Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

(18)

RAPHAEL

Miraba al mundano con cansancio, no sabía que iba a hacer la Nephilim con el chico, pero si lo hacían revivir tendría que hacerse cargo del que mundano y su transformación no lo metieran en problemas a él ni a los demás del Loft. Esto no estaba en su ideas, la idea era pasar su tiempo a soledad, esto era un problema, pero tenía que mentalizarse que esto ya había pasado y aunque a él no le pareciera correcto tomar el lugar de Camille había hecho esto tanta veces, adiestrar novatos, que uno más no podía ser un problema ¿Pero el mundano se dejaría adiestrar? ¿Sería un mundano irritante que no se dejaría ayudar? Caminó hacia su lugar y se sentó allí, apoyó sus codos en sus piernas como su cabeza en las palmas de sus manos, mirando la pared con armas, muchas cosas rondaban por su cabeza y era imposible saber qué hacer.

— No sé que voy a hacer ¿Y si descubre esto Camille?

Estuvo toda la tarde tarareando alguna canción, caminó por la habitación viendo las armas de los Nephilim o tratando de encontrar algo en la aburrida y solitaria habitación para entretenerse. Pero fallaba, no había nada bueno, la incomodidad del ambiente que no conocía era cada vez más abrumadora y no le gustaba saber qué decisión se tomaría al final del día.

— Podría estar leyendo un libro en estos momentos antes de estar acá.

Agarró su celular y se puso a observar cualquier aplicación entretenido, algo que sacara su mal humor, cuando llegó un mensaje.

Desconocido: ¿Y qué sucedió Raphael? ¿Lo encontraste?

¿Quién eres?

Desconocido: Vamos Raphael, no eres tan solicitado, debo ser el único que te debe hablar.

Ethan ¿Qué necesitas?

Desconocido: Bingo. Solo quiero saber si vas a revivir a mi polluelo.

No es de tu incumbencia.

Desconocido: Aguafiestas. Te hablaré cuando estés de buen humor.

Apretó la mandíbula con fuerza y el celular, no entendía porque el vampiro ese lo estaba molestando y menos como había salido del lugar, para eso Kendall estaba con él ¡Malditos vampiros! ¿Querían vengarse de lo que había sucedido? Porque era muy inútil estar arreglando los problemas así, querer meter a un mundano en los problemas ajenos.

— Como odio estos niños inmaduros.

Se paró con enojo y caminó hacia el mundano, lo miró con molestia, casi al punto de estar mostrando sus colmillos.

— Espero que tú no seas así como estos niños.

Se dio la vuelta y se apoyó en el mesón dándole la espalda al mundano, empezó a pensar en algo, para tratar de calmar su impulso de ir y buscar a Ethan para degollarlo, empezó a contar con los dientes apretados, esa metodología se lo había enseñado su madre, le decía que enojarse era algo que iba matando su alma, y Raphael trataba de creerle y hacerlo, pero era tan impulsivo que antes que llegar al diez una grosería o un argumento explosivo salía de él.

— Tengo que calmarme.

Apretó con fuerza las orillas del mesón empezando a trisar, odiaba que alguien lo mandara o lo empezaran a tomar como juego y más unos niños como ellos, él tendría que estar mandando; escuchó pasos acercándose, se alejó y se sentó en el lugar donde estaba antes, no quería que lo encontraran cerca del mundano, la puerta de hierro se abrió, el vampiro puso sus expresiones neutras, le gustaba provocar el enojo cuando lo veían así, y miró su reloj cual marcaba que ya era tarde.

— Ustedes los Nephilim tienen algo en su cabeza que dice, es la hora de ir a hacer las responsabilidades ¿O qué?— preguntó Raphael con una sonrisa burlesca— Aunque se le han pasado ya una media hora.

Provocar el enojo en otros y sacar su propio enojo era como una satisfacción, le funcionaba muy bien, a pesar de que estuviera mal.

— ¡Por el ángel! ¿Tienes que estar molestando desde que llegamos?— preguntó el chico rubio rodeando sus ojos.

— Claro, estoy aquí encerrado con un futuro cadáver ¿Sabes lo abrumador que es?— preguntó Raphael cruzando las piernas.

— Simón no es ningún cadáver— musitó la pelirroja.

— ¿Entonces lo revivirá?— preguntó Raphael.

— Clary nunca dijo eso.

Raphael chequeo la lengua y miro hacia otro lado, Ethan le había hecho perder su paciencia y había podido controlarlo, pero ahora estaba por perderle y a lo grande, con estos niños Nephilim que no se decidían.

— Vamos Nephilim, ¿No has pensado qué vas a hacer con el mundano?

— No — dijo la pelirroja — pero no quiero dejar a Simón solo.

— Si se convierte en vampiro no va a poder tenerlo como mascota, este lugar lo mataría—dijo el niño rubio.

— Para eso está el hotel de Camille o Raphael —dijo la voz de Magnus.

Raphael como todos los presentes miraron hacia donde provenía la voz, allí estaba Magnus apoyado en la puerta con una sonrisa, notando lo arreglado que venía para la ocasión.

— ¿Cómo entraste aquí?— preguntó el Nephilim de ojos zafiros.

— Un brujo no revela sus secretos— contestó Magnus con una sonrisa y miró a la pelirroja— el hotel de Camille se encarga de adiestrar novatos, miren a Raphael el pudo con muchos de ellos.

El vampiro bufó, no entendía porque Magnus estaba diciendo eso, sí, logró adiestrar a muchos novatos, logró también hacerse respetar en poco tiempo, pero lo habían sacado del hotel, estaba exiliado.

— Si el mundano hace su transformación, ya que veo que no quieres que muera, Raphael lo entrenará —añadió Magnus.

— Clary esto es importante, tú mundano ya no va a ser más mundano ¿Quieres que esté marcado con esa desgracia para siempre?— Preguntó el niño rubio.

— Simón es mi familia— sollozó la pelirroja.

— Simón ya no tendrá corazón— dijo el rubio poniendo sus mano en los hombros de ella.

Raphael miró la sala y vio a los otros dos Nephilim como observaban callados la escena y como Magnus miraba fascinado al chico de ojos zafiros de una manera más o menos disimulado, la chica de pelo azabache, reconocida como Isabelle Lightwood, debía ser hermana del ojiazul, estaba arreglando sus uñas apoyada en la pared y con una diminuta sonrisa como si le divirtiera la situación. Raphael se paró y tosió con falsedad ganando la vista de los dos Nephilim.

— Mira Nephilim, tú decides, yo haré que tu amigo y cual tanto quieres sea adiestrado, solo cambiara en la manera de que tomará sangre y no podrá salir al sol, su corazón dejará de funcionar pero nada más se dañará, tú decides.

La pelirroja asintió y miró a todos para después mirar al mundano con cara de tristeza, Raphael aunque la viera de espalda a él, sabía que estaba recordando todo los momentos vividos como los sentimentales que son los mundanos. Paso un rato y la Nephilim se giró para mirarlo con los ojos llenos de lágrimas y el rostro sonrojado.

— Lo haremos, reviviremos a Simón— dijo con dificultad.

Raphael solo asintió. Ella le estaba llevando la contra al rubio. 

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro