ㅤㅤ๑ treinta y nueve 𓂃
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𝗗𝗮𝗲𝗴𝘂 𝗯𝗼𝘆𝘀!!
—Por fin —exclamó Jimin, saliendo del carruaje con ayuda de Felix, quien había ido a recibirles—. Hogar dulce hogar.
Tras él, Yoongi gruñó contra su oído y sujetó su cintura con su diestra, invitándole a caminar hacia el interior del castillo de forma que sostenía casi todo su peso.
—Jamás pensé que te escucharía decir eso —bromeó con una sonrisa leve, besando su sien.
Los sirvientes comenzaron a movilizarse para la vuelta de los reyes. Además, Hoseok y Jungkook salieron de su transporte para seguirlos a una distancia prudente, junto a Felix.
Yoongi apretó un poco más al omega contra sí, con la excusa de que este se había mareado en el viaje.
En la puerta del castillo Haesoo y algunos ministros les esperaban. Al verlos, Jimin emitió un sonido, lo más parecido a un gruñido.
—Vuelta a la rutina —Se quejó en un susurro, sólo para él y Yoongi—. Ya te echo de menos...
El alfa sonrió un poco al mirar su perfil mientras caminaban, reteniendo sus ganas de marcarlo con su aroma y besarlo hasta desgastar sus labios.
—Intentaré dejar las tardes libres sólo para ti. Y todo el domingo, entero —aseguró.
Podría parecer estúpido, unas sobras de su vida, pero para el rey era más que eso, era todo lo que podía ofrecerle.
Jimin suspiró, porque sabía que aquello acabaría reduciéndose hasta dormir juntos y pasar media tarde del domingo en el jardín.
—Tranquilo... Lo entiendo, de verdad —murmuró, esbozando una sonrisa tranquilizadora, conforme el mareo se disipaba.
Haesoo les saludó con una reverencia en cuanto estuvieron cerca y Yoongi cerró la conversación con un beso en su frente, al menos hasta que volviesen a tener un momento a solas. Ahora que Jimin estaba embarazado, necesitaba darle toda la atención posible, aunque significase escaparse de sus quehaceres.
—Majestad, bienvenido de nuevo —saludó el tercer consejero, centrándose principalmente en el alfa—. Se requiere de su presencia en la sala del trono.
Ante aquello el apelado exhaló aire lentamente y se giró hacia Jimin, quien alzó las cejas con expresión de un "te lo dije".
—Volveré para la comida —prometió, con una expresión de culpa.
Jimin le restó importancia con un ademán de su mano.
—No te preocupes por mí —susurró, mirando de reojo a Hoseok—. Tengo asuntos que tratar, ¿Recuerdas?
La imagen de Taehuyng apareció en la mente de ambos, pero Yoongi gruñó contra todo pronóstico.
—¿Podrías posponerlo? —susurró con tal de que ninguno a su alrededor les escuchasen—. Ni siquiera sabemos si el rey Park quiere comprometerlo todavía.
Jimin frunció los labios. No quería oponerse a él frente a todos, que pese a no escuchar su conversación podrían adivinar alguna palabra.
—Yoongi... Es mi hermano —Le recordó.
—Jimin —Gruñó. Su voz sonaba casi desesperada, algo que le encogió el corazón—. Por favor, deja que me acostumbre unos días.
Yoongi tomó sus manos y las estrechó con cuidado mientras observaba su rostro de una forma que le estremeció. Realmente no comprendía el motivo de su urgencia.
—Pequeño —Siguió, en susurros—. Ya me es difícil separarme de ti ahora, sabiendo que llevas a nuestro cachorro, no me lo hagas más difícil...
Jimin tragó saliva y asintió. No sentía nada en el lazo, al menos no preocupante, lo único que podía notar era la protección insistente del lobo alfa.
—Tranquilo... Buscaré algo más que hacer —afirmó al final.
Ante aquello Yoongi lanzó un gran suspiro y lo abrazó, con cuidado de no aplastar el vientre. Dejando un casto beso en sus labios, dieron por finalizado el encuentro, así que cada uno volvió a enfrentar al grupo.
—Vayamos —ordenó Yoongi, haciendo un ademán con su mentón.
Todos los alfas le siguieron, a excepción de Jungkook y el beta, Felix, que se quedaron con el omega.
Jimin pensó entonces que sería bueno proponer una renovación de la fachada del castillo; ese lugar se caía a pedazos.
Tras tener una idea del plan de renovación, Felix abandonó la biblioteca para avisar al rey, Yoongi, y tras obtener su consentimiento, buscar un arquitecto.
