Oye, Emma.

Seguiré insistiendo en que no invites a Roberto.

¡Date cuenta de que no le importas!

Okay, eso sonó feo, hasta a mí me dolió.

Pero es la verdad, no sé pero siento la necesidad de evitar que sufras.

Abre los ojos, ésto no es un libro ni una película, es la realidad y jamás podrás hacer que Roberto te haga caso.

¡No te humilles!

No tengo nada en contra de que una chica invite a un chico, siempre y cuando éste valga la pena y ¡Roberto no lo merece!

Si te hace llorar recuerda que puedes secar tus lágrimas con una de mis notas.

Lo cual dudo que hagas ya que supongo que las tiras.

Y además el papel de una hoja de libreta puede rasparte la cara.

-Shoes.