- 10 -
Un día para nuestra graduación oficial y elegir facción. Todos nos reunimos en el patio para escuchar a Shadis y sus noticias importantes.
Bla, bla, bla.
— Ahora anunciaré a los diez mejores... — lo que estaba esperando desde hace rato — Cuando escuchen sus nombres, vengan al frente.
Diez, Christa Lenz. Nueve, Sasha Brauss. Ocho, Connie Springer. Siete, Marco Bolt. Seis, Jean Kristen. Cinco, Eren Jaeger.
— Cuatro, ¡TN Hale!
Sonrío, incluso mis mejillas me duelen por la fuerza. Contengo mi emoción, debo ser profesional ahora. Paso entre los otros cadetes, entre ellos Berthold, me mira algo sorprendido, quizá porque ese lugar lo estábamos "peleando" él y yo. No me hubiera molestado quedar después, ni necesariamente en los cinco primeros, ¿pero a quien engaño? Me está matando la felicidad. Perdón, Bertoto, esto me lo merezco más que tú.
Tres, Annie Leonarth. Dos, Reiner Braun. Y la número uno, Mikasa Ackerman.
Lo logré. En verdad... en verdad lo logré. Mi meta aquí está cumplida, logré sobresalir, logré estar en la categoría de los 10 mejores. Siento que un gran peso por fin abandona mi espalda.
Adiós Trost, ¡hola de nuevo, hogar! La carne, el pastel, la sal... me lo merezco.
Solo quiero volver a casa.
— Mañana deberán elegir a qué tropa se quieren unir — sentencia, mirando a todo nuestro grupo —. El cuerpo de cadetes 104 es por lo tanto, disuelto. ¡Eso es todo!
Ya que tenemos el resto del día relativamente libre, la mayoría nos dedicamos a vagar por ahí y hablar con nuestros amigos. Cerca de uno de los almacenes Mina, Thomas y yo discutimos al respecto. Me felicitan por quedar en la categoría, y se alegran sinceramente. También comentamos de lo que habíamos aprendido en estos años, y lo que pudimos absorber de nuestros compañeros.
Más en la tarde, me dedico a visitar a mis compañeros uno por uno para platicar un poco. La mayoría están fuera de la cafetería.
— ¡Annie! — le llamo. Detiene sus pasos y se gira a verme, sus ojos mostrando leve curiosidad aunque su expresión es estoica como siempre —. Te irás a la policía militar, ¿cierto? — asiente — Entonces estaremos juntas, ¡me alegra!
— Es un buen puesto.
— Siempre te he admirado por tus habilidades y fuerza — admito, sonriendo levemente ante mi declaración —. Así que, estoy contenta de poder ir con alguien como tú.
Me mira ligeramente sorprendida, entreabriendo sus ojos y boca. Aún así, decide cruzarse de brazos y mirar a otro lado. — Sí... es para lo que entrenamos después de todo. Eres buena, estaremos bien.
— Gracias.
Cuando Eren terminó de espetar sus ideas, un sentimiento de incertidumbre me invadió. Es tan apasionado, y su determinación para acabar con los titanes es tanta, que ya recuerdo porque no me agradaba al principio. Ahora que lo veo me doy cuenta que el dolor que le han causado sigue clavado en lo más profundo de su ser. No estará dispuesto a dejarlo ir, es el motor que alimenta su fuerza y determinación.
Me acerco a Jean, en parte para comentarle mis dudas.
— No soy un cobarde — dice, apenas llego a su lado.
— Yo tampoco — me cruzo de brazos, haciendo una mueca — O... ¿tú crees que sí?
— Iré a Sina a servirle al rey... Cuales sean tus motivos, no me interesan. — nos quedamos así unos segundos, él mirando a otra parte mientras que yo me quedo pensando — ¿Pero cuáles son? — pregunta de pronto.
Decido ser sincera. Hago una mueca, pues admitirlo ahora me daba vergüenza — Por... bueno, para mantener el legado de mi abuelo, y el estatus — me ve de reojo, una expresión neutral en su rostro. Prosigo — Salir al exterior y conocer al mundo... recuerdo bien que un día, por poco, fue una de las razones por las que quería unirme a la tropa del reconocimiento. Creo que cualquier decisión que tomemos, siempre y cuando sea sincera estará bien.
— ¿Sincera para quien?
— Para nosotros mismos.
— Quizá quieras decir eso otra vez — me da un golpecito con su dedo —, "para mantener el estatus" ¿y tú sinceridad? — esboza una sonrisa burlona. Ya me dejó como tonta.
