Ya habían pasado dos días, y el pequeño irken no había ido a la escuela, a nadie; salvo Dib, le importaba lo que sucedía con Zim. Justo por eso Dib iría a la casa de Zim, estaba preocupado por el. De seguro no fue por lo que le intento hacer el anterior día. Pero el alienigena tenia toda la culpa por haberle perseguido. Y que todo de el fuera muy tentador antes los ojos de Dib.

Sono la campana, Dib salio del salón y se dirijo a la salida. Fue en camino a la casa de Zim. Comenzó a llover igual que estos últimos días, ya esta a solo unos pasos de la puerta de Zim. Los robots no le preocupaban por que hace varias semanas antes de que comenzara a evitarle, su sistema de seguridad había estado fallando. O por lo menos fue lo que dedujo. Vio que la luces estaban prendidas, toco la puerta, pero nadie responde. Vuelve a tocar, es obvio que Zim esta en casa, las luces están prendidas, pero no ve a nadie dentro, ni siquiera a su robot ayudante, ni a ese mini alce. Vuelve a tocar, ve una de las cámaras de seguridad en la puerta. - Zim, se que estas ahí, así que abre la puerta, necesitamos hablar. -no hubo respuesta, le preocupa más, entonces Dib saca una pequeña hoja y un lápiz. Comienza a escribir algo, y lo pasa debajo de la puerta, y se va.

Mientras tanto Zim esta detrás de la puerta tapándole la boca a Gir, y en su otro brazo tiene a mini alce. No quiere ver ni hablar con Dib-Larva, no ahora que sabe lo que le quería hacer la otra vez. Zim hace dos días cuando escapo de Dib, se puso a investigar lo que le quería hacer el humano. Y solo se encontró con unos vídeos en donde la gente parecía sufrir. Pero la computadora le dijo de que no era ningún tipo de tortura, sino todo lo contrario... una forma de dar placer a otra persona, llamo aquel día a sus mas altos, ellos tenían también algo en su cuerpo para darse placer, no lo iba a hacer, el no era como los humanos tontos, solo quería estar seguro, para que el humano no le haga nada raro. El problema fue que apenas hablo del tema, sus mas altos le colgaron.Y ahora no contestan sus llamadas.

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Irusu: Fingir no estar en casa, con las luces prendidas.