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EXTRAS
Cita Fragnor ❤
FRAN
Se miró al espejo por milésima vez, estaba lo bastante nervioso como para salir del baño, acomodó el cuello de su camisa negra y la desprendió dos botones en su pecho para dejarlo a descubierto, pero se sintió estúpido al principio, como iba a ir así a una cita con Ragnor, además de haberle acosado y rogado por Whatsapp de la cita, iría provocativo, volvió a prenderlo y trato de acomodar sus rizos para que se viera un poco formal ¿Y si a Ragnor no le gustaba los chicos formales? Espera... ¿y si solo era una cita de amistad?
No pudo evitar ponerse más nervioso ¿Y si a Ragnor le gustaba las chicas?, Se tapo la cara con sus manos avergonzado, si era así, debía haber parecido desesperado con los mensajes ¿Y si Ragnor había aceptado la cita para decirle que no estaba interesado? ¿Qué fueran amigos? Volvió su vista al espejo y se mordió el labio con nervios.
De hace años que no sentía ese sentimiento, en su vida mundana había resguardado sus emociones y solo tenía su mirada para cuidar a su hermana, pero después del suceso y su transformación todo cambio, Kendall cambió y el siguió en las sombras cuidándola, siendo invisibles para todos, veía como su hermana conseguía pareja y las dejaba con el pasar de los días, pero él, el nunca había tenido la oportunidad de entregarse a alguien, y las demás décadas estuvo encerrado en aquel ataúd como un prisionero, la palabra amor y los sentimientos que tenían no eran algo que el conociera, recién estaba comprendiendo que la fascinación que tenía por Ragnor se relacionaba con gustar.
—Sería tan fácil si Camille no me estuviera amenazando—gruño Fran.
Antes de que llegara Simón al lugar él ya había sido amenazado por Camille.
†Flashback†
Había comenzado a crear un mundo de tantos siglos que llevaba encerrado, él era un chico liberal, todos lo respetaban, lo alababan y le daban cumplidos cuando pasaba, era ridículo y lo sabía ya que era lo que nunca podría tener en la vida real y menos así encerrado. Ese día estaba imaginando que se le declaraba a Lii, un chico que había empezado a coquetear con él, pero cuando lo logró después de tantos nervios y balbuceos el chico lo rechazó, haciendo que además de sentirse patético se sintiera decepcionado.
La tapa de ataúd se abrió dejando entrar la luz después de tantos años, cerró los ojos más que encandilado viendo como comenzaban a arder por haber pasado tanto en compañía de la oscuridad, desde hace meses que no se alimentaba y por esa razón no veía la luz, Kendall venia a hacerlo y al parecer se había olvidado de ello, cuando comenzó a ver con un poco de claridad se encontró con la mismísima Camille al frente de él con una sonrisa, como si se hubiese olvidado que ella había sido la culpable de que él estuviera aquí.
—Mi polluelo Fran ¿Cómo te ha llevado está década aquí adentro?
Fran la miro molestó.
—Llevo más de una década aquí, tantos que ya he perdido la cuenta— gruño molesto Fran.
—No es una manera de tratarme Fran, ¿Aún no has aprendido las reglas?— pregunto Camille.
El chico rizado chequeó la lengua.
— ¿Dónde está Kendall? ¿Qué quieres aquí?
—De eso venía hablar, Kendall ya no está más—dijo Camille triste.
Sintió como algo dentro de él se rompía, ese tono, esa frase ¿Era lo que él estaba pensando? ¿Kendall estaba muerta?
—Explícame de lo que estás hablando Camille.
—Raphael y su nuevo novio—dijo Camille con molestia— la mataron, a ella y a Ethan.
¿Quién rayos era Ethan y porque estaba con Kendall? Espera... Kendall estaba muerta, a causa de Raphael y ¿Su nueva pareja? Sintió como sus ojos se comenzaban a llenar de lágrimas que querían salir y un nudo en su garganta que no lo dejaba tragar con facilidad.
—V-Vuelvo a repetirlo Camille ¿Qué necesitas de mí?
—Quiero que me ayudes con Raphael y su novio, tú me ayudarás a separarlo, ellos no deben estar juntos— dijo Camille histérica.
Se acomodo en el ataúd y sonrió aunque dentro de él quisiera llorar hasta poder cansarse.
—No.
— ¿Qué dijiste?— pregunto la mujer— vuelve a repetirlo.
—No te ayudaré—dijo Fran—no tengo nada más que me importe, no tienes poder en mi ahora.
Vio como Camille sacaba su celular de su bolsillo y comenzaba a mostrarle foto de una jovencita de pelo rizados y una sonrisa hermosa, al parecer se lo habían tomado mientras estaba en la escuela.
— ¿La conoces?— pregunto Camille con una sonrisa maliciosa.