— ¡Al menos yo no tengo cara de caballo!
— ¡Cállate, niña rica!
— ¡Ve a relinchar a otra parte!
— ¡Deja de decir eso!
— ¿¡Alguien perdió un caballo!? — grito al aire — ¡Creo que este queire eno!
...
— Mikasa, ven conmigo — los dos me miran extrañados —, Armin, entra a la tropa estacionaria. Seguro que puedo arreglar las cosas para que entres a la policía. ¡Sina les va a encantar!
— TN...
— ¿Qué? — va a abrir su boca, pero le interrumpo — ¡Ah! ¡Y puedes entrar a la biblioteca! Hay una gran variedad de libros, te gustarán. ¡Y podemos comer pastel todos los días! ¡Y carne!
— En realidad... — rasca su cabeza — Nos uniremos a la legión del reconocimiento.
— ¿Eh? ¿Mikasa?
Ajusta su bufanda, es algo común que hace cuando habla de su hermano — Iré a dónde Eren vaya. Decidió la legión, entonces lo iré también — trato de sonreír ante eso. Honestamente, a veces se me figura como una acosadora de Eren, pero tendrá sus razones.
— No los... pero... tienes oportunidad de elegir.
— Lo siento.
Mis amigos se irán a las tropas de reconocimiento. Incluso Armin, quien carece de fuerza física y suele colapsar ante el miedo. Eren acababa de llamar cobardes a los que preferían ir a Sina, y Mikasa como buena seguidora los acompañará.
No, no, ¡trabajamos tan duro!
Aquellos que van a la legión desperdician sus vidas, ¿o no? ¿Cuándo la humanidad ha tenido una victoria contra los titanes?
¿Por qué están tan decididos?
— Oye, Armin, ¿te puedo preguntar algo?
— Sí.
— ¿Qué es el mar? Se me había olvidado preguntarte... hace poco me acordé.
Su cara incluso se ilumina. — Mi abuelo me dijo que es un gran cuerpo de agua... no como los ríos o canales, ¡el mar es enorme! Y salado, ¡incluso viven animales ahí!
¿Ahh? Suena a fantasía.
— Creo que algún día podré verlo. Allá afuera también existen ecosistemas permanentes, tierras de nieve que no pasa por estaciones, otro árido, casi no hay agua, pero existen plantas especiales que solo se encuentran ahí.
Es un poco descabellado... pero si es cierto debe ser hermoso. ¡Se unirá a la tropa de reconocimiento por tal sueño!
Un sueño. ¿Cuál es el mío?
Siempre me preparé para Sina, pero... no lo sé, supongo que encontraré uno allá. Empezando por, ¿la corrupción? Quizá pueda disminuirla. ¿Tal vez en asuntos legales? Suena aburrido, pero quizá me guste después. ¿Custodiando al rey? Eso puede ser interesante, es decir, sé que jamás sale, pero, algo me he de encontrar allá.
Veo que Eren se acerca. Arrugo mi frente, y me voy a otra parte a seguir con mis actividades. No, no me apetece hablar con él.
Estoy hablando con Marco cerca del bosque, siento una mano tirando de mi chaqueta. El de pecas alza sus manos tímidamente y se va.
— Te estaba buscando — una voz familiar hace que me de la vuelta — Soy un idiota, hablo mucho.
— Sí lo eres — niego con mi cabeza — Pero admito que inspiraste a muchas personas. Incluyéndome.
— ¿En serio? Entonces... ¿te unirás a la legión?
Que insistente.
— No. Hice una promesa, y... no puedo fallar. — le doy un golpecito con mi codo — Te voy a extrañar.
— ¿Podré visitarte?
Si no mueres.
— Sí... y podemos enviarnos cartas. Cuando acabes con todos los titanes, búscame, así podremos ver el mundo.
— ¿Y si todo cambia? — murmura.
— ¡Por favor no estés triste! — sacudo mis manos — Eres la persona más valiente que he conocido. Yo creo que en ti, creo en tu sueño, y mi deseo es que puedas cumplirlo.
Jamás te has rendido Eren, es lo que más admiro de ti.
» Omnisciente «
Jaëger suelta una pequeña risa.
— Yo... no me refería a eso.
— ¿Entonces?
