No te Dejaré Ir
(Poned vídeo multimedia cuando yo avise)
Ninguno era culpable de lo que había pasado. Ni ellos ni ninguna otra persona en la Wammy's House. Las cosas pasaban porque sí, y ya está. Son hechos y opiniones, causa y efecto, problema y resultado. Cada acción u opinión lleva a una consecuencia, y una vez que te has movido no te puedes echar atrás. Mucha gente pelea porque cree que algo no es justo, que no debería haber sido así, que tendría que haber sido del modo que ellos querían. Muchas personas piensan de muchas formas, y cada una es diferente y única. Porque cada persona es diferente y única, no importa el sexo o la edad. Esta es la Ley de la Casualidad y el Efecto, una ley que Elle Lawliet y Beyond Birthday, de quince años los dos, no quisieron entender porque estaban cegados por una pelea cuyo objetivo era entender quién tenía razón. Una de las leyes de la vida más importantes, la única que no entendían.
Todo este caos había sido causado por un hecho, como cualquier otro problema: L había resultado ser el más inteligente del orfanato, por encima de BB. Este último se había enfadado mucho a pesar de que eran los mejores amigos en el orfanato, no se habían separado o peleado ni una sola vez en todo el tiempo que habían estado allí. Al ver los resultados en el tablón de anuncios, Beyond fue corriendo a buscar a Elle y comenzó una discusión en la habitación de este último. El joven de ojos carmesí estaba alarmado, tanto que Elle empezó a asustarse.
-¡Sólo digo que no me parece justo! -decía Beyond-. ¡Yo he trabajado mucho para ser el primero, y tú lo sabes! ¡Quieres ser mejor que yo porque me tienes una envidia que no me puedes ni ver!
-¿Qué estás diciendo, Beyond? -preguntó Elle-. ¡Yo también me esforcé mucho para llegar a ser el número uno! ¡No es mi culpa que no te eligieran a ti!
-¿Qué les ofreciste a cambio? ¿Dinero? ¿Mejores profesores? ¿Ocultar el secreto de que dos empleados se liaron en el despacho de Roger?
-¡No les ofrecí nada, solamente me preparé y...!
La discusión entre gritos se vio interrumpida cuando Elle sintió algo impactar contra su mejilla. Cayó hacia atrás e su cuerpo impactó contra el suelo de forma brusca. El azabache se llevó una mano a su mejilla, roja y un poco hinchada. Beyond bajó el brazo con el que había abofeteado a su "mejor amigo", intentando controlarse mientras respiraba agitadamente.
-¡Cabrón! -gritó.
Elle se levantó sin mirar al chico de ojos carmesí a la cara. Su mano que estaba sobre su mejilla herida temblaba, se estaba derrumbando, nunca había sentido tanto dolor. Sin darse cuenta, lágrimas resbalaron de sus ojos y sin poder evitarlo. Parpadeó varias veces para intentar contenerlas, pero no fue capaz. La tristeza y el dolor juntas tenían un poder más fuerte que el orgullo en una persona seria y fría como él. Incluso cuando no debería ser así.
Beyond, al ver lo que ocasionó, intentó acercarse a Elle extendiendo un brazo e intentar ponerla en su hombro. Casi llegó, pero Elle la apartó antes de que llegara a acercarse más a él. Lo intentó otra vez, y obtuvo el mismo resultado. El ojirubí, culpable, intentó decir algo para aclarar la situación.
-Elle... yo...
-No me toques. Ya veo lo que te importa nuestra amistad, Beyond. Si tanto quieres el primer puesto, te lo dejo encantado.
El azabache se volvió y sacó una maleta de su armario. La puso en el suelo, la abrió y empezó a guardar cosas como ropa y algunas bolsas con dulces que había dentro. Las fue poniendo una a una sin causar un desastre en el interior de la maleta. Beyond le miró asustado y sorprendido, no esperaba que Elle reaccionara así.
-Elle, ¿qué haces?
-Me voy de este centro -alzó la mirada-. Enhorabuena, Beyond Birthday. Buena suerte.
-No... ¡No! ¡Elle, por favor, no te vayas!
Corrió hacia Elle y empezó a sacar las cosas que metía en la maleta. Elle no se molestaba en volverlas a poner porque siguió colocando más. Las prendas cuidadosamente dobladas, bolsas llenas de dulces sin ser aplastadas, tenía de sobra escondidas en su habitación. Beyond intentó detenerle, le paró los brazos, pero Elle se libraba de su agarre fácilmente y seguía a lo suyo.
-No te vayas, por favor, Elle -suplicaba desesperadamente-. No quiero que te vayas.
-Haberlo pensado antes. Me iré el sábado a primera hora, tengo que hablar con Roger antes de irme. No quiero fugarme de verdad, odio que me persigan.
-¡Elle, por favor! ¡No seas infantil!
-Lo siento, pero así es como soy. Lo único que no respetaste de mí era mi lado infantil, un lado constante como el signo de igual en una ecuación.
