(83)
SIMÓN
Miró a Fran a su lado, parecía haber quedado nulo después de todo lo sucedido y eso era raro por que antes de que se encontrarán con Ragnor y Raphael él se había pasado el recorrido hablando de cosas estúpidas e inútiles, volvió la vista a donde el portal había desaparecido, miro con amargura mientras se acercaba a la pared por donde había desaparecido, para tocarlo con sus pulgares con cuidado como si tratara de que el portal volviera de nuevo, remojo sus labios y trago con fuerza para poder desarmar el nudo que se había formado en su garganta y pedía lo que sabía pedirle, llorar.
No lo haría, no lloraría al frente de alguien de quién aún no confiaba, sabía que si bajaba la guardia el muchacho se aprovecharía de su vulnerabilidad y no podía permitir eso cuando su objetivo era salir de ese lugar, era precioso y no lo negaba, era grande y con un decorado exquisito para lo que él había imaginado, había habitaciones para relajarse o para distraerse hasta que el sol bajará y había un bufet para chuparse los dedos, bueno esa habían sido la palabra de Fran, también el chico le había dicho que podría conseguir un subyugado o dos, la verdad es que Simón no sabía que eran así que se optó por asentir con confusión y pedirle seguir explorando y fue cuando vio a Raphael.
†flashback†
Había creído que era parte de su imaginación, una alucinación de su mente al haber pensado tanto en él, no podía estar en el hotel cuando se había entregado para salvarlo, no podía estar en el mismo lugar que él, pero cuando vio que a su lado iba caminando Ragnor los dos de espaldas, dejo de escuchar a Fran y se congeló en el lugar, sintió su pecho vibrar como solía hacerlo cuando Raphael estaba cerca o sentía algún tipo de emoción por el ¿Y si lo había recordado? ¿Y si venía a salvarlo de este lugar? Pero había sucedido tan rápido, debía hacer algo.
— ¡Raphael!
Lo vio darse vuelta y si era él, su nariz, su pelo, sus ojos avellanas, su chaqueta, era él, comenzó a correr hacia sus brazos para fundirse en ellos y sintió como algo iba mal cuando la caída llegó después de unos momentos, no se alejó de los brazos de Raphael.
—Simón— escuchó susurrar a Raphael.
Era difícil saber qué Raphael era.
— ¿Por qué has venido?— preguntó Simón aún abrazado— no me malinterpretes, creí que tardarían más tiempo.
Sintió los fuertes brazos del mayor rodearle la parte baja de su espalda, haciendo que sus emociones comenzarán a dispersarse por todo su cuerpo.
—Aún no recuerdo nada, solo he venido a visitarte— susurro Raphael— lo siento por darte falsas ilusiones.
El menor no pudo evitar sentirse decepcionado, quería irse con Raphael pero no podía culpar a nadie solo habían pasado un maldito día o dos, se levantó un poco y le sonrió.
— ¿Raphael Santiago viniendo a visitarme?— bromeó Simón— que encantador.
—Levántense tortolos.
Los dos subieron las vista para ver a Ragnor, era el único o uno de los únicos que podía arruinar tal momento, vio a su lado a Fran que observaba a su amigo brujo con algo de asombro, si conocía a Raphael ¿Nunca había conocido a Ragnor?
— ¿Quién es este chico?—escucho la voz de Raphael bajó el.
Simón se paro y le ofreció la mano para ayudarlo, después de un momento los dos estaban ya parado uno al lado del otro, se sorprendió a sentirlo abrazar, Raphael desde que había despertado no lo había abrazado como ahora, pero se dejó abrazar mientras su mente y sus instintos de pareja le mostraban las razón de lo sucedido.
— ¿Celoso Raphael?— susurro Simón.
El olor a menta entró por sus fosas nasales, trató de que se quedaran allí y así más tarde poder recordarlo.
— ¿Por qué lo estás diciendo?— preguntó Raphael
Simón cerró los ojos disfrutando el momento, no sabía cuánto tiempo pasaría para volver a estar rodeado de esos brazos.
—Nunca me has abrazado así— susurró Simón—o comportado así ¿Cómo debo tomarlo?
Pero su tranquilidad se agotó cuando Raphael sorprendido y alarmado se separó de él, sus labios estaban temblando y sus ojos lo miraban con terror.
—Y-Yo creí...somos parejas... Em... Am— comienzos a tartamudear Raphael.
Volvió a ir hasta él y abrazarlo para después reír, Raphael le devolvió el abrazo.
—Te he extrañado Raphael— susurró Simón— y no llevo ni un día separado de ti, recuérdame por favor.
Sintió como Raphael colocaba su cabeza en su hombro y después lo escucho aspirar, sabía que el también quería atrapar su olor.
—Lo lograré— susurró Raphael— se que lo lograré, solo espérame.
—Siempre—dijo Simón.
Se abrazaron un poco más y después se alejó para poder observarlo y grabar cada hermosa línea de su cara,
Pero a ver qué Raphael había comenzado a hacer caras de confusión optó por prestar atención, aunque enseguida se arrepintió.
