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No tan malo

Uraraka comió su quinta salchicha de cóctel con lentitud tratando de apaciguar el hambre y por supuesto desviar la atención de su acaparamiento con los bocadillos. Se encontraba frente a la mesa de aperitivos, sus ojos se movieron alrededor entre el mar de adolescentes que se encontraban en la fiesta.

No parecía conocer a nadie. Uraraka había perdido la esperanza de encontrar un rostro conocido desde hace 10 minutos, sin embargo eso no la disuadió de hacerlo.

Después de todo sus 'senpais' habían prometido que no tardarían demasiado.

Uraraka suspiro resignada y está vez tomo un par de papas fritas antes de agarrar su móvil y tratar de encontrar algo más en qué centrar su atención.

El teléfono celular rosa se desplegó y rápidamente Uraraka noto que no tenía suficiente carga, una mueca se formó en sus labios.

La idea de acompañar a sus superiores a una fiesta empezaba a sentirse cada vez más como una mala idea.

Verán, cuando el programa de escuelas y héroes profesionales; Team Up Mission dio inicio, Uraraka estallo de felicidad.

Después de todo, no le había ido del todo bien en el festival deportivo y aunque tuvo suerte de ser elegida para tener una pasantía con Gunhead, reconoció que no había llamado la atención de la gente como ella lo deseaba.

Su pelea con Bakugo había sido férrea, aun así sus intentos habían terminado con una derrota inminente. Por supuesto que se había sentido mal en ese momento. Sin embargo no todo había salido del todo mal, no después de haber obtenido una pasantía con Gunhead y haber aprendido tanto de él, lo cual atesoro de corazón, porque después de todo basar su éxito solo en su propio quirk era una falla común para los héroes primerizos.

Tener un buen control de su quirk y obtener buenas notas no era algo que garantizaba del todo entrar en una buena agencia.

Después de todo, Momo era la estudiante número 1 de la clase A (al menos académicamente hablando) y no había recibido grandes ofertas. Además su pasantía con Uwabami no había sido del todo una buena experiencia a palabras de Yaoyorozu.

Uraraka reconocía que visiblemente su quirk no era algo llamativo para la gente. Además los contras estaban por encima de los pros, siendo que cada que lo usaba por largos periodos de tiempo le generaba náuseas. Cosa en la cual estaba trabajando. Aunque los resultados no eran del todo tan rápidos como lo hubiera esperado.

Aun así, Uraraka no se había desanimado, después de todo aún quedaba un año más para demostrar su verdadera valía, o al menos eso creyó.

Porque cuando el programa Team Up Mission dio lugar, Uraraka estuvo más que encantada. Bien, no del todo encantada. Eran emociones encontradas dentro de su interior por supuesto. Porque una parte de ella se sintió ansiosa y algo nerviosa. Era verdad que cuando se convirtieran en héroes profesionales tendrían que trabajar con otros héroes de los cuales desconocerían sus propias peculiaridades, como su compatibilidad con ellas, por ello empezar familiarizarse con diferentes tipos de quirk como situaciones era una experiencia única, una oportunidad de lograr conexiones, algo que simplemente no podía dejar escapar.

Porque después de todo, las conexiones adecuadas podían abrir puertas. Puertas que aseguraban un buen trabajo con el bonus de un buen ambiente laboral. Y Uraraka sabía que lo más importante para un héroe era salvaguardar vidas, sin embargo conseguir un empleo era básico para poder hacerlo. Y sin una buena recomendación o agencias que estuvieran dispuestas a contratarla ni siquiera podría comenzar.

Así que con la mejor sonrisa que tenía se preparó para cualquier misión que se le presentará. Y hasta el momento todo había salido bien. A veces las misiones se complicaban. Los planes cambiaban. Y a veces se cometían errores. Pero Uraraka siempre estuvo dispuesta en aprender y mejorar.

Además había conocido a gente muy agradable y había conseguido grandes consejos de gente que ya estaba en el medio.

Uraraka por supuesto estaba feliz de este nuevo programa. Más amigos significaban más conexiones y cuando Uraraka fue llamada para un nuevo operativo, se llenó de energía renovada. Aún más cuando Aizawa le informo que eran un dúo de heroínas nuevo.

Mist y Frost era un dúo que había debutado a inicios del año pasado. Uraraka estaba emocionada de conocer al dúo conformado no solo por mujeres sino por principiantes que estaban catapultándose de poco a poco hacia la cima. Después de todo pronto ella también estaría en sus zapatos cuando se graduará si es que no conseguía alguna invitación a pertenecer a una agencia estaría haciendo lo mismo que ellas, abriéndose paso por sí sola, aunque aún estaba ese proyecto en conjunto de formar una agencia con todas las chicas, lo cual no sonaba a una mala idea, no cuando las heroínas raramente solían entrar en el top 10 y por lo regular eran relegadas a ser más una imagen bonita y llamativa para las masas. Ochako sabía que la imagen vendía y claro, ella también quería ser reconocida, pero no se sentía del todo bien ser reconocida por las ideas incorrectas. Por algo que no era ella.

Así que, claro, estaba entusiasmada a pesar de que su misión no era la gran cosa, ya que el trío de heroínas se encontró trabajando con la policía en una redada. La información había sido corroborada. Los delincuentes se encontraban ocultos en almacenes de carga en la costa de Hokkaido, lugar al que por primera vez había visitado, y que en realidad no pensó alguna vez viajar sola, al menos siendo estudiante.

Las tres esperaron la señal del jefe de departamento de policía con paciencia. La primera en entrar en acción fue Mist cubriendo con una espesa neblina el lugar.

Uraraka lanzo una mirada hacia Frost quien asintió antes de entrar en acción. Mist crearía la distracción para que ellas entrarán y pudieran bloquear a cualquiera de los malhechores y cuando la zona estuviese despejada la policía entraría en acción.

Uraraka fue hábil. Había practicado con Tsuyu y Hagakure su técnica para ser lo más sigilosa posible y engañar al enemigo para poder usar su quirk.

Frost se movió de forma diestra. Sus manos se extendieron y de apoco cubrió a uno de los malhechores con una capa lo suficientemente fuerte para contenerlo. Su quirk era del tipo hielo, algo similar al de Todoroki. Aunque no tan fuerte como el suyo. Mientras Todoroki podía crear imponentes columnas de hielo de la nada y desplazarlas a gusto Frost necesitaba tocar a la gente al igual que ella para hacer efectivo su quirk.

Cuando el lugar estuvo asegurado, Uraraka se dio cuenta por qué había sido llamada, la combinación de su quirk con el de Frost y Mist se adecuaba a la perfección para el caso y su técnica de trabajo. Frost y Mist no tenían un quirk llamativo o lo suficientemente fuerte como para acabar a su oponente con el mismo, por ello tendían a usar técnicas mixtas, al haber entrenado su cuerpo para poder pelear con los villanos en dado caso que este no fuera suficiente, algo en lo cual se sentía familiarizada.

Para su fortuna, su plan había funcionado por lo que la misión se llevó sin imprevisto alguno, lo que dejo como ultima tarea para las tres declarar sus informes y hacer el papeleo, con esto Uraraka espero poder tener la oportunidad de hablar un poco con sus senpais y pedir algunos consejos.

Lo que no espero fue ver a Mist con una sonrisa brillante, mientras se dirigía a Frost.

—¡Adivina quién me llamo! —la forma en que actuó Mist casi le recordó a una muy animada Hagakure después de haber visto la nueva película de moda de romance que trataba de recomendarle. Frost había alzado una ceja por encima del antifaz azul y sus brazos se habían cruzado sobre su pecho, una sonrisa de complicidad se formó en sus labios— Wakaba me acaba de mandar un texto, al parecer los chicos hicieron una fiesta en donde Shirogane.

—¿Escuché mal o Wakaba acaba de invitarte a salir? —Se burló Frost, pero Mist aún le estaba viendo con esa mirada que le recordó a cuando Mina solía suplicarle a Bakugo para que le dejara probar su comida— Déjame adivinar ¿Irás, no?

