(12)
SIMÓN
Al transcurrir los días podía sentir que cada vez se sentía peor, como si se estuviese enfermando, hasta el punto de encerrarse en su casa temporalmente, ya no quería salir a ningún lado, solo quería estar recostado en su cama o viendo televisión, no había ido a ensayar, ya no era amigo de Clary y tenía una peste de resfriado desde hace días, además todo se estaba poniendo raros, como uno de los días anteriores donde descubrió dos puntos en su cuello, a una distancia no muy corta y en vertical, recordando un rato se dio cuenta que fue donde el chico borracho del callejón lo había mordido, eso le empezó a alarmar se había visto toda la saga completa de crepúsculo y de Academia de vampiros para saber que eso eran mordeduras de esos monstruos. Hoy estaba repitiendo la película Academia de vampiros en su computadora solo para ver a Dimitriz, ya que le había fascinado su trabajo como actor, cuando su vista se nublo y creyó que estaba sufriendo un mareo o un posible desmayo, sacándose los lentes comprobó que podía ver bien, estaba viendo sin los lentes y era alucinante, pero lo hizo dudar, desde que era chiquito tuvo que usar por un problema y eso estaría toda su vida, trató de no darle importancia, no alarmarse, parándose y caminando hacia la cocina; las escaleras se le hicieron muy cortas y su llegada a la cocina fue rápida, al abrir la heladera empezó a analizar el contenido de ella, pizza sobrante, una caja de verduras, dulce de leche y un plato con carne cruda.
Quedó un poco suspendido viendo la carne y el jugo rojo que lo rodeaba, comenzó a saborear sus labios y acercó su dedo al jugo para embarrarlo y meterlo a su boca saboreando el sabor a sangre, cuando reaccionó y vio lo que estaba haciendo se asustó y dio unos pasos hacia atrás, llevó consigo el plato de pizza para después subir a su habitación, la habitación estaba a oscura y Simón arrugo un poco sus cejas confundido, él había dejado las luces prendidas, empezó a hacer tientas para encender la luz con su mano desocupada pero no lo encontraba, después de unos segundos la luz se encendió viendo en su cama al chico del callejón con una sonrisa falsa y unos colmillos a la vista, Simón tiró el plato y se quedo estático en su lugar, su respiración empezó a fallar ¿Cómo había llegado el aquí? ¿Cómo sabía él donde vivía? ¿Por qué tiene colmillos?
— Que bueno que apareciste— dijo el muchacho parándose.
Simón empezó a hacer pasos hacia atrás con miedo, esto solo sucedía en las películas, pero él lo estaba viviendo en carne propia y no le agradaba.
— ¿Qué haces aquí?— Preguntó con miedo.
— Vine a hacer tu vida mejor, para siempre—dijo el muchacho empezando a caminar hacia él.
— ¿Q-Qué?— balbuceó.
— Te transformare en alguien de los míos— dijo el chico— un vampiro, un polluelo.
Simón se estremeció, lo transformaría en un vampiro. No podía creer lo que estaba escuchando, no podía aceptar que estaba escuchando esa oración de su boca como si fuera real, como si fuera a pasar, esos solos son mitos se repitió.
— ¿P-Por qué haces esto?—preguntó Simón casi a punto de llorar.
La risa del muchacho resonó en toda la habitación, una risa que le hizo erizar todo el pelo de su cuerpo.
— Yo fui una vez un mundano, pero un vampiro me transformó— dijo el muchacho molesto— ¿Quieres saber más? Eso no es de tu incumbencia mundano.
— E-Eso suena ilógico.
— Claro que no—dijo el muchacho— ahora déjame terminar mi trabajo.
Simón trató de seguir haciendo pasos hacia atrás pero algo lo paró, cuando vio con que había chocado aparece en su vista una muchacha con cabello azul, una mirada intimidante y colmillos igual que el otro muchacho, ya no era solo uno sino dos personas con el mismo tema.
— ¿Piensas que te podrás escapar?— preguntó el muchacho a su espalda.
Tragó saliva con dificultad y esperó lo peor para él, no podría escapar, no podría hacer nada, debería afrontar esto o pensar que se ha dormido despierto y esto no es más que una creación de su mente por tantas películas con esa temática.
— Tenemos que completar el proceso— añadió.
El muchacho lo dio vuelta y le mostró una copa muy igual a la de su sueño, frente a sus ojos, siendo sostenida por el chico castaño entre sus finos dedos de una forma elegante.
— Toma el líquido que hay dentro y todos seremos felices, sin tener que llevar esto a algo peor— ordenó el joven.
Simón empezó a negar, tratando de huir, pero fue sostenido por la chica que tenía atrás y los dedos del muchacho se colocaron a cada lado de las mejillas haciendo fuerza para que abriera la boca, tuvo éxito y el líquido empezó a entrar, trató de escupir pero el vampiro que tenía delante no lo dejó, le tapó la boca haciéndolo ahogarse, tuvo que tragar un poco de la sustancia para poder respirar.
— Con eso basta— dijo el muchacho— suerte con tu nueva vida, mi polluelo.
Y Simón se desmayó después de aquello.
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