— ¿Estaba listo para irnos Raphael?— preguntó Ragnor.
Los dos vampiros volvieron a mirarse, podía ver la amargura y la preocupación en sus ojos, Raphael no quería irse y él no podía permitirle quedarse cuando Camille vivía en el mismo hotel y ya había probado su nivel de cordura.
—No, Simón y-yo no puedo irme— dijo Raphael a punto del llanto.
— ¿Raphael esta por llorar?— Preguntó Fran sorprendido.
Sintió unas ganas de tirar a Fran por la ventana y que se quemará fuera del hotel, pero no lo hizo, al contrario lo evitó y le dedico una sonrisa a su pareja.
—Debes volver y hacer lo posible para recordarte y recordarme— dijo Simón.
—No quiero dejarte aquí— dijo Raphael en un puchero.
Todo dentro de Simón se derretía a tales palabras y carita de Rapha, debía admitir que Raphael cursi era algo hermoso, alzó sus manos y la colocó a cada una de las mejillas de la cara del vampiro mayor.
—Me estoy cansando de ser quien te mime, tú eras el que lo hacía— bromeó Simón— ve Raphael.
Y después hizo lo que deseaba desde que había venido al lugar, besarlo, acerco sus labios hasta sentir como se apoyaban con los de él, comenzó a moverlos, fundiéndose en un beso lento y con sentimientos en ellos, compartiendo lo tanto que se querían,
Extrañaba besarlo y hacer estas cosas con él, el pasado era algo que necesitaban volver a sentir los dos, después de un momento se separó comenzando a sentirse vacío.
—Y-Yo— comenzó a tartamudear Raphael
¿Iba a declararse? ¿Iba a decirle que lo amaba? Simón comenzó a sentir nervios, el día esperando había llegado, pero...
—Vámonos Raphael— dijo Ragnor.
Para después verlo alejarse de él y ser arrastrado a un portal, Raphael quedo con sus labios medios abiertos como si quisiera decir algo pero no le salían, pero él lo diría.
—Te amo Raphael— susurró Simón.
Tratando de que pudiera escucharlo y cuando vio que el mayor comenzaba a sollozar supo que lo había logrado, levantando su mano para darle el saludo final y también poder secar algunas que otras lágrimas que habían comenzado a salir.
†Fin de flashback†
Y ahora estaba ahí aguantando sus lágrimas a los ojos de Fran.
— ¿Oye vamos a comer algo?— preguntó Fran
Simón rodeó los ojos y volteó para mirar a aquel muchacho que parecía haber vuelto a la normalidad, había vuelto a tener esa sonrisa egocéntrica que lo único que provocaba era darle una bofetada para hacerlo desaparecer.
—Puedes llorar si quieres Simón— dijo Fran dejando de sonreír— no porque yo esté aquí, evites algo que no vas a poder contenerlo por siempre.
Apretó sus labios y miró hacia otro lado, no lo haría, había dicho que no lo haría, aunque Fran se lo estuviera diciendo.
—Ven te llevaré a tu habitación, yo iré a buscar comida y volveré para acompañarte— añadió el chico.
La mano de Fran fue a parar a su espalda haciendo sobresaltar y se alejará de él, no quería que lo tocaran, no podía permitir que ese chico lo hiciera.
—Te dije que no me tocaras— gruño Simón.
No era el momento indicado para que el vampiro lo molestara, no estaba de humor.
—Está bien, vamos—dijo el chico dándose vuelta.
Comenzó a caminar detrás de él, habían hecho solo unos pasos y habían subido por unas escaleras, después de eso entraron a una habitación que estaba a la derecha, cual Fran abrió la puerta y lo hizo pasar, el primer olor que pudo reconocer era a menta, el de Raphael, lo miró con atención, todo era tan bello, un azul en las paredes, y una cama de dos plazas, aunque parecía de no usarse por mucho tiempo. ¿Cómo Raphael podía relacionarse con esta habitación?
—Esta es la antigua habitación de Raphael, Camille me la regaló pero no la quise usar— dijo Fran— ahora es tuya.
Volvió la vista al chico sorprendido, le estaba ofreciendo una habitación que Camille se lo había dado a él, eso lo hacía dudar un poco ¿Estaba juzgando mal a aquel chico?
—Gracias Fran—dijo Simón.
Analizó el lugar, parecía intacto, como si tuvieran miedo de tocar y sufrir las consecuencias, se sentó en la cama y entrelazó sus manos para apoyarlos en sus piernas, no tenía a Raphael cerca pero estaba en la que había sido su confort y eso era como tenerlo ahí con él.
—Iré a buscar algo para comer y vengo en un segundo—dijo Fran.
—No puedo comer, aún no estoy adiestrado en eso—le contesto Simón.
La mirada del chico con rizos volvió a ser traviesa y egocéntrica.
—Puedo enseñarte a tolerarlo.
