-Mamá, ¿falta mucho aún?.-la niña había hecho la misma pregunta en los últimos 5 minutos y Arya estaba a punto de empezar a considerar si tirar a su hija al mar era una buena idea.

-Ginny hija mía, cuando lleguemos a Invernalia lo sabrás, y será cuando no avistes más mar. Aún queda un largo viaje, así que te recomiendo que hagas otra cosa, duermas o te pongas a practicar con "Alfiler"-dijo la mujer Stark refiriéndose a su espada. La niña pareció darse por vencido y dejó a su madre.

Y es que, efectivamente, la pequeña Arya Stark ya no era tan pequeña. 5 años habían pasado desde esa guerra, contra muertos, enemigos e incluso amigos. Sucesos trágicos aún abundaban sus pesadillas por las noches pero también grandes recuerdos.

Una guerrera, una mujer competidora y cabezota que salió con 18 años a descubrir el Nuevo Mundo para completar los mapas. Lo había conseguido, y a sus 23 años le llevaba a su hermano Bran Stark, rey de los 6 Reinos, los mapas para los maestres.

Había conocido infinidad de cosas, inimaginables e increíbles. Los Mundos alejados de los 7 Reinos tenían costumbres muy diferentes y habitantes mucho más curiosos que a lo que de niña conocía. Estaba deseando contarle todas las experiencias a sus hermanos.

-Sube un poco más el hombro Ginny, y ten siempre la vista al frente.-advirtió Arya a su hija cuando la vio practicar su andadura con su espada. Era un calco a ella cuando era pequeña, aunque con unos ojos azules y un pelo negro que destacaba desde la lejanía.

Lo cierto era que Arya supo que estaba embarazada poco después de haberle dicho a Gendry que no quería ser su esposa. Tampoco eso le iba a hacer replantearse nada nuevo, ella tenía clara su decisión.

La muchacha aún recordaba el momento que compartieron juntos la noche antes de la gran batalla, cuando ambos pensaban que iban a morir. Pudo parecer que Arya quiso hacerlo solo por experimentarlo, pero en parte fue también por la manera que tenía Gendry de hacer latir su corazón tan rápido. Durante esos años en donde fue fugitiva como en ese periodo de preguerra en Invernalia.

Cuando se arrodilló ante ella a Arya se le encogió el estómago y le entraron ganas de vomitar (de los nervios). No quería pronunciar las palabras que al final acabó pronunciando.

-Estoy segura de que encontrarás a una buena esposa porque cualquier mujer sería afortunada de tenerte. Pero esa no soy yo, no soy una lady, no soy una mujer para completar a un hombre, nunca lo he sido. No he nacido para ello.

El brillo en los ojos de Gendry la hizo querer llorar y retractarse de lo había dicho pero antes que fiel a su corazón, era fiel a su orgullo y voluntad. Ella de todas maneras nunca podría darle herederos ni cumplir con las funciones que se esperan de una dama.

De la primera afirmación creía haber estado segura. Pero a los meses empezaron las náuseas, y el maestre de su barco le confirmó lo que Arya nunca se hubiese esperado. Entre todas las escasas posibilidades que había de estarlo, estaba embarazada. Pese a por sus heridas y cicatrices ser al 95% imposible.

Ese 5% venció y Arya no supo que hacer. Le propusieron beber el té de lunas, una especie de bebida abortiva. Y no negaba que se le pasó por la cabeza.

Pero al pensar que tenía una vida en el vientre la cual tenía genes Baratheon-Stark pensó en Gendry, pensó en su padre y pensó en Robert Baratheon. No podía hacerles eso. Pese a que nunca le mencionó a Gendry, ni en una carta ni en un cuervo, que su hija nació un 7 de enero después de 9 horas de parto.

Sí, ese era un detalle que destacar, Gendry no sabía de la existencia de Ginny, y digamos que la pequeña nunca había preguntado por su padre. Arya siempre pensaba que con ella bastaba y sobraba para criar a la niña.

Pero Arya Stark sabía perfectamente que todos los reyes de los diferentes Reinos se reunirían en Invernalia para hablar sobre el dragón avistado hacia unas semanas cerca de el Muro. Sí, el dragón que agarró a su madre recién asesinada por Jon Snow (o Aegon Targaeryan) y se dió a la fuga.

Todos los líderes de los diferentes Reinos supieron que en algún momento se haría frente a esa criatura, pero aún así les pilló por sorpresa.

Arya iba a ver de nuevo a su hermana, hermanos, Brienne, Tyrion y Gendry. Contaba hermanos en plural porque aún guardaba la esperanza de que se pudiese contar con Jon para ayudar pese a estar condenado en el Muro. No sabía nada de él desde el momento que cogió aquella barca para partir de nuevo para ser un Guardián de la Noche.

Todo era incertidumbre y dudas sin resolver. Cada uno tendría una vida hecha, o por lo menos a medio hacer. La guerra y su triunfo habían dejado ganas de vivir pacífica y tradicionalmente.

Arya esperaba que Bran hubiese acabado con la pobreza de Desembarco, que Sansa gobernase en el Norte de una manera en que se le considerase como una Stark plena y derecha, y, por qué no admitirlo, que Gendry no hubiese encontrado a una lady para Bastión de Tormentas.

Aunque sabía que esto último era improbable. Era un hombre apuesto, inteligente, fuerte y gracioso. Mejor pretendiente no lo había.

-Arya del pasado, no cuestiono tus decisiones, pero pudiste besarlo mucho más antes de irte...-se dijo inconscientemente a sí misma.

-¿Te pasa algo, mami?.-Ginny admiró a su madre pensativa e inundada de recuerdos.

-No lobita, solo pensaba en lo mucho que estoy deseando que conozcas ya Invernalia, tu casa por nacimiento.-Arya la cargó a sus hombros mientras la niña reía y ella tuvo una sonrisa en su rostro.

Pese a todo, estaba volviendo a casa.

●●●●●●

BUENO BUENO MUY CORTO PERO ES UN CAPÍTULO IDEADO PARA DAR CONTEXTO DE LA SITUACION DE LA HISTORIA.

ESTO PROMETE.

Desde que acabé la serie quise dar un final alternativo a estos dos. Pese a que el final de Arya fue bueno, considero que ese ship que nos metieron de por medio fue una de las pocas cosas buenas de la temporada 8. Gendrya merecía más y yo estoy aquí para contar una historia que he ideado en mi cabeza de lo que creo que pasó después. Repito, en mi mente y en mis deseos

Besitos.