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05_Chismes de pueblo

Capítulo 5

~❁ ❁ ✦ ❁ ❁~

Chloe se quedó con Sarah en lo que subí al segundo piso a intentar arreglar el desastre que Amaia obrara con mi ropa.

No iba a quejarme. Lo merecía, pero mi pantalón estaba empapado y podía andar sin camisa, pero no sin pantalón.

La puerta del baño al final del pasillo estaba entre abierta y guardé distancia al escuchar personas dentro. Las voces se filtraban al pasillo, eran dos chicas.

—Lo que no entiendo es por qué dices que sí a todo lo que te pide —habló una.

—Dijiste que fue divertido. ¿Ahora te molesta?

—Vicky, ¿estás escuchándote?

—A Charles le gustó y a ti también.

—¿Y qué hay de ti?

No estaba entendiendo nada, pero reconocí el nombre de Charles y el silencio que guardaron me dio curiosidad.

—Rosie, te estoy proponiendo que volvamos a hacer un trío con Charles, no que me des lecciones para entender lo que siento.

Me tapé la boca con tal de no reír en voz alta.

—Me estás diciendo que nos acostemos con él porque te lo pidió, no porque tengas ganas de hacerlo.

—No me molesta hacerlo.

—Vicky, eso es una estupidez. No es algo que hagas porque no te molesta, se supone que debes quererlo.

—Es solo para divertirnos.

—No, es para satisfacer el morbo de tu estúpido novio y no estoy dispuesta a que vuelva a pasar.

Volvieron a quedar en silencio y no podía creer lo que escuchaba.

—Está bien —aceptó la que insistía en el trío—. No quiero pelear contigo. Olvidemos esto y ayúdame a encontrar a Charles. No responde el teléfono.

—Vicky, tienes que dejar de perse...

Una castaña de ojos verdes salió al pasillo y cortó el reproche al verme recostado a la pared opuesta. Sus ojos bajaron por mi torso desnudo e hizo una mueca graciosa.

—Linda tableta, niño nuevo —dijo antes de arrastrar a su amiga por el pasillo.

Se habían acostado con Charles, pero la rubia era su novia. Amaia tenía alguna relación con Charles y se enviaban mensajes en la noche, incluso su hermana decía que era su novio. Algo no cuadraba y Chloe tenía que ayudarme con información.

Me deshice del pantalón mojado y con ayuda de una secadora estuve cerca de media hora encerrado en el baño. La camisa era un desperdicio de tiempo. La enjuagué y exprimí hasta que no chorreara.

La enana tomó una justa e inconveniente venganza. Odiaba llevar ropa húmeda.

Cuando abrí la puerta, nuevas voces llegaron a mis oídos y empezaba a hartarme de chocar con conversaciones ajenas. Habría interrumpido si no hubiese reconocido el cabello azabache de Amaia.

—No me puedo disculpar por algo que no pasó —dijo Charles de quien pude tener un vistazo antes de esconderme en el baño.

—Imaginemos que eso es verdad. Y ahora, ¿qué pasa con ella? —reclamó la chica con voz seria.

—¿Qué querías que hiciera? ¿Sentarme a esperarte?

La chica rio con ganas y entreabrí la puerta para escuchar mejor.

—Para nada, pero no liarte con la chica con que todos decían que me ponías los cuernos.

Ahora todo empezaba a tener sentido.

—Tienes razón. En eso también me equivoqué, pero jamás te fui infiel con ella. No sé cómo puedes pensarlo si todos sabían que llevaba años detrás de ti.

>>No hubo un día en que no te demostrara lo que sentía y lo sabes —continuó el chico y pareció sincero—. Puedo meter la pata mil veces, pero no así y sabes que al final del día siempre voy a estar pensando en ti.

Pegué la frente a la puerta y traté de no reír. Aquel drama empezaba a revolverme el estómago. El silencio me obligó a abrir la puerta e intentar ver qué pasaba.

Charles se acercó a Amaia que no parecía incómoda por la situación y acarició su mejilla. Iba a besarla y quise interrumpirlos. Estaba punto de hacerlo al salir del baño cuando unos pasos se escucharon y, doblando la esquina, aparecieron las chicas de hace un momento.

La rubia iba delante y quedó inmóvil al encontrar la escena. Por un instante me sentí en medio de una novela muy mal preparada en la que los astros se alineaban para provocar el caos.

Charles fue el último en enterarse que lo había atrapado con las manos en la masa. Cuando giró, su novia salió corriendo sin mirar atrás y la castaña se adelantó con el rostro crispado de ira.

—¡Los dos son unos cretinos! —gritó antes de seguir a su amiga.

—¡Mierda! —exclamó Charles golpeando la pared antes de notar mi presencia en la puerta del baño.

—Ve tras ella —dijo Amaia llamando su atención.

—¿Qué?

—Es tu novia. Le debes una explicación.

Entendió que llevaba razón y desapareció siguiendo los pasos de las otras dos.

