2
Abrió la boca dejando salir un jadeo ahogado. Se sentía tan bien besar, tan perfecto. Era un sueño, sí, solo un sueño que nunca había tenido antes.
Pero el mejor sueño de su vida sin dudas.
La boca en su cuello no dejaba de hacer maravillas. Esos besos intensos, acompañados del chasquido característico de los mismos, estaban haciéndole de todo. Despertaba un deseo caliente que nunca antes tuvo.
¿Quién era? ¿Cómo un sueño con un desconocido lo hacía sentir tan bien? ¿Tan real? ¿Cómo se había privado de aquellas sensaciones por tanto tiempo?
Se alejó del beso, mordiéndose sus labios con fuerza para callar un gemido cuando sintió una delgada mano entrando en sus pantalones. Entró en pánico, era la primera vez que alguien hacía algo así. Estaba inmóvil sin saber que hacer, pero al mismo tiempo totalmente entregado a lo hacía sentir tan bien.
Lo único que sabía de aquel era que su voz era ronca cuando le susurraba, que tenía una risa peculiar y que sus labios sabían a lo más delicioso que nunca había probado en su vida.
Como si hubiese leído sus pensamiento, volvió a tener esos aterciopelados y expertos labios en su boca. Se estremeció porque, por Dios, su beso fue más intenso aún. Creyó que no podría haber algo más íntimo que eso, pero entonces sintió la ajena, humedad y tibia lengua entrar en su boca. Dulce. Era un sueño, pero se sentía demasiado real para ser uno. Taehyung se dio cuenta que estaba completamente duro para ese momento, no supo en qué momento pasó y también era otra primera vez. Nunca se había excitado. No sabía como había pasado tan rápido y menos un desconocido, pero se convencía que era porque estaba soñando. Se permitió desearlo. Después de todo era un sueño y los sueños eran locos a veces, aunque este definitivamente era más loco y excitante que nunca había tenido o deseo tener.
Si tan solo sus padres supieran lo que soñaba, lo que deseaba, lo mandarían a rezar. Pero es que no podía evitarlo, estaba tan duro que dolía. Deseaba algo más con él. Lo necesitaba. Necesitaba que este chico lo hiciera llegar. Sentía que nadie más que él iba a poder aliviarlo.
Cuando una mano finalmente envolvió su erección, una mano suave pero firme y perfecta para su tamaño, Taehyung casi gritó de placer. La única razón por la que no lo hizo fue porque recordó que, si bien estaba dormido, cualquier cosa que dijera o hiciera podría hacer que su cuerpo lo hiciera también fuera del sueño. Y gritar de placer fuera del sueño, donde sus amigos podían escucharlo, no era la idea. No era la idea que Jungkook se despertara con un grito suyo porque estaba soñando como alguien lo complacía. Jungkook... oh, se había olvidado por completo de él. De sus sentimientos por él.
El beso terminó pero Taehyung no lo notó porque se sentía en el cielo con la mano ajena tocándolo, no lo notó hasta que la risita de quien lo tocaba se hizo presente en su oído. No podía abrir los ojos ahora que se daba cuenta, eso lo asustó y más cuando se dio cuenta que estaba totalmente paralizado por alguna fuerza extra.
—No lo quieres —dijo con tono burlón—. No lo quieres de verdad. No lo quieres para esto tampoco. Solo me quieres a mi sobre ti... lo sabes bien.
—N-no —negó horrorizado, él no era así. Taehyung quería eso, no se dejaba llevar por ese tipo de deseos. Pero, se estaba mintiendo. Se tensó al darse cuenta que se mentía a sí mismo, porque eso era exactamente lo que estaba queriendo, porque dejaba tocar y disfrutarlo.
Aquel volvió a reír bajito en su oído: —Eres tan fácil de engañar, Taehyungie.
Su nombre en diminutivo activó una alarma. Ni sus familiares ni sus amigos mencionaban su nombre de esa forma, pero siempre había deseado que la persona de la que se enamorara lo llamara así. Reservaba su nombre de esa forma solo para una persona especial y al escucharlo en boca de otro, lo alertó de alguna forma.
Los ojos de Taehyung se abrieron de golpe. Se despertó apenas sucedió eso, pero nadie estaba sobre él y al sentarse mirando a su alrededor notó que sus amigos seguían dormidos plácidamente.
Había sido todo un sueño realmente.
La oscuridad era menos ahora que la luz de la madrugada entraba por las ventanas de la sala de estar. Taehyung frotó sus ojos sin poder creer el sueño totalmente extraño que había tenido, repasó rápidamente todo y tragó recordándolo mientras bajaba su mirada a su entrepierna.
Se ruborizó al ver que su pantalón de dormir se elevaba en torno a su ereccion que aún no había bajado. No podía creer que el sueño realmente lo había afectado de forma real, se sentía avergonzado como si hubiera cometido un delito. Aunque se sentía así porque había crecido en una familia muy conservadora.
Se levantó de la cama improvisada en el piso, sin mirar a sus amigos o a Jungkook por la vergüenza que sentía, y se digirió al baño. Necesitaba refrescarse con agua fría, ya había bajado su erección pero no volvería a la cama sin que haya bajado su calor producto de un sueño húmedo sin sentido.
No sabía desde cuando su inconsciente era tan sucio como para inventar imágenes así mientras dormía. Definitivamente la cena le había caído mal.
Todo estaba oscuro pero sobre todo el pasillo al baño. Frío y oscuro. La casa de Jungkook era enorme pero no le daba miedo, aunque ni siquiera dio un cuarto paso cuando escuchó un ruido detrás suyo. El sonido de una puerta abriéndose.
Se giró de inmediato creyendo que uno de sus amigos se había despertado, pero no vio más que una sombra pasar de la cocina a la habitación de la planta baja. Habitación de los padres de Jungkook, según recodaba.
¿Ellos habían llegado?
Parpadeó incrédulo y caminó despacio para ir a ver mejor. Y su confundían aumento cuando al llegar vio que la puerta cerrada de dicha habitación, algo que imposible porque no había escuchado el momento en que se hubiera cerrado cuando la sombra pasó.
Hizo una mueca confusa pero decidió ignorarlo, tal vez seguía muy dormido aún. Era mejor seguir su camino al baño y dejar de distraerse. Pero no pudo. Una vez más vio una sombra, no la vio con exactitud pero tenía buenos reflejos y juraba que la había visto pasar en el piso de arriba. Su curiosidad le impidió girar e irse, necesitaba saber que era eso, quien era, así que caminó escaleras arriba.
Miró a ambos pasillos cuando llegó arriba, derecha e izquierda, inseguro de hacia donde había visto irse a la sombra. Casi se fue porque habían más posibilidades de haberse equivocado que otra cosa, pero entonces cuando giró por última vez en uno de los pasillos y, vio a alguien salir de una habitación.
Estaba de espaldas pero pudo identificar con claridad que era un hombre joven, más bajo y delgado que él, casi normal excepto por una ropa que parecía de época antigua. Parecía estar disfrazado.
—¿Hola? —Jungkook no tenía hermanos o pariente de su edad al menos no cerca de donde vivía. ¿Qué hacía alguien de la edad de ellos y disfrazado en su casa entonces? ¿Era un ladrón? Aunque no tenía sentido que lo fuera. Se sentía extraño, la presencia de aquel le generaba algo extraño—. ¿Quién eres?
El chico no respondió pero si caminó metiéndose a una habitación. Taehyung frunció el ceño y lo siguió sin dudar, no tenía miedo, estaba muy intrigado y sabía que por más que aquel quisiera hacerle algo, no podría porque Taehyung lo superaba en cuerpo.
Encontró al chico dentro de la habitación, pero seguía de espaldas a él. Rápidamente se dio cuenta que su mano flexionada sujetaba una varilla la cual llevaba una máscara que debía cubrir la mitad de su rostro. Era un disfraz completo, muy de época.
—No deberías estar aquí.
