(58)
RAPHAEL
Estaba recostado en la cama, esto era uno de esos momentos donde podía pensar y analizar los momento que había vivido en el día, había saciado su necesidades más rápidos de lo que creía y tener a Simón en su cama, pero había sido bueno, con todos los que se habían acostado siempre habían sido sexo pero con Simón, había sido más diferente, no solo lo habían hecho, si no había bromeado, reído y divertido, era agradable. Recordó ese día en el bar, se había pasado pensado en hacer cosas románticas a las antiguas con alguien, y ahora que volvía a pensarlo, pero ya había alguien con él en sus visiones, un chico con ojos verdes grisáceos, pelo revoltoso y un humor muy cambiante y aunque quisiera sacar su cerebro y golpearlo por pensar tantas cursilerías, una parte dentro de él quería ver si Simón le gustaría esos detalles o eran de esos de un baile y una bebida, era un poco difícil ver a simón como un chico de bailes, fiestas, bebidas y esas cosas, no tenía ese estilos, le gustaban los videojuegos y aunque no tuviera nada contra los que jugaban videojuegos, habían rumores de que ellos estaban en un nivel diferente, no eran nada románticos y tampoco eran de ir a fiestas. Le había sacado la virginidad a Simón, y estaba pensando en el ¿Simón estaría pensando ahora en él?
— Te ves ridículo Raphael, tan frágil.
El vampiro siguió mirando al techo como si en verdad no hubiese oído nada.
—Sabes muy bien que Simón también te dejará, se burlara de ti como yo lo hice cuando te dejé, destrozará tu corazón y después oh cariño, el después encontrara a alguien más.
— Tú no lo conoces.
— ¿Y tú sí?
¿Era tiempo de abrir su corazón a alguien? ¿Y si Annamarie tiene razón y Simón aprovechaba a lastimarlo? ¿Cómo podría confiar en Simón si no lo conocía?
—Él es diferente.
— Ethan lo quiere, dicen por allí que lo marcará y lo hará de su alimento gratuito ¿Quién no podría adorar al pequeño y inocente Simón? ni Ethan puede resistirse a sus encantos.
—Ethan no se lo llevara de aquí.
—Déjalo ir Raphael ¿Para qué quieres meterte en problemas por alguien que no conoces en nada? casi nada.
—No tienes a alguien más que torturas ¿A Robert?
—Lamentablemente amor, mi creador solo quiere que la tortura hacia ti.
Raphael se sentó mirando a la Nephilim apoyada en la pared de al frente, ella había revelado que alguien estaba detrás de todo.
— ¿Quién está haciendo esto?
La risa de la muchacha resonó en toda la habitación y empezó a desaparecer.
—Te quedarás solo Raphael, eres muy difícil de llevar—dijo la muchacha—Simón no aguantara a ti.
Raphael le dio la razón con tristeza, nadie iba a quedarse a su lado así, menos Simón. Un rato después la puerta fue tocada, pero Raphael estaba pensando supuestas situaciones de como Simón lo dañaría, una de ellas fue que había pensando en un simón que le confesaba su amor y después de que Raphael le contestará que correspondía su amor, el menor sacaba un gran cartel donde mostraba una horrible rata y letras grandes donde decía "TE LA CREÍSTE WE xd" no había sido un pensamiento muy maduro de su parte. Pero en otro de sus tantos pensamientos que era mucho más lógico, era que Simón le decía que lo que habían hecho más temprano había sido porque estaba confundido y le confesaba su amor por la Nephilim Lightwood, aunque este no la conociera.
—Raphael.
Pudo escuchar la voz de Ragnor mientras golpeaba la puerta, no quería hablar con nadie por un rato menos con el brujo que tardaba segundos en lograr ver sus angustias.
— Sabes que puedo entrar allí adentro—dijo Ragnor.
Y sin terminar la frase el brujo entró por la puerta siendo sostenido por el bastón.
—Raphael es de muy mala educación no contestarle a alguien cuando te habla —añadió Ragnor.
—Y es de mala educación entrar a habitaciones sin que la persona te lo permita —contestó Raphael.
— ¿Hay algo que te esté molestando?
No habían pasado ni tres segundo y el brujo ya había notado que algo iba mal con él, Raphael se estaba convirtiendo en alguien fácil de leer y mucho más que fácil para Ragnor.
— No, solo quería estar un rato solo.
— Te arrepientes de lo que hiciste con Simón ¿Cierto?
El vampiro se sentó de golpe sorprendido, mirando a Ragnor que se estaba sentado en una silla cercana mirándole curioso.
—Claro que no.
— ¿Y entonces que sucede?
Miró a su amigo brujo y chequeó la lengua, era difícil hablarle de este tema a Ragnor, lo hacía ver más adolescente y lo que iba a preguntarle hasta el mismo se sorprendía.
— ¿Crees que simón me está usando para su necesidades y después me va a dejar por otra persona para reírse a mi espalda por haberle entregado mi corazón a una parte importante de mi?
Vio como Ragnor empezaba a reír sin disimulo, casi agarrando su estomago.
— No sabes que tan parecidos son—dijo Ragnor— ya hasta comparten hasta los mismos pensamientos, Magnus tiene razón, ustedes tienen que estar juntos.
— ¿Simón piensa lo mismo que yo?
Ragnor volvió a reír por segunda vez.
—Creo que tienes un poco de razón, te vuelves más distraído cuando se trata de Simón.
Raphael lo miró confundido y frustrado.
— ¿Crees que soy débil?
— No digo eso Raphael, no por amar a alguien te vuelves débil, al contrario te hace fuerte, superaste a alguien que te ha dañado y estas intentando abrirte de nuevo sentimentalmente, eso es algo valiente.
— ¿Entonces...?
— ¿Entonces? —pregunto Ragnor.
—Eres el sabio—dijo Raphael—o dime que la purpurina de Magnus ya te ha afectado a ti también, porque si te estoy contando esto es por una razón y necesito una de tus sabían frases ahora.
Ragnor sonrió.
—Solo inténtalo y si no funciona aprenderás—dijo Ragnor— tienes una vida, pero no para lamentarse por amores que no han funcionado.
—Sigues siendo tú—dijo Raphael sonriendo— el sabio Ragnor.
—Ahora que estas más seguro y me estas halagando, que es adorable de tu parte—dijo Ragnor riendo un poco—vamos a salvar a Simón de Magnus, él está debe estar sufriendo con las preguntas.
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