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ㅤㅤ๑ treinta y cuatro 𓂃


ଓ ଘ ଙ

𝗧𝗵𝗲 𝗯𝗮𝗯𝘆!!

(Maratón 2/3)

La fiesta fue como un soplo de aire fresco para Jimin, no tenía nada que ver con el cumpleaños de Yoongi y eso era algo bueno. Había mucho color, música alegre, gente bebiendo y riendo y sobretodo; toda su familia estaba allí.

Además, no había nadie para estropearle el momento.

Apenas había aparecido en la sala agarrado del brazo de Yoongi y ya sabía que sería una de las mejores noches de su vida, no sólo por lo que había sucedido minutos antes.

Todo el mundo se inclinaba ante sus presencias conforme se acercaban a la cabeza de la estancia, pero Jimin sólo se fijaba en su objetivo: Seokjin.

Desde que había llegado al palacio se había sentido muy protector con él, pero no del modo que un alfa lo haría, sino con las ganas de sentir a esa bebé en sus brazos y de saber que Jin estaría bien. Se sentía casi como si él tuviese el deber de cuidar a la cachorrita.

Jimin prácticamente arrastró a Yoongi hasta estar al lado de sus hermanos y cuñado, notando la sorpresa de los mismos. Era la primera vez que dejaba al descubierto su cuello en público.
Podía notar que era una especie de telenovela que miraban con la boca abierta.

—¿Cómo te encuentras?—. Le preguntó a Seokjin cuando estuvo a su lado, de forma casual.

De reojo pudo ver a Yoongi saludar con un cabeceo a Hyunjin, que andaba cerca de allí. Después deshizo el enlace de sus brazos para rodear su cintura y apretar al omega contra él sutilmente.

—Estoy bien, aunque desde anoche la siento algo inquieta—. Comentó Jin, acariciándose y mirando el vientre, distraído.

Namjoon, al otro lado, le miró como si estuviese a punto de explotar. Por suerte había usado supresores, o toda la fiesta habría sido un caos. Sin embargo, Seokjin prefería no usarlos aunque fuese una montaña rusa de feromonas, por recomendación del médico; su aroma anunciaba cualquier cambio en el embarazo.

—¿Quieres agua, comida, algo?—. Preguntó Jimin, de forma algo frenética, ganándose una mirada malhumorada de su hermano.

No era un secreto la tensión entre Namjoon y Jimin. El alfa sabía que su hermano tenía buenas intenciones, pero su lobo se veía levemente ofendido por sus cuidados, se suponía que debía ser él quien estuviese velando por Jin. Y el omega no entendía la ofensa de él.

Yoongi vio el intercambio de miradas entre los hermanos, pero aquello no lo tensó, sólo le molestaba un poco. Lo que estiró de la cuerda fueron los ojos de Namjoon, que finalmente se dirigieron a él como una especie de reto. Estaba demasiado cerca de Jin, pero él no había querido alejarse de Jimin pese al dulce aroma del aire, que no le afectaba demasiado.
Sin embargo, decidió dejar un beso en la mano de su omega y alejarse en dirección a la mesa de bebidas. No porque Namjoon ganase una batalla o algo parecido, simplemente porque entendía que su pareja tenía un bebé en su viente y era algo delicado. De otro modo no se había movido de allí.

Automáticamente Namjoon apretó el agarre en la cintura de su marido y Taehyung carraspeó, expectante a todo. Con ese gesto, Jimin al final desvió su atención y se fijó en su alfa, que se alejaba sin razón aparente.

—¿A dónde va?—. Preguntó al beta, sonando apenado.

Tae elevó una de sus cejas, sonando obvio en su respuesta.

—Lejos del embarazado—. Respondió, que aún sin tener tan desarrollados sus instintos pudo enterarse de la escena.

Jimin decayó un poco, sintió una presión en su pecho que conocía muy bien y tuvo que lanzar una mirada de disculpa tanto a Namjoon como a Seokjin antes de abandonar la zona y caminar, o prácticamente correr, hasta donde se encontraba Yoongi.

Cuando él le vio llegar, una de sus comisuras se alzó en respuesta.

—Lo siento—. Susurró el omega, rodeando su cintura para abrazarlo.

El alfa lo estrechó contra sí, algo sorprendido, y apoyó el mentón sobre su cabeza, echando un vistazo a la fiesta y dándose cuenta de que más de una persona se sorprendía de su cercanía.
Era extraño cómo en tan sólo unos segundos lo había echado de menos.

—¿Por qué lo sientes?—. Respondió, frunciendo el ceño.

Jimin sintió la presión en su pecho desaparecer poco a poco, conforme su nariz se impregnaba del aroma de él.

—Porque... No lo sé. Sólo me sentía mal—. Suspiró, cerrando los ojos—. No pensé en que Jin sigue siendo un omega y tú un alfa.

Yoongi comenzó a balancearse paulatinamente, de forma suave, con él.

—Tranquilo, no me afecta su embarazo—. Susurró, agachando el mentón hasta besar su cabeza y hablar ahí—. Tu aroma y presencia es más fuerte para mi lobo.

Jimin se calmó un poco más al saber eso, pero de todos modos seguía sin comprender la tensión que había sentido en su interior.

—Pero te afecta cuando estoy cerca de ellos o lejos de ti—. Murmuró, separando la mejilla de su pecho para alzar la mirada a sus ojos.

Yoongi sonrió apenas y dejó un beso suave en el inicio de su cabello. Después dejó sus frentes unidas para respirar el aliento dulce del omega, quien subió sus brazos hasta rodearle el cuello, así que él bajó hasta apoyarse en su cintura.

—Ya te dije que mi lobo está celoso, no importa que sea tu hermano—. Susurró—. Y sigue siendo un alfa, un alfa que te ha mirado como si fueses una presa—. Gruñó.

Jimin no pudo contener una breve risita.

—Sí parecía que iba a atacarme, pero no lo culpo, paso tanto tiempo cerca de Jin que acabaremos confundiendo los aromas—. Musitó.

Yoongi asintió.

—Eso no me importa si estoy cerca tuyo, pero es complicado para ellos y para mi lobo—. Razonó—. Sobretodo si no puedo estar a tu lado.

El omega asintió de acuerdo, podía entenderlo y más después de sentir el agobio y la tensión dentro de él. No le gustaba que Yoongi o su lobo se sintieran mal, definitivamente, pero una parte de él aún quería estar rondando a Jin.

—De todos modos, ¿Por qué tratas a Seokjin como si fuese a romperse de un momento a otro?—. Comentó el alfa, curioso.

Jimin cerró los ojos y se quedó con una sonrisa estúpida en el rostro, notando tanto en el agarre como el aroma contrario las ganas de tenerle cerca.

—Mmm... No estoy seguro—. Suspiró—. Creo que solo es mi lobo, o una parte de él—. Chasqueó la lengua, confuso—. Quiero estar contigo todo el tiempo, pero si estoy lejos de Jin y la cachorrita me pongo de los nervios y- ya no sé ni qué quiero—. Bufó.

Yoongi observó su rostro a pesar de que él tenía los ojos cerrados y esbozó una sonrisa enternecida.

—Tranquilo—. Susurró, dejando un pequeño beso en su nariz, lo que le animó a mirarle al fin—. Será que tu lobo está ansioso porque hay un cachorro en la zona, ¿Has estado alguna vez cerca de alguien embarazado?

Jimin negó, mirándolo con toda la atención del mundo, como si fuese un profesor sabio e inteligente. En esos momentos es cuando se daba cuenta de su diferencia de edad, que aunque no era demasiada, le permitía aprender mucho de Yoongi.

—Ahí lo tienes, sólo estás nervioso porque es una situación nueva, además tienes una muy buena relación con él desde hace años—. Explicó.

Aquello tenía sentido y logró calmar un poco a Jimin, al menos por el resto de la noche.

—Supongo... Sólo disfrutemos de la fiesta, quiero estar contigo—. Ronroneó.

Yoongi emitió un sonido de afirmación parecido a un gruñido y lo apretó un poco más contra sí antes de torcer el rostro y besarlo suavemente.

Jimin no se negó al contacto, más bien movió sus labios de forma que encajasen a la perfección con los del alfa, mientras seguían balanceándose lentamente en aquella esquina, sin importar que la melodía fuese alegre.

Cuando se separaron al recordar el lugar donde estaban, Yoongi se acercó a su oído.

—Te amo—. Susurró, como si fuese un secreto.

Jimin rió de forma nerviosa a pesar del tiempo que llevaban confesándose y giró su rostro para volver a mirarlo.

—Te amo—. Respondió sobre sus labios.

Siguieron moviéndose con tranquilidad, estando en una especie de brubuja que los separaba del resto del mundo, teniendo su propia fiesta en aquel rincón de la sala. Al menos hasta que Taehuyng se acercó.

—Perdone majestad—. Carraspeó tras una breve reverencia—. ¿Puedo robarle a mi hermano un segundo?

Yoongi le miró de arriba abajo, como de costumbre, y tras un beso en la sien de su omega le dejó ir. Sin embargo, se quedó a apenas unos metros de ambos, mientras los hermanos se mezclaban con las demás parejas de baile.

Jimin le dirigió una última mirada, sonriente, y se sujetó a su hermano. Sin embargo, siempre que él y Taehyung bailaban no era demasiado serio, siempre terminaban moviéndose de formas extrañas.

—Te echaba de menos—. Comenzó el beta, con un puchero.

El omega le dio un toque en la nariz con su índice mientras se balanceaban con alegría.

—Y yo a tí—. Aseguró—. ¿Cómo has estado? ¿Con quién pasabas el día?

Taehuyng esbozó una mueca cansada y se encogió de hombros.

—A veces con Jin, pero Joonie le rondaba tanto que era incómodo así que...—. Tragó saliva y apoyó la frente en el hombro de su hermano menor, ganándose algunas miradas extrañadas—. Estoy cansado de vuestros matrimonios.

Jimin tuvo que cubrirse la boca con la mano para disimular la carcajada que le salió.

—No quiero pensar cuando te cases tú—. Canturreó.

Taehuyng volvió a separarse, mirándole de mal humor, y bufó, haciendo que su flequillo se moviese.

—Eso no pasará pronto.

Jimin se acercó a abrazarlo de nuevo con una risita rondándole los labios.

—Estoy esperando con ganas el día en que aparezca alguien y te haga tragarte tus propias palabras, mi querido Tete—. Musitó.

El beta le abrazó de igual forma, estirando una sonrisa tensa.

—Sí, sobre eso... Hay algo que debo decir-

Antes de que pudiese terminar, Jimin escuchó un grito provinente de la parte contraria de la sala.

Seokjin.

Seokjin se doblaba del dolor mientras Namjoon lo tomaba en sus brazos tras unos instantes sin saber reaccionar.

En cuanto vio aquello los instintos de Jimin se activaron en su plenitud y dejó a Taehuyng allí para correr hacia su cuñado. Se llevó algunos choques entre los invitados de la fiesta, entre los cuales se extendían los murmullos y suspiros, pero no le importó demasiado, sólo quería llegar hasta el matrimonio para ayudarlos.

Sin embargo, antes de que pudiese al final alcanzarlos, una mano se aferró a su brazo, deteniéndole en seco.

Su cuerpo retrocedió por la fuerza y acabó chocando contra el pecho del único alfa que podía detenerlo.

