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𝗖𝗼𝗹𝗼𝘂𝗿𝘀!!

Las horas pasaron y, hasta que el sol no se escondió, Jimin no se encontró con Yoongi de nuevo. Al parecer el alfa había dado órdenes estrictas de no interrumpirlo, pues tenía asuntos confidenciales que tratar con sus consejeros. Seguía siendo un rey, al fin y al cabo.

El omega lo agradeció, en parte, pero una parte de él seguía pensando en aquella discusión y cómo terminó. Le había llevado horas dejar de temblar, tumbado en uno de aquellos sofás tras poder arrastrarse. Nunca había tenido tanto miedo ni su lobo se había querido someter tanto a nadie.

A la hora del crepúsculo, Jimin fue citado en el salón. Debían poner en marcha los preparativos para la boda lo antes posible, aunque sería en el territorio de Min, pero el pueblo necesitaba ver que era una realidad tras los comunicados.

En la sala habían algunos sirvientes, el rey Park y un beta que supuso sería el organizador de todo. Este último recibió al omega con una sonrisa y una reverencia.

Segundos después apareció Yoongi con pasos casi cansados, evitando a toda costa mirar a su prometido. Tras él, sus dos consejeros le seguían como de costumbre.

Jimin notó su fuerte aroma en cuanto apareció, pero hasta que no se colocó a su lado no lo sintió como un peso en sus hombros. Su lobo de nuevo volvía a agachar la cabeza y él también lo hizo de forma inconsciente.

—Majestad, alteza, mi nombre es Hyunjin, seré quien organice cualquier asunto relacionado con su casamiento—. Se presentó el beta.

Yoongi asintió con parsimonia, mientras que los alfas tras él se miraron entre sí. Jimin le miró en silencio, pero le transmitía confianza.

—Rey Min, no es necesario que sus consejeros asistan—. Tentó el otro monarca.

Él le miró del mismo modo, sin ningún sentimiento aparente, pero Jimin pudo distinguir la molestia en su voz. Cuánto había aprendido de él en apenas unas horas.

—Hoseok y Jungkook son mis ojos y oídos, me gustaría que me acompañasen en todo momento posible—. Asintió, seco.

El rey Park no añadió nada más pero echó un vistazo a su hijo, quien no objetó nada.

—Bien, si les parece podemos comenzar con las cosas básicas—. Hyunjin intentó disipar la tensión del aire—. Solamente serán unas pocas preguntas.

Jimin asintió, atento al beta de forma casi brusca. Se estaba concentrando al máximo en él y no en el alfa de su lado. Había colocado el cuello de su camisa de forma estratégica para cubrir el rojo de su cuello, las líneas de sus dientes. Yoongi lo había notado, por supuesto, pero a parte de una mirada de reojo no prestó más atención al omega.

Hyunjin, al ver que no hablaban demasiado, decidió ser quien llevase la conversación.

—Empezaremos por lo básico, como los colores predominantes en la decoración—. Se acercó a la mesa central, donde había una paleta de colores preciosos. Los demás le siguieron—. Tómense su tiempo para decidir qué colores prefieren.

—Me gusta este—. Dijo Yoongi, casi de inmediato, señalando un beige casi blanco.

Jimin le miró con el ceño fruncido, en desacuerdo.

—Prefiero algún azul, como este—. Señaló un tono suave también, pero algo más fuerte que el mencionado anteriormente.

De nuevo una tensión se notó en el ambiente, dejando a todos atentos a la "pareja". El beta carraspeó con la mejor intención.

—Creo... Si me permiten, que los dos colores podrían combinar bien, quizá añadiendo unos detalles en oro sería algo bonito—. Asintió con una sonrisa casi forzada, mirándoles como si fuese un partido de tenis.

Yoongi y Jimin al fin cruzaron sus miradas, cada uno en distinta expresión de molestia, pero ambos mostrándola al fin y al cabo.

—Bien, podemos juntarlos—. Accedió Yoongi, seco, sin apartar la mirada del omega—. No es la mejor combinación, pero con un poco de imaginación funcionará.

Jimin alzó una ceja.

—Ambos colores son aceptables, pero por separado. No veo modo de que combinen bien juntos—. Retó.

Los demás presentes miraron en silencio el debate, totalmente ajenos a lo que sucedía entre ambos. Por supuesto, ellos entendían perfectamente a qué se referían.

—Quizá no se hayan creado para juntarse, pero si es lo que hay que hacer no importa, estarán bien así—. Opinó Yoongi, gruñendo con levedad.

—Quizá, o quizá no termine bien. Puede que uno de ellos brille más y el otro no reciba la atención que merece—. Suspiró el omega.

—¿Realmente es eso lo importante? Ambos serán escogidos, por eso los mezclaremos, la idea es no dejar a ninguno en la sombra.

Yoongi entrecerró sus ojos, buscando algo en el rostro del omega, algo que no conseguía encontrar.

Jimin, en cambio, cada vez se sentía más frío, más vacío, más... Solitario. ¿Es que nadie lo entendía? ¿Estaba totalmente solo en eso?

—Haga lo que crea mejor, majestad. Al final, su opinión es la que más cuenta—. Concluyó.

El rey Park gruñó tras él, avanzando hasta agarrar su hombro casi con brusquedad.

—Jimin, ya está bien—. Le reprendió con una mirada severa, antes de disculparse ante el otro monarca con una inclinación.

—No importa—. Yoongi tomó aire y se giró hacia Hyunjin, terminando con la bochornosa escena—. El azul está bien.

Tras decir aquello, con una mirada cómplice a sus consejeros, marchó de allí seguido de Hoseok y Jungkook.

𓍢𓎗 continuará ．．．

💮 𝗡𝗼 𝗼𝗹𝘃𝗶𝗱𝗲𝘀 𝗱𝗲𝗷𝗮𝗿 𝘁𝘂 𝘃𝗼𝘁𝗼! 💮