Y caminó fuera de la habitación para dejarlo solo, Simón aprovecho para acostarse en la cama y mirar el techo, pensando cuantas veces su chico había pasado por eso, mirar a aquel techo mientras pensaba en algunas que otras cosas, cuantas veces había estado en aquella habitación en aquella cama, semi desnudo pasando sus días, cuantas veces había estado lamentando y odiando los momentos que le pasaban, mordió sus labios a saber que Raphael ya no lo recordaría, no recordaría cada momento que pasó en esa habitación lo que tanto quería saber, pero era bueno ni sabía el calvario que habría pasado en el lugar, junto a Camille.
Había conocido a aquella mujer y esperaba no volverla encontrar en toda su estadía, no quería soportar sus comentarios negativos sobre que la relación de él y Raphael no era verdadero ¿Qué le importaba a ella la relación que ellos tenían? lo había echado del lugar, no podía decirle lo que hacer cuando Raphael ya no era de su clan. La puerta fue golpeada haciendo sobresaltarse, no era Fran, porque no olía a tinta fresca, era algo parecido a pintura fresca, el vampiro menor se paró y caminó hasta abrir la puerta, encontrándose una chica media asiática, un uniforme de pantalón y top negro, su pelo contenía mechones de colores verdes y iba sería, la miro asustado.
— ¿Simón cierto?— preguntó la muchacha cruzándose de brazos.
Pudo ver como la muchacha fruncía el ceño y algo vibró dentro de él, los gestos eran tan a Raphael ¿Qué sucedía aquí? ¿Estaba de moda ser así? Asintió cuando la chica levantó una ceja esperando su respuesta.
—Solo no confíes en Fran, lo hago por tu bien y por el mío—dijo la muchacha dándose vuelta y alejándose.
Se quedó mirando mientras aquella muchacha se alejaba ¿Qué quería decir que lo hacía por su bien? ¿La tenían amenazada? Mordió sus labios y cerró la puerta para volver al lugar donde estaba sentado, debía tener cuidado con Fran. La puerta se abrió haciéndolo sobresaltar.
— ¡He llegado!
Fran entró con bandeja de comida, pizzas, papas fritas, bebidas y sin olvidar su sonrisa.
— ¿Dónde está mi vaso de sangre Fran?—pregunto Simón.
—Dije que íbamos a adiestrar tu tolerancia— dijo Fran.
Lo vio caminar hasta él y colocar la bandeja en la cama.
—No lo voy a hacer— dijo Simón.
—Claro que lo harás— contestó Fran.
—Claro que no—volvió a decir Simón.
Minutos después...
—No puedo comer más Fran—dijo Simón en un sollozo.
Todo dentro de él se estaba revolviendo, la comida que Fran lo había obligado a comer no era aceptado por su cuerpo y eso hacía que sintiera ganas de devolver, toda su garganta, estómago dolían y ardían, su energía se disminuía y comenzaba a sentirse mal, como si acabara de agarrar una fiebre y todo de él ya no quisiera funcionar.
—Debes hacerlo Simón— alzó la voz Fran— debes seguir por Raphael.
Negó y se alejó de él para comenzar a caminar hasta el baño de la habitación, pero sintió ser tirado y dado vuelta, viendo el cuerpo de Fran arriba de él sosteniéndolo, se sorprendió y más cuando el chico tenía en su mano una porción de pizza.
— ¿Q-Qué haces Fran?— preguntó Simón.
—Debes comer Simón, debes hacerlo— dijo Fran acercándole la pizza a su boca—no seas débil.
Volvió a negar y alejarlo.
—No seas débil Simón, Raphael nunca va a amarte así, todos tienen razón tú solo eres un juego para Raphael—dijo el chico alzando más la voz.
El vampiro menor se sorprendió a escuchar eso alejando a Fran de él y pudiendo pararse para colocarse tenso y usar la poca fuerza que le quedaba para echarlo.
—V-Vete de aquí Fran— dijo Simón enojado.
Vio como el chico lo miro sorprendido desde el piso.
—Lo siento Simón, yo no quería decirte eso—dijo Fran— me sobrepase lo siento.
—V-Vete ahora mismo— dijo esta vez más firme Simón.
El chico se paró y comenzó a caminar hasta la puerta, lo vio abrirla sin antes darle una mirada para después cerrar la puerta detrás de él, fue en el momento que corrió al baño abriendo la tapa del excusado y largando toda la comida que su garganta no había querido hacer pasar, en el proceso comenzó a sollozar, le ardía su garganta más de lo que pensaba y cada vez que daba una arqueada dolía.
—Todo pasará.
Alzó la vista viendo a Raphael delante de él, las alucinaciones habían comenzado, pero no lo negaba era una de las alucinaciones más hermosa que sus ojos podían ver.
—Estoy aquí junto a ti bebé, todo pasará.
El era su Raphael, el que añoraba por volverlo a ver. Las horas pasaron, pudo deshacerse de toda la comida que había entrado a su organismo, mientras la voz de Raphael le tranquilizaba en el proceso.
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