—No, omega—. Susurró Yoongi, apretándolo contra él sin fuerza pero firmemente—. Es su cachorro, necesitan privacidad. Tienes que entender de límites.

Jimin sintió a su lobo quejarse, lloriquear y empujarlo hacia Jin, pero él decidió quedarse aprisionado bajo los brazos de Yoongi.

—No puedo...

Su voz se quebró. No tenía lágrimas que soltar, pero tampoco le salían las palabras.

El alfa se encargó de empujarlo con cuidado hacia la salida, aún sin dejarlo ir. Sus manos acariciaban tanto su largo cabello como su espalda, mientras le dirigía una mirada al rey Park. Este último asintió, daría por concluida la fiesta.

—Alfa—. Susurró Jimin al escuchar a lo lejos otro grito de Jin—. Alfa tengo que ir—. Rogó con un quejido de su garganta.

Forcejeó para escapar y Yoongi, algo confuso y nervioso, soltó el agarre para no agobiarlo, pero su ceño se frunció al ver su reacción. Jimin dio un paso atrás, en dirección a los gritos y murmullos, pero seguía mirando al alfa, debatiéndose y luchando en su interior.

—No puedo ir—. Susurró cubriéndose el rostro con sus manos—. No sé qué me pasa Yoongi, ayúdame—. Rogó, frotándose las sienes y peinando su cabello con nerviosismo.

Yoongi vaciló al acercarse, pero al ver que el omega no retrocedía, acortó de nuevo la distancia y capturó sus manos con suavidad.

—¿Qué sientes?—. Murmuró, repasando su cuello con la nariz, olisqueando—. No logro descifrarlo, hueles bien. ¿Qué necesitas?

Jimin le dejó espacio, mirando a los grandes ventanales del pasillo antes de mirar a la puerta de la sala que habían abandonado, de donde salían los invitados, incluido Taehuyng. Este le dirigió una mirada de disculpa y, al ser un beta, corrió el dirección al ala médica para ayudar al matrimonio.

En ese momento el omega sintió como si le hubiesen lanzado a la cara un cubo de agua helada.

—Quiero irme—. Susurró entonces Jimin, agachando la cabeza.

Yoongi, que jamás lo había visto tan sumiso y pequeño, asintió y le guió de la mano escaleras arriba, dejando atrás la muchedumbre. Por supuesto se había fijado en el mediano de los hermanos, pero no era el momento de comentarlo.

Conforme subían, Jimin se mareaba más. Sentía que de un momento a otro podría desmayarse y no sabía si eran los nervios por no saber qué le ocurría a Jin o de pensar que no podía estar con él. Y con la cachorrita. La bebé. La pequeña.

Su lobo volvió a llorar y Jimin sentía que se ahogaba, tenía un nudo tanto en el estómago como en la garganta.

—Yoongi no puedo más, no sé qué le pasa—. Se quejó, lloriqueando sin lágrimas que soltar.

El alfa lo tomó entonces de la cintura, por si llegaba a desestabilizarse, y volvió a olisquear su aroma.

—¿Qué le ocurre? Tu aroma es normal, pareces feliz—. Respondió, confuso.

Él también se sentía mal, frustrado sin saber qué hacer para consolar a su omega.

—No deja de llorar y- y quejarse y...—. Jimin se tropezó en el último escalón, pero no llegó a caerse gracias a Yoongi—. Joder.

Al llegar a la planta, el alfa no dudó en comprobar si estaba bien y hacerle caminar hacia su habitación sin perder más tiempo.

—Túmbate en la cama y haré té o prepararé el baño, ¿Quieres?—. Sugirió, pasando por alto su lenguaje.

Jimin se sintió mal al ver el nerviosismo del alfa, sabía que también le afectaba a él. Con un gran suspiro abrió la puerta de la habitación prácticamente corrió hasta la cama para tumbarse y hacerse una bolita.

Yoongi le miró desde la puerta mordiéndose el labio.

