ㅤㅤ๑ veintidós 𓂃
ଓ ଘ ଙ
𝗧𝗵𝗲 𝗳𝗶𝗿𝘀𝘁 𝘁𝗶𝗺𝗲!!
(¡Atención! Este capítulo contiene escenas explícitas con lenguaje explícito 🔞 abstenerse de leer si no es de su agrado, por favor pasad a la siguiente parte si no os gusta, no hate ¡No perderán el hilo de la historia!)
Jimin no sabía en qué momento había tomado esa decisión, la de finalmente dejar su virginidad atrás, pero sabía que no se arrepentiría. Dejó que Yoongi colase sus firmes manos por debajo de su pijama, alzando la prenda al tiempo que acariciaba su piel, dejándole un hormigueo incesante. Jimin se alzó apenas para poder deshacerse de la camiseta fácilmente, quedando semidesnudo por primera vez frente a alguien que no fuese parte de su familia cercana.
Sus mejillas se encendieron rápidamente y tuvo el impulso de cubrirse con sus manos, pero Yoongi lo impidió cuando las sujetó contra la cama, a cada lado de su cuerpo, provocándole una risita nerviosa.
El alfa besó sus clavículas con la misma suavidad que había empleado segundos atrás en sus labios y Jimin pensó que no se detendría, pero lo hizo.
—Si esto es por la marca... No quiero que lo hagas obligado—. Murmuró, dejando un pequeño espacio para mirarlo.
Jimin hizo una mueca, aún con la piel rojiza y desvió la mirada de pura timidez. Nunca se había enfrentado a una situación similar y le era difícil poder confesar algo así.
—No es por obligación, alfa. Quiero hacerlo—. Susurró.
Yoongi liberó una de sus manos sólo para poder tomar su mentón y hacer que le devolviese la mirada.
—Puedes... Puedes detenerme en cualquier momento, ¿Entendido?
El omega asintió un par de veces, suspirando. ¿Aquel era el mismo alfa que conoció en Busan? ¿Al que juró que jamás amaría? En ese instante, bajo la dorada luz solar, pensó que amarlo no sería tan estúpido. De hecho, parecía fácil.
Entonces Yoongi se acercó hasta dejar un tierno beso en su frente, un sello íntimo, algo que Jimin entendió como una pequeña seguridad de que trataría de hacerle sentir bien.
Los labios cálidos del alfa de nuevo besaron su cuello, clavículas y en esa ocasión descendieron por su pecho, dejando un camino de llamas ardientes.
Mientras sus manos localizaban el borde del pantalón, ocupó su lengua en el pezón de Jimin, provocando que se estremeciera y tuviese que retener un gemido. Su piel estaba sensible, mucho más que en cualquiera de sus celos, y sentía que con cualquier mordida o lamida podría desmayarse de placer.
Las manos de Yoongi consiguieron deslizar el pantalón con suavidad, llevándose también la ropa interior, haciendo de la espera casi una tortura para Jimin, que del calor agolpado en su cuerpo tenía la urgencia de despojarse de toda prenda.
Quedó completamente desnudo bajo la mirada ajena de un momento a otro, en apenas un pestañeo. Su ropa quedó a un lado de la cama, quizá hasta en el suelo, pero no era el centro de su atención en ese instante.
Sus ojos se cerraron de la vergüenza al ser expuesto, pero de algún modo esa misma idea le creó un cosquilleo en su entrepierna y notó su entrada humedecerse. Yoongi gruñó al notar el aroma atrayente del omega, dulce y sensual.
—Mírame omega—. Pidió, con su voz ronca.
Jimin acató y abrió sus ojos de nuevo, topándose con el rostro del alfa a centímetros del suyo. En su rostro se formó una sonrisa inconsciente, pero se borró en cuanto Yoongi se separó.
Al descubrir que sólo trataba de despojarse de su camiseta, tanto él como su lobo se calmaron.
—Espera—. Murmuró, titubeando mientras se incorporaba para sentarse. Yoongi alzó una ceja a medio camino de quitarse la prenda—. Deja... Déjame a mí—. Pidió.
El alfa soltó poco a poco la tela, sorprendido. A decir verdad Jimin también lo estaba de sí mismo, pero pensó que su lobo eufórico tendría mucho que ver en esa decisión.
Acercó sus pequeñas manos al pijama, temblorosas, tomando el borde inferior de la camiseta y estirándolo hacia arriba. Yoongi puso de su parte, pero el omega sintió el corazón en la cabeza de sólo pensar que lo estaba desnudando.
El alfa lanzó la prenda a algún lugar de la cama, sin mirar, y volvió a empujarlo a hacia el colchón con apenas una mano, besándole con más urgencia esa vez mientras Jimin se acomodaba bajo su cuerpo. Ni siquiera podía pensar con claridad, estaba seguro que todo eran puros instintos, pero se sintió demasiado tímido de pronto, sabiendo lo que estaba a punto de suceder.
De nuevo dirigió sus manos al pijama de Yoongi, esa vez a su pantalón, pero con toda la acumulación de nervios y emociones en su interior, no pudo hacer mucho. El alfa terminó su trabajo sin problemas, quedando también desnudo ante su mirada, aunque ninguno tuvo tiempo de admirar el cuerpo contrario antes de que sus ganas de besarse ganasen.
Jimin entonces asimiló la situación, y le dio miedo. La pregunta que más se repetía en su cabeza era si aquello dolería, pero tampoco se sintió con las fuerzas suficientes para detenerlo. No quería hacerlo. Quería acostarse con él pese a todo.
Atrajo el rostro del alfa para poder besarlo de nuevo, buscando aquel aroma que sabía podría calmarlo, y así fue. El aire se llenó de ambas esencias mezcladas: alfa y omega, fuerte y suave, amargo y dulce.
Jimin jadeó ante la cantidad de feromonas expulsadas por ambos, notando la erección del alfa contra la suya, viendo la habitación girar a su alrededor. Estaba completa y absolutamente perdido en Yoongi, y amaba la sensación.
—Relájate pequeño—. Susurró el alfa contra su cuello, mientras acariciaba su pecho—. Estás tenso.
El apodo le hizo sentir un escalofrío en todo su cuerpo, su voz ronca por la excitación no ayudaba y Jimin realmente se sintió pequeño.
—Estoy relajado—. Farfulló, cerrando sus ojos con fuerza.
Escuchó a Yoongi emitir una pequeña risa ahogada, sólo entonces abrió los ojos y se percató de que sus puños encerraban las sábanas debajo suyo.
—No lo estás, ven aquí—. Replicó él, tomando su rostro para poder besarlo con ternura—. Te prometo que seré suave, ¿Vale? Toma aire.
Jimin asintió y exhaló aire justo antes de dar una bocanada de aire para retenerla en sus pulmones. Yoongi no dejó de besar sus labios y de entregarle parte de su aroma para tranquilizarlo, cosa que ayudó en gran parte.
El omega pensó que aquel sería el momento decisivo, que su entrada estaba suficientemente húmeda, pero para su sorpresa lo que recibió fue la zurda del alfa. Con aquella mano tentó la zona, arrancándole un jadeo sorprendido. Sus dedos palparon la entrada mojada y Jimin tensó sus piernas, no podía evitar apretar todo su cuerpo cuando la sensación era tan placentera, y aún ni siquiera habían empezado.
—Sé que no es necesario, pero voy a prepararte para mí, ¿Vale?—. Murmuró el alfa contra sus labios, acto seguido mordiendo el inferior con suavidad.
Él asintió. Sabía que los omegas estaban hechos para aquello, que el líquido natural que expulsaban al excitarse era más que suficiente para dilatarse y recibir a un alfa como Yoongi, pero agradeció la consideración.