—No.
Aunque le hacía acordar a su otra hermana cual había matado, pero no podía ser, ella había estado embarazada pero la había matado.
—Es tu tátara sobrina— dijo Camille sonriendo— es encantadora, tiene un futuro prometedor, lástima que en unos días ella tenga un nuevo hogar.
La miró asustado, cuando Camille se comprometía a algo lo lograba ¿Y si en verdad esa chica era un descendiente de su familia? ¿Y si el bebé de su hermana había podido salvarse? No podía dejar que Camille le hiciera daño a alguien que podía ser de su familia.
—No puedes, por favor no lo hagas— suplico Fran.
—Entonces harás todo lo que yo te diga— dijo la mujer poniéndose sería.
—Está bien, está bien.
†fin de flashback†
Buscó su celular y miró la hora, el anochecer ya había llegado, comenzó a salir del baño para dirigirse a las habitación de la sala viendo como muchos vampiros ya comenzaban a salir, pero él debía esperar, le había dicho a Ragnor juntarse unas horas después del anochecer, tecleó en su celular al Whatsapp de Ragnor preguntándole si se podían juntar más tempranos, estaba más que ansioso por verlo.
— ¿Vas a salir?—pregunto Lilit frente a él.
La miró y sonrió, tratando de idealizar a alguna mentira para la muchacha.
—Voy a ir al bar.
La chica asintió y se alejó, su celular vibró.
<<Ragnor Fell: Te estaré esperando allá, no llegues tarde. >>
Sonrió y comenzó a caminar a la salida ara después correr hacia el lugar donde habían concordado.
RAGNOR.
De hace siglos que no volvía a tener una cita, se sentía extraño haber aceptado a aquello, no había sido una de sus ideas no es que no le pareciera un buen chico aquel muchacho, solo que ya llevaba tantos años solo que al parecer se había encariñado y no quería deshacerse de ello, pero al ver la suplica de aquel muchacho por mensajes, cual aún no podía entender cómo había conseguido su número, solo acepto, aunque no le veía futuro a algún tipo de relación, Fran era muy joven para estas cosas, pensó en Catarina y solo negó mientras reía, habían dejado hace tiempo una relación por no haber funcionado y ahora después de siglos sin verse quisieron volver a intentarlo, pero no sentía el mismo emoción de antes, ya no.
—Buenas noches.
Alzó la mirada para encontrarse con el chico de su cita, sonrió, no le asombraba que el niño vampiro llegará tan rápido.
—Lamento haberte hecho esperar mucho.
Vio como el chico se sentaba frente a él y comenzó a analizarlo, sus rizos estaban alborotados capaz por el viento, su camisa estaba semi desprendida dejando ver parte de su piel haciendo que Ragnor quisiera reír, Fran quería provocarlo al parecer.
—Claro que no he llegado hace un ratito, ya sabes los portales.
Mirar los ojos de aquel muchacho eran asombrosos, tenían un brillo cual Ragnor quería saber por qué estaban ahí y se veía tan bien.
— ¿Q-Quieres beber algo?— pregunto el chico.
Ragnor sintió curiosidad, los polluelos siempre tenían una historia trágica, siempre había dolor o sufrimiento en sus relatos, al brujo le gustaba escuchar sobre ello.
—Claro, llamaré al mozo.
—No—dijo Fran— déjamelo a mí.
El vampiro llamó al mozo mientras trataba de controlar un mini temblor de su mano, Ragnor quería reír de ternura por aquello, cuando vio que el mozo se fue con el pedido ya hecho, el brujo comenzó a jugar.
—Y dime pequeño ¿Cuál es tu historia?
El chico lo miro sorprendido para después pasar una y otra vez su lengua por sus labios.
— ¿M-Mi H-Historia?
Algo decía que la vida de aquel muchacho había sido dura y por alguna razón le llamaba la atención.
—Siento haberte incomodado, mejor dejémoslo y hablemos de otro tema.
El chico sonrío con pena.
—No importa— dijo Fran— solo con escucharte de que estás aquí y no es una ilusión mía haces que mi noche sea mejor.
—Todo un galán— dijo Ragnor— debe ser tu frase para conquistar ¿O no pequeño?
—Hace tanto que he estado encerrado, así que no, eres al único que le he dicho eso— dice Fran sonriendo.
Lo que habían pedido llegó haciendo que Ragnor se quedara con las dudas de lo que había querido decir, aunque el halago había sido muy tierno de su parte, una botella de vino fue colocada en el centro de la mesa, mientras dos platos con comida se posaban frente a ellos.
—Oh comida mexicana, de hace tantas décadas que no lo pruebo— dijo Fran sonriendo y mirando al plato.
Ragnor sonrió, Fran se veía tan tierno.
— ¿No les dejan comer comida mundana en el hotel?— preguntó Ragnor.