— Hablo de... — rasca su nuca, desviando su vista — ¿Y si conoces a alguien más? Y... a mí me olvidas. TN, yo... — toma una bocanada de aire, tomando a la joven por sus hombros — yo no quiero que cambien las cosas entre nosotros. Sé que suena egoísta, lo sé, pero no puedo evitarlo.
— ¿Hablas en serio?
— ... mucho.
— Creo que... te detesto un poquito — sonríe apenas —. No quiero que te unas a la legión. No quiero que mueras. Te quiero sano y... cómo están las cosas ahora.
Esa amistad que se había forjado con los años por fin cobra un sentido más profundo. Por fin, ambos lo admiten.
¿Por qué avanzar? ¿Por qué no pueden congelar el momento para evitar separarse por siempre?
Los dos jóvenes ahora se miran a los ojos, un pequeño rubor se extiende por las mejillas de ambos. Inconscientemente, Hale se acerca a él, aún hipnotizada por ese bello brillo esmeralda. Solo se dan cuenta de que tan cerca están por el liento cálido que choca contra sus labios.
¿Lo hago aquí?, piensa Eren.
¿Ahora?, piensa TN.
La chica se tensa en cuanto las manos del contrario se acomodan detrás de su cabeza, envolviendo sus dedos en la melena (c/c). Los dos comienza a acercar sus rostros, sus respiraciones se mezclan, sintiendo el calor en sus pieles.
Eren guía con delicadeza su cabeza hacia el frente, capturando los labios de TN en un beso suave y tímido. Aunque por la impresión, la joven entreabre sus ojos, pronto se deja llevar por el beso. Lleva sus manos al cuello del mayor, algo temblorosas por los nervios, ya que era inexperta en tal área. Acaricia con sus pulgares las mejillas del ojiverde, deleitándose con su tierno acto.
Se separan por la falta de aire, ambos demasiado apenados como para mirarse directamente.
— Búscame, definitivamente. — susurra ella.
— Yo–
— ¡Oye, TN! — escuchan una voz acercándose. Al darse la vuelta, un jadeante Berthold los saluda — Lo siento, ¿interrumpo?
— Ah... no. ¿Qué pasa?
— Quiero felicitarte.
— ¿Felicitarme?
— Bueno, a ambos — sonríe un tanto incómodo — Pero a ti en especial.
— ¿No estás molesto?
— ¡No, no! Me alegra que hayas sido tú, trabajaste muy duro y también mejoraste tu combate, creo que lo mereces.
— Vaya... gracias.
— Y por cierto, Shadis quiere que todos regresen, el toque de queda se acaba en unos minutos.
Los otros se miran de reojo. En el fondo están agradecidos, porque después de el beso, ninguno sabía que hacer o decir.
— ¡Bueno! Entonces vamos.
— Sí, vamos.
» TN «
La graduación es hasta la noche. Mientras tanto, nos tienen haciendo mantenimiento a las armas de la tropa de guarnición. Unos están en la muralla y algunos más como yo, en tierra, ayudando a mover cargamentos.
De vez en cuando miro hacia arriba. Eren está allí con mis amigos. Después de lo de anoche no tuvimos mucha oportunidad de hablar.
No importa, porque cuando terminemos, podremos... no lo sé, dejar todo claro.
Sasha se escabulle entre los soldados, y decido seguirle ya que actuaba sospechosa. Al verme me abraza fuertemente.
— ¡Mira! — abre su chaqueta, tiene un trozo de carne colgando ahí. Casi me atraganto con mi propia saliva.
— ¡Sasha, baja eso! — susurro.
— Pero–
— ¡Sasha Brauss, no me hagas repetirlo!
— ¡La compartiremos!
— ¿Eh?
— ¡Le diré a los demás!
Y con eso sube las escaleras más rápido de lo que una bala podría alcanzar. Vuelvo a mis tareas con un mal presentimiento. Si la descubren estará frita.
Pasan unos minutos tranquilos, hasta que un estruendo se hace presente, a la par un relámpago surge para alcanzar el cielo, su luz nos hace retroceder.
El titán colosal aparece de entre el humo provocado, justo en frente de donde están mis amigos.
“Era incluso más grande que la muralla”
Oh, no...
De un momento a otro patea la muralla, destrozando un espacio donde está la puerta. ¿No hizo lo misma en Shingashina? Pero eso significa...
No alcanzo a distinguir lo que pasa después, pero simplemente se esfumó. Los soldados caen y se afieren al muro con el equipo.
Los titanes...
Uno entró. Seguido de otro, y otro, y...