Habían pasado días desde que se habían acomodado de nuevo en Daegu y Jimin ya tenía casi terminado el plan de renovación, porque lo que realmente quería hacer (ayudar a Taehyung) era complicado por el momento. Necesitaba a ambos consejeros, los únicos en quienes confiaba a parte de Yoongi y siempre estaba en compañía del mayordomo principal y Jungkook, pues Hoseok siempre estaba ocupado con tareas que el otro rey le ordenaba.
Una vez a solas en la biblioteca, Jimin se acomodó en el asiento cercano a Jungkook. Este había comenzado a tomar más confianza con él, así que poco a poco hablaba más y sus ratos juntos no eran tan incómodos.
—¿Cómo está la situación con Yoongi? —preguntó sin rodeos.
Aún no había tenido oportunidad de hablar con los consejeros sobre la escena del baño, y su alfa intentaba cambiar de tema en cuanto Jimin lo mencionaba.
Jungkook rodó los ojos, cosa que le hizo reír.
—Alfas —murmuró Jimin.
—Exacto —concordó Jungkook, pese a ser uno—. Desde hace un tiempo Yoongi está más temperamental, en cuanto hablamos de tí se eriza y Hoseok ni siquiera puede pronunciar tu nombre.
El omega se llevó distraídamente la mano al viente, por debajo de la mesa. Sabía que Yoongi le había pedido tiempo para acostumbrarse a tener a su omega embarazado rodeado de alfas, pero comenzaba a impacientarse.
—¿Al menos ellos están bien? Personalmente.
Jungkook hizo una mueca y miró a la puerta, como si esperase que cualquiera de los dos apareciese en cualquier momento.
—Ninguno se disculpó desde... —murmuró, a lo que Jimin asintió de acuerdo, siguiéndole—. Además Hobi no le desmentirá que...
Ante el repentino silencio y la inconclusa frase, el omega se enderezó atento. Jungkook le miró como si hubiese desvelado un secreto, carraspeando para disimular.
—No importa —concluyó.
—¿El qué no desmentirá? —inquirió el omega.
Jungkook, nervioso, comenzó a mover su pierna arriba y abajo.
—No sé si debería decírtelo... Es cosa de alfas y eso —Se excusó mientras sus mejillas se coloraban.
—Jungkook... —Tentó—. ¿Qué pasó ese día? Cuando me desmayé en el palacio de Busán.
El menor abrió la boca, pero la cerró en el instante en que el sonido de la puerta anunció un intruso. Jimin apartó la mirada del alfa a regañadientes, sólo para observar a Hoseok entrar allí.
—Oh —Se sorprendió—. ¿Qué haces aquí?
La pregunta, que sonó más brusca de lo esperado, hizo sonreír al consejero mientras se acercaba.
—¿Interrumpo algo? Si es así, mis disculpas —comentó con una pequeña sonrisa.
Jimin negó en seguida.
—No, es que... Hacía tiempo que no te veía sin Yoongi alrededor —Sonrió, aliviado.
Hoseok le dirigió una pequeña inclinación y se encaminó hacia Jungkook con sutileza.
—En realidad... Él no sabe que estoy aquí, me ausenté un segundo de la reunión para buscar a Jungkook. Yoongi pide la presencia de todos los miembros del consejo —anunció al mirar a su compañero, después volvió al rey—, incluso la del rey consorte.
Jungkook en seguida asintió y se alzó del asiento, haciendo una reverencia rutinaria a Jimin. Este también se levantó con intención de seguirlos.
—Está bien —Cabeceó el omega, ignorando el sonido de la puerta al esperar el regreso de Felix—. Aún así... Me alegra verte, echo de menos tu compañía.
Jungkook observó al recién llegado y se inclinó. Hoseok, ajeno, emitió una suave risa con toda la calma del mundo.
—Yo también extraño nuestras conversaciones.
Yoongi, que acababa de entrar, se quedó en el umbral de la puerta, apretando sus puños a cada lado de su cuerpo con la ira recorriendo su sistema.
—Jung Hoseok —bociferó desde allí.
Jimin se estremeció y retuvo el aliento, jurando que el aire se había vuelto denso con el aroma imponente del rey, mientras que el nombrado se inclinó como nunca, esperando no haber sido escuchado.
El monarca se acercó con pasos firmes, como si tratase de hundir el suelo bajo sus pies, con una tentativa de gruñido en su pecho, y se quedó frente a los consejeros.