Mientras se servía un poco de vino en su copa y en la de él, Fran alzó la mirada y lo miro con tristeza.
—A los que están encerrados en los ataúd por castigos no los dejan comer comida mundana— dijo Fran— lleve mucho tiempo encerrado en ese lugar.
El brujo abrió los ojos sorprendido ¿Cómo es que alguien como Fran pudiera estar encerrado en aquel lugar? ¿Por qué Camille lo había encerrado?
—No hice nada, lo prometo— dijo Fran dándose cuenta de lo que pensaba Ragnor— solo fue en la temporada de adicción en el hotel, Camille no dejó de hacerlo y yo la vi, para defenderse dijo un par de cosas y me encerraron hace unos días salí de ahí, para ser más exacto cuando llegó Simón al lugar.
— ¿Estuviste encerrado todo ese tiempo?—Pregunto Ragnor—oh pequeño, no tendrías que haber pasado por eso.
—Está bien, no hablemos de esto, disfrutemos de esta hermosa velada.
Ragnor sonrió y asintió mientras levantaba su copa para chocarla con la copa del pequeño, la noche comenzó a pasar rápido, disfrutaron de la comida mientras reía de conversaciones y relatos que habían pasado en su vida, Fran le contó sobre su patético mundo en su imaginación que había creado estando encerrado y su declaración fallida a unos de los chicos, Ragnor le contó sobre las aventuras que había tenido con Magnus y el momento donde había caído a un barco de excremento de pájaro, pudieron congeniar. Cuando el celular de Fran comenzó a sonar en forma de mensaje, Ragnor vio como el muchacho pedía disculpa y sacaba su celular para leer, no pudo evitar sentir preocupación cuando vio que la cara del niño se volvía en un tono aterrorizado, después de un momento Fran lo miro.
—Debo irme Ragnor, lo lamento— dijo Fran parándose— te voy recompensar por esto, esta cita ha sido fantástica, quiero que nos volvamos a ver.
Ragnor lo agarró del brazo.
— ¿Sucede algo malo pequeño para que te vayas tan rápido?— pregunto Ragnor.
El chico negó.
—Solo un problemas con dos polluelos, enserio lo siento—dijo el chico—me gustas Ragnor.
El brujo dejo de respirar cuando vio que el chico estaba acercándose a él con mucha confianza para darle un pequeño beso en sus labios, el agarre que tenía en la mano de Fran se soltó, después del beso el chico sonrío.
—Después de una cita ocurren estas cosas y yo por qué debo irme no íbamos a poder hacerlo—dijo el chico apenado—nos vemos.
Lo vio alejarse a pasos rápidos del lugar, no pudo evitar reír a lo acción atrevida de aquel muchacho, dejo plata para la cuenta y se paró para salir del lugar y hacer un portal, ahora debía ir a investigar, habían cosas de la charla del chico que le preocupaba y si, también quería volverse reunir con él.
Cita Malec ❤
MAGNUS.
Caminaban por las calles mundanas acompañados del anochecer, de las luces y los ruidos de los autos a su alrededor, Alexander lo había preferido así antes de llegar por un fabuloso portal, su niño Nephilim había suplicado caminar, los dos iban de las manos, desde que el ojiazul había gritado a su Parabatai y su novia que estaba saliendo con él, el chico se sentía más liberado y había tomado de su mano cuando antes habían tenido que estar así a escondidas.
No pudo evitar recordar cómo había comenzado todo, ese jovencito había ido en su búsqueda para saber sobre la Nephilim con cual su padre le había engañado a su madre, Magnus no había podido evitar poner un precio a ello, no lo conocía era un Lightwood pero estaba bueno, así que cuando le dijo lo que quería se sorprendió a ver qué Alexander se ponía colorado, no es que le haya pedido tener sexo, si no conocerlo más, las primeras veces Magnus caía al instituto, a su habitación o aprovechaba para acosarlo ya que el menor se ponía rojo como un tomate y se veía adorable, pero después Alexander comenzó a sentirse más cómodo y ya no le molestaba sus apariciones si no al contrario sabía esperarlo a veces y todo comenzó a ser tan extraño para Magnus se estaba enamorando y al parecer el ojiazul también, y cuando por fin se besaron las cosas fueron mejores, querían formar una relación.
— ¿En qué piensas?— pregunto Alec.
Lo miró con una sonrisa, no le molestaba que Alexander ahora mismo fuera serio, lo había analizado bastante para saber que venía de su comportamiento, al igual que la ropa rota que solía usar, tenía un cariño por ello, a veces era muy reservado no podía pedir mucho, Alec seguía siendo un Nephilim que debía haber pasado muchas batallas para haber ido tomando ese comportamiento.
—En nosotros y como nos conocimos— dijo Magnus riendo—un Nephilim y un subterráneo juntos ¿Quién lo diría?