Beyond no podía más, estaba completamente destrozado. No podía más, no quería más. Nunca deseaba que su mejor y único amigo se fugara por una estúpida y simple discusión. Con el corazón roto, salió corriendo del dormitorio de Elle en dirección a la suya para echarse a llorar de arrepentimiento y culpabilidad en su cama por el resto de su vida. Se tapó el rostro con el antebrazo para que nadie le viera llorar.
¿Por qué? ¿Por qué hice eso? ¿Por qué dije esas cosas? aquellas preguntas y dudas sobre sí mismo invadieron y ocuparon su mente.
Estaba asustado, estaba desesperado, se sentía fatal por haber causado tal decisión. Esto era otro simple caso de la Causa y el Efecto. Esa ley se repite continuamente todos los días en cualquier parte del mundo cada segundo que pasaba. Su egoísmo y su orgullo habían causado las ganas de irse y dejar todo atrás en el corazón de Elle. La avaricia suele causar muchos problemas en la vida, especialmente si sucede entre amigos inseparables como la ostra y la perla o el ladrillo y el cemento. La vida es un juego, la tierra es el tablero y la humanidad son los jugadores. Sus reglas son muy importantes para evitar la desgracia en una persona. Y para evitar la muerte también.
El ojirubí no sólo consideraba a Elle su mejor amigo: estaba enamorado de él. No pudo evitarlo, su rostro, su extraña actitud, sus particulares gustos. Todo lo que era de Elle le atrajo la primera vez que le vio. Empezó a sentir un gran amor y un poderoso deseo de ser suyo por el chico de ojos azabaches. Cuando se encontraron no eran nada más que niños. Beyond lo recordaba perfectamente como si hubiera pasado el día anterior.
«Oye, no hagas eso» decía Elle. «Te harás daño
«Ya no me importa» replicaba Beyond. «No tengo a nadie en mi vida.»
El ojirubí se estaba haciendo cortes en su antebrazo dibujando calaveras por todos lados y escribiendo "muerte" con una pequeña navaja. Elle se la quitó y fue corriendo a por vendas a la enfermería. Beyond no tuvo más remedio que esperar a que volviera mientras pintaba con su propia sangre en el suelo. Cuando Elle volvió, le miró. Llevaba un botiquín entre sus dedos y sonreía con tristeza. El azabache tomó el brazo herido del otro chico y empezó a desinfectarlo.
«Puedes llamarme L» dijo. «Yo tampoco tengo amigos. ¿Quieres ser el primero?»
Beyond quedó sorprendido ante el coraje del chico, nunca había conocido a alguien tan fuerte que hubiera aguantado tanto tiempo sin intentar decir adiós a la vida ni una sola vez. Pero sonrió y le dijo:
«Yo soy B. Seamos amigos, L»
Y así fue hasta aquel horroroso día de la competencia.
Beyond llegó a su habitación y dio un portazo antes de echar un pestillo y tumbarse en su cama sin pensárselo dos veces y llorar. Sollozó y se maldijo a sí mismo en voz baja un millón de veces sin poder evitarlo. De debajo de su cama, sacó un pequeño cuchillo y se hizo un corte en el dedo. Con la sangre que brotó de la punta, empezó a garabatear en la pared adyacente a su cama. Dibujó corazones rotos llenos de sangre, dibujó el símbolo de B y al lado la palabra muerte varias veces. Estuvo así hasta que se le ocurrió una forma con la que Elle podría tal vez perdonarle y tal vez cambiar de idea respecto a fugarse de la Wammy's House: si Elle no quería ser su amigo, entonces sería su novio.
Se levantó nervioso y pensando en cómo Elle podría reaccionar a algo como eso. Se imaginó varias posibilidades: Elle fugándose llorando al momento, Elle saltando por la ventana por haberle hecho sentir así y a Elle junto a él de todas formas. Aquella última le ayudó a tomar una decisión: iba a hacerlo, iba a confesarle su amor a Elle.
(Ponedlo ya)
Salió de su habitación más decidido que nunca en decirle a Elle lo que de verdad sentía por él. Los niños y adolescentes que lo miraban por los pasillos caminar tan serio y sereno empezaron a comentar entre murmullos para que el joven protagonista no les oyera. Les escuchó de todas formas, pero simplemente les ignoró.
Nunca había tomado una decisión tan seria que se hubiera tomado como si su vida dependiera del resultado. Siempre había temido ser rechazado por Elle, temía que Elle se burlara de él, temía que Elle se alejara de él y que se conviertieran en dos completos desconocidos. Temía perder lo único que había podido obtener de Elle: su amistad y confianza. Bueno, la confianza ya estaba perdida, pero aún puede ganarse su amor.
Puedes hacerlo, Beyond. pensó. No seas negativo.
Llegó al dormitorio de Elle y se detuvo. Extendió su brazo para llamar a la puerta, su puño se detuvo a pocos milímetros de rozar la madera de la puerta. Se paró a pensar si merecía la pena hacerlo. Pensó en la decisión que había tomado hacía unos minutos y finalmente llamó a la puerta.
-¿Elle? ¿Puedo pasar?