Mist se acercó aún más Frost, su hombro choco contra el de ella y le empujo muy suavemente.

—Oh, vamos, no es como si hubiera algo más interesante que hacer una noche de viernes y además estará Edogawa.

Y dicho esto, algo que pareció como ¿Timidez? Se mostró en Frost, Uraraka miro el intercambio con curiosidad.

—Bien, bien, te acompaño —declaro Frost con una mezcla de dignidad e indulgencia a su petición. Entonces hizo una pausa y su mirada se encontró con la de Uraraka quien se sonrojo al darse cuenta que había sido pillada escuchando su conversación— Kazumi —regreso la mirada Frost hacia su compañera— Pero aún queda algo de trabajo y no —Uraraka se había encogido en su lugar no quería ser una carga y no tenía que escuchar lo que diría Frost para saber lo que estaba pensando: "no podemos dejar a Uravity sola", Uraraka se removió en su lugar de forma torpe, ella quería decirles que estaría bien, no es como si no pudiera llegar sola a la central, la misión había terminado y claro, tenía un pase libre de irse, sin embargo aún estaba el informe que Frost y Mist que debían de darle a su profesor para poder marcharse. Y a fin de cuentas los héroes que solicitaban personal solían tener la última palabra para su regreso.

Sin embargo lo que no espero es que Mist le tomara de los hombros y le mirara con ojos brillantes y esperanzados.

—¿Uraraka tienes planes? —Uraraka negó con la cabeza, aún sorprendida por el arrebato— Entonces ¿No te gustaría ir a una fiesta?

Y en ese entonces la parte racional de Uraraka le estaba gritando que no era una buena idea, estaba a kilómetros lejos de casa y además no conocía a nadie además de sus dos superiores que había conocido a penas por dos días. Pero luego Mist había dicho que no era la gran cosa, que merecían un descanso por su arduo trabajo y además habría mucha gente de su edad por lo que no habría nada peligroso, y ¿no sería grandioso hacer más amigos?

Así que, Uraraka asintió.

Sin embargo, mientras se encontraban en un taxi que parecía estar conduciendo cada vez más lejos de la ciudad no pudo evitar sentir que era una mala idea. Pero Uraraka Ochako no era una cobarde. Era una heroína en entrenamiento. Era fuerte y capaz y aun así se sentía demasiado tonta e ingenua.

Para su fortuna el taxista no las estaba llevando a un lugar recóndito donde serían atacadas por una organización de villanos secreta, sino que se había detenido en una gran casona que tenía un letrero de aguas termales a un costado. Al parecer la dichosa fiesta era ahí, porque cuando Kazumi, alias Mist le sonrió y le insto a bajar pronto vio a un chico en la entrada esperándolas.

Se veía mayor, aunque no tanto, en realidad era de la edad de sus senpais y claramente las conocía.

Wakaba Sayaka, el chico que le había mandado la invitación, era un joven delgado de cabello negro atado en una cola baja, con ojos y sonrisa perezosa.

Él había abrazado a ambas chicas para luego centrar su atención en Uraraka generando que ella se sonrojara y se presentará de forma torpe.

Wakaba pareció encontrar eso gracioso ya que se rió y luego extendió su mano para saludarla antes de invitarlas a pasar. Wakaba explico que la casa era de uno de sus amigos y que él había dicho que tenía que usar la posada para hacer algo divertido ahora que sus padres habían salido.

Frost golpeó su costado con el codo, y luego resoplo. Wakaba simplemente le empujo con el hombro. Uraraka en cambió se sintió como si hubiera caído en otra dimensión.

Ver a tantos jóvenes disfrutando de su 'juventud' no era algo del todo desconocido para Uraraka, después de todo había leído los mangas que Hagakure le había prestado y claro, en su escuela anterior había sido invitada a fiestas. Pero esto era otro nivel.

Había demasiada gente y tantas caras desconocidas. Algunos chicos estaban en el porche y otros más cerca del estaque Koi, superando por mucho el número de su clase completa y eso solo era la parte de enfrente. La música se escuchaba desde afuera de la casa y estaba segura que si Wakaba tuviera vecinos ya hubieran llamado a la policía. Sin embargo la casa de huéspedes estaba a las afueras de la ciudad. Era un buen sitio, siendo que no había nada cerca a menos que lograrás pedir un taxi y aun así serían unos 45 minutos de viaje.

Y Ochako no contaba con esa suma de dinero.

—Pueden comer lo que quieran —señalo Wakaba y luego su sonrisa se extendió cuando miro a Frost— Por cierto Edogawa te estaba buscando, Yukina. —Y una vez más Frost se había sonrojado— Y hablando del diablo— declaro Wakaba, Uraraka miro hacia la dirección donde él chico estaba mirando solo para ver a dos jóvenes venir hacia ellos.

Uraraka no tenía que ser un genio para saber quién era Edogawa. Solo tuvo que observar como la mirada de Yukina había cambiado al instante como lo hizo Kazumi al ver a Wakaba cuando las saludo en la entrada, Uraraka supuso que el otro chico era el anfitrión cuando empezó a alardear sobre el lugar. Uraraka se quedó al margen ante la escena, pronto vio como Edogawa pareció haber dicho algo que molesto a Yukina, pero aun así le siguió. Y luego, solo estaban Kazumi y Wakaba con ella, o al menos eso era antes de que Kazumi le tomara de la mano y le prometiera que solo iría a saludar a unos amigos y que volvería pronto.

Uraraka asintió, Wakaba le recalco que podía hacer lo que quisiera, y lo primero que hizo fue ir a la mesa de aperitivos. No había comido desde la mañana ya que aún tenía el problema de las náuseas cada que usaba su quirk, así que tenía hambre. Y comer un refrigerio no haría daño.

Sin embargo el tiempo paso y aunque Uraraka no era del tipo dependiente a otras personas, se sentía extraña en un lugar desconocido con gente desconocida, aunque de vez en cuando intercambiaba algunas miradas y sonrisas amables, no pudo evitar sentirse fuera de lugar.

Y cuando fue su quinta salchicha de cóctel decidió mirar su teléfono. Solo para ver qué había pasado más de 15 minutos y sus senpais no regresaban, además su batería no parecía que duraría por mucho tiempo a menos que consiguiera un cargador.

Bien, al menos tenía 20% de batería y no era como si necesitara su teléfono además de tener algo con que enternece.

Así que decidió revisar sus mensajes y encontró un par de correos, uno de ellos eran de sus padres, deseándole suerte en su misión, eso le hizo sonreír inconscientemente y luego había otro de Tsuyu con una fotografía de ella con las chicas. Al parecer habían tenido otra piyamada.

En la foto aparecían Yaoyorozu mostrando sus uñas de color fucsia intenso que estaba segura pertenecía a la colección de Mina. A su derecha estaba Jiro con una revista de guitarras en el regazo, Mina en cambio estaba en el fondo haciendo una señal de paz, llevaba mascarilla de aguacate en el rostro, a la izquierda estaba Tsuyu con el dedo índice en su mejilla. Y luego estaba Hagakure, y alrededor de su cabeza ¿Por qué esa era su cabeza, verdad? Los tubos de plástico flotaban a su alrededor y Ochako no pudo evitar sentirse sorprendida, después de todo Hagakure era invisible, pero el cómo lograba encontrar cada parte de su cuerpo era un misterio para ella. Después de todo estaba segura que había colocado los tubos a la perfección. Y ella aún seguía perdiéndose en dónde se encontraba los ojos de la chica cuando hablaba con ella.

Uraraka sonrió, les deseo una buena noche y rápidamente su mensaje fue respondido. Por el tipo de respuesta supuso que había sido Hagakure o Mina quienes le respondieron.

"¿Cómo fue tu misión?" "¿Todo salió bien?" "¡¡what's the tea!!"

—TSU

"La misión salió bien, cuando regrese les contaré con más detalles". Tecleo y luego suspiro. Miro hacia su alrededor solo para observar que Kazumi y Yukina no estaba por ningún lado.

