Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

ㅤㅤ๑ veintinueve 𓂃


ଓ ଘ ଙ

𝗧𝗵𝗲 𝘁𝗵𝗿𝗲𝗮𝘁!!

Jimin leía en compañía de Hoseok la segunda carta recibida en aquel día. El alfa se la había entregado y, según él, al ser confidencial después se encargaría de llevársela y eliminarla personalmente.

Además, el jardín estaba florecido con motivo de mitad de primavera, así que hacía buen día para estar allí.

Jiminnie:

Siento que este sea el motivo de mi primera carta, pero es realmente urgente.

Se han oído rumores de que un grupo de rebeldes en contra del pacto de paz se están alzando tanto en Busan como en Daegu. No sé si es falso o cierto, pero sea como sea lo más inteligente es tomar precauciones. Por favor, comunícalo al rey Min.

Oh, y Seokjin cada vez te extraña más, tiene la barriga crecida, deberías venir a vernos en cuanto puedas. Quizá así también podría hablar en persona con tu marido.

Yo también te echo de menos, por cierto, esto está demasiado silencioso sin tí.

Te quiere: Nam.

Jimin releyó la carta un par de veces, y contra más lo hacía más dudas le surgían. Pensó que quizá hablando con Yoongi sería menos confuso, así que, con manos temblorosas, le devolvió la carta a Hoseok.

—Quémala si hace falta—. Susurró, recibiendo un asentimiento—. ¿Sabes dónde está Yoongi?

—En la biblioteca con Jungkook, si no me equivoco—. Murmuró el alfa.

Eran la primera vez que estaban a solas desde que Jimin descubrió su relación con el otro consejero, y realmente no se podían ni mirar a los ojos. Además, sabía que cada día que pasaba ellos se alejaban más, Yoongi solía aparecer con uno de ellos esas semanas.

—Gracias—. Asintió Jimin.

No tenía nada más que decirle. No es que estuviese en contra de lo que tenían, pero debía ser prudente. No sabía quién podría escuchar.

—Majestad—. Le llamó Hoseok, cuando apenas se había alejado unos pasos—. Siento haberlo implicado en esto, no fue mi intención, ni la de Jungkook.

Jimin asintió, sabiendo que era verdad. Si confiaba en alguien a parte de su marido, sin duda eran esos dos tortolitos.

—Lo sé, pero no hay nada que se pueda hacer ahora—. Suspiró—. Solamente ser discretos, cosa que no hacéis—. Explicó, ganándose una mueca confusa de Hoseok—. Yoongi no tardará en darse cuenta de vuestra distancia, sospechará.

Dicho eso, no esperó a una respuesta, tenía algo más importante que hacer y realmente se sentía más culpable con cada segundo que pasaba hablando del tema. Jamás pensó que cargar con un secreto ajeno podría afectar tanto en su propia relación. ¿Qué pasaría si Yoongi se enteraba de que le había ocultado algo tanto tiempo? No, no podía enterarse.

Caminó distraído hasta la biblioteca, no se detuvo pero tampoco caminó con prisa. Quizá porque en parte temía hablar de aquello en algún lugar que no fuese seguro.

Además, Yoongi sabía que alrededor de un mes había algo que le preocupaba, el lazo no le dejaba escapatoria. Por su culpa apenas dormían bien; Jimin temiendo que le sacase la verdad y Yoongi preocupado por él.

Tocó un par de veces en aquella puerta robusta y esperó. No quería interrumpir.
Alrededor de un minuto, Jungkook abrió la puerta y al ver de quién se trataba sonrió con su expresión que a Jimin le recordaba a la de un conejillo.

—Majestad—. Comentó alegre, haciendo una reverencia antes de darle paso.

Dentro no había nadie más que dos personas sentadas en una mesa central; Yoongi y Haesoo.

El primero iluminó su rostro al verlo, pero el segundo tuvo una reacción contraria.

—Majestad—. Saludó, seco.

Jimin hizo caso omiso de él y rodeó la mesa directamente hasta Yoongi.

—¿Tienes un minuto?—. Preguntó en un susurro—. A solas...

El alfa asintió y con una mirada despidió a sus consejeros. Jungkook captó enseguida aquello y se dirigió a la puerta de nuevo, tras una reverencia. Sin embargo, el de mediana edad se quedó en su lugar, ignorando la mirada del omega.

