Capítulo 7
-Me dijeron que regresaste, mocosa -Levi entra a la habitación luego de haber tocado la puerta. Asentí leve.
-¿Cómo te fue en la exploración? -pregunté.
-Normal -respondió simple y se sentó a mi lado.
Miré el suelo y jugué con mis manos.
Tenía pensado decirle ahora de que dejaría la legión, pero de verdad que a pesar de conocerlo muy bien... no sabía cómo iba a reaccionar.
-Am, Levi... -volteé a verlo-. Etto... yo... tengo que decirte una cosa. E..Es que... planeo dejar la legión.
-¿Huh? -él abre más grande sus ojos pero después enarca una ceja.
-¿Por qué? -pregunta a pesar de ya saber la respuesta.
-Has visto todo lo que ocurrió aquella vez, todo lo que no pude evitar que pasara... No me siento preparada para esto, me siento aterrada -solté sincera-. De solo pensar en salir del muro siento que voy a morir de miedo otra vez y que... si no es por ti, yo no sería nada.
-Mocosa, lo que pasó aquella vez... fue la primera vez que salías, no puedes culparte siempre por lo que pase afuera.
-Pero lo hago, porque si hubiera sido más fuerte como tú no habría pasado -apreté las manos, sentía que de nuevo quería llorar pero no quería hacerlo frente a él-. Quiero... fortalecerme, quiero volverme más fuerte para que eso no vuelva a pasar.
Él se me queda mirando, yo volví la mirada al suelo pero luego sentí su mano en mi cabeza y lo miré, aunque el veía al suelo aún. Sonreí poco ya que esa acción, a veces, era su forma de demostrar su apoyo.
No pude aguantar y lo abracé, apoyé mi cabeza en su hombro. Aunque sabía que no le gustaban mucho los abrazos, aún así me permitió hacer esto... sabía que solo sería por esta vez y trataba de aprovecharlo.
-Muy bien, mocosa, suficiente.
-Ay vamos, Levi, antes me tomabas la mano y todo -mencioné.
-Tsk, tú lo dijiste. Antes -Levi aparta la mirada y se queda quieto y en silencio por segundos- ¿Dónde te quedarás?
-Pues, Erwin dijo que podía quedarme aquí, pero no quiero ocupar una habitación que puede ser para una siguiente recluta así que veré por la ciudad.
Él se levanta repentinamente.
-Levántate, mocosa -dijo y agarró mi bolsa.
-¿Eh? ¿Por qué? -pregunté ladeando la cabeza.
Él no dice más y guarda cosas de mi mesa en la bolsa.
-¿Levi? ¿Qué se supone que haces?
-Solo ven. Tsk.
Yo agarré mi muleta y me levanté extrañada. Salimos de la habitación y caminamos hasta la suya.
-¿Levi?
-No pienso compartir la habitación con alguien más así que puedes usar la cama que quieras.
Me quedé helada por un momento pero luego lo abracé nuevamente como agradecimiento. No iba a ser la primera vez que dormíamos en la misma habitación, después de todo, desde que nos conocimos cuando chicos estuvimos en la misma.
Hasta cuando llegó Farlan y luego Isabel... aún así hacíamos lo mismo. Negué con la cabeza para no desanimarme ahora.
Levi dejó mi bolso en la cama junto a la suya.
Aunque claro... no me salvaría de limpiar y arreglar mi cama... ¡Hm!
-Gracias, enano -a él le apareció un tic en el ojo y se acercó a mí amenazante- ¡Estoy herida, recuerda!
Pero luego sentí un pequeño golpe en mi frente haciéndome miralo, él me veía con cansancio y noté que me había golpeado con sus nudillos.
-Mocosa fastidiosa -soltó y se alejó de mí.
Suspiré aliviada. Había sobrevivido. De verdad que me encanta tentar a la muerte.
Dejé mis cosas que estaban adentro de mi bolso en sus respectivos lugares, luego quise volver a agarrar mi bolsa para traer el resto de mi ropa pero Levi la agarró antes y salió.
-¡Oe, Levi! -le reclamé pero cerró la puerta con él fuera.
Me crucé de brazos sujetando la muleta con mi hombro y luego de unos minutos él vuelve con la bolsa cargada de mi ropa.
-Dejé un cajón, tú buscarás eso -soltó.
Noté un ligero y pequeño sonrojo que de no ser porque es muy paliducho no lo hubiera notado.
-Si no querías ver mi ropa interior me dejabas ir a por todo yo misma -comenté riendo un poco.
Creo que no contó con aquel pequeño detalle aquel. Él no dice nada, deja la bolsa nuevamente sobre mi cama. Yo fui descargando las cosas en el mueble libre y luego fui a la otra habitación para buscar lo que quedaba de ropa. Al volver, Levi estaba sentado en su cama con los codos apoyados en sus rodillas. Guardé mis cosas y me senté en la que ahora sería mi cama.
-Hm, ya quiero curarme del todo -murmuré haciendo un puchero mientras miraba mi pierna herida.
-Lo harás, mocosa, yo me aseguraré de que hagas lo necesario para curarte.
Me reí entre dientes.
-Recuerdo cuando solías curarme luego de cada "entrenamiento" en aquellos años.
Y con "entrenamiento" me refiero a que solo me peleaba a golpes con gente del subterráneo.
-Eras y sigues siendo una problemática.
-Pues así soy y así me quieres -respondí encogiéndome de hombros-. Tengo hambre ¿vamos a comer algo?
Él me mira y asiente estando de acuerdo.
Ambos nos levantamos y salimos de la habitación, Levi me ayudaba en algunos momentos cuando subíamos o bajábamos las escaleras hasta llegar al comedor.
Habían frutas en el centro de la mesa así que agarré una manzana y me senté comenzando a comerlo, Levi preparó té para ambos.
No entiendo pero a la vez me causa gracia su forma de agarrar la taza, también me gusta, es diferente.
Lo imité y agarré la taza de la misma forma y él me miró fulminante, cosa que me hizo reír entre dientes.
-Si no estuvieras herida ya te habría pateado, mocosa.
-Y es por eso que trato de molestarte lo más posible mientras pueda, enano.
-Tsk.
Sonreí y agarré mi taza como normalmente lo hacía y tomé mi té. Realmente prepara un té delicioso y que es tan calmante para todo mi cuerpo.
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