Uraraka decidió echar vistazo al lugar. Quedarse en el mismo sitio no parecía una buena idea cuando era el centro de atención de las miradas indiscretas, al menos esa percepción había tenido cuando se quedó sola en medio de la sala.

Supuso que no era del todo extraño siendo que, después del festival muchos de sus compañeros habían sido reconocidos por la gente.

Uraraka hizo una mueca al respecto, la mayoría de las opiniones que obtuvo sobre el encuentro había sido una mirada de lástima y palabras de aliento sobre que lo haría mejor el año siguiente. Cosa, que por supuesto disgusto a Uraraka, porque no era como si no hubiera dado lo mejor de sí.

Era, solo que, Bakugo había sido mejor que ella, sin embargo eso no demeritaba su arduo trabajo. Al menos ella quería pensar que había dado una pelea decente en comparación con los chicos, -dígase Kaminari y Sero-, un escalofrío se estacionó en su cuerpo al recordar la pelea entre Sero y Todoroki, ni siquiera había durado un minuto y al segundo Todoroki lo había congelado.

Así, que sí, su pelea al menos debió ser algo decente ¿No?

Después de todo ella había peleado hasta el final y Bakugo tal vez nunca lo admitiría, pero ella estaba segura que de alguna forma lo había tomado con la guardia baja con su plan, porque esa mirada que le había dado decía muchas cosas.

Pero aun así, el final del festival había demostrado la realidad de la situación. No había sido demasiado llamativa como sus compañeros. Y por ende no había recibido tantas cartas de reclutamiento como los demás.

Aunque una vez más, no había sido el peor, pero personas como Yaoyorozu, quien era tan gentil y amable como inteligente no había recibido tantas invitaciones como Todoroki y Bakugo.

Y luego estaba Midoriya, que dios sabe que se esfuerza tanto y el chico tiene este quirk sorpréndete y aun así no había obtenido ninguna solicitud.

Y claro, Shoto había demostrado su destreza y poder en la arena. Pero ¿Bakugo?

Su entrecejo se frunció.

Bakugo había sido el mejor en el examen para entrar a U.A. y tenía el tercer puesto en su clase como el chico con mejores notas. Además contaba con un quirk fuerte y sabía cómo usarlo a la perfección. Sin embargo su actitud. Su actitud dejaba mucho, pero mucho que desear.

Así que no lo entendía del todo, el cómo las agencias elegían a su favorito. Tal vez el sistema estaba mal. Y el hecho de hacer un festival deportivo no bastaba para elegir a los mejores prospectos. Porque después de todo estaba segura que quien se hubiera llevado a Bakugo a su agencia tuvo un increíble dolor de cabeza con esa actitud pedante y egocéntrica.

Pero eso no importaba, porque el programa TUM había creado la oportunidad de demostrar quién era realmente, por lo que estaba segura de tener un mejor chance de tener un empleo mejor.

Ante este pensamiento sonrió. Su teléfono vibro y cuando quiso tomar su móvil se dio cuenta que alguien había chocado contra ella.

—Oye ¿estás bien? —un fuerte agarre la sostuvo de caer. Ochako parpadeo sorprendida. Su mano había aferrado con ferocidad a su teléfono. Después de todo no podría costear uno nuevo por ahora.

—Yo, hmmm, lo siento —respondió con timidez, encontrándose con una mirada penetrante y sonrisa encantadora.

—Está bien, también fue parte de mi culpa ¿No? —se había reído el chico elocuentemente y aunque Ochako ya tenía ambos pies puestos en el piso, el chico aún mantenía una mano en su costado. Su agarre no era fuerte. Pero si conciso. Uraraka estuvo a punto de hacerlo notar cuando una voz se sumó.

—Hey, Akito ¿Dónde diablos es... —un chico había salido detrás de él y había detenido su reclamo a la mitad cuando sus ojos se encontraron con su mirada, una sonrisa zorruna se dibujó en sus labios— Así que... ¿Quién es tu nueva amiga?

—Oi, no seas entrometido —regaño 'Akito', el otro chico se acercó con ambas manos metidas en los bolsillos del pantalón aún con esa sonrisa de par en par.

—Y tú, no seas mezquino —se había inclinado el otro chico hasta su espacio personal— Dime, ¿Este chico te está molestando? —su tono de voz sonaba fanfarrona. Uraraka quiso decir algo, pero una vez más se vio interrumpida.

—Oye Ken, si alguien la está incomodando eres tú, así que largo.

El chico llamado Ken abrió los ojos un poco solo para soltar una carcajada el aire. Uraraka no entendió el chiste.

—¿Verdad que no es así, lindura? —una vez más se inclinó a su espacio personal y añadió— Oye Akito no seas descortés ¿Por qué no le traes un trago?

—¡¿Qué?! —se quejó, pero aun así hizo lo que le dijeron, Uraraka se sintió un poco aliviada cuando se soltó del agarre de Akito. Aunque aún tenía otro problema.

—Entonces... ¿Estás sola?

—¿Eh? no, vine con unas amigas.

—Así que... ¿Amigas? —el chico parecía divertido con su respuesta. Uraraka una vez más no vio la gracia en el asunto.

—Si —fue firme está vez— Solo que me separé de ellas y ahora me dirijo hacia donde están —mintió. Ken volvió a reír, Uraraka se removió incómoda pensado en como marcharse y encontrar a sus senpais— Así que no deseo hacerlas esperar, con su permiso yo...

—Espera —una mano se estacionó en su hombro y Uraraka había aprendido muy buenos movimientos con Gunhead, pero no quería hacer una escena. Además no sé suponía que debería estar ahí en primer lugar.

Uraraka entrecerró los ojos y sus labios se apretaron en una línea recta antes de girar y mirar al chico mayor directamente a los ojos.

—¿Qué?

—Nuestros tragos —le sonrió perezosamente— Después de todo Akito-kun fue tan amable de traerlos ¿Por qué no bebes un poco?

—No tengo sed.

Uraraka declaro, su entrecejo se frunció y espero que entendieran. Realmente lo espero, porque no quería -en realidad si quería y mucho- darles una buena patada en el trasero, pero una vez más, era un héroe en entrenamiento y no debería estar ahí.

Dando la media vuelta avanzo. O eso trato de hacer hasta que sintió una mano en su hombro.

Uraraka se estaba cansando.

—Oye, no puedes simplemente...

—¡¿Que mierda crees que haces?! —Uraraka se estremeció al oír la familiar voz, sus ojos se clavaron en la persona que tenía enfrente.

—¿B-Bakugo?

Pero Bakugo no la estaba viendo a ella. Sino a los chicos que estaban a un lado.

—Oye amigo, vete, ¿no ves que está con nosotros? —declaro uno de los chicos, mientras se acercaba estúpidamente hacia el espacio personal de Bakugo, una mano casi toco su hombro, pero Bakugo le dio un golpe en la palma.

—No me toques —su voz fue firme e inflexible— Y no vuelvas a llamarme amigo, jodido extra —su entrecejo se frunció y hubo una clara advertencia en su mirada. Ambos chicos se miraron entre sí.

Uraraka se lamentó que entre todas las personas que tuvo que encontrarse en la fiesta tenía que ser Bakugo específicamente quien viniera a ayudarle. Solo esperaba a que no iniciara una pelea.

—Mira —el otro chico camino directo hacia él— Esa no es forma de hablarle a tu...

—¿Hablar de qué? —una nueva voz se sumó al grupo.

Uraraka se encontró con una chica un poco mayor que ellos, aunque claro. La mayoría de las personas dentro de la fiesta eran mayores que ellos dos. La chica en cuestión era, si no hubiera mejor descripción para ella lo que podría ser la representación de Barbie en el mundo real. Con un cuerpo delgado y curvilíneo, además de pelo rubio y una mirada encantadora. Su voz era amigable y por el cómo se había acercado a Bakugo parecía conocerlo.

Uraraka no se perdió el instante cuando la chica en cuestión tomo uno de los brazos de Bakugo quien protesto a regañadientes, pero aun así no la alejo.