—Y yo creía que Soleil sería aburrido. —Suspiré fingiendo aburrimiento—. Cuánto drama en una misma noche.

Giró sorprendida y disfruté la manera en que sus ojos me inspeccionaron al encender un cigarrillo. Bajó lentamente la mirada detallado mi pecho desnudo y por alguna razón terminó en mi pelvis antes de darse cuenta de lo que hacía y alzar la vista asustada.

—¿Entretenida con algo, enana?

La expresión de odio cubrió su vergüenza.

—¿Me persigues o lo estoy imaginando? —dijo de mala gana.

—No tengo tanto tiempo como para eso.

—Entonces, ¿por qué apareces a donde quiera que voy?

—Estaba quitándome el vodka con que me bañaste —le recordé dando toques a la camisa empapada en mi hombro—. En cualquier caso, me persigues tú a mí.

Dio un paso atrás y entendí que temía por un contraataque.

—No pienso cobrármela. Estamos a mano —le tranquilicé.

—¿A mano?

Por un instante imaginé que la cargaba y terminaba lanzándola a la piscina del primer piso, pero eso sería pasarme de la raya. Imaginarla mojada no ayudó demasiado.

—Te debía una por lo de Filosofía y la cobraste —dije centrándome en la realidad.

—Creo que me debes más de una —puntualizó con aquella voz mandona que empezaba a resultar atractiva.

—Puede ser, pero te estoy brindando paz —dije pasando por su lado—. Deberías aceptarla.

Le dejé sola en el pasillo y regresé a la fiesta en busca de Chloe. Necesitaba respuestas antes de meterme en problemas con la vecina justo como Aksel había previsto. La encontré junto a la piscina y cuando pregunté dónde estaba Sarah respondió lo que le dio la gana:

—Alexandre ya se fue.

—¿Estás segura?

—Hay una fiesta clandestina en las ruinas al norte —explicó calmada.

—Igual te llevaré a casa —dije pasando un brazo sobre sus hombros. Se tensó ante el gesto—. Relájate. Se supone que ahora tenemos algo. Si quieres que tu ex y sus amiguitos lo crea mejor actúa como debe ser.

—Lo-lo sé —dijo viendo a un grupo de chicas al otro lado de la piscina.

Una rubia de cabello corto nos miraba de reojo.

—¿Es tu novia? —Asintió—. ¿Sabe lo que me pediste que hiciera?

—Sí, pero no le gusta la idea. Tisha cree que debería denunciar al cabrón de Alexandre. No entiende que no es tan fácil.

Miré a la rubia que fingía disfrutar de la fiesta, pero no nos quitaba ojo de encima.

—Tranquila. Si te quiere, lo entenderá. Solo déjale claro lo que sientes y que esto es un teatro —añadí señalándonos.

Me dirigió una tímida sonrisa.

—Dijiste que querías un pago —comentó acomodándose bajo mi brazo—. ¿Qué es?

—Información.

—¿Sobre qué?

—Soy nuevo y aquí hablan demasiado. Me pierdo la mitad de los chismes.

—Si te guías por lo que hablan no entenderás nada —se burló—. Soleil es el lugar menos indicado para encontrar la verdad.

—Para eso te tengo, para aclarar mis dudas.

—Eso es sencillo —aceptó—. ¿Qué quieres saber?

—Charles, el capitán del equipo. ¿Qué hay con su novia?

—¿Hablas de Victoria?

—¿Tiene más de una novia?

—No, pero la historia es bastante larga. ¿Te interesa tanto?

—No tienes idea —confesé con la mente en un flequillo torcido.

Me observó divertida.

—¿Te gusta Victoria?

—No, me gusta Charles.

—¿En serio?

—Este es el pago por mis servicios de novio falso —advertí—. Tu trabajo es responder preguntas, no hacerlas.

Rio por lo bajo antes de aceptar su parte.

—Creo que esto empieza cuando Charles y Victoria era niños —habló como si relatara la historia de hace mil años—. Crecieron juntos, estaban en mi salón de primaria. Victoria siempre estuvo enamorada de él y andaban juntos a todos lados porque sus padres son amigos.

—¿Se hicieron novios?

—No. Cuando entramos al instituto todos esperaban que pasara, pero a Charles no le gustaba Victoria o al menos dicen que cuando ella le confesó lo que sentía, la rechazó.

Tenía que aceptar que los chismes de pueblo tenían un encanto excepcional.

>>No fueron novios, pero todos saben que perdieron la virginidad juntos.

—¿Cómo saben eso?

—Porque los chicos del equipo hablan mucho y creo que a Charles se le fue la lengua.

Acababa de encontrar la primera razón por la que Charles no me agradaba.

—Y ahora, ¿están juntos?

—Sí, pero es reciente. Cuando todos creían que él y Victoria formalizarían, Charles empezó a perseguir a Mia.

—¿Quién es Mia?

—La bajita del cabello negro. Es tu vecina.

Me tomó por sorpresa. La llamaban así y lo había olvidado.

