Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

(89)

RAPHAEL.

Era tan raro sentirse tan cómodo estando solo, como si sintiera un poco de paz en su interior, como si su cuerpo supiera de un pasado de él que no recordaba ¿Cuánto tiempo llevo estando solo? Trató de volver a su cabeza algunos de los recuerdos que había recordado y tratar de aferrarse a ellos y poder visualizarse, se recostó en el sillón, antes quitándose la chaqueta así podía tener más comodidad cuando colocará sus manos detrás de su cabeza, aún no podía acostumbrarse a lo apretado que eran esas cosas.

Cerró los ojos y trató de recordar a su familia, a su madre con un delantal rodeando su cuerpo y su pelo recogido mientras terminaba de hacer postres, recordar a todo sus hermanos en la sala, uno jugando, otros dibujando mientras el leía un libro, todos emocionado por comer la delicia que su madre había colocado en el horno, pero no podía lograrlo ya, una visión de un hombre, seguro de su padre que no había logrado conocer aparecía, sin forma, sin rostro solo estaba ahí riéndose en la oscuridad como si se burlara de todo el daño que había provocado.

Abrió los ojos y remojó sus labios, mientras miraba el techo ¿Si él hubiera sabido de esto podría haber sido todo tan distinto? No quería ni imaginar cómo su madre sufría en silencio, como los recuerdos torturaba su mente día tras días viendo a sus hijos, tratando de ser dura para poder criarlos pero en su mente resentida por tener que hacer todo ella sola, si hubiera sabido todo aquello hubiera hecho que la vida de su madre sería más fácil, apretó con fuerza sus puños y apretó los labios, no podía dejar de sentirse culpable a no poder hacer nada, pero tampoco era su culpa, era un niño aún en esa edad.

Miró la chaqueta colgada en el respaldo del sillón y la atrajo hasta él acariciándolo con sus pulgares, aún no podía aceptar que aquella prenda era su refugio, una armadura para que nadie pudiera tocar su piel y saber lo que era ¿Qué tan frío se había vuelto después de la transformación? ¿Qué tanto había cambiado? Volvió a colocarlo en su cuerpo y caminó hasta la ventana mirando el anochecer a través de ella, podía sentirse diferente, algo había cambiado dentro de él como si todo aquello hubiera reforzado algo.

El anochecer se veía perfecto a través de la ventana, hace tiempo que no veía aquello, las estrellas adornando el cielo azul, las luces de la cuidad y la de los autos los acompañaba pero desde abajo y a pesar de todo, ver aquello sentía que algo dentro de él se quebraba con el pasar de los minutos. ¿Así se sentía volver a ser él? Porque apestaba ¿Así lo amaba Simón? ¿Lo quería aunque fuera esto? Se retorció en el lugar sintiendo una opresión en su pecho con fuerza, pudo colocar su mano en el vidrio pero fue tarde cuando sintió que caía al piso de rodillas mientras cerraba los ojos con fuerza.

—S-Simón— susurró con dificultad.

Colocó su frente en el vidrio mientras trataba de recuperar la compostura, se relacionaba con Simón, pero nunca habían sido con tal fuerza como el de ahora, algo muy malo debía haber sucedido para que pasara por eso, para sentirse así como si un cuchillo hubiese sido hundido en el, miró el anochecer y vio que aún seguía oscuro ¿Y si iba a ver a Simón para comprobar si todo estaba bien? Ninguno de los dos brujo y el Nephilim estaban cerca para poder evitar que se fuera, comenzó a pararse mientras se asentaba en el vidrio, Simón lo necesitaba y nada evitaría que pudiera ir por él.

Comenzó a caminar hacia la salida cuando Ragnor entro silbando una canción alegre, el vampiro mayor hizo dos pasos hacia atrás viendo como se le quedaba mirando.

— ¿Ibas a algún lado?— preguntó Ragnor con una pequeña sonrisa.

Trató de sonreír, sintiendo como salía una mueca antes que eso, eso lo podía descifrar cuando vio como Ragnor dejaba de sonreír.

— ¿Qué sucede Rapha?

El vampiro volvió a negar y se dio vuelta para caminar hasta el sillón y sentarse.

—Te noto más serio ¿Hay algo que quieras compartir?— volvió a preguntar el brujo.

Negó mientras lo miraba y buscaba algo que pudiera cambiar de tema aunque quisiera decirle a Ragnor sobre lo sucedido, sabía que volverlo a llevar al hotel no sería una de sus opciones.

— ¿Cómo te fue en la cita?

Se sorprendió a escuchar su tono de voz, tan seco, tan frío.

—Fue divertida e interesante, el pequeño Fran es muy interesante si lo escuchas, su historia y saber que esconde en ello, es todo un enigma que quiero averiguar.

Frunció el ceño ¿Estaban hablando del mismo chico? No es que lo conociera, ni recordaba si lo había visto una vez en su vida, pero es que ese día, cuando fue a visitar a Simón no le había agradado para nada verlo y su odio no podía desaparecer.

— ¿Y por qué llegaste tan temprano?

