SIMÓN.

Ya se había aburrido, no podía despertar y se había puesto a analizar su vida, se acordó desde que era un pequeño donde su familia estaba unida y felices, donde su padre estaba vivo, recordó la primera vez que vio a Clarissa y como esos pelos rojizos llamaron su atención, la niña era muy curiosa e inquieta y eso combinaba muy bien con él aunque no le gustara tanto el riesgo, también recordó la primera vez que se enamoró de la pequeña Clarissa, cuando ya tenían diez años, eran niños pero pasaban casi la mayoría del tiempo juntos, la pelirroja era de esas chicas fabulosas que con tan conocerlas un poco te enamoraba con su personalidad, era tan divertida e inquieta que no te lograba aburrir. Recordó la muerte de su padre y lo doloroso que fue y como la familia se empezó a desmoronar, su hermana para sacar su dolor se fue a la otra parte de la ciudad y se instaló allá dejando una segunda pérdida dentro de la familia, los recuerdos que incluían los momentos vividos con su madre empezaron a cruzar por sus párpados, sonrisas, llantos, días grises y días buenos, a pesar de todo sentía el orgullo por su madre ya que ella se mantenía fuerte para él.

En otro de sus recuerdos apareció el día que se dio cuenta que estaría para siempre en la friendzone, estaban en el centro comercial y el la había acompañado a comprar utensilios para su nueva obra de arte, se acordó de la señora que los había confundido con una pareja y Clarissa se había reído diciendo que era una equivocación, al salir de allí bromeó con eso, no era la primera vez que le pasaba ya que era inútil para el esconder sus sentimientos, pero Clary cada vez daba más señales de que su amistad no pasaría a nada más, se llevó la decepción, pero lo supo llevar. Otro recuerdo fue cuando descubrió que le gustaba los cigarrillos, fue un día, cual estaba medio deprimido y su cabeza no dejaba de pensar, sabía que los cigarrillos calmaban los nervios pero nunca los había probado, hasta que ese día ya no pudo más y compró uno suelto, al encenderlo y ser la primera vez se ahogó y tosió, pero las siguientes caladas fueron mucho mejor, se llevó a pecho el humo, todo el sabor a la nicotina entró en él, su preocupaciones y todo lo que rondaba en su cabeza disminuyó, desde ese día fumaba uno o dos cigarrillos por días sin que nadie lo descubriera.

Y cuando conoció a la banda fue un día que iba a buscar un par de compras al supermercado, un chico medio molesto no dejaba de hablar detrás de él, no le daba importancia y tampoco lo hizo, hasta el día que lo volvió a ver en el instituto cual él estudiaba repartiendo volantes donde buscaba un bajista para su banda, Simón sabía de eso y decidió que sería una forma de distracción, cuando fue a presentarse y adicionar los chicos lo recibieron y lo aceptaron haciéndolo adaptar con rapidez en el grupo. Su vida estaba bien hasta ese día a la noche en el callejón, eso lo desmoronó, dio un vuelco terrible poniendo todo de cabeza, ese hombre había acabado con su vida ¿Qué hubiese pasado si no lo hubiera encontrado? ¿Seguiría creyendo que los vampiros eran criaturas místicas de los videojuegos? dicen que las cosas pasan por algo, aunque no sabía por qué le había tocado pasar este trauma ¿Se convertiría en uno de ellos? ¿Mataría personas? ¿Sería malvado como ellos? no lo sabía.

Un chico con ojos avellanos, y corpulento apareció en su visión, no fue mucho tiempo para reconocerlo, era Raphael su salvador, su mirada era seria haciendo que la curiosidad de este apareciera ¿Por qué sentía que este vampiro era distinto a los otros? ¿Por qué llamaba tanto su atención? ¿Por qué apareció otra vez? ¿Por qué lo salvó por segunda vez? Nunca había pensado en su orientación sexual, si le gustaban las chicas ¿Pero los hombres también? Nunca se había parado a ver si alguno le interesaba hasta ahora, no se definió como heterosexual o bisexual, ni él mismo sabía cómo definirse. Siguió viajando recuerdo tras recuerdos, hasta que su conciencia volvió a reaccionar, no podía despertar aún pero sentía los murmullos del exterior, pudo escuchar algo de prepararse para la transformación, ¿Transformación de quién? Y que tendría que ser en un cementerio, ya no entendía qué sucedía y una sensación de que algo iba a cambiar en su vida se estaba situando en su pecho.

— ¿Dónde vamos a conseguir sangre? Creí que traería el vampiro— dijo una voz masculina.

— Claro, según ahora yo tengo un bolsón de sangre— dijo otra voz masculina— eso lo controla Camille no yo.

— ¿Entonces qué vamos a hacer?

— ¡Dios! Magnus mándalos al lugar, eso es lo más importante, sin sangre el polluelo no sale.

¿Raphael dijo Dios? ¿Los vampiros pueden hacer eso? Dijo sangre y polluelos ¿Qué es y quién es el polluelo? ¿Salir de dónde? Las preguntas rebotaban dentro de él y no sabía cómo responderlas, eran muchas.

— Tú Nephilim busca una pala, tenemos que hacer un hueco para enterrar al mundano.

¿Qué? ¡Lo iban a enterrar! Y vivo ¡Estoy vivo! Intentó gritar Simón pero de su boca no salía nada, ni una reacción, solo estaba a merced de aquellas personas.