como platos por la incredulidad de todo esto. - ¿De verdad harás esto? ¿Acaso no tienes vergüenza? ¿Qué sucede contigo?

- No me hables...

- Abby, ¿todo lo que me dijiste en la casa y en el jardín? Cada una de tus palabras...- Interrogó Percy, utilizando una extraña voz calmada. - ¿Ha sido una mentira? Estabas jugando conmigo desde un principio, ¿no? Te estabas divirtiendo mucho, ilusionando a un estúpido perdedor como yo... debió ser muy divertido verme todo idiota babeando por ti...

- Ya deja de atacarla. - Le recriminó Nancy, tirando a Abby consigo para llevarla fuera de la habitación. - ¿No has tenido suficiente de lastimarla?

- ¿Cómo pueden ser ustedes...? - Preguntó Percy, sinceramente confundido y dolido. - ¿Personas tan despreciables? - Sus ojos verdes contuvieran una ola furiosa, suspendidos ante el asombro. - Qué Dios, Alá, Buda o quién sea que controle este mundo... Me libre de personas tan asquerosas como ustedes.

Percy había tirado la bomba de lleno en sus caras. Con toda la honestidad y crueldad que había acumulado en tantos años. No le importó en lo más mínimo que esto podría empeorar las cosas, ya estaba metido hasta más allá que el cuello en el foso del tártaro... Lo único que había hecho, era aceptar su destino y soltarse de la cornisa que lo salvaba de sufrir la irremediable colisión.

Mientras él era transportado como otro barril viejo lleno de cebos, los ojos de Percy se encontraron con los de Dylan en un efímero momento en que todo se detuvo a su alrededor. Dos desgraciados, contemplándose el uno al otro antes de la calamidad. Enviándose con la mirada, un poco de solidaridad y compasión por lo que sufriría el otro.

Lo último que Percy vio, antes de perderse entre la multitud. Fue un pequeño guiño de aliento por parte de Dylan, y sus manos y pies preparándose para incorporarse y enfrentarse al monstruo.

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Sonrió con una gran ironía, cuando se le ocurrió que debería ya estar más que acostumbrado con los repentinos arrebatos de furia de sus hermanos. Debería, pero aún así, a veces los golpes eran tan fuertes, como éste, que debía sentarse un momento en el suelo para volver a colocar sus intestinos en su lugar.

Respirar como normalidad era lo difícil, pero intentaba ocultarlo lo más que podía para no darle esa satisfacción.

Observó que su hermano Fray y él se habían quedado solos, los gritos y vítores se oían cada vez más lejos de la cabaña, y apostaba que llevaban al desafortunado percesito al lago para hacerle una "inofensiva" travesura. Esa Zorra de Abby, se había salido con la suya esta vez. ¡Como se arrepentía de no haberle advertido a Percy de ella!

Dylan no pudo maldecir internamente mucho tiempo más. Fray lo agarró bruscamente del cuello de su camisa para elevarlo hasta su rostro de sapo mutado, y tratar de intimidarle. El menor ni se inmutó, solo se quedó mirando como Fray contenía una mueca, por el mal olor del cebo que se había impregnado en su ropa.

- Debería también aprovechar este momento a solas, además estamos tan lejos de casa... - Sopeso la idea en voz alta para que le escuchara y se llenara de terror. No obstante, de este juego psicológico, Dylan sí que estaba más que acostumbrado. - Estamos muy lejos de todos, podría arrancarte uno o dos brazos ahora mismo.

La sonrisa que le mostró Dylan en respuesta, se podría comparar a la sonrisa de un zorro que está a punto de hacer de sus mañas. Un pequeño diablillo muy confiado y astuto le contestó a su hermano mayor.

- Hazlo. - incitó con voz escandilada, soltando inmediatamente una risita maliciosa. - Y le diré a padre lo que hiciste.

- No podrás decirle si también te corto la lengua...