—¿Qué? —preguntó sumamente incrédulo—. ¿Yo? El que no debería estar aquí eres tú... si eres un ladrón es mejor que te vayas. Somos cinco chicos, podemos hacerte daño con facilidad.
Escuchó una leve risita.
—En otras circunstancia, eso hubiese sigo interesante... Cuantos más, mejor —comentó con cierto doble sentido que Taehyung no pudo entender, aunque si se dio cuenta de algo. Esa voz se le hacía muy conocida—. Pero ahora, solo me interesa uno.
No entendía a que se refería, pero su paciencia se agotaba. Le ponía nervioso que haya un extraño en casa de su amigo, debía sacarlo cuanto antes.
—Vete ahora antes que se despierten.
—¿Debería tener miedo? —Se burló y Taehyung se paralizó al darse cuenta de donde reconocía esa voz. Era el mismo que en su sueño. No podía ser cierto—. ¿Debería tener miedo de ti? —mencionó con voz profunda, casi como en su sueño—. Tu anillo de castidad me produce todo menos miedo.
La boca de Taehyung se abrió y cerró sin saber que decir. ¿Cómo se dio cuenta de su anillo? ¿Cómo sabía que era de castidad? ¿Por qué lo mencionaba siquiera?
—T-tú...
El chico frente a él se dio la vuelta y dio un par de pasos hacia él, exactamente donde la tenía luz de la madrugada iluminaba mejor la parte de su rostro que la máscara que sostenía no tapaba. Pudo ver sus labios mejor por primera vez así. Eran unos labios eran exactamente como se los imaginó pero más hermosos aún. Perfectos. Tan perfecto como la piel de su barbilla y mano. Nunca vio alguien con la piel tan lisa, así como tampoco nunca vio un cabello tan negro azabache o unas manos con dedos tan fino y delgados.
No podía ver su rostro completo pero Taehyung lo sabía mejor que nadie ahora, podía notar como aquel hombre frente a él era elegante y delicado... perfecto.
—¿Quieres seguir donde lo dejamos, Taehyungie? —preguntó, acercándose paso a paso a él cuando solo pensaba en cómo se vería detrás de esa máscara. La pregunta se repitió en su mente varías veces en un solo segundo, no se perdió el tono seductor con el que se lo decía.
Tragó en seco mirándolo, ¿a que se refería? Las ganas de pedirle que se sacara la máscara o se fuera se anularon cuando vio que se acercaba a él. Taehyung de inmediato dio pasos hacia atrás en reflejo, pero cayó sentado en la cama cuando sus piernas chocaron por detrás sin darse cuenta.
El hombre frente a él sonrió ampliamente. Su sonrisa lo dejó más sin habla que antes. Nunca había visto una sonrisa similar y que lo estremeciera por completo.
—¿Tienes miedo? —susurró el pelinegro agachándose levemente a él que estaba sentado.
¿Miedo? Taehyung se preguntó a sí mismo, pero de su boca no salía ni una palabra. Estaba mudo, aunque muy seguro que miedo no era lo que sentía. Negó con la cabeza obteniendo una sonrisa estremecedora de nuevo, casi podía asegurar que él se daba cuenta del poder de su sonrisa. Parecía su mejor arma.
Confirmó en su próximo movimiento que, lo estaba provocando. Seduciendo. Coqueteando. Y nunca antes alguien había coqueteado con él. ¿Cómo debía reaccionar?
Taehyung solo lo miraba con amplios ojos, intentaba también poder ver los ojos del otro aunque la máscara se lo impidiera. Pero duró muy poco el intentarlo, al menos cuando una mano libre ajena se posó en su entrepierna como la última vez. Todo su cuerpo reaccionó de inmediato al toque de forma casi ridícula. Su cuerpo lo traicionada, recordaba cómo se había sentido ser tocado, ser envuelto por esa mano. El deseo volvió y nada ayudó para alejarlo. Mucho menos cuando volvió a tener esa boca en la suya.
Sus manos se empuñaron en el colchón bajo suyo, una mezcla de sorpresa, excitación y vergüenza lo recorría mientras era besado de esa forma tan única como lo hacía. Taehyung no lo alejó, ni siquiera cruzó por su mente qué tal vez debía hacerlo al ser aquel nada más que un extraño. Pero, ¿a quien le importaba? Estaba en el mismo cielo.
