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ㅤㅤ๑ trece 𓂃


ଓ ଘ ଙ

𝗧𝗶𝗹𝗹 𝘁𝗵𝗲 𝘄𝗲𝗱𝗱𝗶𝗻𝗴!!

Faltaban dos días para que Jimin abandonase el reino de Busan y todos aprovechaban el tiempo que les quedaba con él.

Namjoon apenas podía verlo por las múltiples reuniones que tenía, ahora más que la barriga de Seokjin se notaba. En cambio el omega estaba todo el día con Jimin, ambos se habían apegado incluso más después de la noticia.

Taehyung seguía igual de unido a Jimin, pero después de la discusión que tuvieron en el salón, el beta no apareció por allí y dejaba a solas a su hermano. Jimin llegó a pensar que quería deshacerse de él, siempre que estaban separados volvía con una sonrisa y parecía apagarse en cuanto lo veía.

Aquella tarde Jimin seguía con sus habituales jaquecas, pero se esforzaba por prestar atención a lo que Taehyung le contaba.

—¿Me estás escuchando?—. Le preguntó con una mueca y los brazos cruzados.

El omega se recostó el el respaldo de aquel banco de piedra, en mitad del jardín y miró el paisaje.

La noche anterior había nevado, así que estaba todo blanquecino. Con el abrigo no tenía frío, y hacía sol, así que los hermanos habían decidido jugar con la nieve y después descansar.

—No, perdón.

Taehyung suspiró y se tumbó en el banco, agradeciendo el acolchado de su abrigo, con la cabeza en el regazo de Jimin.

—¿Te duele la cabeza?—. Murmuró con los ojos cerrados.

El omega le acarició el cabello rizado y castaño distraídamente, observando a unos pajaritos comer de una pequeña casita que Namjoon había hecho a mano. A veces se le olvidaba lo mucho que le gustaba a su hermano cuidar de las plantas y los animales, pese a todas las responsabilidades que tenía en sus hombros.

—Siempre, Tete, siempre—. Suspiró.

—Sabes que tengo razón, ¿No?—. Añadió con calma, casi adormilado.

Jimin soltó un bufido y miró al cielo azul.

—No la tienes. Mi lobo sólo necesita su olor, es distinto—. Contraatacó.

Taehyung esbozó una sonrisa; aquello era un avance.

—Así que admites que a tu lobo le agrada...

—¡No!

Ambos rieron, aunque Jimin se veía agotado.

—Como sea, sólo quiero que seas feliz y... Creo que con Yoongi lo serás—. Concluyó el beta, que realmente parecía a punto de dormirse en esa posición.

Jimin apartó un poco de nieve de su cabello y siguió acariciándolo. Su hermanito, lo echaría mucho de menos.

—Eso es discutible—. Murmuró, mirándolo—. ¿Tantas ganas tienes de que me vaya?

La pregunta rondaba su mente por más de algunos días, y por fin tenía la oportunidad perfecta para decírsela sin rodeos.

—¿Mh? ¿Yo?—. Taehyung abrió sus ojos para mirarlo, confuso.

Jimin asintió, dejando quietas sus manos y poniéndose algo más serio.

—Te veo más feliz cuando no estoy contigo—. Susurró, su voz quebrándose un poquito al final.

El beta se alzó y se acercó a él en el asiento, hasta rodearlo con sus brazos.

—¡Claro que no quiero que te vayas! Es sólo que... Ando haciendo algo, pero cuando te veo recuerdo que te irás y me pone triste—. Explicó con voz calmada.

Para ese momento Jimin ya sentía la mirada borrosa, así que se abrazó con fuerza a él, buscando refugio.

—¿Sí? ¿Te gustaría que me quedase?—. Preguntó para confirmar, tragando el nudo que se había formado en su garganta.

Tae asintió y lo estrechó un poco más contra él.

—Ojalá pudieses quedarte, pero como dije antes, serás feliz—. Murmuró, después dejándole en la cabeza un beso.

Jimin suspiró, notando cómo una lágrima finalmente caía por su mejilla en silencio.

—No lo creo Taetae, ¿Cómo puedes estar tan seguro?—. Susurró.

El beta se separó un poquito, lo justo para mirarlo, y borró la humedad de su cara con una mano, volviendo a ser el hermano mayor entonces.

—Porque he visto cómo te miraba y cómo tomaba los caminos más largos del palacio para cruzarse contigo.

Jimin sonrió y negó, creyendo que era una broma.

—¡Oh! Y también he visto cómo te sonrojabas por su culpa, o cómo mirabas cualquier movimiento que hace—. Aclaró, soltando una risita.

Taehyung amaba las películas románticas y ellos dos eran un cliché viviente.

—No es cierto Tete~

La voz infantil de Jimin le hizo reír un poquito más.

—Sí lo es, pero ninguno de los dos lo sabe. O al menos tú no lo quieres ver—. Se encogió de hombros.