- Entonces usaré mis piernas para apuntarte

- Te cortaré las piernas también...

- Mis ojos se clavaran fijamente en los tuyos y gritaran claramente que eres el culpable.  - Susurró con deleite. - y si me sacas los ojos, utilizaré mis oídos para que cada que oiga tu voz. Empiece a gritar sonidos ininteligibles hasta que alguien bien espabilado me entienda...

Fray había quedado totalmente callado, sin palabras, ni fundamentos. Nada más poseía, excepto una mirada cargada de desprecio fabricada especialmente para su medio hermano. Sabía que él tenía razón, y eso ponía más furioso a Fray, irremediablemente, no tenía de otra que dejarlo en paz una vez más, al menos por ahora. El castaño era demasiado audaz y sagaz en todo momento.

- Una sola palabra, Fray. - Recalcó, agarrando súbitamente la mano del mayor, y apartándola con un tirón de su cuello. - Y padre se olvidará inmediatamente que también eres su hijo, y no hace falta que te diga, lo que él hace con los traidores, ¿no?

Dos hermanos jugando a intimidar y amenazar al otro como si se pasarán haciendo esto por años. El odio que se sienten el uno por el otro, va más allá de lo normal entre hermanos. Dylan ya había perdido todo el respeto hacia los trillizos desde los diez años, la gota que colmó el vaso había sido cuando Fray asfixió a su gato en la piscina de la casa de Campo. Dejando al pobre animal sobre su cama al día siguiente, para que lo encontrará al despertar.

Aún le guardaba rencor por aquello, aún quería vengarse por ello, y siempre lo hacía apenas encontraba la más mínima oportunidad. Y luego estaba Mike, el mayor de todos, y el mayor afectado por un severo caso de imbecilidad. Ninguno de ellos lo quería por ser hijo de una amante, y a ninguno de ellos Dylan quería, por odiarlo desde que tuvo memoria. Estaban iguales. Y no sentía culpa.

- No serás por mucho tiempo más el favorito de papi, bastardo. - Amenazó Fray, dándose la vuelta y dirigiéndose hacia la salida. - Y cuando llegué ese día, lamentarás no haber huido de la casa antes.

Dylan extendió sus manos y se apuntó así mismo con un semblante narcisista. Echando una carcajada desafiante y descarada. ¡Qué gallardo se veía mostrándose todo presuntuoso! Una clase de hijo de un Dios orgulloso.

- Su mejor peleador, su mejor estratega y su hijo más guapo de los cinco. ¿Qué clase de pacto sobrenatural piensas intentar para superar todo esto, Fray?

-No te tardes en seguirme. – Dijo Fray, ignorando su pregunta. Sonriendo levemente y dándole un pequeño golpe a la puerta al pasar por debajo del marco. – Querrás ver lo que le haremos a tu nuevo amigo.

Cuando finalmente su hermano mayor se marchó... Dylan soltó una larga y pesada exhalación por la boca, recostándose contra la pared detrás de él para recuperar algo de aliento. Sí que le había pegado duro, sus costillas aún palpitaban de un intenso dolor, pero al menos había podido contenerlo bien para no demostrarlo.

Golpeó su cabeza dos veces contra la pared. Gruñó con frustración. Y pateó el barril que se le había caído encima. Estúpido Perseo Jackson, pero más estúpido él por intentar defenderlo. Sabiendo perfectamente que sus hermanos jamás, de los jamases, escucharía a alguien. Mucho menos a él. Simplemente había cavado el foso donde su cadáver caería pronto.

¿Por qué había decidido abruptamente ser todo un héroe sin capa dorada? Que idiota, se regañaba así mismo. Y se dio una cachetada en la cara, remarcando lo que pensaba. ¿Pero ahora, qué? ¿Debería sólo largarse y desear lo mejor al Percesito?