Vio como Ragnor dejaba el bastón cerca y atraía un espejo que había en un mueble cercano para comenzar a mirarse.

—Le llegó un mensaje de urgencia y tuvo que irse— dijo Ragnor— pero prometió recompensar por ello.

¿Y si el mensaje de emergencia se relacionaba con Simón? ¿Y si en verdad algo le había sucedido a su pareja? Vio como el brujo dejaba salir unas chispas verdes y se señalaba para dejar que las llamas verdes lo rodearan.

— ¿Q-Qué haces?— Preguntó Raphael sorprendido.

Cuando las llamas se fueron de su cuerpo Raphael sintió como sus labios se abrían por el asombro, las arrugas y todo lo que hacía ver viejo a Ragnor había desaparecido, ahora parecía de la misma edad o un poco más, que Magnus, no tenía arruga, su pelo estaba alborotado y su cuerpo era delgado y un poco musculoso.

—Magnus me enseñó este truco hace años, no creí utilizarlo, pero creo que es hora de darle un cambio a mi figura ¿O no?— preguntó Ragnor con una sonrisa.

Los ojos de Ragnor eran claros, algo que combinaba con su piel, estaba tan diferente.

— ¿Lo hiciste por ese vampiro?— pregunto Raphael.

Un poco molesto olvidándose de Simón por unos minutos, algo que no le agradaba era que alguien hiciera estas cosas por amor ¿Por qué debía cambiar si podía ser el mismo? ¿No era eso el sentido de gustarle alguien, gustarle por lo que era? No entendía por qué Ragnor había hecho eso.

—No quiero parecer un abuelo de Fran a cada cita que lleguemos tener, no quiero que me miren como si fuera un viejo psicópata a punto de cazar a un jovencito— dijo Ragnor alzando los hombros— puede que sea por Fran, es interesante y no he sentido está emoción de averiguar sobre alguien desde hace mucho tiempo.

Mordió sus labios, no podía decirle nada a Ragnor, no tenía por qué meterse en sus decisiones, sabía que el brujo tenía mucho más años que él y era mucho más sabio, sí quería esto no tenía por qué entrometerse y menos cuando había confesado sus emociones a él.

—Eras sexy siendo anciano— trató de bromear Raphael.

Los dos rieron por un rato hasta que la puerta comenzó a ser golpeada, los dos se pararon para ir a ver, Raphael había podido agarrar en sus fosas nasales tres aromas, uno a pintura, el otro a tinta que era el aroma de Fran y él de Simón pero no podía ser cierto, su pareja tenía que estar en el hotel no aquí, vio como Ragnor agarraba su bastón mientras rengueaba un poco hacia la puerta y la abría, Raphael se doblo un poco para ver si su olfato no fallaba cuando algo cayó arriba de él y lo apretó con fuerza mientras que unos sollozos se escuchaban en su oído, abrió sus ojos y abrazo al cuerpo, mientras sentía el aroma de Simón entrar en su nariz.

—S-Simón eres tú—dijo Raphael.

Sentándose mientras lo acomodaba en sus piernas y lo abrazaba con fuerza escuchando como el vampiro menor lloraba en su pecho ¿Qué había sucedido? Miró hacia donde estaba Fran y solo pudo notar al rizado embobado mirando a un sonriente Ragnor y más atrás de ellos una muchacha asiática que no lo dejaba de mirarlo.

—M-Mi familia es-está muerta—dijo Simón.

¿Qué? Vio como Ragnor dejaba de sonreír para arrodillarse a lado de ellos.

— ¿Simón que sucedió?— dijo el brujo.

Pero el menor no dijo nada, Raphael siguió teniéndolo en sus brazos para dejar que llorara todo lo que necesitara, todo dentro de él se sentía en paz teniendo a su pareja en sus brazos pero estaba preocupado por lo que acababa de escuchar, miró a los otros dos vampiros para pedirle una explicación.

—Camille fue a matar a la familia de Simón, las dos mujeres tenían droga en su sangre, ahora sabe que la seguimos y estamos en aprietos— dijo la chica casi como un soldado.

Abrazó a Simón con más fuerza mientras comenzaba a cantar, susurrar alguna canción sin sentido para relajar a su pareja, vio como Ragnor se paraba y hacía pasar a los dos vampiros para hacer algo con su magia y proteger la casa.

—Nadie vendrá por ustedes ahora— dijo Ragnor— vengan, dejemos solos a la pareja.

Los vio alejarse sin antes sentir la mano de Ragnor en su pelo como demostrándole su apoyo y sus condolencias hacia su pareja.

— ¿Así que este es tu cita imbécil?— escuchó la voz de la chica— no está nada mal.

Cuando no escuchó nada más Raphael se dedicó a seguir cantando, no sabía porque lo hacía, pero le recordaba a su niñez y cuando sentía miedo de algo, si él podía calmarse Simón también lo haría, esperaba que lo hiciera

Minutos después el cuerpo de Simón había dejado de moverse y ya no se podían escucharse sollozos de su parte, había seguido cantando canciones que recordaba una y otra vez mientras acariciaba su pelo y con la otra lo abrazaba, al parecer el menor al fin se había calmado un poco.