—¿Qué se supone que estás haciendo? —masculló enrabiado.
Hoseok no se alzó, mantuvo la mirada en el suelo y la cabeza gacha, y Jungkook copió su gesto. Jimin, notando la tensión del ambiente, se quedó a la expectativa, acercándose sutilmente a Yoongi.
Este no dudó en acercarlo a sí, tomándole de la cintura como su posesión más preciada.
—Vine a buscar a Jungkook, como pediste —respondió el consejero, quizá algo cortante.
—Como pidió —Le corrigió—. No te olvides de con quien hablas, consejero Jung. Te dejé claro que no te acercarías a tu rey Jimin, ¿Lo has olvidado?
Hoseok, confundido, alzó apenas la mirada para escudriñar el rostro del rey.
—Yoongi... —susurró el omega, expeliendo apenas algo de su aroma para calmarlo.
Sin embargo, fue un error, pues eso sólo avivó los celos del alfa, que cambió de postura para prácticamente esconderlo detrás de su cuerpo.
—Majestad —comenzó Hoseok, dudoso—, no sabía que el rey Park estaba aquí, solamente buscaba a-
—El rey Min. —Volvió a corregirlo—. Me parece que alguien olvidó sus modales —Bufó—. Consejero Jung, te retiro de tus cargos por una semana, quizá en ese tiempo aprendas a obedecer las órdenes reales.
—¿Que? —exclamó, sin embargo, Jungkook.
Hoseok se quedó mudo, petrificado, atónito.
—Yoongi no creo que sea necesario —susurró el omega a su lado, tratando de calmar el ambiente.
Este se giró por fin hacia él, suavizando sus facciones en cuanto miró a la persona que más amaba del mundo.
—Lo es, y espero que como rey consorte apoyes mi decisión, de lo contrario pensaré que estás del lado de Hoseok —murmuró, besando su mejilla—. Ahora ven conmigo, vamos a tomar una decisión sobre la restauración del castillo y quiero que estés presente.
Jimin no supo qué decir, solamente dejó que tomase su mano con delicadeza y lo guiase hacia la salida.
Todo eso le abrumaba. Sabía que el juicio de Yoongi estaba siendo nublado por su lobo, que a su vez estaba demasiado protector por el embarazo, y quizá porque sabía que le ocultaba algo.
Pero había una línea que Jimin no dejaría cruzar a nadie, ni siquiera a su alfa. Aunque eso lo hablaría en privado, pues no quería restarle autoridad ante nadie.
—Retírate a tus aposentos —Le dijo Yoongi a Hoseok, mientras que le hacía un ademán a Jungkook—. Acompáñanos.
Este último lanzó una mirada a su alfa, consternado y confuso, y siguió a los reyes, aunque lo único que quería hacer era arrullar a su amado.
Hoseok solamente les vio marchar, sintiéndose humillado, acusado de algo que no había hecho, sintiendo la injusticia de su mejor amigo sobre él.
Jimin salió de la biblioteca de la mano de su alfa, sintiendo un nudo en el estómago a su lobo removerse. Eso no le gustaba, no permitiría que una estupidez afectase a sus lobos, porque a su vez afectaría al cachorro.
—Después hablaremos —susurró en el oído del alfa, antes de soltar su mano y caminar por sus propios medios.
Yoongi miró su diestra con el ceño fruncido y luego a él, pero calló. Por el tono de voz de Jimin pudo advertir que nada bueno se le venía.
𓍢𓎗 continuará ...
💮 𝗡𝗼 𝗼𝗹𝘃𝗶𝗱𝗲𝘀 𝗱𝗲𝗷𝗮𝗿 𝘁𝘂 𝘃𝗼𝘁𝗼! 💮
¡Atención! 📢 Como dije en el capítulo anterior, esta historia termina en el capítulo 40 (el siguiente) y dejará un epílogo.
Dije que tenía un anuncio, pues son dos, pero sólo diré uno hoy 😌
✨ El spin-off de “No te amaré”, titulado “¿Me amarás?” está ya disponible en mi perfil ✨
Allí habrán capítulos que no tienen por qué llevar un orden correlativo, tanto de Yoongi o Jimin en facetas que aquí no hemos visto como de otras parejas o personajes secundarios, como Hoseok y Jungkook. Espero que os guste 💜
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Intentaré ser buena persona y subir el capítulo 40 pronto ya que es el penúltimo 😭😭 ¿Estáis tristes porque se acaba? Yo sí.
¡Nos vemos pronto!
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