—¿Qué puedo hacer?—. Preguntó, cerrando tras él.

Jimin se estremeció por alguna razón desconocida.

—No lo sé—. Susurró con la voz débil—. ¿Me abrazas?

El alfa no necesitó nada más para caminar hasta la cama, deshacerse de su capa y tumbarse a su lado para rodearlo con los brazos.

Jimin se acomodó allí, un poco más calmado en la intimidad que sólo compartía con él, pero aún inquieto por culpa de su lobo. A ese paso se arrancaría el pelo de las pestañas.

—¿Quieres bañarte? ¿Crees que puede ser tu celo?—. Susurró Yoongi, con miedo a romper la aparente paz que habían conseguido.

—No...—. Respondió él, adormilado al fin—. Aún no, es imposible que sea eso.

Suspiró. Parecía que su lobo estaba algo más calmado, aunque seguía sin poder estarse quieto y en silencio.

—Hazme un favor—. Susurró entonces Jimin, alzando el mentón para mirarlo con unos ojos levemente celestes en honor a su lobo—. Haz que mi lobo se calle.

Yoongi observó su rostro unos eternos segundos hasta que dejó su frente sobre la de él.

—¿Estás seguro?—. Murmuró.

Jimin asintió apenas. No le gustaba la idea, pero no tenía nada mejor.

—Lo siento de antemano—. Farfulló Yoongi, dejándole un cariñoso beso en sus labios.

El corazón del omega iba a mil por hora. Nunca había estado en una situación parecida, era casi estúpido que le pidiese aquello, pero sabía que sólo así conseguiría un poco de paz en su interior.

──Sólo hazlo, de otra forma acabaré corriendo al ala médica contra mi voluntad—. Rogó.

El alfa carraspeó al asentir y sus pupilas se dilataron poco a poco mientras Jimin se sentía más pequeño. Un leve destello escarlata apareció en sus iris.

No salgas de la habitación—. Gruñó.

Automáticamente Jimin apartó la mirada y jadeó, como si le hubiese dañado físicamente. Pudo sentir lo mal que le sabía a Yoongi hacer aquello, pero él no hizo más que agradecerlo cuando su lobo agachó las orejas y por fin se quedó casi tumbado ante su alfa.

—Bien—. Farfulló.

—Omega—. Le llamó, pero este no se atrevió a mirarlo por el momento—. ¿Mejor?

Jimin, temblando, asintió. Nunca jamás habían usado la voz de mando con él, al menos nadie que no fuese su padre. Ni siquiera podía abrir los ojos una vez los cerró.

Yoongi, sabiendo que tardaría en recuperarse, lo apretó contra él de nuevo y dejó que su aroma lo arrullase mientras acariciaba su piel bajo la tela.

En la habitación solamente se escuchaba la respiración de ambos, tranquila, y algunos sonidos de los animales nocturnos de la zona. Debía ser pasada la medianoche.

Así transcurrieron los minutos hasta que Jimin se quedó completamente dormido en los brazos del alfa. Y este no tardó demasiado en rendirse ante el cansancio, sin dejar de acurrucar al omega en ningún momento.

𓍢𓎗 continuará ...

💮 𝗡𝗼 𝗼𝗹𝘃𝗶𝗱𝗲𝘀 𝗱𝗲𝗷𝗮𝗿 𝘁𝘂 𝘃𝗼𝘁𝗼! 💮

Dato curioso: siempre uso famosos coreanos para los personajes de mis historias, así que si ven un nombre nuevo pueden buscarlo en Google y aparecerá el rostro que quiero darle al personaje, el apellido es irrelevante porque a veces los cambio. Por ej, Kim JungEun es Kim Lip de Loona 💜

¡De nuevo gracias por los 10k y todo el apoyo tanto en votos como comentarios!

También me gustaría interactuar un poquito más con vosotrxs así que haré más notas al final de los capítulos ✨

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