Cuando el alfa recibió una confirmación, volvió a besarlo con tal de mantenerlo calmado y seguro. Jimin se sintió así. En mitad de la tormenta de deseo y placer se sintió confiado, pero también ardiendo en un mar de llamas. Apenas dolía, pero era una intromisión nueva, algo a lo que debía acostumbrarse.
El índice del alfa fue el primero en aventurarse y atravesar aquella línea, arrancando un gemido suave de parte del omega, quien esa vez se aferró a la espalda de Yoongi.
—¿Bien?—. Preguntó ese último, besando la comisura de sus labios para no impedir que se expresase.
Jimin no habló, no podía, sentía que si soltaba el aire retenido esa sensación se iría, la de un fuego consumiendo su interior y extendiéndose desde su entrada hasta su cabeza. Y quiso más.
—S-sigue—. Pidió en un farfullo, notando aquel simple dedo haciendo maravillas en su interior cuando comenzó a moverse.
Yoongi estuvo atento a cualquier reacción que tuviese, y a Jimin le pareció casi tierno. Quiso decirle un millón de cosas, besarle de todas las formas posibles, pero cuando sintió la punta de otro dedo asomarse, su garganta se cerró y solamente pudo jadear.
—Si necesitas que pare avísame—. Murmuró el alfa, mordisqueando la línea de su mandíbula con un deseo casi impaciente.
Jimin sabía que ya debía estar preparado, porque aquel otro dedo no dolió tanto, sólo se sintió... Extraño, distinto, pero no doloroso del todo.
—Sigue...—. Balbuceó, ocupado en aferrarse a su espalda, con el rostro contraído de puro placer.
Yoongi atendió sus deseos, introduciendo el corazón junto al índice en su cavidad, lentamente, moviéndolos al unísono con un gesto repetitivo pero suave, separándolos allí dentro para dilatar aún más la entrada.
En todo momento Jimin supo que el contrario actuaba con suavidad, queriendo que lo disfrutase, lo podía notar en la lentitud y precaución de sus gestos, en su atenta mirada, en sus cálidos besos... Y avivó un poco más la llama en su interior, la que sintió crecer en la boda. Esa faceta de él le gustó.
Jimin emitió un dulce gemido contra sus labios, ahogándose en ellos cuando apenas podía devolverle los besos sin chocar sus dientes. No tenía fuerzas para ser coherente en sus actos, solamente podía jadear y mover sus caderas por incercia contra la mano de Yoongi, buscando más estímulo.
—Alfa...
Este le devolvió la mirada, causándole un escalofrío.
—Quiero más—. Pidió, en un murmullo—. Te quiero sentir a tí...
Yoongi gruñó en su boca, besando la misma con una fuerza casi brusca, todo lo contrario a lo que hacía con sus manos. Entonces, haciendo caso del pedido, sacó lentamente sus dedos y Jimin se sintió vacío al instante. Necesitaba más, quería sentirse lleno, su cuerpo pedía a gritos la atención del alfa y su erección, que se frotaba en su piel tentadoramente.
Yoongi exhaló contra sus labios, posicionándose entre sus piernas con una agilidad que sorprendió a Jimin. Este, por puro instinto, rodeó con sus piernas la cintura del monarca y esperó a lo que había pedido.
En aquel momento sus miradas se cruzaron, los dos pares de pupilas dilatadas de excitación, contemplándose bajo la cálida y dorada luz que se colaba por la ventana, tatuándose sus expresiones en la mente mientras Yoongi por fin entraba en el interior de Jimin, despacio, con cuidado y todo el cariño del mundo, dejando en su frente un beso.
El omega arqueó su espalda y contrajo el rostro en una mueca. Era un poco más doloroso que sus dedos, pero nada que no pudiese soportar, así que no lo detuvo, si no que disfrutó la sensación que quemó cada uno de sus nervios y pensamientos. Simplemente se quedó en blanco, de repente todo era Yoongi; en su cuerpo, en las sábanas, en el aire... Y se ahogaba en él a voluntad, se consumía en sus fogosas llamas entre jadeos.
—Oh, Jimin... Eres tan cálido...—. Gimió el alfa cuando su miembro estuvo dentro de él al completo.
El apelado no respondió, le hubiese gustado decirle lo bien que se sentía, pero cada vez que abría la boca en lugar de palabras solamente aparecían jadeos nerviosos.
Yoongi esperó unos segundos, después comenzó a balancear sus caderas contra él. Jimin se sintió demasiado abrumado, se deshacía en gemidos sin siquiera poder abrir los ojos.
—Eres tan hermoso—. Susurró el alfa, acto seguido gruñendo en reclamo.
El lobo de Jimin fue más rápido que él mismo, reclamándole a su vez con sonidos dulces y suaves. Yoongi no contuvo sus jadeos ni gruñidos aún cuando besaba y mordisqueaba su cuello, a la par que lo embestía a un ritmo estable.
—Alfa...—. Consiguió decir Jimin, abriéndose paso a la claridad entre la neblina de placer—. S-se siente tan bien...—. Susurró.
El apelado gimió en un tono tan grave que retumbó en el pecho del omega. Estaban cuerpo con cuerpo, moviéndose con un ademán constante, haciendo chirriar la cama. Pensar en la escena vista desde afuera estremeció a Jimin.
—Lo sé—. Respondió, murmurando—. Eres un buen omega... Sólo preparado para mí, sólo tocado por mí...
Las palabras del alfa le erizaron la piel. Jimin adoraba los elogios, pero sentirse tan íntimamente suyo le hizo gemir complacido, queriendo someterse a él, aspirando su dominante aroma.
—Sólo para mi alfa...
Ambos jadearon incesantemente, moviéndose cada vez más rápido conforme crecía el cosquilleo y la adrenalina en sus cuerpos. A este punto Jimin había olvidado el motivo tras ello, solamente disfrutaba de su tacto, de sus besos, de las embestidas... Lo disfrutaba tanto que se le secaba la boca con sólo pensarlo. Era un deseo vivo, ardiente, envenenando sus venas con lentitud y de pronto con rapidez, llegando a un punto que el omega sólo escuchaba los latidos de su propio corazón y un zumbido en sus oídos.
Totalmente abrumado, sabiendo lo que aquello significaba, clavó sus uñas en la espalda de Yoongi, haciéndole gemir roncamente.
—Ah sí, no te retengas pequeño—. Gruñó él.
Jimin se sintió tan mareado que tuvo que abrir los ojos para encontrar estabilidad, pero entonces se topó con los ojos feroces y escarlatas de Yoongi y perdió el control. Su boca se abrió mientras que todo su cuerpo se tensó. Entonces lanzó contra los labios del alfa un gemido alto y agudo, tanto que retumbó en sus oídos, y su cuerpo sufrió un par de espasmos.
Yoongi le elogió, pero no podía escucharlo ya que el orgasmo había dejado un pitido constante en sus orejas. Su pecho quedó pringado de semen, pero después también lo hizo su entrada cuando fue llenada por el alfa. Este gruñó y aceleró el ritmo unos segundo antes de terminar dentro de él.
Pero no fue el final, pues aquellos orgasmos se prolongaron.
Jimin suspiró, nervioso, sintiendo el bulto atraparlo, y después un pinchanzo agridulce en su cuello. Un nudo. Yoongi lo había anudado. Un morisco. Yoongi lo había marcado.
Y, para su sopresa, sintió que era el mejor día de su vida.
𓍢𓎗 continuará ...
💮 𝗡𝗼 𝗼𝗹𝘃𝗶𝗱𝗲𝘀 𝗱𝗲𝗷𝗮𝗿 𝘁𝘂 𝘃𝗼𝘁𝗼! 💮
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