Una risa se escuchó de los labios del ojo azul y apretó sus manos con fuerza.
—Tus acosos me hicieron caer en tu trampa— bromeó el menor.
Magnus dejó escapar una carcajada y lo llevó hacia la dirección del cine, había decidido hacer cosas mundanas pero no tan llamativas, Alec odiaba tener la atención, así que sería película, una cena no muy vista y después ver lo que podían hacer.
— ¿Sabes en que estaba pensando?
El brujo le prestó atención mientras veía algunas luces que señalaban que no estaban lejos del lugar.
—Dime garbancito.
—La clave nos castigará y por primera vez tengo miedo, pero por Jace y mi hermana y los demás— dijo Alec.
—No temas amor, yo no te dejaré que te pase nada, tú solo me mandaras un mensaje de fuego e iré en tu búsqueda a Idris no me importa que la clave o quien sea haya hecho eso—dijo Magnus abrazándose a él— Soy el gran brujo de Brooklyn y no dejaré que hagan algo a lo que quiero.
Sintió como Alec le besaba la frente.
—Yo también te quiero Magg.
Volvieron a caminar hacia el objetivo, cuando llegaron pidieron entradas para una película de acción y se pusieron en las últimas sillas de la última fila.
— ¿Sabes que dicen?— Preguntó Magnus sonriendo— que las últimas sillas son para las parejas muy cariñosas.
Y vio como Alec reía con vergüenza.
—Magnus deja de decir eso—dijo Alec— espera ¿Cómo sabes eso?
El moreno se abrazó a su novio para esperar por la película, no es que él fuera el pasivo de la relación, solo que el pecho del Nephilim era tan cómodo y escuchar los latidos de su corazón tan relajante, la película comenzó a rondar, haciendo que se quedarán callados y mirarán la película. Después de un rato, Magnus se comenzó a aburrir, no era tan amante de las películas, prefería los libros, así que comenzó a pasar su dedo por el abdomen del muchacho.
— ¿Q-Qué haces Magg?— susurró el ojiazul mirándolo.
Magnus dejó escapar una risa.
—Estoy haciendo justicia al dicho de la fila de atrás— susurró Magnus.
Sonrió con picardía, darle un poco de fogosidad antes de que su garbancito se fuera era una buena idea, comenzó a bajar la mano hasta el inicio de sus pantalones.
—Magg— susurró Alec.
—Solo sígueme en esta travesura— respondió Magnus.
ALEC.
No podía creer lo que estaban haciendo, lo que a Magnus se le había ocurrido hacer, mientras sentía como los dedos de Magnus desabotonar sus pantalones, el miraba nervioso la sala para ver si nadie estaba dándose cuenta de lo que estaba por ocurrir allá atrás, habían muy pocas personas y muy alejado de ellos, cuando sintió que el pantalón ya estaba desprendido las manos del brujo comenzaron a tocar su miembro a través del bóxer.
—Magg— jadeó en un susurro Alec.
Nunca había hecho nada de estas cosas, no había salido con alguien, así que cuando sintió el contacto de las manos de Magnus no pudo controlar ponerse duro.
—Grr Alexander— susurró Magnus acercándose más a él.
Desde que había conocido a Magnus se había dado cuenta de algo, el brujo era muy liberal, le gustaba hacer locuras, no le importaba lo que le dijeran los demás y por eso le gustaba, por que el brujo tenía seguridad, comenzó a sentir como la mano del brujo comenzaba a acariciar su genitales con experiencia y eso hacía que no pudiera dejar de suspirar, ser virgen y venir a que le hicieran esto en un cine mundano era extraño y a la vez le daba mucha adrenalina, haciendo que disfrutará el momento, comenzó a buscar los labios del brujo y así besarlo para callar algunos jadeos, cuando una linterna los alumbró separándose, Alec comenzó a prender su pantalón con rapidez mientras Magnus reía.
—No pueden estar haciendo estas cosas aquí señores, tengo que decirles que se comporten o tendrán que retirarse.
Magnus no dejaba de reír mientras Alec sentía como sus mejillas ardían.
—Que aburridos se han puesto los mundanos— dijo Magnus
Lo vio pararse a Magnus y agarrarlo de su mano, para comenzar a dirigirlo hacia la salida, cuando estaban ya un poco lejos del lugar Alec lo empujó hacia un callejón y lo estampó contra la pared para besarlo con fervor lo que había hecho Magnus en el cine lo había dejado duro y con necesidad de más, cuando se separaron para respirar, su respiración y sus latidos estaban acelerados, volvía a repetirlo quería más.
— ¿Y si seguimos está cita en algún hotel?—pregunto Magnus.
Alec asintió repentinas veces e intento hablar.
— Si, sería mejor.
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