Jimin negó y emitió un sonido disconforme, pero calló. Sin nada más que añadir se recostó en el hombro de su hermano y no volvieron a hablar del tema.

Solamente se podía acceder al reino de Daegu por tierra o por agua, allí no habían aeropuertos, así que Jimin prefirió la primera opción.

Toda la familia real y los sirvientes estaban en la entrada del palacio. Los periodistas esperaban afuera.

—Te echaremos de menos—. Aseguró el rey, dejando espacio al omega tras un abrazo.

—Y yo a vosotros, ya lo sabes—. Jimin parpadeó varias veces; se había prometido no llorar frente a las cámaras.

Namjoon se acercó con Seokjin de la mano. Este se tocaba la barriga con su diestra.

—Estoy muy orgulloso de ti, Jimin—. El alfa le puso una mano en el hombro.

Jimin supo que era cierto, pero le costaba creerlo. Realmente él no estaba orgulloso de sí mismo, podría haber afrontando aquello con más madurez. Sin embargo, las palabras de su hermano le llegaron al corazón; era lo que necesitaba.

Asintió de forma firme y se abrazó unos segundos a él, agradeciendo que fuese enorme para cubrirlo de calidez durante unos momentos.

Después se acercó Seokjin, que sólo le abrazó. Era difícil con su barriga de un tamaño ya considerable, pero lo lograron.

—Escribe mucho, manda fotos, lo que sea, haz señales de humo si estás en problemas, ¿Vale?—. Farfulló el mayor, dejándolo casi sin aliento de la fuerza que ponía en el abrazo.

Jimin tuvo que reír levemente y asentir.

—Lo haré, descuida. Mándame todas las ecografías posibles, intentaré venir para el parto, ¿Vale?—. Murmuró.

Jin asintió y, con un último achuchón, le dejó ir.

Namjoon tomó de los hombros a su esposo, alejándolo del omega menor. No quería que se sintiera muy triste o angustiado, por la bebé, así que se disculpó y se llevó al omega consigo.

Taehyung prácticamente saltó encima de Jimin, que no lo vio venir y se tambaleó un poco al ser capturado. El beta se lo colgó encima como si fuese una pluma.

—¡Tienes que venir a visitarnos una vez por semana como mínimo!—. Exigió con tono infantil.

Jimin se rió en alto, abrazándolo fuerte cual koala.

—Sabes que no puedo Tete...

—¡Me da igual! Te escapas si hace falta.

Ambos se rieron por unos momentos, sólo para disimular las lágrimas que les cubrían la visión.

—Sabes que te voy a extrañar muchísimo, ¿Verdad?—. Preguntó el beta.

—Lo sé, y yo a ti—. Susurró, con la cabeza en su hombro.

Taehyung se negó a soltarlo hasta que su padre tuvo que acercarse a advertirles que Jimin llegaría tarde.

—Eres mi hermano pequeño favorito Mimi, nunca lo olvides—. Murmuró con la voz entrecortada.

—No tienes más hermanos pequeños—. Se quejó el omega, que estaba haciendo su mejor esfuerzo por no llorar.

—¡No es el punto!—. Exclamó el beta, que no sabía si reír o llorar.

—Taehyung, ven, deja que Jimin se vaya—. Dijo su padre detrás, tomándolo con suavidad de los hombros.

El omega le dirigió una mirada entristecida a ambos y asintió.

—Nos veremos en la boda, de todas formas, no llores Tete—. Finalizó Jimin, haciendo una señal a los sirvientes que llevaban sus maletas para que las llevasen al transporte.

—Hasta pronto—. Se despidió el rey, por ambos.

Taehyung sólo movió su mano, conteniéndose los sollozos en el hombro de su padre.

Jimin dio media vuelta, porque si se quedaba un segundo más no podría irse.

—¡Cachorrillo, espera!

El grito agudo alertó al omega, que se detuvo en seco y se volvió a girar, viendo a la cocinera prácticamente correr con una cajita en sus manos.

—¡Ten! Es para el viaje, no te olvides de comer y dormir bien, si la comida es mala avísame y tomaré el primer barco—. Farfulló la kappa con sus mejillas regordetas encendidas por el esfuerzo.

Jimin ocultó una risa y la abrazó en despedida, después tomando la caja con ambas manos y una inclinación.

—Gracias noona, te echaré de menos.

—Sí, sí, y yo también, ahora corre o llegarás tarde—. Le instó con aquella voz maternal que tanto le gustaba.

Entonces Jimin echó un último vistazo a todos los rostros, después al interior del palacio y por fin se dirigió hacia el exterior, ondeando la capa a su paso.

𓍢𓎗 continuará ...

💮 𝗡𝗼 𝗼𝗹𝘃𝗶𝗱𝗲𝘀 𝗱𝗲𝗷𝗮𝗿 𝘁𝘂 𝘃𝗼𝘁𝗼! 💮

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