— ¿¡Qué hacen!? — uno de los soldados de la guarnición nos grita — ¡Evacúen! ¡Esto estuvo en su entrenamiento!
¿Soy cobarde por alegrarme por haber estado abajo? Utilizando la excusa de ayudar a las personas, me podré alejar de los monstruos mientras la guarnición se encarga.
Ya habíamos hecho simulacros, por lo que resultó más rápido y fácil.
...
Ya que la población se encuentra más a salvo de ser devorados, me toca cuidar que ningún titán se acerque demasiado. Me gusta pensar que no nos están usando como carnada, solo estamos esperando que nada malo pase.
La legión no está. Todo esto queda en nuestras manos.
Trataba de calmarme, pero unas pisadas fuertes llaman mi atención. Mis ojos se extendieron hasta según yo, su límite, mientras alzo la cabeza para encontrarme con uno de esos. Está a solo metros de mí.
¿Ese es un titan?
¿Y esperan que peleemos contra esas cosas?
Se está acercando mucho... Pero mi cuerpo no me responde.
Papá, ¿te sentiste así antes de morir?
¿Qué estoy haciendo?
Entrené para esto. Fui de las mejores. ¡Haz algo, TN!
Con los cables del equipo me pongo segura en lo alto de una torre. El titán no pudo tomarme en su mano, pero ahora se dirige a mí para intentar comerme. Todo ocurre de manera lenta, y el sonido ni siquiera me molesta ya. Es como si cabeza no pudiera aceptar lo que está pasando. Me quedo unos segundos observando el panorama; el humo de las casas rotas y la muralla, titanes entrando sin parar, soldados corriendo. Y entonces, los gritos llegan a mí de golpe.
No es una simulación. En verdad está pasando.
No quiero morir. Me rehuso.
El titán ya está debajo mío, alzando sus brazos a ver si caigo. No entiendo bien de dónde saqué el valor, pero tomo mis espadas y con ayuda del equipo de maniobras le corto las manos, así, me engancho a su espalda y corto su nuca. Salpica sangre en todo mi torso, pero afortunadamente se empieza a evaporar.
¡Maté a un titán!
Creamos los grupos, detendríamos a los titanes en lo que la gente evacuaba a la Muralla Rose. El cuerpo de guarnición estaría a la vanguardia, nosotros, los graduados hace un día al centro, y la élite de la guarnición en la parte trasera ayudando a evacuar.
Soldados, amigos... era de esperarse que hubiera muertes. Estando aquí en medio de todo el caos significan muchos distractores, aún así, los cadetes que se tomaron un respiro para llorar o lamentarse fueron asesinados. No me puedo entristecer.
Llevábamos tiempo así, la verdad no estoy segura de cuanto, lo que me queda claro es que todos estamos agotados.
Ymir está distraída matando a un titán, cuando otro va a por ella corriendo, debe tratarse de un anormal. Me impulso hacia donde está ella, y antes que el monstruo se lance, corto su nuca a tiempo. La morena se queda sin decir nada, quizá se asustó porque el cuerpo le cayó a un lado.
— Te vas a casar con Christa, ¿o no? Solo me aseguro que llegues al día de tu boda en una pieza.
— ... ¡solo por eso te pondré en las sillas del frente!
— Que honor. — tuerzo una sonrisa — ¡Vamos!
Ambas nos dirigimos a donde están la mayoría de nuestros compañeros arriba de unas edificaciones.
— ¿Tu escuadrón sigue vivo?
— Sí, por poco. — suspiro — ¿El tuyo? — asiente — No he visto al de Eren, estaban muy cerca de la muralla, ¿no? Voy a ver cómo están.
— Yo no te lo recomendaría — musita —, no es momento de hablar, estamos demasiado expuestas con tantos titanes aquí. — la veo de reojo, pero parece consternada, como si ocultara algo.
— Tienes una cara rara.
Chasquea su lengua — Solo te digo que si planeas ir más te vale no perder tus cabales.
Me preocupa lo que dice. No estará insinuando que... no, no quiero creerlo.
— ¿Ymir?
— No te diré nada.
— ... de acuerdo.
Primero me encuentro con Sasha, y salto para darle un abrazo que devuelve de manera aplastante, casi sin dejarme respirar.
Echo un vistazo, reconociendo, afortunadamente, a varios rostros. A lo lejos, apartado de todos, Armin. Él también estaba en la muralla ayudando con los cañones, me acerco con cuidado. Sin embargo, está solo... ¿No faltaba Eren también? ¿Y Mina?
