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ଓ ଘ ଙ
𝗙𝗮𝗺𝗶𝗹𝘆!!
(Contenido 🔞 no demasiado explícito pero leer bajo aviso)
Jimin había recibido incontables cartas de Seokjin contándole los avances de su embarazo, desde cuando su aroma se había fundido con el del bebé hasta sus primeras pataditas. Jimin sentía que se moría de ternura al leer eso y cada vez más sentía la necesidad de volver a verlo.
Pero, por supuesto, aún no podía abandonar su reino, y menos después de contarle a Yoongi sobre la información que Namjoon le había hecho llegar. Según tenía entendido, sólo ellos tres y el rey Park sabían sobre aquella amenaza, en su caso por ser el mediador más directo y fiable hacia Yoongi. Sería extraño que este recibiese cartas personales de Namjoon de la noche a la mañana.
Aún así, no habían noticias sobre el rumor. Todo quedó en aquello, habladurías sobre una rebelión, un grupo en contra del pacto, quizá simplemente por la procedencia de Jimin...
Lo bueno de aquella situación, es que entre Yoongi y él todo mejoraba. Jimin notó como Hoseok y Jungkook volvían a ser inseparables incluso en público, así que se fue haciendo a la idea de que quizá jamás nadie lo descubría.
Yoongi acarreó su tranquilidad a la desaparición de los rumores, así que sin siquiera tener que dar explicaciones ambos volvieron a dormir plácidamente.
La primavera se quedaba atrás y con ella también los problemas, así que lo único que Jimin necesitaba entonces era recuperar el tiempo perdido con Yoongi.
Últimamente el alfa no tenía tanto trabajo, así que el omega prácticamente lo arrastró hacia su habitación para tener un momento con él. Se sentía más necesitado de su atención de lo habitual y esa sala era la única que sentía como realmente suya.
—Omega—. Le llamó desde el balcón.
Jimin, que se estaba quitando su atuendo para ponerse cómodo bajo un batín, terminó rápidamente y se acercó casi por motor automático.
—Alfa—. Respondió, colocándose a su lado.
Yoongi rodeó su cintura con el brazo y lo pegó a él mientras miraba algún punto en concreto del paisaje. Jimin no sabía qué observaba, así que lo miró a él.
—Creo que necesitamos unas vacaciones—. Susurró, como si hablase consigo mismo.
Jimin rió por lo bajo y puso una mano en su espalda y otra en su pecho, buscando su calidez aunque ya hacía suficiente calor.
—Viajaremos para el cumpleaños de mi hermano, ¿Recuerdas?—. Murmuró, cerrando sus ojos.
Tenía la posición perfecta para escuchar su corazón latir.
—Sí, pero me refiero a nosotros dos solos. Como una especie de Luna de Miel.
Jimin ronroneó cuando la mano del alfa comenzó a acariciarlo, sintiendo cosquillas allá donde iba.
—Parece que fue ayer cuando la tuvimos—. Suspiró.
—Daría lo que fuera por volver a esa semana—. Murmuró el alfa.
—Y yo. Fue la mejor semana de mi vida—. Confesó el omega, acercando su nariz al cuello ajeno.
Siempre que estaba en sus brazos se sentía como en una nube, pero en esa ocasión parecía estar sobre una burbuja. Perfecto, pero podría explotar en cualquier momento, así que tenía que aprovecharlo.
Besó el inicio de su aroma con ternura, agradeciendo este mismo. Yoongi sonrió para sí y lo apretó aún más contra su cuerpo.
—Omega—. Él elevó la mirada—. ¿Me sigues queriendo?
Jimin juró que su corazón se había detenido por un segundo.
—¿Qué? ¿Por qué preguntas eso?—. Farfulló alarmado.
El alfa chasqueó la lengua, mirando al frente de nuevo.
—Últimamente no tuve tiempo para ti y parecías preocupado por los rumores. Quizá se ha enfriado lo nuestro... O necesitas el consuelo de otro alfa—. Murmuró.
Jimin sintió las lágrimas acudir a sus ojos y tuvo que parpadear varias veces para verle. Se sintió mal, como si algo dentro de él se hubiese marchitado temporalmente, y sabía que era Yoongi.
—Alfa te quiero, eres mi familia, mi manada—. Susurró con un hilo de voz, haciendo que volviese a mirarlo—. No cambiaría eso por nada, eres el único a quien quiero y no importan los problemas que hayan, siempre serás tú mi alfa—. Sentenció convencido.
Poco a poco recobraba la luz en su interior, era un alivio para él, sentía que volvía a respirar con normalidad.
—Yo siempre te querré, Jimin.
Este asintió, tragándose el nudo de su garganta.
—Te quiero, Yoongi.