Entonces se acordó de alguien, uno mejor con los puños y los pies, y probablemente con la cabeza también. Luke, él podría hacer más que él. Iba a acabar con todos esos idiotas apenas los viera llevándose a su pequeño cachorro, y Dylan necesitaba verlo. Sus pies no dudaron cuando las utilizó, y antes de darse cuenta, ya estaba corriendo fuera de la cabaña en dirección de la Multitud que se había congregado en un solo lugar.

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En los últimos días, aunque Dylan jamás lo reconocería en voz alta. Había empezado a sentir una clase de admiración y respeto hacia Luke Castellan en silencio. Es decir, ¿quién no querría ser como él?

Cabello rubio, labios delgados y remilgados. Cuerpo atlético y alto. Una mirada de cielo despejado y una increíble cicatriz que surcaba desde su ceja izquierda hasta su pómulo. Cuya cicatriz le daba un excelente aspecto de chico rudo, capaz de saltar de un acantilado de varios metros para impactar el suelo boca arriba, y más tarde levantarse como si nada hubiera pasado, mientras se quita el polvo y algo de sangre de sus ropas.

El castaño veía a Luke capaz de todo eso y hacia que sintiera una extraña emoción que desde hace mucho tiempo había dejado de sentir, incluso habiendo sus cosas favoritas. Pero ahora, todo lo que sentía Dylan era una gran sensación de estafa y desilusión. Se sentía como una novia desengañada que acaba de descubrir un embuste. ¿La razón? ¡Pues porque no estaba haciendo absolutamente nada el hijo de perra!

- ¿Por qué carajos no estás ayudándolo? - Demandó Dylan en tono impetuoso. - Están tratando de ahogarlo y, ¿tú solamente vas a quedarte aquí parado como idiota mirando como lo hacen?

No contestó, Dylan se quedó allí parado momentáneamente esperando por una respuesta. Esperó y esperó, pero el rubio simplemente observaba el paisaje delante suyo con una extraña expresión de anticipación. Él no lo entendía, por más que intentaba buscarle explicación, no la encontraba.

Solo le envío una mirada colérica más, y entonces echó a correr. Sin embargo, apenas Dylan había dado dos pasos, Luke lo cogió del brazo y lo detuvo en su lugar causando que casi se cayera el castaño al suelo por segunda vez en el día. Trató de zafarse, pero el agarre era tan fuerte como su penetrante mirada que fijaba en Dylan.

- Suéltame, imbécil. - Escupió Dylan, pero solo se ganó un apretón más fuerte. – No me hagas golpearte...

- Solo observa.

-¿De qué estás hablando? – Preguntó intrigado, bufando frustrado. - ¿Quieres que observé como lo ahogan es eso? ¿Siempre has sido así de loco?

-Tú no lo conoces. – Luke se burló de él, liberó su brazo pero esta vez, en vez de ignorarlo, mantuvo sus ojos sobre él para vigilarlo. – No pudieron haber elegido un mejor lugar para Percy, y un peor lugar para ellos. El error de los más fuertes, siempre es subestimar el talento oculto de los más débiles, aquel que los Dioses regalan para que ellos puedan defenderse... Y eso lo entenderás en un momento.

-¿De qué estás hablando? – Inquirió Dylan, girándose para también observar como el resto, el supuesto espectáculo. - Como odio a los tipos como tú, ¿sabes?  Los que hablan en parábolas y no van al grano.

-El agua es como si fuera parte de él... - Murmuró Luke suavemente, sus ojos dulcificándose al hablar de su estimado amigo. – Necesita hacer esto, lo hará fuerte... más de lo que ya lo es.

- Espero que no te estés equivocando...

- Ya lo he visto una vez, las personas como Percy. Solo muestran su valor en los momentos más desafortunados para llenar de asombro al resto. - Comentó tranquilamente, para luego darse la vuelta y dirigirse en la dirección donde estaba la cabaña.

- ¿A dónde vas? - Exigió Dylan, viéndolo irse con largas zancadas. - ¡Hey! 

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- ¡Enhorabuena gamberro! - Lo felicita Gabe al secar finalmente su cabeza fuera del balde de agua. Los pulmones de Percy arden, pero no tose ni llora como antes. - Estás mejorando con eso de aguantar la respiración cada vez más.

- ¡Ya basta! ¡Ya basta! - Su madre suplicaba, pero eran gritos que hacían eco en el vacío que era el cerebro de Gabe.

- Me agradecerás por esto algún día. - Le dijo cerca del oído, acariciando su espalda con falso afecto. - Ahora, sigamos practicando.

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Los recuerdos siempre aparecían en el peor momento. Como si no fuera suficiente la realidad, su cabeza también colaboraba con su situación para hacer de esto; "Una catástrofe perfecta".

Por un solo momento, Percy dejó de luchar. Se rindió. Solamente dejó de mover los brazos y las piernas frenéticamente dentro del agua, y se quedó allí flotando en la helada oscuridad, sintiendo como el agua lo abrazaba con ternura, hasta que finalmente la frialdad se acabó, y su cuerpo se adaptó a la temperatura del lago como si fuese parte de ésta.

Las dos manos que sostenían su pelo y lo mantenían dentro del lago, ni siquiera se inmutaron cuando él dejó de luchar. Por un segundo, todo se calmó alrededor de él y ahora que el agua había dejado de agitarse por su culpa, pudo ver la superficie y abajo el fondo oscuro que sus pies tocaban fácilmente. No es que viera mucho, todo era semioscuridad gracias a los faroles del patio. Finch jaló de su pelo y su remera y lo sacó a la superficie.

- Me gusta esto. - Le dijo honesto, mirándolo con apreciación. - Tienes buen aguante dentro del agua. Eres increíble, te lo concedo.

- Deja de halagar al bastardo y mételo de nuevo. - Ordenó Fray flotando despreocupadamente en el agua a su costado. - O lo llevamos al patio y probamos que pasa si mezclamos cocaína y opio, con un poco de cerveza.

- No jodas, eso lo matará. - Añadió Trey fingiendo preocupación, pues sonreía de oreja a oreja con la preposición.

- Será divertido verlo convulsionar. - Comentó Fray de vuelta. La respuesta de Finch se resumió, metiéndole dentro del agua nuevamente.

Luego escuchó los gritos, y tal vez unos cuantos murmullos asustados o emocionados, aunque no podía asegurarlo con el agua alrededor de sus orejas. Así que, ¿así es como acabaría todo supuestamente? No, matarlo les causaría muchos problemas a los Thompson, pero humillarlo obviamente era lo que conseguirían. A ellos les encantaba esto.

El agua estaba exquisita, tenía que reconocérselo luego a Abigail... Abby, nunca olvidaría la diversión en sus mientras mentía sin pestañear. Sonriendo con gozo a la par que aplaudía con el resto para motivar a los Thompson y lo ahogaran en el agua... ¿Se saldría con la suya? Y entonces lo sintió, apartando el hecho de que sus pulmones estaban suplicando por conseguir aire de nuevo, lo sintió.

Fue como si el mismo lago se hubiera apiadado de él y dijera: ¡Demuéstrales que ganan al intentar controlarte! ¡Qué conozcan el poder que nosotros brindamos! O, ¿tal vez era solo él empezando a alucinar? No lo sabía, pero repentinamente su cuerpo se renovó lleno de energía. Sus pensamientos se aclararon, y sus heridas dejaron de dolerle de inmediato, como si el agua del lago lo hubiera sanado con suma delicadeza cada centímetro de su cuerpo.

Su madre siempre le había dicho que había nacido para pertenecer al mar que sus ojos heredaron.

Un Thompson sosteniendo su cabeza, otro enfrente suyo, el tercero a pocos metros a la izquierda, pero más alejado a fin de cuentas. Soltó una burbuja, y finalmente, Percy se decidió a pelear. El azabache se aferró a las manos que le sujetaban la cabeza y lo uso como soporte, dejó flotar sus piernas hacia arriba para luego tomar impulso, y darle una patada en el estómago de Trey. Con las suelas de sus zapatos para brindarle más daño.

- Q-qué demonios... ugh

El tipo se agarró el estómago con sorpresa, pero Percy no le dio tiempo a recuperarse. Volvió a darle dos patadas en su estómago y su pecho. Estaría adolorido un rato allí. Finch se zafó del agarre de Percy con un estirón, y por efecto, dejó de cogerle del cabello. Genial, Percy pensó, ahora los otros dos.

- ¡No lo sueltes idiota! - Escuchó el reclamo airado de Fray a su hermano. - ¡Agárralo! Lo llevamos al jardín...

Resultaba muy fácil para Percy moverse en el agua, era como si cada partícula lo empujase o lo apoyase con alegría por colaborar con él. Los pies de Percy tocaron de nuevo el suelo, viró hacia la izquierda, entonces, Percy cogió la camiseta de Fray con sus dos manos, y lo jaló dentro del lago para zambullirlo, con un fuerte estirón.

Lo último que Fray pudo ver en la semioscuridad mientras montones de litros se filtraban hasta sus pulmones, fue el puño cerrado de Percy dirigirse a su cara a toda velocidad, como la arremetida de un pez espada en la inmensidad del mar.

●●●●

Correr detrás de Nico di Angelo como un chico persiguiendo una pelota. Era lo último que Will Solace se había imaginado hacer en la fiesta de Drew.

No habían tenido que buscar mucho ni preguntar cual era el espectáculo, porque apenas llegaron (la multitud dándole un espacio exclusivo a Nico) ambos observaron -mitad sorprendidos y mitad esperándolo- a Finch hundiendo a Percy dentro del agua.

- Achidenti Ma mi prendi per i fondelli? - Will no tenía idea de que había dicho, pero aún así se veía muy sexy maldiciendo en italiano. - ¿Dónde está esa psicópata?

[Traducción. 1-Coño "ligero
2- "¿me tomas el pelo?"
Comenta una naranja si ya los extrañabas 7.7]

- ¿Quién? - Preguntó confundido.

- Tanaka - Aclaró sonando impaciente. - ¿la ves? -

Ni siquiera había podido empezar a buscarla, ya que la susodicha descubrió su localización al soltar un chillido emocionado y unas palmadas que mostraban su entusiasmo. Drew Tanaka estaba sentada en un sillón de jardín rosa. Una copa de vino descansaba sobre una mesa a su lado, y tenía a una de sus amigas peinando su pelo.

- Allí es... - Inició Will apuntando, pero Nico ya la había visto y cruzaba el patio rápidamente en su dirección, con Will siguiéndole los talones.

- ¡¿Qué demonios significa esto?! - Siseo Nico di Angelo, llegando hasta ella para atenazar su delgado brazo con brío y hacer que le encarara. Sus amigas se alejaron del lugar inmediatamente, intimidados por el aire amenazador del italiano. - ¿Cómo te atreves a tocar a un miembro de mi familia? Teniendo en cuenta los sucios servicios que te brindan los hombres de mi padre...

En contestación, Drew Tanaka solo se rio en su cara con diversión. Con un fuerte zarandeo, se deshizo de su agarre para luego incorporarse de su asiento. Miró al Di Angelo sin mostrar atisbo de miedo, posando una mano en su cintura y ladeando el rostro para fijarse fugazmente en Will, quien permanecía en la retaguardia.

- ¿Acaso ves que estoy haciendo algo? - Preguntó sarcásticamente la asiática. - ¿Ves que estoy lanzando órdenes o algo por el estilo? No, los Thompson se están encargando de él como siempre y no estabas para defenderlo.