Me veo algo lenta en reaccionar, pues no sé como. Poco a poco me acerco a mi amigo y me hinco a su lado, le tomo por los hombros con cuidado, para no alterarlo. Se ve bastante deprimido.
— ¿Qué sucedió? — pregunto en un susurro. Su respiración comienza a agitarse nuevamente, amenazando con llorar — Está bien... — sobo su espalda, para tranquilizarlo. Me preocupan, pero ahora no puedo preguntar — Dime, ¿que pasó?
Mikasa llega después. Cuando pregunta por su hermano, las lágrimas del rubio salen al igual que sollozos, se aferra a mi brazo mientras se deshaoga. Su escuadrón había muerto.
Eren... qué perfecto idiota. Cuando las personas dicen que estarían honradas de morir salvando vidas, ¡es solo un acto! Nadie en su sano juicio se sacrificaría así.
— No es hora de lamentarse — Mikasa llama nuestra atención —, algo me dice que Eren sigue vivo, me aferraré a esa idea.
— ¡No nos queda suficiente gas, idiota!
Se va a una de las orillas. — Soy fuerte — levanta su espada —, ¡muy fuerte! Más fuerte que ustedes. Así que, aunque sea sola, derrotaré a esos titanes. — apunta su espada a a nosotros — Ustedes son débiles y cobardes. Quédense aquí chupando su dedo como bebés, y miren como hago las cosas.
¿Acaso insultarnos fue su manera de darnos ánimos? Después de terminar su discurso prácticamente salió volando.
— Debemos continuar — dice Jean. — ¿¡Cuándo nos enseñaron a pelear solos!?
— Ya no nos queda tanto gas ni refuerzos — insisto —, ¡y hay muchos titanes aquí!
¿Vamos a morir? ¿Después de todo?
— Podemos llegar al Cuartel de reabastecimiento, y re-abastecernos con gas, ¡vamos a lograrlo! Allí también estarán los refuerzos — basta con una mirada para que los cadetes asientan, Jean nos lideraría — ¡Vamos, TN, no te acobardes!
No hay tiempo para ponerse sentimentales. Incluso si me impactó la pérdida de mis amigos, soy incapaz de ponerme triste o llorar. No sé que me está pasando, no sé por qué estoy tan calmada.
— Te odio.
— Lo sé — sonríe de lado. Me pongo de pie, ayudando a Armin — ¡Entoces vamos, sigamos a Mikasa!
Llegamos a la base. Fue una decepción. Nuestros supuestos refuerzos se refugiaron aquí como cobardes, se escondieron, y dejaron a sus compañeros morir con los titanes. Jean está casi estrangulando a uno mientras le reclama, Marco tiene que separarlos.
Juro que la desesperación se hace tan densa en el aire que me estoy ahogando en ella.
Una de las paredes se rompe, dos titanes nos están observando. Uno tiene ojos grandes y brillantes y cabello corto oscuro, el otro es rubio, y sus ojos son más pequeños al igual que sus pupilas.
Cara de caballo se queda paralizado. No lo culpo; saco mis espadas, pero antes de que nos movamos, esos dos titanes salen disparados, alcanzamos a ver que otro titán los golpeó. Nadie sabe cómo reaccionar, obviamente, hasta que Mikasa, Armin y Connie regresan a avisarnos que es un anormal y mata a otros titanes. Es cierto, no muestra interés alguno en los humanos.
Aprovechamos la oportunidad para escapar, tratándolo como nuestro aliado. Cuando llega a su límite, cae como cadáver, humo saliendo de su cuerpo como pasó con los otros.
— E-Esperen... — apunto a su dirección — ¡Hay algo!
Corro hacia él, parece que hay una protuberancia a algo saliendo de su nuca.
— ¡TN!
— Es... Es un humano...
El humo no termina de aparecer, pero es menos denso que hace un rato.
¿Mis ojos me juegan una mala broma? Es Eren.
Eren surgió de la nuca del titán.
~ ~ ~ ~
Hola :)
¿Por qué Berthold no entró en la categoría? Tenía casi los mismos puntajes que TN, pero decidió dejarla ganar porque ella estaba siempre determinada y hacía de todo una competencia, (así como se dice que Ymir dejó a Christa)
¿Quiénes son sus husbandos de Shingeki? (sin contar a Levi o Eren) Los míos son Reiner, Jean y Zeke uwu
Gracias por leer ✨
JadeOkumura.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro