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Capitulo 2


- Buenos días, Kamado-San. - Le dijeron las niñas a Nezuko, residiéndola esa mañana como ya parte de los exterminadores de demonios unos pocos meses después. Ya estada familiarizada y adaptada a ese entorne, tanto al trabajo como a cuidar a otros exterminadores, sin contar los pequeños entrenamientos de Sanemi.

- Buenos días. - Les saludo, al volver a la finca mariposa la pilar del insecto la residió sonriendo de de oreja a Oreja. - ¿Kocho-San?

- Ummm. ¿Quién te viera tan linda? Sanemi dejo esto para ti. - Entregándole un pequeño regalo, sonriendo picara y descaradamente detallando a la chica. - Te deseo mucha suerte, el es un hombre complejo. Solo no le digas a Mitsuri sobre esto aun. - Le guiño uno de sus ojos soltando una pequeña risita dejando a la chica sola, su pequeña hermanita no tardo en acercarse a ella. - Sayonara. - Se despidió.

Eso dejo a la chica confundida, parpadeando confusa viendo lo que tenía entre las manos, abriéndolo y notando que había unos pequeños chocolates, sus ojos brillaron y sus labios se hicieron agua cual niña pequeña al ver golosinas, eso es algo que rara vez llego a probar debido a la posición de su familia, y que solo su hermano podía trabajar.

- Shinazugawa-San. - Sonrió, probando uno de los dulces y sonriendo cual niña pequeña, guardando los otros en su Kimono, tendría que agradecerle en la noche cuando se vieran, y de paso lejos de eso tenía que volver a sus labores.

- Heyyyy. - Esos gritos los reconocería donde fuera, riendo por lo bajo al ver al pilar del sonido separar a Zenitsu y Inozuke.

- Buenos días, jóvenes cazadores.

- Buenos días, querida niña. - Sonrió el Play Boy separando al chico con máscara de cerdo del rubio.

- H-o-la- Nez-uko-san. - Tartamudeo el joven rubio, rojo de la vergüenza al tener a la chica frente a él, como niño enamorado, cosa que fastidio al chico salvaje.

- Pequeño pervertido. - Sonriendo de forma picara bajo la máscara, de no ser por Uzui ya se hubiera lanzado tras contra él.

- Ya dejen los 2, necesito una misión y los 2 tendrán el honor de me acompañar a este semental de la extravagancia. -

- Y este dios de los bosques se niega a ir con ese enano, ya la última vez casi nos matamos por su culpa.

- ¡Deja de ser así conmigo!

- Se útil despierto entonces. Siempre te tengo que noquear para eso.

- Vasta los 2. Los 2 estarán bajo mi cargo y gran ojo encima. Si algo pasa, este elegante y extravagante Play Boy se encargara de protegerlos de forma extravagante. - Expreso, soltándolos a los 2 y sujetando su arma.

- Como que 3 esposas baya que le inflaron el Ego... - Todos entre los ayudantes de cazadores, incluso los entre los mismos pilares, pensaban lo que el cazador con la máscara de jabalí acaba de susurrar.

- Los voy media hora para alistarse, y los espero en la salida. Nos vemos, pequeña dama. - Dijo despidiéndose de Nezuko y de los 2 chicos. Aceptando estos la ayuda de Nezuko para pararse y acomodarse luego de la sacudida que Tengen les ofreció.

- Gracias Kamado chica, ese loco vaya que se pasa mucho tiempo en su mundo. - Agradeció el cazador de la bestia acombándose la máscara.

- ¿Van a ir a una misión?

- Esa es la idea, pues parece que demonios de las sombras han estado fastidiando mucho a las aldeas.

- ¿Demonios sombra?

- Se esconden en su propio mundo hecho entre las sombras, son un poco complejos por esto pero por eso difíciles. - Explico el rubio.

- Serán carne interesante.

- Les deseo suerte, o quien tendrá que atenderles las heridas seré yo. Ustedes llegan con más heridas que victorias.

- No te quejes mucho, de esa forma te conocimos pequeña salvaje. Solo te falta ponerte a Pelear junto a nosotros y estamos completos.

