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SIMÓN

Desde que había llegado a aquella casa, le había fascinado la apariencia de Magnus desde el momento que lo vio, no era como él pensaba como eran los brujos, con una barba sumamente larga y blanca, unas arrugas demostrando su avanzada edad y una túnica de esos que sabían usar los brujos como en hora de aventura, extrañaba ver esos dibujos. Pero no, Magnus era todo lo contrario, parecía un joven de veinte y tantos años, su pelo y vestimenta era maravilloso y tenía ojos de gatos súper geniales, el único defecto es que ¡Estaba loco! El brujo había invitado a Clary al lugar y como siempre ella no estaba sola si no en compañía de todos, Alec que los miraba de lejos, la hermana de Alec como si estuviese aburrida y el rubio que no se despegaba de su amiga.

—Creo que solo invite a la Nephilim pelirroja, no a los demás—dijo Magnus— lo siento Izzy, pero deben irse.

Simón seguía en el umbral de la puerta mirando toda la situación, no podía creer que Magnus invitará a Clary, estaban teniendo una crisis de amistad y necesitaban tiempo para mejorarlo, mucho más tiempo, pero Magnus la había traído por cuentas "x" y lo hacía desesperar por qué no sabía qué hacer si ni podía mirarla a la cara.

— ¿Crees que la dejaré sola contigo brujo?—dijo el rubio.

—Chico bonito lleva a tu grupo de aquí—dijo Magnus mirando a Alec.

Y Alec le obedeció, sacó a su hermana y a Jace sin esperar a que se quejaran, sin disimular el rojo de sus pómulos, el Nephilim había caído a los encantos de Magnus, o casi.

—Ven Simón siéntate, hay que hablar nosotros tres—dijo Magnus.

Quería huir, correr fuera de la sala e ir a pedirle a Raphael que lo ayudará con Magnus, porque lo estaba asustando un poco, pero solo decidió entrar sentándose frente a Clary, no quería mirarla, lo había dañado bastantes, se dispuso a mirar al piso esperando que todo terminara.

—Bueno quede claro que los he chantajeado a los dos—dijo Magnus— quería hablar con ustedes.

—Estamos en una investigación importante brujo ¿Te dignas a llamarme para mostrar tus truquitos de magias?

—No le hables así a Magnus—dijo Simón con enfado— si él te quiso aquí es por algo ¿Crees que llamaría a los Nephilim si no fuese necesario? no son el centro del mundo.

No se iba a dejar insultar ni a él ni a sus nuevos amigos, no importaba si eran los mejores amigos, si se conocieron desde pequeños, si a la pelirroja se le había subido el ego de Nephilim, Simón se los bajaría, por que el ahora era un subterráneo y no dejaría a nadie insultar lo que eran, además aunque Magnus estuviera loco y supiera cómo hacerle pasar vergüenza, sentía que se estaba convirtiendo en una figura paterna para él, le había faltado por mucho tiempo su padre y cuando murió el menor sintió como perdía algo importante, pero Magnus tenía algo, algo que Simón aun no descifraba pero que su padre también lo tenía.

—Gracias Simón—dijo Magnus con una sonrisa— solo quiero que hablemos de unos asuntos importantes referido a Simón.

— ¿Qué sucede con él?— Preguntó Clary.

—Está en peligro—dijo Magnus— creí que te importaría proteger a tu mejor amigo.

—Lo hago.

—Necesito que la clave nos ayuden—dijo Magnus— un subterráneo está en peligro y ellos tienen que ayudarlos, tu como Nephilim te escucharan.

—Soy nueva, nadie me escucharía—dijo Clary— me sacarían las runas y recién estoy empezando, no puedo, lo siento.

Simón sintió como su corazón se rompió, ella no lo ayudaría, no lo haría, no le importaba, le importaba su nueva vida y quedar bien que ayudar un viejo amigo ¿Qué le había pasado? ¿Había sido siempre así en el fondo? ¿Los Nephilim le hacían algo?

—Quiero que te vayas de esta casa y no ver tu cara nunca más por acá—dijo Simón con amargura—ni se te ocurra venir, ni por lo mas minúsculo Nephilim, porque te mataré, doy mi palabra como vampiro que lo haré.

—Simón.