- Diles que pare, Drew. - Ordenó Nico, sus ojos poniéndose duros y crueles como un pozo sin fondo. - No querrás que yo vaya hasta ellos para detenerlos...

El público gritó asombrado repentinamente, callando lo que fuera que estaba a punto de decir el azabache. Ambos, el italiano y la asiática viraron sus rostro perplejos en dirección al lago para ver que ocurría.

- Asombroso... - Susurró Will, sonriendo lentamente con sorpresa.

¿Qué Percy necesitaba a alguien que lo salvé? Error. Los Thompson necesitaban a alguien que los salvé de ese tiburón atacando en sus anchas. Will Solace al igual que un montón de sus compañeros, quedaron mudos admirando el nuevo y extraño espectáculo enfrente de ellos. Luego de que Percy golpeara a Trey y hundiera a Finch, salió a la superficie para encargarse del último Thompson.

- Esto me ahorra muchos problemas. - Murmuró Nico, bufando y luciendo una pequeña sonrisa. - Gracias primo.

Will se quedó mirando desconcertado a Nico por sus palabras. Pero aunque le preguntara, adivinaba que no le diría.

El azabache de ojos mar, viendo que Fray se dirigía torpememente en su dirección nadando, golpeó el agua enviándole una salpicadura para cegarlo de forma momentánea. Lo mismo hizo con Finch de nuevo, era asombroso. Su mano golpeando el agua de forma perfecta, creando un hermoso arco para ir directo en sus caras. De tal forma, que parecía que Percy pudiera controlar el agua.

El agua se movía y respondía con los movimientos de sus manos golpeando la superficie. Luego de aturdir al resto con un montón de agua dentro de sus orejas, ojos y boca. Percy volvió a hundirse para nadar a una increíble velocidad hasta el muelle.

Nadie se metió en su camino cuando dejó de nadar para solo caminar hasta la orilla. Pues sus ojos brillaban con una extraña ferocidad y valentía que encantaba a otros. Toda su ropa le colgaba pesada, y a Will le sorprendía que apenas tiritara con el viento soplando y él mojado. Lo único que hizo fue apoyar sus manos sobre sus rodillas para recuperar el aliento.

-¡Perseo amigo! - Gritó Mark sonriente, acercándose a él confiado como buenos amigos. Will frunció el ceño, porque no recordaba a ese tipo en el círculo social del azabache. - La forma en que acabaste con esos estúpidos, ¡Eres grande...!

Percy corrió hacia él y lo tacleo al suelo. Dándole el primer puñetazo en la cara. Todo el público soltó un grito sorprendido y empezaron a silbar confundidos pero alentando lo que sea que pasaba. Percy apartaba las manos de Mark que intentaban empujar su cara y arañarlo, pero Percy volvía a apartarlo y darle otro golpe.

Y otro golpe, y otro, y otro acompañado de un crujido de su nariz. Como si se hubiera quebrado. Probablemente había pasado eso. Drew Tanaka corrió hacia ellos repentinamente alarmado por el chico, gritando que se detuvieran.

Nico soltó un bufido ocultando su risa, Will lo reprendió con la mirada.

- Deberíamos detenerlo...

- No, ¿qué dices? - Refuto Nico confundido. - Esto es a lo que llamo diversión.

- Espera, espera. - Travis sujetó a Drew de su cintura para detenerla. - Deja que se descargue un poco sobre Mark, lo necesita.

- Además a nadie le cae bien, Mark. - Rezonga su hermano con placer en sus ojos observando y disfrutando de cada golpe que recibía.

Aquello no agradó mucho mucho a la asiática.

- Suéltame, no me toques. - Empujó a Travis. Mientras tanto, otros chicos que parecían ser amigos de Mark, se acercaron para jalar a Percy lejos del chico ya molido a golpes. Antes de que lo alejaran completamente de Mark, Percy logró insertarle otra patada en los huevos, ganándose un aullido doloroso.