Escuchó pasos en el interior y la puerta se abrió ante él. Elle tenía los ojos hinchados y un poco rojos y las mejillas empapadas de llorar. Beyond no pudo evitar jadear cuando le vio, no se esperara que le había hecho tanto daño. Tragó saliva, pensando que ahora las posibilidades de que Elle no lo rechazara eran todavía más pequeñas.
-¿Qué? -dijo el azabache.
-Quiero hablar contigo, por favor, Elle. No te vayas enfadado.
El azabache suspiró y se hizo a un lado para dejar pasar a Beyond. Cerró la puerta detrás de él y apoyó su espalda sobre ella.
-¿De qué quieres hablar?
Beyond no habló, si no que simplemente pasó a la acción. Se acercó a Elle y le tomó el rostro con ambas manos, posicionándolas sobre sus mejillas suavemente. Le echó hacia delante y unió sus labios en un tierno y cálido beso. Beyond cerró los ojos y se dejó llevar, Elle en cambio se quedó quieto durante unos segundos y después le siguió el beso.
Estuvieron unos segundos besándose hasta que les faltaba el aire. Separaron sus labios solamente por unos centímetros antes de que Elle volviera a besar a Beyond. Siguieron así hasta que el ojirubí decidió hablar.
-Me gustas muchísimo, Elle -susurró.
Le tomó de los brazos y lo tiró sobre ls cama. Antes de que Elle pudiera moverse, Beyond se puso encima de él y su lengua empezó a lamer cada parte de su cuello. Elle se aferró a su espalda, hundiendo sus uñas en la camiseta negra del mayor.
-Beyond... -gimió-. Tú también... me gustas...
Beyond sonrió en su cuello y no se detuvo. Siguió besando el cuello del menor hasta dejarlo completo de saliva. Sacó la camiseta blanca de Elle de un empujón y lamió y mordió sus pezones. Elle volvió a gemir y soltó un pequeño grito sin contenerlo. Quería demostrarle a Beyond cuánto lo amaba y cuánto lo deseaba. Beyond siguió bajando sus besos hasta su abdomen. Elle tiró de la camiseta negra del mayor y la rompió a tirones. El ojirubí sonrió y bajó los pantalones del azabache.
-Beyond, espera... -dijo entonces el azabache-. No creo estar listo...
-Tranquilo, no te haré daño.
Beyond dejó la cintura de Elle y se acercó a su rostro. Le besó las mejillas sonrojadas, la frente roja y sus dulces y rosados labios que siempre había querido probar desde la primera vez que le vio. El ojirubí le siguió besando hasta que el azabache se tranquilizó. Volvió a descender sus besos de nuevo hasta que llegó a su entrepierna. La masajeó y acarició por encima de su ropa interior, Elle soltó varios suspiros y no dejó de gemir el nombre del mayor.
-No me provoques más, Elle...
-¡Haz algo ya o el uke serás tú!
El ojirubí decidió que no dejaría que aquello pasara, por lo que se quitó sus propios pantalones y siguió acariciando la entrepierna de Elle. Cuando ya notó que estaba listo, colocó su miembro en la entrada de Elle después de bajarle el bóxer.
-¡Aaahh! -gritó Elle.
Beyond sonrió y comenzó a embestirlo a un ritmo al que el azabache podía acostumbrarse rápidamente, y le daría ventaja para aumentarlo en poco tiempo. Pero se atrevió a preguntar:
-¿Te... duele...?
-¡No pares!
Pues eso hizo. No se detuvo y siguió penetrándole. Cuando notó que se iba a correr dentro de él, sacó su miembro de su entrada antes de causar un accidente. Pero no dejó de jugar con Elle. Metió el primer dedo en su entrada, y el azabache gritó. Lo movió un poco hasta que Elle se adaptó. Le besó en los labios y metió el segundo.
-¡Ah, Beyond!
La sonrisa del ojirubí se hizo aún más amplia y metió el tercer y último dedo. Elle gritó aún más fuerte, y empezó a jadear. Pero Beyond quería más, quería seguir. Una de sus traviesas manos fue a parar al miembro de Elle y empezó a masajearlo de nuevo. El azabache suspiraba y gritó cuando el ojirubí se lo metió en la boca. Beyond no se detuvo y siguió, Elle no hacía nada más que gemir cada vez más fuerte. Hasta que se corrió en la boca de Beyond. Este último, con los labios manchados de blanco, le besó para tranquilizarlo y Elle también acabó con los labios blancos.
-Te quiero, Elle.
-Yo también te quiero, Beyond.
Cayeron en un profundo sueño abrazados el uno al otro tapados con la fina sábana de la cama de Elle, quien decidió no fugarse.
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Canción: Sunrise Avenue - Fairytale Gone Bad
Muy buenas! Quiero decir que este es mi primer one-shot en general, por lo que ha podido parecer un poco corto.
Tuve esta idea y decidí hacerlo con esta pareja, LxBeyond, aunque no la considere una pareja yaoi de Death Note. Fue por diversión.
Nos vemos!
{K-chan}
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