Ambos fundieron en un beso necesitado y nostálgico. Sus aromas rápidamente se mezclaron en el aire y Jimin sintió vibrar cada fibra de su ser.
Yoongi no se demoró demasiado en cargarlo hasta la cama, casi desesperado. Hacía días o incluso semanas que no se sentían tan vivos y cerca el uno del otro, necesitaban expander esa sensación hasta el máximo.
—Mi omega—. Murmuró el mayor sobre sus labios, desabrochando su batín con práctica.
Jimin emitió un quejido, su lobo quería aullar, estaba ahí, estaban ahí, lo querían con locura.
—Mi alfa—. Jadeó, frustrado porque quería tenerlo en todas partes—. Quiero formar una familia contigo—. Confesó tras un gemido, sonrojándose.
Ni siquiera había planeado aquello, pero Yoongi no tardó en gruñir como respuesta, aprisionando su cuerpo con ímpetu. Jimin sintió el calor en su entrepierna y supo que no le quedaba mucha más paciencia.
—Hagámosla—. Murmuró el alfa viajando hasta la marca de sus dientes, tanteándola.
—Házmela—. Susurró él en tanto aquella calor de su vientre se extendía.
Su cuerpo comenzó a temblar de pies a cabeza y entonces sólo fue Yoongi, sólo podía pensar en él y en tener cachorros con él. Nunca había sentido esa necesidad de forma tan aplastante, o de ninguna forma. ¿Cachorros? Hacía tan sólo unas horas no se sentía preparado, sin embargo, en ese momento parecía poder desfallecer si no conseguía el nudo de su alfa.
—Por favor—. Gimió contra aquellos labios que volvían a apresarlo con lascivia—. Quiero tu nudo—. Pidió.
Yoongi gruñó de forma lastimera, dándose prisa en despojar a ambos de sus ropas. Ni siquiera sus manos iban al ritmo que lo hacía su mente. Su omega le pedía cachorros, le pedía su nudo, debía dárselo.
—Omega—. Murmuró con la voz ronca, rozando la línea entre su lobo y él—. Date la vuelta.
Jimin, tras observar aquellas pupilas dilatarse con rapidez y volverse de un tono rojizo, supo que su lobo se había vuelto loco y sus ojos no tardarían en parecer celestes.
Yoongi ni siquiera había usado su voz de mando, pero percibió la urgencia y necesidad de hacerle caso.
Boca abajo en la cama, sintió al alfa ya desnudo acariciar cada tramo de piel, lo que le hacía gemir y quejarse con insistencia. Entonces, con el repentino dolor de estómago supo que su celo se había adelantado.
Yoongi no comentó nada al respecto, pero se dio prisa en calmar a su esposo.
Tras algún tiempo de jadeos, gemidos y sonidos de sus cuerpos chocando, el alfa se acercó al cuello de Jimin y sus dientes, ardiendo como el infierno, se clavaron allí de nuevo.
El omega ahogó un grito agudo en la almohada. Dolía, esa vez dolió más por algún motivo, y cuando una gota de sangre cayó por su piel, lo supo. Yoongi y él habían entrado en una conexión tan fuerte de su lazo y sus lobos que aquella noche había sido casi... Salvaje.
Esperando a que el nudo se bajase, el alfa lamió con desespero la herida, secando las gotitas de sangre y ayudando a su cauterización.
—Lo siento, ¿Te duele mucho?—. Susurró, calmándose paulatinamente.
Jimin, aún ahogando sus quejidos en la almohada, jadeó.
—E-estoy bien.
Todo su cuerpo temblaba y no sabía si era debido al orgasmo, al temporal dolor o a su celo. Quizá todo en uno.
Esperaron en silencio, Jimin casi adormilado por el aroma arrullador del contrario y Yoongi alerta por el bienestar de él. En cuanto pudiese daría la orden de que nadie les molestase por tres días.
Cuando pudo al fin salir y liberarlo, se dejó caer a su lado, automáticamente el omega se recostó en su pecho, buscando la calidez que solo él le proporcionaba, como su hogar.
—Jimin—. Murmuró.
Su voz no estaba tan ronca ni áspera, pero el omega sintió la misma necesidad por acudir a su llamado, mirándolo.
—Te amo—. Susurró Yoongi.
El corazón del omega pareció latir con más lentitud, solamente antes de hacerlo a mil por hora. Sonrió.
—Te amo—. Aseguró de vuelta.
𓍢𓎗 continuará ...
💮 𝗡𝗼 𝗼𝗹𝘃𝗶𝗱𝗲𝘀 𝗱𝗲𝗷𝗮𝗿 𝘁𝘂 𝘃𝗼𝘁𝗼! 💮
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