—¿A Charles le gustaba Mia?

—Y ella le ignoraba —confirmó con una mueca—. Era extraño ver como Victoria le perseguía y él perseguía a Mia por más de un año.

—¿Y?

—En algún momento Mia aceptó salir con él y meses después se hicieron novios.

Ahí estaba la respuesta que buscaba.

—¿Pero ya no están juntos?

Negó y me gustó cómo sonaba.

—Le puso los cuernos a Mia con Victoria o algo parecido. Al final del curso pasado se separaron cuando el chisme se esparció y Charles la dejó.

—¿Él a ella?

En la conversación que había escuchado sonaba como si hubiese sido al revés.

Chloe se arregló el cabello y se paró frente a mí.

—No soy muy buena con los chismes —confesó—. Solo escucha la historia que conozco. —Asentí—. Mia era virgen antes de Charles. Está claro que con él la perdió y sabes lo que a algunos les pasa con el primero o la primera.

—Te vuelves estúpido.

—Justo eso —confirmó—. Mia le perdonó el cuerno a Charles o eso pareció porque estuvieron juntos unos días mientras el rumor caminaba. Sin embargo, en la fiesta de fin de curso, Mia no apareció y yo vi a Charles acaramelado con Victoria. Así siguieron el resto de las vacaciones y Mia desapareció de los eventos sociales.

Analicé las suaves facciones de Chloe que esperaba preguntas.

—Entonces Mia y Charles son el pasado y Victoria es la novia oficial.

—Sí, pero todos dicen que Charles sigue viendo a Mia.

Entender que era posible me molestó.

—¿Crees que sea verdad?

—No conozco a Mia, pero a Charles sí —dijo tras valorarlo—. A él nunca le gustó Victoria. Lo que hiciera con ella no lo sé y si le puso el cuerno a Mia, tampoco. Solo estoy repitiendo información.

>>Lo que sé es que él estaba enganchado con Mia. Se comportaba distinto y me resultó extraño que le fuera infiel, también que la dejara por Victoria.

—¿Entonces?

Hizo una mueca de disculpas.

—La verdad solo la saben ellos.

—Empiezo a dudar de lo justo de este trato —me quejé.

—Fuiste tú quien puso las condiciones —advirtió para que no me echara atrás.

—Pues no me estás dando nada que valga la pena.

Frunció el ceño.

—Bien, te diré lo que creo que pasará, pero son solo suposiciones —dijo frunciendo los labios—. Charles seguirá jugando con las dos, pero terminará volviendo con Mia y ella lo aceptará.

No podía decir que conocía al gnomo, pero no daba la imagen de alguien que permitiera que jugaran con ella. Demasiado mandona y malhumorada para no notar a un imbécil cuando estaba cerca. A mí me calculó desde el primer momento.

—¿Por qué crees que volverán?

—Su primera vez fue con él y algunas nos volvemos idiotas por eso —dijo avergonzada—. Fue lo que me pasó con Alexandre y mira en lo que terminó. Incluso si Charles es un degenerado, ella le puede perdonar.

Esperaba que Chloe estuviera equivocada. En cualquier caso, ahora sabía que su relación con Charles no era un noviazgo y si no estaba comprometida todo estaba permitido.

—Creo que mejor damos una vuelta y dejamos que nos vean juntos y tengan algo para hablar —dije pasando el brazo por encima de sus hombros.

Bordeamos la propiedad en silencio entre los fiesteros. Chloe no me quitaba los ojos de arriba.

—¿La que te gusta es Mia? —preguntó finalmente.

—Recuerda, tú respondes y yo pregunto —dije guiñándole un ojo al tiempo que divisaba a mi hermano en uno de los banquillos de la entrada.

Con Amaia y Sophie intentaba sostener a un borracho Dax que había perdido el conocimiento y estaba a punto de irse de cara contra el vómito que descansaba en el césped.

—Creo que necesitaré otro favor de tu parte —le dije a la morena cuando Aksel me llamó pidiendo ayuda—. Necesito que frente a estos también actúes como si tuviéramos algo.

—Sabía que era Mia —murmuró.

—Pero no le dirás a nadie —advertí.

Sonrió de medio lado.

—Soy una tumba.


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Llegamos a MEDIO MILLÓN de lecturas en «No te enamores de Nika» y era momento de celebrar con actualización extra.

¡Hola!

Dejé mis agradecimientos por Instagram y Twitter. Quienes no estén por allá sepan que esto es de todos. Las lecturas no se ganan solas. Yo escribí y promocioné, pero ustedes le dieron la oportunidad y ustedes me llenan de ganas para seguir cada día.

Gracias y felicidades por medio millón de lecturas.

El domingo pienso hacer un directo en Instagram para chismear un rato de la historia, de ustedes, de mí o lo que quieran. Estaré avisando la hora por allá y cuando termine actualizaré capítulo como cada domingo.

¿Algo que comentar sobre los chismes que se movieron en este capítulo?

Beso gigante...

Las amo!!!

💋💋💋

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