- Perseo Jackson, te pido que te retires de mi casa ahora mismo. - Demandó Drew furiosa, y dando una patada al suelo para tirarle arena. Percy apenas se inmutó de ella. - Has arruinado mi fiesta. Por esto no invitamos a los sucios y vulgares como tú...

- Con gusto me iré de este lugar. - Respondió Percy burlón. - Ah, y aprovechó también para pedirte amablemente, que nunca me vuelvas a invitar en tus ridículas fiestas de puti-club

- Uhhhhh... - Coreo el público, para luego romper en risas. - Te pusieron en tu lugar Drew.

-¡Yo no te invité! - Vocifero Drew iracunda, cerrando y abriendo la boca por la indignación. Se veía muy, muy enojada.

- Aquí viene... - Le susurró Nico a Will, apuntando con el mentón de Drew. - Mira esto.

- ¿CÓMO TE ATREVES A HABLARME DE ESA FORMA A MÍ? ¿ACASO NO SABES QUIÉN SOY? TÚ NO ERES MÁS QUE UN SUCIO PERRO QUE DEBERÍA ESTAR LAMIENDO MIS PIES...

Parecía estar entrando en una crisis de psicosis. Percy solo sabía, que ya no se veía tan bonita toda roja y con las venas de su frente resaltando.

- TE DOY LA BIENVENIDA EN MI CASA Y ME ESCUPES EN LA CARA CON INGRATITUD. FUERA DE MI VISTA. AHORA. - Gritó, fuera de sí. - AHORA, AHORA. FUERA. FUERAAAHHHHH

Drew Tanaka dejó salir un chillido de estupefacto, cuando el contenido de un balde se derrama encima suyo completamente. El contenido de ese balde, resulta ser un montón de cebos para pescar. Cayendo en su pelo, en su boca, y en su escote. Un montón de bichos moviéndose sobre su cuerpo.

Todo el público ahogó una exclamación.

- Ah... ah... - La asiática exhala e inhala con fuerza. ¿Q-quién...? - Se dio la vuelta temblando incontrolablemente.

Luke Castellan le dio un coqueto guiño cuando lo vio, sujetaba con las dos manos un balde vacío y sonreía despreocupadamente frente a ella. Se rasco un lado de su mejilla con timidez.

- Ups. - Soltó como muy sorprendido de sí mismo. - Solo quería ir a alimentar un poco a los peces y me tropecé. ¡Lo siento tanto!

Drew estaba patidifusa. Percy carraspeo una carcajada que amenazaba con salir

- Eso se ve asqueroso. - Le susurró Luke, usando un tono cómplice y tapando sus labios con una mano. - Deberías irte a cambiar, esto se esta poniendo vergonzoso.

Entonces todo el público rompió en risas.

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Lo prometido es  deuda, -SassyQueen- y thailyyss espero que haya válido la espera.

Sean sinceros ¿que les pareció el capítulo?

Alguna vez han leído una historia que les encantó tanto que, tuvieron que saltar y gritar o reír por toda la habitación de sus casas? Sí, es así con cuales historias?  Yo? Con la nueva historia de RLkinn "Apocalipsy" DIOOOOS, tenía que contarles. Es mi nueva historia favorita ¡NO PUEDO DEJAR DE PENSAR EN ELLA! LA AMOOO *tira un vaso contra la pared de la emoción*

En serio chicos, vayan a leerla si aún no lo han hecho pprque no saben lo que se están perdiendo. Esa historia tiene un no sé qué que me ha enganchado, y eso es algo muy difícil en mi caso.

Preguntas

- ¿Cuál fue su frase favorita?

- ¿Drew es una perra o una Zorra?

- ¿Dylan es solo sexy o es adorablemente sexy?

Los amos mis lectores, desde el fondo de mi estómago lleno de gusanos. 🐛🐛 Gracias por los 52 votos hasta ahora en el capítulo anterior!!!!

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