(27)
SIMÓN
Los pasos del brujo acercándose se empezaron a escuchar por el pasillo y eso hizo que entrará en pánico, volteó para mirar toda la habitación en busca de algún escondite que sirviera para esos momentos por lo menos.
—Necesito esconderme—dijo Simón caminando hacia el armario—Magnus me matará, me hará un pez y me va a poner en el plato de Presidente Miau.
Vio como Raphael lo miraba con sus cejas arqueadas, tratando de entender que quería hacer, porque el polluelo estaba balbuceando entre diente y no se le entendía mucho de lo que estaba hablando.
— ¿No será mucha imaginación?— preguntó.
Simón negó y metió su cuerpo al armario de Raphael agachándose para no toparse ni tocar con las chaquetas del vampiro mayor y arruinar algo, no quería que Raphael le matara también, solo necesitaba el escondite, se aseguraría que el contenido que tuviera el escondite estaría salvo y sano.
—Claro que no, si aparece Magnus dile que estoy en algún lugar fuera de acá.
Y cerró la puerta quedando a oscura en ese pequeño lugar, lo primero que sintió fue el perfume varonil empernado en el armario, el perfume varonil que Raphael Santiago emanaba de su cuerpo, con curiosidad tocó con sus dedos las chaquetas y prestó atención a los ruidos de afuera, todo estaba tan silencioso eso le parecía raro porque creía que Raphael lo sacaría de una patada por haber entrado a su armario, pero no pasaba nada, era como si el vampiro mayor se hubiese puesto a colaborar con él.
—Raphael—se sintió la voz de Magnus.
Simón se acurrucó un poco más con pánico.
— ¿Magnus qué ha pasado? te escuche gritar algo.
Los pasos se escucharon más cerca, cada paso hacia que Simón se sintiera más en pánico.
—Tu alumno ha sacado un libro cual no puede leer de mi biblioteca.
— ¿El diario de Will? No entiendo, ya que también lo he leído Magnus.
Los pasos se escucharon más cerca y después la puerta se abrió de golpe, Simón sonrió con colmillos incluido por los nervios que recorrían su cuerpo, no podía evitarlo, los colmillos salían porque si cuando se sentía de esta manera, entonces miró sobre el hombro del vampiro mayor observando a Magnus, no se veía enojado al contrario miraba divertido la situación.
—Sal de ahí novato, Magnus no te matará.
El menor salió del armario avergonzado, había estado dentro del armario de Raphael con todo sus chaquetas, un espacio personal de alguien ajeno y no se había molestado a detenerse y pensar las consecuencias de haber hecho esa acción, solo había actuado por instintos, Simón también no entendía porque se colocaba chaquetas el vampiro mayor si no podían sentir frío, pero se resigno a pensar que solo debía gustarle usarla como accesorio de su vestimenta.
—Lo siento Magnus—dijo Simón apenado— no quise leerlo.
Se colocó a lado de Raphael por si acaso sucedía algo, por lo menos el vampiro mayor debería defenderlo.
— Está bien, tendría que haberte avisado que eso no se podía tocar.
Magnus estiró su mano y mostró un libro, pudo reconocerlo al instante, era el diario de Will y se lo estaba tendiendo con una sonrisa, Simón alzó la mano y la agarró con timidez mirando a Raphael en el proceso tratando de entender por qué Magnus se lo estaba dando.
— Lee, a Will le gustaría que los demás supieran lo grandioso que fue.
Y se fue, había pensado que le pasaría otra cosa, y nada agradable, como convertirlo en polvo, una rata o algo así, pero no y estaba asombrado por ello, el brujo se veía muy amable y tan cálido, que podría confundirse con un mundano más y no como una clase de monstruo o lo que fueran todas las especies.
—Ya puedes despegarte de mí—dijo Raphael—estas fuera de peligro.
Se alejó de Raphael y se avergonzó al instante, no se había dado cuenta que todavía estaba al lado del mayor tanto que lo había hecho incomodar, apretó en su pecho el libro y miró al piso dedicando una sonrisa tímida por el momento que se había creado.
— Lo siento.
El vampiro mayor lo miró con una sonrisa burlesca y Simón salió rápido del cuarto entrando a su habitación cerrando la puerta detrás de él, todavía seguía avergonzado por lo ocurrido, se había escondido en el armario de Raphael, eso había sido muy inapropiado de su parte y más al aspirar el perfume de ese pequeño lugar, eso era malo y fuera de lugar, lo peor es que había estado apretujado a Raphael y no se había dado cuenta, es que no sentía nada por el mayor, un poco de temor porque recién se había relacionado con él, pero sabía que si pasaba mucho tiempo con ese vampiro iba a despertar sus gustos por ese hombre, y eso podía ser algo malo en el futuro.