—¿Desde cuándo tengo que ordenar algo dos veces?—. Preguntó Yoongi, gruñendo de mal humor.

Haesoo, sin apartar la mirada de Jimin, se levantó lentamente y realizó una reverencia corta.

El omega quería demostrar que era fuerte y no le intimidaba, pero por la propia naturaleza no pudo seguir con aquel juego más tiempo. Apartó la mirada hacia el suelo, sintiendo una gran rabia e impotencia.
Yoongi apretó sus puños y también se puso en pie.

—Majestad—. Murmuró el consejero, en dirección al alfa.

Jungkook, esperándole desde la entrada, se atrevió a gruñir levemente para que se diese prisa y se dejase de juegos.

Jimin tomó la mano de Yoongi cuando lo vio temblar. Le daba miedo mirar sus ojos, sentía que estaba a punto de perder el control y lo último que quería ver era el escarlata de sus ojos.

Haesoo balbuceó algo que sólo Yoongi escuchó antes de por fin dar media vuelta hacia la puerta.

Jimin suspiró aliviado, ajeno a lo que estaba a punto de ocurrir.

Yoongi amenazó con un fuerte gruñido e hizo el ademán de ir tras él, apartando al omega, a lo que el consejero se apresuró con algo de miedo. Todos sabían que enojar al rey no era buena idea, Haesoo era un suicida.

Por suerte, para calmar a una fiera se necesitaba un punto débil.

Jimin no tardó en reaccionar, yendo tras él mientras los consejeros se daban prisa por cerrar la puerta.

—Yoongi no, mírame—. Murmuró Jimin, poniéndose en medio de su campo de visión, tomando su rostro con las manos—. Ya está, no merece la pena pelear con él.

Yoongi sacó un gruñido que retumbó en su pecho y provocó un quejido en el omega.

Por suerte Jungkook ya se había llevado de allí a Haesoo.

—Cielo ya pasó—. Susurró Jimin, abrazándose a él.

El alfa no se había movido desde que el omega se lo impidió, pero no por falta de fuerza, sino porque no quería dañarlo. Sus manos se abrían y cerraban mientras que su garganta no dejaba de emitir un inicio de gruñido que no terminaba.

—Alfa—. Jimin se pegó a su cuello, frotando su mejilla allí para dejar que su aroma peculiar lo arrullase y calmase—. Ya pasó, te quiero, estoy aquí—. Repitió una y otra vez, luchando contra el impulso del lobo de su marido.

Yoongi por fin relajó su cuerpo paulatinamente, llevando sus manos a la espalda de su omega. Rodeado por aquella fragancia dulce, hundió la nariz en su cabello para aspirarlo aún más.

—Omega—. Lo llamó con voz ronca.

Jimin alzó la mirada aún apoyado en su hombro, viendo el rojo en sus pupilas desaparecer poco a poco. Sonrió.

—Estoy aquí—. Susurró aliviado mientras dejaba pequeños besos en su mejilla—. ¿Estás bien?

Él asintió, cerrando los ojos.

—No he perdido el control por completo—. Murmuró jadeando—. Menos mal que estabas aquí, de lo contrario...

—No pienses en eso—. El omega siguió mimándolo con su olor y caricias—. Necesitas descansar, tengo miedo de que tu lobo tome el control en los peores momentos.

Yoongi asintió de acuerdo.

Ambos se balancearon abrazados, aliviados porque al final no pasó nada más allá de un susto amargo.

—No lo aguanto—. Murmuró el alfa—. Quiero sustituirlo pero nadie es tan bueno en su trabajo.

—No importa, ya encontrarás a alguien.

—No—. Gruñó—. Nadie puede intimidarte de esa forma, no lo toleraré mientras viva en este castillo.

Jimin, ocultando una sonrisa en su cuello, emitió un quejido en reclamo.

—Vamos a descansar, lo necesitamos—. Susurró.

Yoongi besó su cabeza y olvidó los papeles sobre la mesa, cualquier cosa que estuviese haciendo con tal de tener un rato a solas con el omega. Quizá esa noche incluso conseguía dormir.

𓍢𓎗 continuará ...

💮 𝗡𝗼 𝗼𝗹𝘃𝗶𝗱𝗲𝘀 𝗱𝗲𝗷𝗮𝗿 𝘁𝘂 𝘃𝗼𝘁𝗼! 💮

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro