No entiendo ni qué estoy haciendo, ni qué está ocurriendo. ¿Humanos que se vuelven titanes? ¿Titanes que se vuelven humanos? ¡Es una locura!
¿Cómo es que llegué a esto? ¿Por qué estoy apuntando mis espadas a la humanidad y defendiendo a alguien que se transforma en titán y acaba de decir "Los mataré a todos"? ¡Nada tiene sentido!

Pero supongo que estaba haciendo esto solo porque los que están tras de mí, a los que estoy protegiendo, son Armin, Eren y Mikasa.

-¡Te volaré en mil pedazos con la artillería!

Apreté los dientes molesta por lo que este idiota intenta hacer. Pero tenía sus razones, el miedo era una de ellas.

-¡¿Eres idiota a caso?! -exclamé aún así- ¡Tú no has visto lo que yo! ¡Solo has visto como él salió del titán, no como acabó con los otros titanes!

-¡Mientes! ¡Tú estás con ellos! ¡De seguro también te transformas en un titán! ¡Te lo preguntaré una vez más! ¿Qué eres?

-¡Soy humano! -responde Eren.

Todos lo miramos en ese instante pero yo regresé la vista al frente.

-Ya veo... No piensen mal de mí -comenta el comandante mientras levanta una mano.

Abrí los ojos de par en par sabiendo que estaba dispuesto a matarnos aún así. Agarré a Eren y Armin, le mandé una mirada a Mikasa expresando que debíamos irnos ahora mismo, pero de la nada Eren se suelta y muerde su mano en el momento en que los soldados disparan hacia nosotros. Alcance a agarrar a Armin y Mikasa, agaché sus cabezas y los cubrí con mi cuerpo al no saber qué sucedió.

Pero no sentimos nada más que temblores...

Abrí los ojos y vi como estábamos bajo un esqueleto y un poco de músculo de un titán.

-¿Qué sucedió? -murmuré mirando el titán sobre nosotros.

-¡Oigan! ¿Están bien? -Eren aparece a un lado.

-Eren. ¿Qué es esto? -pregunta Armin.

-No lo sé. Pero se está evaporando, es como un armazón de titán.

Me levanté e hice que los otros dos hicieran lo mismo que yo. Seguía mirando el titán con asombro pero volví a mirar a Eren.

-Gracias, Eren... nos salvaste -dije poniendo una mano en su hombro. Él asiente con una pequeña sonrisa.

-Por ahora no pueden vernos, debemos salir mientras podamos, no tardarán en atacar de nuevo. Pero recordé algo -Eren agarra la llave que tiene como collar-. El sótano de mi casa. Mi papá dijo que fuera allí.

Asentí comprendiendo sus ideas. Nos colocamos detrás del esqueleto para escondernos. Eren dijo que debía hacer esto solo ya que nos había causado muchos problemas. Dejé de escucharlos para mirar a los soldados, dándome cuenta de que estaban preparando sus espadas.

Agarré las mías también, estaba lista para cualquier cosa pero de la nada Armin pasa por mi lado, sorprendiéndome y corre a enfrentar a los soldados, colocándose con las manos en alto.

-¿Qué...? -murmuré.

Armin comenzó a gritarse con el comandante, que seguía manteniendo su postura de que había que matar a Eren, pero Armin hacia todo lo posible para que eso no ocurra y que todos cambiaran de opinión. Hasta se puso firme y con la mano en el pecho.

Pero el comandante levanta la mano para dar la orden de disparar. Me preparé y me coloqué en frente de Armin con una espada al frente. Pero luego abrí los ojos de par en par.

-Suficiente. No has cambiado, tan grande y aún actúas como un ciervo asustado.

-Pixis... -sonreí.

-¿No ves lo importante que es su saludo? -yo me hice a un lado y miré a Armin aún firme y con la mano en el pecho-. Acabo de llegar pero entiendo todo a la perfección.

Su mirada pasa a mí finalmente cuando guardé mis espadas.

-¡Ah! Ha pasado tiempo _______ -comentó.

-Bastante, así es, Pixis -respondí.

-¿Q..Qué...? -el comandante estaba conmocionado. Pixis se voltea a verlo de nuevo.

-Ve a preparar los refuerzos. Creo que es una pena escuchar lo que tenga que decir.

Armin cae al suelo de rodillas y yo me alivié al igual que él. Estaba feliz de que por lo menos no moriríamos hoy. Miré a Pixis y me puse firme, con la mano en el pecho, sonreí de lado al igual que él.
Asentí agradecida y luego me di vuelta hacia los niños.

***

***

Todos miramos a Eren cuando este se muerde la mano en el momento que llegamos hasta la roca gigante que debía usar para bloquear la entrada del muro. Yo estaba en el grupo para proteger al castaño junto a Mikasa.
Eren logra transformarse en aquel gran titán, varios festejan de que finalmente el agujero sería tapado, pero en lugar de que fuera así, Eren se da vuelta y decide atacarnos a nosotros.

-¡¿Qué le sucede?! -hablé mientras trataba de alejarme lo más posible.

-¡Eren! -grita Mikasa.

Ella queda colgada del cabello de Eren tratando de hacer que reaccionara pero era inútil por ahora.

-¡Mikasa, esquívalo! -le advertí y ella salta en el momento en que Eren intenta golpearla pero termina golpeándose a sí mismo y quedó sentado en el suelo.

Algunos titanes no tardaron en venir hacia aquí al ser atraídos por tanto ruido. Decidimos cambiar nuestra estrategia y no contar con Eren por ahora, sino que lo protegeríamos.

-Me encargaré de los dos de la izquierda -avisé y usé el equipo.

No me fue difícil acabar con aquellos dos titanes y regresar con los demás pero me encontré con que Armin, quien no debería estar aquí, estaba gritándole a Eren. Aparecieron más titanes y nosotros los alejamos de Eren.

Pero entonces vimos cuando este enorme titán cargó con la roca y con Armin en su hombro. Sorprendiéndonos a todos por lo que estaba ocurriendo.

-¡Vamos, Eren! -grita Armin.

Sonreí y me encargué de los titanes que trataban de acercarse a Eren, fue entonces que él consiguió llegar y tapar la entrada.

-¡Sí!

Esto había sido una gran victoria para la humanidad, un nuevo logro... una nueva esperanza para todos. Finalmente pudimos evitar que más titanes sigan entrando, solo debíamos encargarnos de los que estaban aquí.