—¡Oh, Camie, Bakugo! ¡Aquí están!

Una nueva voz se unió al grupo y esta vez Uraraka noto que no era completamente un extraño. El chico con el que había tenido un problema Todoroki en el examen de licencias estaba aquí al parecer también.

Uraraka no se perdió cuando los chicos parecieron tensarse, si no mal recordaba Inasa Yoarashi había sido uno de los mejores estudiantes en el examen para entrar a U.A. sin embargo al final se había decidido por Shiketsu.

—Akito, vámonos, no vale la pena —mascullo de mala gana el chico llamado Ken y a regañadientes ambos se alejaron, Bakugo resoplo con aburrimiento. Uraraka en cambio suspiro aliviada.

—¿Es amiga tuya? —llamo su atención la chica llamada Camie, quien la estaba mirando con curiosidad, Uraraka, entonces se dio cuenta que no solo estaba en medio de una fiesta a las afueras de Hokkaido, sino que Bakugo Katsuki se encontraba también ahí, lo que le insto a preguntarse ¿Qué estaba haciendo ahí en primer lugar? Su mirada bajo y se encontró con el brazo de Camie aferrando al de Bakugo, ¿Acaso estaba en una cita? ¿Ella era su novia? ¿Ese era el tipo de Bakugo? Eran demasiadas preguntas las que se aglomeraron en su cabeza. Por suerte estas se detuvieron cuando un característico chasquido rompió su ensimismamiento.

—Tch, ¿Y por qué crees que sería amigo de alguien como ella? —respondió con el entrecejo fruncido y Uraraka sintió que la ira empezaba a sobrepasar su paciencia. Su entrecejo también se frunció. Bakugo como siempre estaba menospreciando a los demás tildándolos de "extras" según él.

—Hmm —tarareo Camie con una sonrisa perezosa— Ya veo. No pensé ver a nadie más de U.A. por aquí, ya sabes.

—Ni yo —se quejó—¿Qué diablos estás haciendo aquí?

—Al igual que tú —puntualizo— Fui invitada —Uraraka se cruzó de brazos, espero algún comentario malicioso o improperio hacia su persona, pero en su lugar Bakugo suspiro, llevándose una mano detrás del cuello, pareció pensativo.

—Como sea, para lo que me importa.

—Oye, pero es tu compañera, Bakugo —intervino Inasa, Uraraka parpadeo aturdida, la primera vez que vio al chico no pareció del tipo amable, claro, había sido enérgico, pero también había estado en malos términos con Todoroki.

Bakugo miro a Inasa con aburrimiento, como si hubiera dicho la cosa más estúpida que hubiera escuchado por esa noche.

—Y ella dijo que no vino sola —Uraraka abrió los ojos con sorpresa, así que ¿Bakugo la había escuchado?— Si es así, no deberías estar caminando tan a la ligera por el lugar y mucho menos aceptar mierda de gente que no conoces ¿Acaso eres estúpida? —le regaño y Uraraka sintió que se le había formado un tic en el ojo por la rabia, Bakugo la estaba tratando como una niña, lo cual no era así, tenían la misma edad, por lo tanto ¿Quién se creía? Uraraka estuvo a punto de responder, ponerlo en su lugar, pero antes de poder hacerlo, Camie jalo de su brazo y con una sonrisa añadió.

—Si es alguno de tus compañeros siempre puede venir con nosotros.

—¡Como si no tuviera suficiente con estar cuidando tu trasero! ¿¡Ahora debo cuidar el de alguien más!?

Camie no pareció ofendida, en su lugar rio, eso pareció enfadar aún más a Bakugo.

—¿Así que me estas cuidando? Eso es muy dulce Katsuki, y yo aquí pensando que te gusta mi compañía.

Bakugo gruño, el enojo y la ira empezaron a disiparse de Uraraka, quien miro la escena en silencio, casi se sintió como una intrusa al presenciarlo, al parecer estaba interrumpiendo la cita de Bakugo, si ella estuviera en el lugar de Bakugo también estaría algo molesta.

—Como dije estaba de camino para encontrarme con mis amigas, estoy bien —Bakugo la miro inquisitivamente, Uraraka temió porque desconfiara en sus palabras.

—¿Estas segura? ¡No es ningún problema que nos acompañes! —añadió Inasa con efusividad. Uraraka negó con una sonrisa.

—Lo que sea —Bakugo chasqueo la lengua y se dio la media vuelta no sin antes lanzarle una mirada hacia ella— Si serás así de descuidada deberías regresar a High Alliance. Allá estarás mejor.

Uraraka frunció el entrecejo, mientras la espalda de Bakugo se perdía entre la multitud, Camie le dio una última mirada antes de jalar el brazo de Bakugo y susurrarle algo en el oído, Inasa quien se había quedado atrás miro a ambos perplejo, dándole una última sonrisa de disculpa se marchó detrás de ellos, quedando Uraraka una vez más, sola. Sus manos sin querer se habían vuelto puños, los cuales apretó con fuerza, Bakugo la estaba menospreciando, como solía hacer con todos en clase.

El entrecejo de Uraraka se frunció y un sinfín de malos pensamientos se estacionaron en su cabeza generando que Uraraka no notara que se acercaban a ella.

—Oye ¿Dónde estabas? —una mano se colocó en sus hombros y Uraraka se tensó, estaba de mal humor, no toleraría más actitudes de mierda como esa, girando su rostro hacia la derecha aun con el entrecejo fruncido se encontró con Kazumi— Oye ¿Estás bien? —pregunto.

—Hey, ¿a dónde fuiste? —Uraraka pronto notó a Wakaba con dos vasos en las manos— Oh, hola de nuevo —sonrió— ¿Quieres algo de beber?

—Oye, espera —golpeo su costado con el codo Kazumi y lo miro mal. Wakaba se encogió de hombros.

Uraraka frunció aún más el entrecejo, y en un movimiento rápido tomo el vaso para beberlo de un solo trago.

—Espera eso es...

Su garganta ardió, Uraraka supuso que lo que había en el vaso no era simple refresco, aun así sonrió con audacia.

—Nada mal —le espolvoreo la cabellera— ¿Lo ves? No pasó nada, y tú que te preocupaste, no es como si Urako fuese una niña.

—Es Uraraka —corrigió Ochako.

Wakaba ignoro su comentario —¿Por qué no dejas que nos acompañe?

—Supongo que tienes razón—rio Kazumi, lanzándole un brazo al hombro— Vamos.

Uraraka no estaba segura si debería hacerlo, esa había sido su primera experiencia con bebidas alcohólicas, era menor de edad, pero las palabras de Bakugo resonaron en su mente; Si serás así de descuidada, deberías regresar a High Alliance. Allá estarás mejor. Además estaba con sus senpais, así que ¿Qué podría salir mal?

Bakugo de seguro se creía que era demasiado genial para pasar el rato con ellos, siempre ignorando las intenciones de sus compañeros, para estar yendo a fiestas con gente mayor que ellos, consumiendo alcohol y tomando la mano de su novia, pero ella también podía ser así de genial. Con una mirada determinada, ella asintió.

✦ ── ⋆✩⋆ ── ✦

Bakugo no sabía cómo había llegado a Sapporo una noche de viernes. Aún menos como Camie perra-Utsushimi logro convencerlo de salir con ella. Él no se consideraba amigo de Camie, ni mucho menos de ese grandulón de Shiketsu que parecía sacado de algún anime de la post-guerra con esa actitud de Boy scout que se carga.

A lo mucho, eran simplemente conocidos ya que los tres iban a clases de recuperación con Gang Orca. Cuando los conoció por primera vez, nunca imagino salir con alguno de ellos, sin embargo cierto imbécil de doble quirk creyó que facilitaría las cosas intercambiar números después de trabajar a menudo con los dos.