Miró a Magnus pidiendo que la sacará del lugar y este lo ayudó, cuando vio que ya no había ninguno, lloró, no entendía por qué su mejor amiga se había transformado en esa cosa y le dolía perderle, pero ella había elegido y el no podía hacer nada, también estaba enojado, porque él estaba feliz por haber tenido sexo con el vampiro y esto, la pelea, le había sacado toda su felicidad ¿No podía ser feliz? sin dramas, ni nada.

—Lo siento Simón, creí que nos ayudaría—dijo Magnus volviéndose a sentar— no creí que fuera así.

Simón le sonrió con un poco de amargura.

—No importa Magnus, las cosas pasan por algo—dijo Simón—creí que querías hablar conmigo por lo que viste del cuarto.

Cambio de tema, no quería hablar ahora de ello.

—Oh claro eso—dijo Magnus— me dijo Ragnor que eras virgen.

—Oye yo no dije eso, vos dijiste creías que Simón es virgen y que Raphael sería el encargado de sacarlo—dijo Ragnor entrando por la puerta.

El menor empezó a reír, secando sus lágrimas.

—Yo no dije eso mentiroso, yo dije que simón parecía virgen, pero no eso—dijo Magnus—tampoco te aposté cien dólares a que pasaba en menos de una semanas, oh espera si lo hice, Ragnor.

Vio como Ragnor suspiraba y le daba cien dólares a Magnus, eso le hacía sonreír, dos brujos apostando por ver cuando tendrían sexo no se veían todos los días.

— ¿Entonces...?—dijo Ragnor.

—Claro que lo llenaría de preguntas, pero si ha sido su primera vez, no quiero incomodar—dijo Magnus— respeto su intimidad.

Ragnor se empezó a reír y Magnus lo siguió.

—Claro que no es verdad— añadió Magnus— quiero saberlo todo.

— ¿Todo?—pregunto Simón avergonzado.

—Todo, desde el principio al fin—dijo Magnus.

—Creo que no todo, los detalles minúsculos guárdalos para ti—dijo Ragnor.

—No, no sé qué decirles—dijo Simón nervioso.

No sabía si la charla de su madre sobre que tenía que tener espermatozoiditos guardados y tratar de que no se escaparan cerca de los óvulos de una mujer era más incómodo que esto, estar contándole su primera vez a dos brujo.

—Solo responde tres preguntas y te dejare tranquilo—dijo Magnus con una sonrisa.

— ¿Nada más?— preguntó Ragnor— parece que estas de suerte Simón.

Pero él sabía muy bien que Magnus no quería molestarlo mucho por lo que había pasado hace un rato, el no tenía la culpa, Magnus le había ayudado a darse cuenta hasta que nivel Clary había cambiado.

— ¿Hubo sexo oral? ¿Quién lo hizo?

Simón se sintió avergonzado​ a recordarlo.

— Si, y yo lo hice—susurro Simón.

— ¿Cómo es la palabra que dicen los adolescentes mundanos?— preguntó Ragnor riendo— ah sí, goloso.

Los dos brujos estallaron de la risa y Simón moría por la vergüenza que estaba pasando, nada se comparaba con lo incomodo que se estaba sintiendo.

—Está bien, la segunda ¿Hubo beso negro?

— ¿Beso qué?—pregunto Simón confundido

—Beso negro, oh cielos es más inocente de lo que pensé—dijo Magnus.

—Es adorable— dijo Ragnor.

—Claro que es adorable.

Vio como Magnus se paraba y le apretaba las mejillas, pero Simón trataba de pensar si alguna vez había escuchado del beso negro, no sabía de eso y lo hacía sentir un poco fuera de lugar, ni había escuchado esas palabras de Erik.

—Tres ¿Te dio duró por detrás?

Casi cae de trasero al piso si no fuese porque estaba sentado, eso era muy directo.

—Esa es la pregunta más patética que has hecho y era la última—dijo Ragnor quejándose— ¿crees que si Raphael lo hubiese hecho, Simón estaría tan cómodo sentado?

—Oye ¿Quién dijo que Raphael era el activo?— Preguntó Simón colorado.

—Raphael no tiene pinta de ser pasiva—dijo Magnus— entonces no lo hizo, que blando.

—Hablando de Raphael— dijo Ragnor parándose— iré a ver si está todo bien.

—Dile que Simón necesita que le muestre que es un beso negro—le dijo Magnus riéndose.