—Y si te tengo aquí, en mis brazos yo te cuidaré, no habrá peligro que yo pueda evitar, cariño mío yo siempre evitaré que eso suceda— susurró Raphael terminado la canción.

Vio a Simón separándose de sus brazos y mirarlo, sus ojos seguían mojados y sus labios aún temblaban, sintió la necesidad de hacer algo, protegerlo, hacer algo para que dejara de hacer eso, debía parar a aquella mujer y que dejara de hacer daño.

—Mi familia está muerta Rapha, mi familia está muerta— dijo Simón con la voz rota.

No pudo evitar sentir pena por su bebé, nada debía compararse con el dolor que este sentía ahora mismo, porque el vampiro mayor había visto la muerte de su familia pero por el ciclo de la vida, pero la familia de Simón había sido asesinada y eso no se comparaba con nada.

—Prometo vengarme de sus muertes Simón —dijo Raphael agarrando sus mejillas—prometo hacer que aquella mujer deje de matar personas.

Vio como Simón se le acercaba aún sin soltarse de su agarres y besaba sus labios, Raphael sacó sus manos de la cara de Simón y las llevo a la parte de atrás de la cabeza para profundizar más el beso, los dos estaban desesperado por encontrar apoyo del otro en aquellos besos ¿Cómo era capaz que solo uno besos hiciera que todos los miedos, los problemas desaparecieran? necesitaba recordar a Simón y así poder explicar todas esas emociones, todas esas preguntas sin responder que tenía cuando se trataba de él y Simón. Cuando los dos se separaron Raphael pudo ver como las mejillas del menor estaban mojadas, comenzó a secarlas con las mangas de su chaqueta para ver los ojos grisáceos del menor mirarlo con tristeza.

—Ahora estoy solo—dijo Simón haciendo un puchero a punto de llorar—estoy solo.

Sintió amargura a ver a su chico tan mal, trató de decir algo, de tratar de que su boca saliera algo que el Raphael que Simón conocía sabía decir.

—Me tienes a mí, yo estaré a tu lado siempre— dijo Raphael buscando su mirada— soy tu pareja Simón, estaré para ti.

El menor volvió a abrazarse a su cuerpo y Raphael le devolvió el abrazo con fuerza.

—Tú eres lo único que me queda— escuchó susurrar al menor.

Y algo dentro del vampiro mayor vibró.

—Nunca te dejare—respondió Raphael— que te parece tomar algo en la sala, tantas lágrimas deben haberte deshidratado.

Sintió como Simón se movía entre sus piernas.

—Mi entrenamiento son nulos, solo bebo sangre— dijo Simón.

Sintió como una risa salía de su garganta, como si algo dentro de él supiera las razones porque la adiestración había fallado.

—Bueno ¿Te apetece un poco de sangre en la sala?— preguntó Raphael tratando de animarlo.

Sintió como Simón asentía y después se acercaba a su oído.

—Te he extrañado Raphael Santiago— susurró Simón.

Se paró como pudo sin soltar a Simón y tenerlo colgado en su cintura como un pequeño monito, se quedó confundido a escuchar eso ¿Simón se había dado cuenta de su diferente comportamiento? ¿O por qué lo había dicho? Comenzó a caminar hacia la sala donde encontró a los demás, la muchacha estaba alejada de ellos dándole las espalda mirando la ventana, Ragnor y Fran al parecer estaban teniendo una charla cual no quería saber de qué se trataba, camino hasta el sillón y dejó a Simón sentado mientras caminaba hasta la cocina y servía un poco de sangre en un vaso y lo llevaba hasta el menor sentándose a su lado.

—Debemos hacer algo antes de Camille de su siguiente paso—dijo Ragnor a Raphael.

—Iré a buscar alguna habitación para hospedar, avísenme cuando tengan una solución— dijo la chica.

Mientras caminaba hacia la puerta del lugar, volvía a repetirlo le parecía conocía aquella muchacha pero no podía recordarla, miró a Ragnor.

—Debemos esperar a Magnus—dijo Raphael.

Recordando como el brujo hablaba de Camille como la conociera hace unas horas, Ragnor y Fran asintieron volviendo a su conversación y Raphael miró a su pareja que estaba bebiendo a sorbos pequeños del vaso mientras su mirada estaba en la nada, se acercó a él y atravesó uno de sus brazos por su cuerpo para abrazarlo ¿Eso hubiera hecho el otro Raphael? Vio como Simón se acomodaba en su pecho.

—Si te tengo aquí conmigo, no me importa esperar que aquellos dos dejen de tener sexo— dijo Simón despacio.

Raphael lo miró asombrado, Simón no había estado para escuchar que Magnus y Alec estaban en una relación.

—Solo lo sé— volvió a decir Simón.

El vampiro asintió mientras se acomodó en el sillón para darle comodidad a Simón, volvía a tenerlo a su lado y eso era agradable.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro