(95)
RAPHAEL.
Miro a ambos chicos, primero a Magnus aquel brujo con vestimenta extraña y que de una manera sin explicación le gustaba estar inundado de purpurina por todos lados, vestimenta, cara y pelo; este era como un padre para él, el único que había podido conseguir, aunque recién ahora comenzará a recordar todos aquellos momentos y si, sabía que aunque se dedicará a tratarlo mal o burlarse de él para su diversión lo quería hasta el punto de matar si algún daño se le acercaba, sus recuerdos le había demostrado que hacía lo mismo en aquellas décadas antiguas.
Magnus era un buen hombre, uno de los mejores que pudo conocer y mientras él estuviera cerca haría todo lo posible para que nada le hiciera daño, no dejaría que a las personas que quería salieran heridas, porque Magnus, aquel brujo loco, era el salvador de su vida, era quién había dado todo, le había ofrecido hospedaje en el Loft décadas atrás y había soportado tener a un polluelo en su lujosa hogar, además jamás había dejado de contactarlo, siempre estaba cerca tratando de saber cómo estaba, que hacía, cosas para no perder el contacto aunque Raphael siempre tomara aquello como una pesadez, de igual manera el brujo era esencial en su vida Y si Alexander, el novio de su padre adoptivo, estaba en peligro no dejaría que eso se cumpliera, no dejaría que nada le pasará por que si no tendría que soportar años, décadas viendo la infelicidad de Magnus.
Pero en medio de este problema, había otro que disminuía completamente el de Magnus y por mucho, y se trataba de ayudar a Fran un pequeño vampiro, pareja de Ragnor, que había llevado toda su inmortalidad encerrado en aquella caja por culpa de la vampiro quien ahora estaba por causar una epidemia de vampiros descontrolados que irían matando por las calles de Brooklyn para satisfacerse como en aquel año de la cuarentena, y no podía dejar que eso pasará, no podía dejar que los Nephilim vinieran a matar a sus polluelos y amigos vampiros que no tenían porque meterse en esto por culpa de un capricho de aquella mujer.
Eran una decisión difícil, pero sabía muy bien cuál era la gravedad de cada uno. Alexander estaba en Idris, con muchos Nephilim que podrían rebanar las gargantas de cualquiera subterráneo que quisiera ir a evitar que se incumplieran sus leyes, pero aquí había más en juego, vida de mundanos inocentes, que estaban en juego muchas vidas si esto no se detenía, si él no lo detenía. Pero a su vez había algo que lo atormentaría, si se iba con Magnus, dejaría a todos, a los mundanos y a Fran con Ragnor, porque era seguro que el brujo iría con él, a su merced, y este problema era suyo, lo incluía porque Camille estaba haciendo toda estás locuras solamente por él; pero sabía que la culpa de no acompañar a Magnus lo perseguirá todo el día.
"Tic, Toc"
El reloj que estaba en alguna parte de la habitación era la única que podía escucharse en aquel lugar; afirmaba que lo había tomado de sorpresa todo aquello y su cabeza no había podido pensar nada para este asunto, no sabía que responder.
—Es mejor que te quedes aquí Raphael, tus vampiros necesitan de ti en este momento tan difícil, Alexander solo está encerrado en Idris, no es tanta preocupación, pero es mejor ir y supervisar que todo está bien, los Nephilim no le haría daño a hijos de familias muy nombradas— La voz de Magnus se escucho después de unos minutos.
Claro que eso era mentira, si Alexander estaba encerrado en aquel lugar era porque que después vendría el castigo, y esta podía ser que se tratara de un castigo grave o mucho peor, que le quitaran las runas, algo parecido a la muerte para los Nephilim, era como sacarle la inmortalidad y los poderes a un brujo o cambiara a un vampiro a mundano, no sabrían que hacer si llevaban una adaptación a aquella vida, una muerte psicológica, esperaba que Alexander estuviera enfrentando aquello, y rogaba que no hubieran más metidos con él en ese problema o para Magnus sería inútil hacer razonar a personas que no tenían la misma mente abierta que los demás.
Raphael se levantó de la cama mientras remojaba sus labios con rapidez para darse fuerza para decir lo que iba a decir, dejando a Simón sentado en su lugar, camino hasta el lugar donde a la cama se separaba de la puerta, donde ahora mismo estaban las cuatro personas, y se ubicó frente a Magnus para mirarlo a los ojos y esperar que el entendiera lo que iba a decir después.
—No dejaré que vayas solo Magnus Bane, me acuerdo muy bien de las reglas de aquellos niñatos que se creen superiores a nosotros, es claro que no podré ir, mi clan me necesita y debo parar a Camille antes de que cometa una locura, pero Simón y Lilit irán contigo—dijo Raphael— Y no quiero reproches.
Miro a su mano derecha, a unas de sus cómplices de décadas antiguas, a una verdadera amiga, sabía que ella no le diría que no, ella iba a obedecer porque nunca se negaría a unos de sus pedidos y menos este que era urgente, cuando vio que la chica asentía y levantaba su pulgar en forma de que haría lo pedido, Raphael miro a la persona con quién sí tendría problema y debería hacer las mil y una cosas para convencerlo de separarse, la persona más testaruda que por su vida pudo cruzar pero a quien amaba con toda su vida.
Volteo de medio lado para mirar a Simón que había fruncido sus labios y se había cruzado de brazos para comenzar a negar, Raphael cerró los ojos con cansancio, tendría que usar alguna de sus tácticas.
—Simón, por favor— suplicó el vampiro.
El menor se paró de la cama mientras no dejo de negar caminando hasta Magnus, cuando paso por su lado y lo vio muy cerca del brujo vio como su pareja lo abrazaba para después susurrar algo audible para sus oídos, mejor dicho para el pido de todos lo que estaban cerca.