Bakugo comprendió el punto, trabajar con otras personas era algo de lo cual tenía que acostumbrarse aunque no lo viera del todo necesario. Sin embargo, de alguna forma su número había caído en manos de una loca de las redes sociales y una prospecto a héroe que parecía no poder dejar su teléfono descansar 5 minutos ya que la muy maldita les había creado un grupo a los cuatro y cada segundo estaba atascado por preguntas y comentarios random de Utsushimi, que para colmo Inasa parecía muy feliz de responder y él de alguna forma se vio en medio de sus conversiones tratando de callarlos, para al final terminar con Camie invitándolos a salir.

Para su mala suerte, Todoroki, quien parecía compartir la misma neurona que los demás no solo terminaba aceptando por los dos, sino que, derrumbaba cualquier pretexto o negativa que pudiera ofrecer, lo que terminaba con él siendo arrastrado a sus estupideces.

Así que todo había sido culpa de ese mitad-mitad, quien al final los había dejado a su cargo, a pesar de que él había sido el del discurso de fomentar la camaradería, con el transcurso de las semanas el maldito lo había dejado de lado.

Bakugo estaba molesto. Por decir lo menos. La primera vez que salió con Utsushimi a solas había sido de lo más random posible. Yendo de un lugar a otro sin planes y de la nada habían terminado riendo el uno con el otro.

Bien. La chica no era del todo una mala compañía. Era estúpida cuando se necesitaba serlo y lo suficientemente lista como para dejar de aparentarlo cuando era la hora.

Así que tenía que darle algo de crédito.

Salir con Camie no había sido del todo malo. Sus bromas demasiado frívolas de vez en cuando le hacían recordar a las conversaciones de sus padres cuando hablaban con otros adultos sobre el trabajo.

De alguna forma se habría sentido impresionado si Camie no fuese una perra cada 5 minutos con alguno de sus estúpidos caprichos.

Caprichos como;

"Hey, Bakugo vamos a probar el helado de esa tienda". "Oye tomemos un par de fotos en esa máquina". "Si no fruncieras el entrecejo tanto, podrías ser como un modelo de revista". "¿Ya viste esa tienda? ¡Te va a gustar!"

Pero su mayor capricho había sido llamarlo por su nombre.

Cuando Camie probó su nombre, simplemente se negó a soltarlo.

Y Bakugo para su mortificación se había adaptado demasiado rápido a su uso, al igual que cada uno de sus caprichos infantiles.

Salir con Inasa, no había sido del todo la experiencia ruidosa que espero que sería, de alguna forma imagino que el tipo sería igual de molesto que Kaminari, sin embargo, para su sorpresa el chico era tranquilo cuando la situación lo ameritaba sin dejar su positividad. Salir con él tampoco había sido una pérdida del tiempo, Inasa era del tipo competitivo como él y además solía darle alguno que otro consejo, además sus comentarios hacia él nunca fueron falsos, cuando Inasa estaba en contra en algo que hubiera hecho Bakugo lo hacía notar, al igual que cuando estaba de acuerdo con él.

Camie e Inasa a primera instancia no parecían ser del tipo que se liaran el uno con el otro, sus personalidades eran diferentes en varios aspectos, sin embargo si algo destacaba en ellos era lo mundanos que eran. Su sinceridad.

Sus comentarios nunca parecieron tener dobles intenciones y eso insto Bakugo a empezar a confiar en ellos como casi compañeros-aliados.

De alguna forma, sus salidas con los dos ya no se habían vuelto del todo extrañas o incomodas, ni mucho menos molestas -no del todo, claro-, por eso cuando un mensaje llego en plena madrugada, donde Camie le invitaba a salir, aún medio adormilado y sin la suficiente furia como para explotar su teléfono por haberlo molestado mientras dormía, respondió por inercia que sí.

Y claro que Bakugo Katsuki no era del tipo que se echaba para atrás con sus palabras, lo cual lo había llevado a pedir permiso a Aizawa de salir antes de los dormitorios, claro antes había notificado a sus padres.

Aizawa por supuesto sospechaba su apresurada petición, pero aun así la había aprobado. Por lo que después de clases Bakugo se marchó de High Alliance.

Camie y Bakugo habían acordado verse en la estación. Bakugo no estaba seguro de porque era el único ahí, había esperado al menos ver a Inasa, después de que Todoroki le dijera que no podría ir por una cena familiar. Cuando Camie llego -que por cierto había sido tarde- le explicó que Inasa aún no había terminado con sus tareas y que los alcanzaría más tarde.

Bakugo fue paciente, Camie seguía con la vista clavada en su teléfono solo para marcar el camino, y no fue hasta que noto hacia donde los estaba llevando que se dio cuenta porque Camie había sido algo insistente con que fuera con ella.

Estaban saliendo de la ciudad.

Bakugo supuso que quería a alguien que mantuviera lejos a los bichos raros.

Aun así, se sintió molesto en medio del bullicio y ni la llegada de Inasa al lugar lo calmo, supuso que Inasa había venido antes, pero cuando el chico le dijo que era su primera vez, lo único que pudo pensar era que Inasa era un completo idiota.

Demasiado confiado, demasiado estúpido. Fácilmente pudo haber sido una broma o una mentira, pero aun así había venido. Y su enojo solo aumento cuando vio un rostro familiar entre la multitud.

Uraraka Ochako, la chica que estaba babeando por Deku, sin que Deku se diera cuenta de ello, claro estaba. La chica era demasiado ruidosa, molesta y alegre, pero tenía agallas, tenía que admitirlo. La chica había peleado con todo en su último y único encuentro, al principio había pensado que todo había sido una triquiñuela de Deku, pero para su sorpresa, Uraraka había pensado en todo, tomando en cuenta el poder de su quirk, y sus limitantes y si Uraraka hubiera sido más hábil y con más experiencia en lucha tal vez él no hubiera pasado a la siguiente ronda.

Uraraka tenía los instintos de batalla, cosa que no cualquiera está listo para despertarlos ni mucho menos usarlos y no tenía miedo de ensuciarse las manos ni deshacerse la manicure, además era lo suficientemente orgullosa como para caer en la vieja usanza de; soy chica, se amable por favor.

Ella parecía entender el punto de las cosas, y aun así estaba en una fiesta sola y siendo abordada como una damisela en apuros.

Él no quería salvarla, ser el príncipe de cuentos de hadas que solían imaginar las chicas cuando buscaban a su chico ideal, él simplemente estaba cabreado por la situación, porque él sabía cómo se siente estar acorralado sin poder hacer nada. Porque a fin de cuentas los imbéciles que estaban molestándola eran simples civiles y ella era una estudiante que pretendía convertirse en heroína.

Bakugo ya había pasado por eso, por los comentarios, de adultos y de niños y sin importar que él tuviera la razón siempre sería el malo en la historia, él único que arruinaría su chance de ser héroe si cometía un error.

Y aun así se había movido hacia ella, y había intercambiado un par de palabras con ellos, por fortuna los idiotas habían entendido el mensaje, pero Uraraka no lo había hecho. Bakugo nunca ha sido bueno con las palabras, no es alguien que aliente a los demás, todo lo que suelta por su boca de alguna forma se tergiversa de fea y mala forma, pero aun así intento dejar el mensaje claro y simple.

Ese no era un lugar en el que debería estar, tampoco era el suyo, pero aun así no iba a dejar a tonto + más tonto solos en una fiesta así, y era mejor que volviera a High Alliance porque no podría cuidar su trasero.

Pero Uraraka no entendió.

—Pareces preocupado —Bakugo no respondió a esa pregunta. En su lugar siguió caminando. Camie no movió el dedo del renglón, porque Camie era así. Siempre entrometiéndose en los asuntos de los demás hasta meterse bajo la piel de la gente y luego...— Ella puede venir con nosotros sí estás preocupado.

Bakugo gruño.

—¿Quién está preocupado? —desafío. Pero Camie ni se inmutó por el desplante.

—Tu, por supuesto. Por esa chica que dices no es tu amiga.

—Ella parece agradable. Podría venir aquí y... —intervino Inasa. Parecía preocupado desde que se alejaron de ella.

—No es de mi jodida incumbencia.

Camie guardó silencio y luego le ofreció esa sonrisa misteriosa que solía hacer a veces. Bakugo la miro, siempre que parecía entenderla, la chica solo le demostraba que no era así.