Se sentó en la cama y abrió el libro en la página donde creyó que estaba para seguir con la lectura, miró su habitación viendo estaba alumbrada por el sol, aunque lo tenía tapado una cortina que no sabía cómo había aparecido allí, dándole a la habitación un toque hogareño con las paredes celestes, no había encontrado la hoja en la cual se había quedado, pero le llamó la atención de una foto que estaba pegado en inicio de la hoja, estaba Will con un traje, sus runas se mostraban sin necesitar escondite, estaba medio sonriendo a lado de un chico de apariencia extraña y podían verse en sus ojos zafiros alegría, el chico a su lado tenía el pelo y los ojos plateados, no era escalofriante, sus cuellos tenían la misma runas que el otro chico, en su mano derecha llevaba un bastón y sonreía casi igual que Will, como si los dos se llevarán bien. Miró abajo de la foto y leyó el nombre de chico, Jem Carstairs, y más abajo del nombre Will relataba cómo había conocido a ese chico y como Jem se había ganado su respeto, el vampiro había odiado como Will se había comportado a través de las páginas pero al leer porque era así se le pasó, ahora entendía a todas esas lectoras que se volvían alteradas cuando leían un libro, él estaba pasando lo mismo en ese momento, con un diario personal de una persona muerta posiblemente.
Después de leer como había sido la maldición de Will y como un demonio se lo había puesto en su infancia, siendo la razón del porque no se podía relacionar con la gente, escribió que Jem venía de China y que sus ojos y pelos habían cambiado porque un demonio mayor lo había envenenado, y su curación era una droga llamada Yin Fen que era adictiva y que esta estaba matando al chico lentamente. No le quedaba mucho tiempo desde ese entonces, Simón sintió ganas de llorar ¿Por qué eran tan malos? Y porque estas gentes sufrían así, el vampiro ya estaba por cerrar el libro cuando vio una palabra que le llamó la atención, "Parabatai". Will y Jem eran Parabatai, o eso decía el libro, su relación era de algo más fuerte que cualquier amistad, eran familia, hermanos, almas gemelas, debajo de la quinta hoja que ya iba leyendo vio un dibujo raro pero hermoso y un título que lo acompañaba El juramento Parabatai.
—A donde vayas, yo iré—dijo susurrando—donde tú mueras, yo moriré y allí seré sepultado.
Simón no le pareció bueno esa parte, hablaba de muertes, doble muerte, algo así como un suicidio también.
—El ángel será mi testigo y aún más, hasta que la muerte nos separe a ti y a mí.
Cerró el libro después de aquello, eso había sido intenso y escalofriante; pensó en Clary, ella era ahora una Nephilim y tenía que tener uno de esos "Parabatai" y no le gustaba nada ya que él era su mejor amigo ¿Un vampiro y una Nephilim podían ser Parabatai? tenía que averiguar y comunicarse con Clary ya que la extrañaba y necesitaba saber si no lo estaba engañando, sino estaba traicionando su amistad de años y eligiendo a alguien para colocarse esa marca. La puerta fue golpeada y Simón se sobresaltó un poco, pero caminó hasta ella, el olor a menta inundó sus fosas nasales ¿Ahora que necesitaba? Cuándo abrió un poco la puerta lo vio con una distinta chaqueta y con los brazos cruzados mirándolo con seriedad.
— ¿Necesitas algo?
—Es hora de que te alimentes—dijo Raphael.
— ¿Alimentarme? ¿Con sangre?— preguntó Simón frunciendo su nariz.
—Claro simón ¿Con que más te quieres alimentar?
—Con Comida.
Vio como Raphael ponía dos de sus dedos en el puente de su nariz como si tratara de controlar su frustración en esos momentos, el vampiro mayor parecía mucho más serio, más de la cuenta, cuando hacia esas cosas.
—Te dije que no puedes—dijo Raphael —sabes que eres un novato.
Simón bufó, él quería comida no sangre, no le gustaba, no se le apetecía y era asqueroso para él hacer eso, quería probar comida de verdad porque en realidad estaba teniendo mucha hambre.
—En la sala, ahora— ordenó Raphael.
Y se fue, Simón alzó su mano para alborotar el pelo con cansancio, cerró la puerta detrás él y fue por donde se había ido Raphael, esto iba a salir mal lo presentía, iba a terminar vomitando y sufriría una gran vergüenza al frente del vampiro mayor por aquella acción. Esto iba a ser malo y vergonzoso para todos, pero Simón sabia que cuando se trataba de perder dignidad o su buena imagen, él era perfecto para hacer eso.
-Aclaraciones-
• Yin Fen: A veces recibe el nombre de polvo plateado o polvo demoníaco, es una droga altamente adictiva y también es una clase de veneno de demonio.
• Juramento Parabatai:
"No me ruegues que te deje, o que regrese cuando te estoy siguiendo.
Porque a donde tu vayas, yo iré, y donde tu vivas yo viviré. Tu gente será mi gente, y tu Dios será mi Dios.Donde tú mueras, yo moriré. Y allí seré enterrado;
El Ángel me haga esto y mucho mas si nada mas que la muerte nos separa a ti y a mí."
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