—Lo siento Magnus, sabes que iría contigo a cualquier lado solo para que tú puedas estar con Alec ser feliz, sería tu cómplice para irlo a salvar y mucho más, se que te preocupa su bienestar y yo también, no creo que sea el mejor lugar a donde lo hubieran puesto, y lamento no conocer de eso de sus leyes, soy un simple novato, y no se la gravedad de todo esto, pero juro que haría todo por ayudarte , pero esta vez no podré porque que donde Raphael vaya yo iré, no dejare que vuelva a salir herido, no quiero soportar lo mismo que pasé, perdóname, por favor perdóname—suplicó el menor.
Vio como Magnus le daba un apretón con fuerza y después susurraba algo que el vampiro mayor no pudo escuchar porque que lo había dicho muy despacio y cerca de sus oídos, después de que se separarán vio como Simón volvía a su lado, Raphael no pudo evitar mirar en aquellos ojos verdes grisáceos la seguridad de su pequeño y sentir un poco de orgullo por la persona que tenía a su lado, la suerte que había tenido de conseguir a alguien así.
—Bebé por favor—pidió Raphael.
Nunca era malo volver a intentar para ver si podía aflojar con esto y así irse con el Magnus, pero al ver como Simón no daba vuelta atrás Raphael solo tuvo que resignarse.
—No me pidas que me vaya de tu lado, somos pareja, no permitiré que entres en alguna pelea en mi ausencia, no dejaré que salgas herido como tuve que verte pasar, esta vez puede ser la pérdida de tu vida y no quiero estar al otro lado del mundo preocupado por ti—dijo Simón con firmeza— somos tu y yo, juntos contra todo.
Raphael sintió como algo dentro de él se retorcía y solo levantó una de sus comisuras como respuesta, no podría hacer que el menor se fuera con Magnus pero a cambio de eso había escuchado algo que aumentaba cada vez más el amor que tenía por su pareja.
Miro de nuevo, como lo había hecho con anterioridad, no vio en la cara de Magnus amargura o tristeza, si no pudo ver algo distinto algo parecido a orgullo.
—Está bien, tengan suerte mis niños, vendré lo más pronto posible y con ayuda de nuestros queridos Nephilim si puedo sacarlos de aquel aprieto— Dijo el brujo volteando hacia Lilit— Vamos muñeca es hora de ir a visitar la ciudad mágica de los Nephilim.
El vampiro mayor hizo unos pasos hacia adelante y detuvo a Magnus sosteniéndolo de un brazo para darlo vuelta y darle un abrazo en forma inesperada, y a la vez sorpresiva para el brujo, esperaba que entendiera con este afecto lo que quería transmitir.
"Ten cuidado Magnus Bane"
El abrazo fue correspondido y cuando Raphael acerco su cara al hombro de Magnus miro a Lilit para mirarla y esperar que ella también entendiera lo que quería transmitir a través de ellos. La mirada es la segunda comunicación de la persona, no puede escucharse tampoco verla, pero si sentirse.
"Ten cuidado, y cuida a Magnus"
—Raphael debo irme, no diga que estoy cómodo con esto, es la primera vez que tienes una reacción tan así a mí persona y no quiero estropear este momento, pero hay asuntos importantes cuales debemos prestar atención—hablo Magnus después de un momento.
Raphael asintió y se separó de él mientras apretaba sus labios para no dejar escapar una risa nerviosa, camino hasta su lugar sin antes mirar la expresión de Ragnor que estaba de igual que sorprendido que Fran y Simón. Después de una despedida de todos, y Magnus con Lilit se alejaron por la puerta para desaparecer de sus vistas, solo quedaba en enfocarse en el actual problema, miro a los que quedaban y se cruzo de brazos.
—Dime todo lo que sepas de este problema, debemos idealizar un plan para esta misma noche, es mejor ahora que cuando el problema este ya ejecutado y estemos en medio de ella— habló Raphael.
Vio como aquel chico rizado asentía para mirar a Ragnor, agarrar de su mano y después dirigir su mirada de nuevo a él.
—La noticia me llegó hace un rato, un mensaje audiovisual donde mi sobrina está encerrada en el hotel, eso es lo primero y temo por su vida, Camille haría cualquier cosa por vengarse de venir hacia a ti y haber hablado contigo, además ayude a Simón y no tenía permitido hacerlo, ella haría lo que fuese por arruinar mi vida—dijo Fran—y lo de las drogas, lo comencé a ver desde que me dejaron salir del ataúd, Camille ya estaba en eso y a todo los que veía estaban en la misma, no dudaría que ellos ya estuvieran avanzado en todo esto y su adicción hubiera vuelto a lo de antes.
Raphael asintió mientras miraba a Simón que parecía asustado mientras escuchaba a Fran con atención, sabía lo que podría estar pensando, nadie debería estar sufriendo esto y menos lo que Simón tuvo que soportar días atrás, ningún mundano merecía ver a su familia morir o saber en ese momento que su vida acabaría antes de tiempo por personas que estaban fuera de su razón.
—Raphael sé que es inútil decir esto, se que solo planteare más presión en ti, pero tú solo puedes parar esto, se que nosotros estaremos detrás tuyo, y lucharemos para ayudarte para acabar todo esto— hablo Ragnor.
Que después había dirigido su mirada a su chico para mirarlo y darle un beso en su frente en una manera de transmitirle fuerza, Raphael volvió a pasar su lengua por sus labios para mirar a su chico y verlo acercarse para abrazarlo.
—Se que vamos a salir de esto—musitó Simón.
El vampiro mayor asintió y le devolvió el abrazo para mirar a la otra pareja.
—No les fallaré, voy a parar a Camille de una vez por toda.
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