Y Ragnor también lo hizo, empezando a caminar hacia la puerta, Simón pudo verlo con mayor atención, Ragnor tenía una pierna renga por esa razón se ayudaba con el bastón y ahora que se daba cuenta parecía de más edad, no como Magnus que parecía un joven, ¿Por qué Magnus era joven y Ragnor no, si lo dos son brujos? cuando lo vieron desaparecer volvió su vista a Magnus.

—Me siento culpable por lo de tu amiga—dijo Magnus—y tengo que decirte de nuevo lo tanto que lo siento.

—Magnus no es nada, es una perdida más— dijo Simón con un nudo en su garganta—perdí a mi padre y pude superarlo, Clary nos ofendió, y no merece mi dolor.

—Siento lo de tu padre.

—Fue hace tiempo—dijo Simón—no puedo no admitir que Clary era la única persona que tenía y se me va a hacer costoso no sentirme solo.

—Estamos nosotros, yo, Raphael y nuestro pastelito verde— dijo Magnus con una sonrisa.

—Pero eso no será por mucho—dijo Simón— después de que Raphael termine su entrenamiento tendré que irme al hotel, si Ethan no me secuestra primero.

Magnus hizo aparecer en su mano un líquido cual Simón pudo oler con facilidad, vodka, limón y un poco de pomelo, la bebida que Magnus sabía tomar casi todo los días para su momento de felicidad.

—Ninguno de eso pasará— dijo Magnus— ¿Sabes por qué? porque se con seguridad que tu y Raphael son el uno para el otro, hay amor entre ustedes y sé que él no te dejará que nada te suceda, Raphael es un luchador y eso significa que no dejara que nadie lastimé lo que él quiere.

—Hablas tan bien de él, como si lo conocieras de mucho tiempo—dijo Simón— pero tengo mis dudas aún, por la razón de su Nephilim fantasma.

—Yo lo ayudé a que se adiestrará, sabes si ahora piensas que es difícil de llevarlo, ni te imaginas cuando lo tuve que tener acá, era la amargura y el enojo juntos en personas— bromeó Magnus— pero le agarre cariño, estuvo bastante tiempo con su presencia, no desapareció y te aseguro que si se entrega a ti, tendrás a tu lado la persona más genial que hayas conocido, Annamarie no lo valoró, pero sé que tu si lo harás.

— ¿Es malo ser inmortal Magnus?— preguntó Simón.

No es por que sintiera curiosidad, no quería pensar que sería de su vida en unos años, pero en la manera que Magnus había hablado, le hacía pensar sobre si a cada criatura inmortal le había gustado la vida que habían llevado.

—Es en la forma que lo veas Simón, alrededor de mis años, conocí a muchas personas y se esfumaron, murieron, ellos llevaban una vida normal, crecían hasta envejecer—dijo Magnus con amargura— no me gustaba ¿Por qué tenían que hacerlo y yo no?¿Por qué tenía que verlos morir? pero con el paso de los tiempo fui descubriendo que ese era el ciclo de la vida y que tenía que saber que yo no era igual que ellos, yo era especial, en mis venas corre distinta sangre a todos, entonces entendí que las fiestas, los tragos y la vida que llevo es mucho mejor que conocer a personas que después tendré que llorar.

—Pero ¿Y el Nephilim Lightwood?

—Solo apareció y es un buen chico, un poco tímido, obedece a la clave sin ninguna duda, su orientación sexual esta oculta a todos de su alrededor y le gusta su Parabatai y sin decir más tiene una obsesión con la historia de su apellido—dijo Magnus moviendo su mano mientras hablaba.

— ¿Pero...?

—Pero es tan fascinante—dijo Magnus—un niño Nephilim con esas condiciones físicas, y pensamientos inteligentes, es simplemente fascinante, aunque se cumplirá su ciclo de vida, quiero estar a su lado hasta que acabe.

No entendía como habían pasado de hablar de una cosa a esto, primero lo de Clarissa que no había salido muy bien, después las preguntas vergonzosas de parte de Magnus y después hablando de sus amores, eso era lo que hacían los amigos, Magnus era su amigo.

—Podríamos tener charlas así más a menudo—dijo Simón—son buenas

—Claro que si mi pequeño amigo, soy un Saphael shipper's​ te necesito cerca para mis investigaciones— bromeó Magnus

Y eso hizo reír a Simón, había perdido a alguien que había querido con su alma, pero había podido crear otra amistad y eso era bueno, porque le hacía sentir bien ahora que sabía que no estaría solo, le estaba gustando la vida que estaba llevando y las personas que se iban presentando en su camino.  

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