- No gracias Inozuke, no sirvo para pelear.

- ¿Pero te gustaría? Vamos niña que al ojo de este hombre salvaje se nota. No eres débil, solo te falta fuerza de voluntad para ponerte a entrenar. Serias una gran aliada para nosotros 2.

- Inozuke, estúpido cerdo déjala tranquila, esa es una pequeña flor que debe protegida, no lanzada a ser bañada con Sangre de un demonio.

- Ya calla Monitsu idiota.

- ¿Por qué el nombre de ella si te lo aprendes pero en mío no?

- Ummmm. Buena pregunta... ¿No te llamas Monitsu?

- Este cerdo...

- Calma los 2. Creo que Inozuke tiene algo de razón, quisiera poder defender como no pude defender a mi hermano. Pero es algo que en este momento no puedo hacer. Agradezco que se preocupen por mí pero mejor los dejo, ya que tengo trabajo.

- Entendemos.

Sin decir mucho más los 3 se separaron, estando ellos preparándose para combatir mientras ella terminando las tareas que le encargaron, tranquilamente como era su pequeña rutina, preguntándose en parte que estará haciendo Sanemi en esos momentos, conociéndolo puede que este con Himejima, pues sabía que ese gigante de buen corazón y alma era su amigo cercano, o puede que simplemente le este sacando los ojos a algo... Literalmente.

De su ropa saco el pequeño regalo que le ofreció esta mañana, terminando por comer uno de esos chocolates pero preguntándose porque Sanemi se los ofreció, desde hace un tiempo no era raro que se preocupara de mas por ella, eso... Era extraño, la dejada pensando mucho en muchos temas, no era tonta en su aldea era de las chicas más queridas y de las bonitas, y viéndose ahora eso no parecía haber cambiando mucho...

¿Le gustada Sanemi? Y mejor pregunta... ¿El gustada de ella?

- Sanemi-San... - Dejando sus labores de lado, la chica no edito suspirar como enamorada, solo pensando en el rostro lleno de cicatrices del Pilar.

De lo que podía presumir conocer a Sanemi, era un hombre serio, cortante, explosivo y agresivo, pero fuera de eso podía decir que con ella también mostrada que en pocas palabras era cariñoso, sin decir mucho o en pequeñas acciones no era malo, mostrada que la quería.

Puede que ambos si se hayan enamorado...

- ¡Nezuko querida!

- Señorita Mitsuri... ¿Pasa algo?

- Me entere de lo de Sanemi, ese hombre es bastante amargado, me sorprende que haya tenido ese tipo de tratos contigo, de verdad parece que le importas.

- ¿Usted cree eso?

- De verdad. Nunca lo vi entregando un regalo, no es como mi amaba Kyojuro pero sé que tiene corazón. - Expreso sonriendo a más no poder, levantando la mirada y uniendo sus manos suspirando entre recuerdos de cuando era cortejada propios una mujer profundamente enamorada. - Tienes que ir a hablar con él. Si solo te aprecia o de verdad te ama.

- No estoy segura...

- Descuida. ¿Nunca has tenido pareja verdad? Como sabes cuando vivía con mi familia solo podía esperar a conseguir pareja, y yo lo deseada; pero no era sano para mí complacer lo que ellos querían.- Eso ella si lo sabía, pues Mitsuri era su gran amiga junto a Aoi, muchas veces comentada sobre su viva antes, incluso comentándole sobre los entrenamientos con Sanemi. Aunque suene extraño, ella había pensando mucho sobre esa posibilidad. - Está bien que no sepas del amor. Pero eso es lo lindo, sentirlo y explorarlo por tu cuenta.

- Creo que tienes razón, pero no estoy segura. Tal vez solo este malentendiendo las cosas.

- Descuida, no es necesario que lo hagas hoy, tomate tu tiempo con ese cascarrabias y entra dentro de sus corazón.

- Gracias Mitsuri. Creo te hare caso.

- Hazlo, si quieres te puedo ayudar un momento. Kyo está ocupado con Giyuu y Obanai.

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