El silencio había sido remplazado por los chasquidos de sus besos durante largos minutos aunque para él no pasó mucho de tiempo. Casi gimió frustrado cuando el beso intenso terminó, no le importaba si se estaba quedando sin aire. Había querido seguir.
—Cierra los ojos —le ordenó mientras lo comenzaba a empujar hacia atrás. Taehyung no lo alejó, solo dejó caer su espalda en el colchón y cerró sus ojos, obedeciéndolo. Lo único que pensaba y quería era volver a besarlo, solo eso—. Quédate así, te haré sentir bien.
No comprendía del todo su promesa hasta que sintió como su pantalón de dormir era bajado. Quiso levantarse de inmediato sintiendo suma vergüenza, pero la mano en su abdomen lo impidió, y recordó de nuevo la promesa. ¿Le haría sentir bien? ¿A que se refería?
Jadeó alto cuando sintió algo tibio, húmedo y suave recorrer su ahora erección. Sus cuestiones desaparecieron por el increíble placer que estaba sintiendo. ¿Acaso era lo que creía? ¿Su lengua? ¿Estaba haciéndole un...?
Volvió a jadear y luego gemir alto cuando de nuevo sintió su boca en él. Era lo que creía, a eso se refería con lo de hacerlo sentir lo que nadie lo había hecho sentir. Taehyung era un desastre de jadeos y gemidos ahogados ahora, su mente estaba en blanco, nunca creyó sentir algo similar.
Solo fue consciente de ambas manos ajenas sobre su cuerpo, lo que significaba que se había quitado la máscara. Minutos atrás se hubiera levantado de inmediato para así verle la cara, había estado demasiado curioso por saber como y quien era, pero ahora, ahora solo quería que continuara con lo que le hacía. Le daba igual todo y todos, solo quería que esa lengua siguiera lamiéndolo como lo hacía.
Creyó que no habría nada mejor que eso hasta que sintió ser envuelto entre suavidad caliente y húmeda. Estaba en su boca. Se lo había metido en la boca. Solo bastó de eso, un minuto más dentro de ese lugar húmedo y caliente, para que Taehyung tocara el cielo y se derramara por primera vez en su vida. No lo había podido evitar, fue todo muy rápido para él. Increíble.
Quedó exhausto, respirando con dificultad y transpirando, pero sobre todo exhausto, como si hubiera corrido kilómetros. No tenía energías ni para abrir los ojos, no tuvo fuerzas ni para levantarse como quiso. O para mantenerse despierto siquiera, porque en algún momento se había quedado completamente dormido.
Supo sobre eso cuando despertó al día siguiente con un grito. O varios, mejor dicho.
—¡Taehyung! ¡Estábamos buscándote por todas partes! —Esa voz la reconocería en cualquier parte, era Jimin—. ¡Chicos, ya lo encontré!
Apenas abrió los ojos, los volvió a cerrar con la luz que había en el lugar. No entendía dónde estaba o que pasaba, lo único que recordaba era que había querido ir al baño y de pronto...
—¿Qué haces acá? —la pregunta salió con tono divertido, ahora era Jungkook quien estaba ahí—. Es la habitación de invitados.
¿Habitación de invitados?
—Hizo trampa, tenía que dormir como todos en el piso —se quejó Jimin—. No es justo que nosotros hayamos dormido incómodos y él aquí.
Taehyung se sentó confundido. Se forzó a abrir los ojos a pesar de la claridad, no entendía que pasaba. Frunció el ceño de inmediato y no fue solo por la fuerte luz, frunció el ceño al ver a su alrededor y descubrir que estaba en una habitación desconocida. Sobre una cama desconocida.
¿Cómo y por qué estaba ahí?
Casi al mismo tiempo que lo pensó, vino a mente lo último que recordaba. El chico haciéndole un oral... Se ruborizó tan fuerte como nunca. ¿Había sido todo un sueño?
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