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𝗔𝗰𝗰𝗲𝗽𝘁𝗮𝘁𝗶𝗼𝗻!!
Después de pelear y luchar con uñas y dientes, Jimin finalmente se había rendido. Había aceptado que, como tercero de los herederos y además omega, no tenía opciones de llegar a ser rey y, por lo tanto, era mera carnada para el reino. El rey Min Yoongi gobernaba el territorio con quién debían hacer una alianza y mantener la paz tras años de guerras, así que su padre, el rey Park, no tubo más opción que dar al omega más hermoso de sus hijos en matrimonio.
Min había subido al trono apenas unos meses atrás tras la muerte de sus padres, por ello seguía soltero, aunque con pretendientes. Era el alfa más codiciado en todo su reinado, y parte del de los Park. En parte, el rey veía un privilegio poder haber formado esa alianza con uno de sus descendientes.
Sin embargo, para Jimin significaba el comienzo de una vida en el infierno. Tendría que ir a vivir al territorio "enemigo" aunque no lo fuese tras el enlace. Tendría que aprender sus costumbres, dialecto y demás, de sólo pensarlo se agotaba. Él tenía claro que en algún momento debía casarse, probablemente por conveniencia, era un omega sin posibilidad a nada más que seguir un linaje. Pero no esperaba que fuese con alguien como Min.
Lo único que Jimin quería era estar lo más alejado posible de su futuro marido, suficiente tenía con las clases sobre su cultura y costumbres. Sin embargo, sus deseos no eran importantes cuando se trataba del reino. El rey Min les visitaría unos días, para conocerlo y mostrar al pueblo el pacto.
Jimin se quedaba sin tiempo, contra más días pasaban más se acercaba a la fecha: 22 de Febrero, el día de su boda.
Precisamente en aquello pensaba mientras la familia real cenaba. Como las demás noches desde que supo de su compromiso, apenas tocó la comida.
—Jimin, come—. Ordenó su padre con un gruñido que le estremeció.
Aun así no se llevó a la boca más que una cucharada de arroz, llevándose otro gruñido.
En situaciones así Jimin echaba de menos a su madre, era más comprensiva con él siempre, quizá porque también era omega. Sabía que su padre también la echaba de menos, incluso el resto de sus hermanos y familia, pero él siempre pareció el más deprimido.
—No tengo hambre—. Sentenció con un hilo de voz.
Recordar a su mamá siempre le provocaba un nudo en la garganta.
Sus hermanos le miraron con preocupación, pero el silencio se prolongó.
—Tienes que comer algo...—. Murmuró el beta a su lado.
Taehyung era el mediano de los tres, pero no necesariamente por ello el más cercano. En realidad, Jimin nunca supo en qué momento se volvieron tan unidos, no siempre fue así, pero ahora lo agradecía.
—Pero no tengo hambre—. Se quejó el omega, apoyando su cabeza en el hombro de su hermano.
Taehyung envió una mirada apenada a la cabeza de la mesa. Sin embargo, no fue su padre quien actuó, si no Seokjin. El omega hijo de un duque y Namjoon se habían casado años atrás, cuando eran más jóvenes aún, teniendo en cuenta que Namjoon sería el primogénito que heredaría el reino. El alfa estuvo de acuerdo con el matrimonio desde el primer momento, pero para Jimin era distinto, él sabía que ambos eran parecidos y congeniaban. Pero, ¿Qué tenía que ver él con Yoongi?
—Majestad, permítame acompañarlo a sus aposentos—. Pidió el mayor de los omegas.
El rey asintió con un suspiro, no sabía qué más hacer con Jimin y en el fondo temía que pudiese acabar tan apagado que...
—Ven, Mimi—. Susurró Jin, ayudándolo a levantarse de la silla.
Jimin lo apreciaba, tantos años de matrimonio también habían afectado a los hermanos de Namjoon, y Seokjin se había ganado el cariño de toda la familia.
El pequeño se dejó ayudar, prácticamente con todo su peso en el brazo del mayor.
—Sabes que no puedes morir de hambre para no casarte, ¿Verdad?—. Murmuró Jin, intentando subirle el ánimo.
Jimin rió sin ganas, subiendo las escaleras de caracol con lentitud.
—Tampoco quiero, sino en la próxima vida tendría un matrimonio aún peor.
Esa vez Jin rió un poco, aguantando a Jimin para que no cayese por las escaleras.
—Estamos preocupados por ti, y tu padre el que más—. Murmuró mientras abría la puerta de la habitación de Jimin.
—Ya, que no me hubiese comprometido con el rey Min—. Bufó él.
Jin rodó los ojos, pero podía entenderlo. Él también se había casado sin siquiera amar a Namjoon, pero en cuanto lo vio supo que era su pareja destinada y viceversa.
—Ni siquiera sabes cómo es, o su cara, quizá incluso te guste—. Sugirió.
Jimin chasqueó la lengua y negó en seguida. Mientras, ambos se sentaron en la cama.
—No creo, ¿Has oído todas las historias horribles que dicen sobre él?—. Se frotó las sienes, agotado—. Con suerte sobrevivo, además es un alfa, todos son iguales.
—¡Oye!
—¡Namjoon no! Es mi hermano, no cuenta.
Ambos rieron levemente, pero Seokjin se levantó con intenciones de dejarlo a solas.
—Mira... Sé que puede parecer mucho, pero eres el omega más fuerte que conozco, Mimi. Dale una oportunidad, sino... Intentaré sabotear tu matrimonio, ¿Trato?—. Jimin asintió—. De acuerdo, ahora duerme, mañana será un día duro.
—Está bien... Gracias hyung~
Así hizo Jimin. Debía descansar para los próximos días o no tendría fuerzas para soportar la visita del rey Min.
𓍢𓎗 continuará ...
💮 𝗡𝗼 𝗼𝗹𝘃𝗶𝗱𝗲𝘀 𝗱𝗲𝗷𝗮𝗿 𝘁𝘂 𝘃𝗼𝘁𝗼! 💮
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