La noche fue tranquila. Camie bebió y charlo con mucha gente que parecía conocer solo para que cuando Inasa lanzara algún comentario sobre ello Camie le dijera que en realidad apenas lo había conocido en ese instante.

Camie era una mariposa social. Podía hacer amigos de la nada, de alguna forma le recordó un poco a Kirishima. Camie a primera vista parecía del tipo de chica tonta y fácil, sin mucho que ofrecer además de lo que se ve a primera vista, y sin un gramo de cerebro, y aunque Camie había dejado el tema, Bakugo notó como Camie vagaba por la enorme posada como si buscará algo solo para al final encontrarse rondando el mismo perímetro por los últimos 5 minutos.

Bakugo no era ningún idiota. Sabía lo que estaba haciendo.

Lo supo cuando sus ojos se dirigieron hacia el fondo de la habitación cuando Camie se giró y les sonrió a los dos. En el fondo se encontraban un par de sillones colocados en forma de media luna y en medio de ellos pudo reconocer una mata de cabello familiar.

Bakugo frunció el entrecejo.

Le había dicho a cara redonda que no fuese estúpida. Y aun así lo había sido.

¿Esperar que sus compañeros de clase usaran el cerebro era mucho que pedir? Al parecer sí.

—Pareces molesto, Katsuki —señalo Camie.

Bakugo no respondió, su vista se posó en la posición de los sillones, la posición había sido pensada para darles algo de privacidad ayudándose con el biombo a un costado, pero el simple pensamiento le pareció absurdo, la casona estaba hecha a la antigua, con paredes de papel de bambú que nunca permitirían una privacidad verdadera.

Bakugo nunca entendió el gusto de la gente hacia lo antiguo.

En el pequeño espacio privado encontró a un grupo de chicos, Bakugo rápidamente notó como Uraraka se giraba para hablarle a dos chicas que parecían estar más al tanto a los chicos que tenían al frente.

¿Acaso esas eran sus amigas?

Bakugo cerró sus puños con fuerza, Uraraka estaba riendo de forma estúpida y no se veía bien, sus mejillas estaban más rojas de lo que alguna vez pudo ver.

De alguna forma le recordó a cuando se habían enfrentado, como se había puesto toda roja por el cansancio, aunque está imagen estaba mal en ese momento.

Uraraka no estaba roja por entrenar demasiado y hacer que su cuerpo empezara a colapsar. Sino que estaba roja y actuando como una completa tonta por el alcohol.

Ella había bebido. No estuvo ahí para verlo. Pero ya había visto con antelación a gente borracha antes.

Iba a explotar el trasero del responsable en la menor oportunidad que tuviera al alcance.

—¿Viste algo interesante? —llamo Camie y Bakugo frunció más el entrecejo. Camie sabía que la vería, ella no había dejado el tema de lado. Porque Camie era así. Una perra— Oh, parece ser tu compañera —comento a la ligera.

Eso llamo la atención de Inasa.

—¿Es ella? ¿No parece estar en algunos problemas? —Bakugo chasqueo la lengua. Lo que faltaba el boy scout metiendo sus narices.

—Parece ebria.

—¿Eso crees, genio? —Mascullo irritado bakugo.

Camie ni se inmutó por la tajante respuesta.

—Eso puede ser malo.

—No es mi problema.

Camie guardó silencio y luego añadió.

—No, supongo que no. Pero esos chicos parece que decidieron que era el suyo —señalo, ocasionando que Bakugo regresara la mirada hacia ella para observar como un par de chicos se unía a ellos. Específicamente se habían sentado en el lado donde Uraraka se encontraba. Sus acompañantes no estaban prestando atención.

—Ella puede valerse por sí misma —dijo Bakugo. Aún con la mirada al frente. Uraraka estaba riendo, aún con vaso en manos y estos chicos atrayendo su atención y luego uno de ellos había puesto una mano en su muslo. Bakugo pudo notar su incomodidad, a pesar de la sonrisa en sus labios que empezaba a volverse más a una mueca, sin darse cuenta sus pies se movieron solos otra vez.

✦ ── ⋆✩⋆ ── ✦

Todo era tan gracioso y divertido. Uraraka no podía pensar en otra cosa además de eso. Cada palabra que soltaban la hacía reír. Y por un momento se preguntó sobre porque estaba tan preocupada y fuera del lugar cuando llego si todos eran agradables y el ambiente era tan relajante y simplemente se sentía bien, aunque por alguna razón a veces ciertas cosas que hacían parecían no estar del todo bien.

Unos chicos se habían unido a su grupo, todos reían, ocasionando que por inercia ella lo hiciera también, mientras Wakaba llenaba su vaso otra vez, el sabor amargo dejo de sentirse en su garganta, así que todo estaba bien, era una noche agradable y divertida.

Pero no todos parecían pensar lo mismo. De un momento a otro, Bakugo había interrumpido la diversión.

Estaba enojado. Tan enojado como siempre estaba y con esa cara que daba miedo y que hacía que nadie quisiera estar cerca de él, había empezado a gritar.

Uraraka no sabía porque estaba gritando.

Palabras como; "¿Qué demonios crees que haces?" "¿Crees que es divertido abordar a alguien que está completamente borracho?"

O

"¡No puedes llevártela!" que había gritado Kazumi la habían dejado confundida, aún más cuando Bakugo tomó su mano y todo parecía ir tan rápido.

—Puedo y lo haré.

—No, no puedes, estoy a cargo de ella. Ella está bajo mi cuidado —declaro Yukina.

—¿De verdad? ¿Vienes con eso después de permitir que una menor de edad tomara alcohol?

—Espera yo te conozco —intervino uno de los chicos— Eres el chico al que ataron en el festival —sonrió divertido— Mira, todos sabemos sobre tu mal genio y como amas armar alboroto. Pero la estamos pasando bien aquí. Así que vete, chico, antes de que te metas en problemas.

—Los únicos que se meterán en problemas son ustedes.

—Mira —una mano se posó en su hombro y si no fuese porque la cita de Bakugo le había tomado del brazo le hubiera explotado la mano, Uraraka estaba segura de ello— Ellas son heroínas profesionales. Y tú un mocoso que todo el mundo sabe ya es un jodido prospecto a villano ¿Crees que alguien te va a creer?

—¿Y tú crees que me importa una mierda las amenazas de un don nadie? Ahora suéltame o volaré tu trasero —advirtió.

—¿Ves? Estás dispuesto a pelear, lo que haría un villano en la vida real en lugar de dialogar como se supone que un prospecto a héroe debería —intervino Shirogane— Ahora solo piénsalo. Hay tanta gente a nuestro alrededor que está mirando esto, ¿Crees que alguno te defenderá?

—Puede que no, pero mi teléfono si —declaro Camie de la nada saludando con su teléfono móvil. El chico trato de quitárselo pero Inasa se interpuso— Créeme, no haría algún movimiento en falso. O puede que sin querer suba este vídeo en internet y ¿No sería bueno verdad?

Camie sonrió aunque su sonrisa no llego a sus ojos. La mano del chico flaqueo y con ello Bakugo tomo a Ochako.

Y luego todo se volvió negro.

✦ ── ⋆✩⋆ ── ✦

Para cuando Uraraka despertó se encontró en una cama extraña.

Con un horrible dolor de cabeza, la realización llego rápidamente a ella ocasionando que en un arrebato se levantara de la cama y comenzara a inspeccionar que todo estuviera en orden, su ropa estaba en su lugar, y no parecía haber pasado algo más, aun así sintió un atisbo de horror cuando no encontró su teléfono celular, solo para que se disipara cuando dio la media vuelta y lo hallara en la mesa contigua conectado al tomacorriente, alguien lo había dejado cargando por ella.

Yendo hacia el, Uraraka se encontró con su batería ya cargada y un sinfín de mensajes que empezaron a llegar uno tras otro cuando lo encendió. Uraraka ahogo un grito, varios mensajes de; "¿Dónde estás?" y "¿Estás bien?" junto con "Llámanos lo antes posible" la bombardearon y Uraraka sintió venir un dolor de cabeza peor del que ya tenía, llevando una mano a su sien, aferro con fuerza su teléfono, algunos mensajes eran de sus superiores, el miedo se estaciono en ella, lo último que recordó fue haber seguido a las chicas y tomar unos tragos mientras seguía el hilo de conversación y luego todo parecía demasiado gracioso hasta que el sueño le gano y eso le había llevado a pensar en el misterio número uno por el momento:

¿Dónde estaba?

Uraraka corroboro una vez más que tuviera todo consigo, su tarjeta de identificación como licencia, su cartera y su teléfono, junto con el bolso de mano que había llevado esa noche, su ropa se encontraba algo desalineada y apestaba a humo de cigarro, pero dentro de lo que cabe, pudo haber sido peor. Uraraka tomo una bocanada de aire y se armó de valor, mientras observaba el lugar con detenimiento, estaba en una habitación grande que parecía pertenecerle a una chica, lo noto cuando presto atención a los pequeños detalles, el cojín de felpa en forma de corazón y las calcomanías pegadas en el espejo junto a fotografías de gente desconocida, inclinándose hacia el reflejo, observo su apariencia, parecía agotada y estuvo de acuerdo con la imagen, no había comido nada además de algunos aperitivos y para sumar sus males lo único que había tomado era alcohol.

Uraraka gimió, reacomodo un par de cabellos sueltos hacia atrás y se ajustó el bolso negro de mano, mientras se preparaba para salir, ella sabía que estaba en problemas, en terribles problemas, pero ese no era el momento de pensar en ello cuando tenía que descubrir en donde demonios estaba para al menos poder mandar un mensaje y obtener refuerzos si es que los necesitaba.

Pasando algo de saliva, estiro su brazo para tomar el pomo, recordó lo que Gunhead le había dicho, sobre siempre estar al tanto de su medio, Uraraka estaba dispuesta a pelear si gracias a ello podía volver a U.A. y escuchar los regaños de su maestro.

Así que giro al pomo y abrió la puerta preparada para la lucha que nunca llego cuando se encontró con ojos igual de sorprendidos que los de ella.

—Oh, ya despertaste —frente a ella se encontraba la chica que acompaño a Bakugo la noche anterior, ella le sonrió amable— Parece que te sorprendí, no fue mi intención, escuche ruido en el piso de arriba y creí que probablemente te habías caído de la cama, no es la primera vez que pasa, me paso la primera vez que me emborrache —rio, su risa era burbujeante y animada, no había muestra de burla o algo más allá que la elocuencia misma.

—Yo... —por un momento Uraraka se quedó sin palabras, no sabía que estaba haciendo ahí, ni porque la primera persona que vio al despertar fue la cita de Bakugo, pero ella no parecía ser una mala persona.

—De seguro debes tener hambre, ven y come algo, créeme lo necesitas —ofreció antes de girarse y caminar por las escaleras, Uraraka le siguió en silencio— No se cocinar, pero se hacer algo de sopa y siéntete libre de tomar lo que quieras de la cocina.

Uraraka asintió —Yo... hmm, gracias —Camie hizo un gesto con la mano, como si le restara importancia a la situación, Uraraka no supo que sentir sobre eso, tomando asiento al frente de la silla del comedor, decidió coger una de las pop tars que estaban en el tostador. El dulce sabor a mermelada hizo que sus ojos brillaran con entusiasmo, la comida le supo a gloria. Camie en cambio se sentó en la silla de enfrente, entre sus manos llevaba su teléfono celular y parecía estar masajeándose con alguien. Uraraka se sintió incomoda, una vez más parecía una intrusa, sus labios formaron una mueca y se abrieron, aunque de ellos no salió nada, y Camie no pareció notar su frustración, Uraraka suspiro, tenía muchas preguntas que quería hacer y además quería agradecerle, porque al parecer esta chica que era una completa desconocida le había acogido en su casa, pero lo único que salió de su boca fue; —Tu casa es bonita.

Camie tarareo, aun con la vista puesta en su teléfono —No es mi casa.

—Oh... —dio otro mordisco a su pop tars y el silencio una vez más reino en la sala.

—Quieres saber dónde estás ¿No? No te preocupes, es la casa de un primo —Uraraka asintió.

—¿Pasas mucho tiempo aquí?

Camie rio.

—No, Shiketsu puede ser algo —hizo una mueca y Uraraka entendió al instante, desde que U.A. se volvió un internado, entendía lo pesado que podía ser con sus reglas y restricciones— Así que no puedo permitirme viajar seguido a Sapporo.

—Eso tiene sentido —dio un nuevo mordisco, solo para segundos después casi escupir lo que estaba comiendo, eso quedaba en Hokkaido, ¡Seguía en Hokkaido!

—¿Sucede algo?

—Yo, lo lamento, pero debo irme y... —tomo su teléfono y empezó a mirar sus mensajes de texto, su profesor la mataría, no solo eso, la expulsarían de U.A. y no podría ser un héroe, porque ¿Qué clase de prospecto de héroe se emborracha? Y Uraraka sintió que el pánico empezaba a apoderarse de ella.

—No pareces estar bien —concluyo Camie, Uraraka se llevó ambas manos a la frente. Sabía que había sido una mala idea ir a la fiesta y ahora sus superiores la estaban buscando y estaba segura que se había metido en problemas— Estas preocupada por lo que paso ayer —Uraraka sintió como las lágrimas empezaron a escurrir por la comisura de sus ojos, la había cagado, no podría ayudar a sus padres y— No deberías —eso llamo la atención de Uraraka quien alzo la vista. Sabía que se veía deplorable, no como la personificación de Barbie quien estaba tan serena y fresca como una lechuga, claro que alguien con su personalidad podría lidiar con Bakugo— Ya él se hizo cargo de eso.

—¿Hacerse cargo? ¿Quién?

—Katsuki —respondió como si fuese lo obvio, dejándola completamente perpleja— Por cierto, estoy hablando con él, le dije que despertaste y que venga por ti.

—Espera ¿Tu qué?

Camie bajo su teléfono y le sonrió divertida.

—Si va a actuar como el príncipe encantador, entonces que ejecute su acto hasta el final —Uraraka no sabía que estaba ocurriendo y Camie no parecía estar interesada en su confusión— Deberías tomar un baño, puedes usar la lavadora para quitar el olor de tu ropa, no creo que a tu maestro le guste. Aunque ahora que lo pienso, él hablando de como lucen los demás ¿no sería algo hipócrita? —soltó pensativamente antes de volver a su teléfono. Sin embargo Uraraka no se movió, el miedo seguía presente dentro de ella, haciendo que un nudo apretujara su estómago de fea forma, Camie pareció notarlo— No pongas esa cara, no fue tu culpa.

Uraraka sonrió de forma irónica, no estaba segura sobre si la personificación de Barbie solo estaba tratando de ser amable o si en realidad quería aminarle.

—En realidad lo es.

—¿Por ir a una fiesta y pasar el rato? —suspiro, Camie había alejado su mirada del teléfono, su mejilla cayó sobre su palma abierta— ¿Cuántos años tienes? ¿80? ¿Todos los chicos de U.A. son así de serios?

—Estoy estudiando para ser una heroína —sus palabras salieron apretadas, cuando sus dientes chocaron entre sí.

—Exacto, duh —Uraraka le lanzo una mirada mordaz, pero Camie ni se inmuto— No eres un héroe aun, mucho menos un adulto, solo una adolescente, y no es malo serlo de vez en cuando siempre y cuando no pongas en riesgo tu propia integridad ni la de otros —Uraraka hizo una mueca, desvió la mirada, no sabía que decir al respecto sobre sus palabras— Si debes pensar en algo ahora, creo que es replantearte sobre tus amistades.

—¿Qué quieres decir?

—Quiero decir, que si estoy a cargo de un menor de edad no lo dejaría deambular por donde quiera en un lugar repleto de gente extraña, aún menos le daría alcohol.

Uraraka frunció el entrecejo —Pero llevaste a Bakugo —Uraraka no pensaba decirlo, sin embargo su boca se movió más rápido de lo que su cerebro pudo procesar el detener sus propias palabras. Uraraka espero la ira, el enojo, que Camie le mostrara la salida, pero en cambió ella rio, con esa risa burbujeante que hizo que la tensión en sus huesos se disipará.

—¡Lo sé! ¡Lo sé! —dijo entre risas— Quien sea, pensaría que ese chico seria todo un parrandero ¡Pero dios! ¡Es tan serio! De seguro se duerme a las 8 o algo así —soltó una nueva carcajada.

—En realidad lo hace —suspiro con cansancio.

—¿¡En realidad!? —se animó Camie, Uraraka creyó que no había sido buena idea haberle dicho eso.

—Por favor no le digas que yo te dije eso.

Camie no respondió, sin saber cuándo, Camie había vuelto a su teléfono, el silenció se estaciono entre las dos y solo se rompió cuando Camie volvió a hablar.

—¿De verdad no recuerdas nada de lo que paso anoche?

Uraraka, tomo algo de aire y se concentró, observo como Camie seguía tecleando en su teléfono celular, no parecía querer una respuesta en realidad, aun así Uraraka hizo el esfuerzo para recordar lo que había pasado, era un hecho que había bebido, pero lo que paso después era confuso, hizo una mueca, mientras buscaba en su cerebro y luego la imagen de Bakugo y algunas palabras algo hirientes hicieron aparición, lo que conllevo a que Uraraka se encontrara terriblemente consternada.

✦ ── ⋆✩⋆ ── ✦

Uraraka se sintió incomoda cuando abordo el ferri, sobre sus piernas se hallaba una bolsa de compras y a su lado Bakugo Katsuki, si, su temperamental compañero de clase se encontraba junto a ella, como había dicho Camie, él había ido por ella a recogerla. No solo le había dejado sin palabras, sino que casi había creído que todo era un extraño sueño derivado a un coma por intoxicación cuando vio al chico frente a ella ofreciendo una bolsa de plástico en mano.

En ella se encontraban algunos analgésicos y bebidas energéticas, Uraraka supuso que Camie le había pedido que los trajera, y tras un breve intercambio de palabras Bakugo y ella ingresaron a su transporte.

El dolor de cabeza se había ido tras tomar algunos de los medicamentos, pero la incomodidad persistía, Bakugo parecía ignorante de ello.

—Gracias por venir por mí —dijo dócilmente, Bakugo alzo una ceja como respuesta de que la estaba escuchando— Yo lamento que me hayas visto de esa forma —Uraraka se mordió el labio inferior— Y lamento mucho arruinar tu noche por mi falta de profesionalismo, además, lo que dijeron allá, estuvo muy mal —frunció el entrecejo y jugueteo con sus manos antes de lanzar un suspiro— Realmente lo lamento, lo lamento mucho Bakugo.

—Deberías —Bakugo entrecerró los ojos— Eso pudo ser peligroso, beber alcohol sin tener resistencia pudo ponerte en peligro como a los demás, eso fue estúpido por parte de tus superiores.

—¿Qué?

—Lo que escuchas, esas chicas con las que estabas fueron irresponsables.

—Pero ¿Qué?

—¿Acaso eres idiota o sorda?

—Yo —titubeo Uraraka por un segundo— ¿No estás enojado?

—Por supuesto que lo estoy.

—Pero ¿No por arruinar tu cita? ¿O por lo que dijeron de ti? ¿Sino por haberme emborrachado? —Bakugo la miro como si hubiera dicho algo incompresible, Uraraka suspiro— Esa chica y tú, quiero decir, ¿no estabas en una cita?

—¿Camie y yo? ¡Maldición! ¡No!

—Pero...

—Nos conocimos en las clases de recuperación, desde entonces se ha pegado a mi costado y no es tan desagradable —Uraraka se sorprendió, era la primera vez que Bakugo hablaba mediamente bien de alguien— Como sea, no estamos saliendo, simplemente me arrastro a esta estupidez. Y sobre lo que dijeron esos extras ¿Qué importa? No es como si conocieran una mierda de mí. Lo que diga la gente no cambiara nada, yo seré el héroe número uno —sonrió mostrando los dientes, Bakugo a veces podía tener una sonrisa bonita comprendió Uraraka cuando lo vio sin su entrecejo fruncido.

—Yo... la verdad es que no sé qué decir...

—¿Por qué carajos no empiezas diciéndome porque estabas ahí en primer lugar? ¿Acaso no estabas en una misión?

Uraraka volvió a suspirar.

—Y lo estaba, solo que terminamos con nuestra misión antes y luego Mist llego con este mensaje y hablo de una fiesta y luego...

—Decidiste venir —completo Bakugo, Uraraka asintió avergonzada.

—Pero para mí defensa no sonaba tan mal, además no estaba sola, yo estaba con ellas y...

—¿Y qué diferencia hay en que te dejaran sola o no a que te dejaran beber como si no hubiese un mañana?

—Espera, ellas no me obligaron.

—Soy consciente de ello, pero aun así estabas bajo su cargo y te dejaron beber alcohol siendo menor de edad.

—Oye, pero tú también...

—¿Acaso crees que bebería una mierda como esa? Seré un héroe, el jodido héroe número uno, así que no me estoy dañando los riñones con alcohol.

—Bien, pero...

—Nada de peros, escúchame, porque solo lo diré una vez, esto que paso debes decírselo a Aizawa.

—Yo...

—¿Acaso entiendes la magnitud de lo que pudo haber pasado?

—Sé defenderme —Uraraka frunció el entrecejo, Bakugo resoplo.

—Claro que sabes defenderte, estas estudiando para convertirte en una heroína, el problema no es que sepas defenderte, es que aunque supieras como hacerlo, no podrías usar lo que sabes contra simples civiles si alguno estaba siendo un completo pendejo. Ahora, si has logrado entender porque debes hablar con Aizawa entonces deja de poner esa expresión miserable en tu rostro.

—Es solo, ellas parecían agradables y...

—Que una persona sea agradable no significa que todo lo que haga este bien.

—Lo sé, pero yo decidí ir.

—Y ellas decidieron llevarte a pesar de que aún se encontraban en una misión.

—Tu...

—La misión no termina hasta que el informe de los héroes es entregado al profesor.

Uraraka gimió, encogiéndose en su lugar.

—Aizawa estará muy enojado conmigo.

—Pero no más que con ellas —sonrió, entonces Uraraka recordó lo que Camie le había dicho, sobre hacerse cargo.

—¿Tú? ¿Qué hiciste?

—Simplemente les dije algunas cosas, y si se ponen en tu contra siempre podrán corroborar la información con dos estudiantes de Shiketsu, además de la mía, claro —sonrió con arrogancia, sus ojos brillaron con intensidad, Uraraka pensó que era bueno no estar en el lado malo de Bakugo, ahora conociendo que tenía uno. Uraraka se quedó mirándolo en silencio, la luz del sol que se filtró por la ventana se posó sobre él, por un momento su imagen pareció etérea, casi encantadora, recordando así la vieja charla de chicas que había tenido, Bakugo no parecía un buen prospecto para novio pero, en ese momento, cuando Bakugo sonrió mostrando los colmillos él casi lo parecía— Así que deja de darle tantas vueltas al asunto cara redonda ¿O es que me equivoque en juzgar el tipo de persona que eres?

—Espera ¿Qué...?

El silbato sonó y con ello Bakugo se alejó, para dirigirse a la salida.

—Oye, ¡Date prisa!

Uraraka se levantó deprisa, tomando la bolsa, corrió tras de él.

✦ ── ⋆✩⋆ ── ✦

—¡Ochako, regresaste! ¡¿Cómo fue tu misión?! —saludo Hagakure, Bakugo paso por su costado con el entrecejo fruncido y mala cara, sin detenerse— Parece que alguien se despertó de mal humor —se burló— Ha estado todo el día así, como un león enjaulado, ni Kirishima pudo apaciguar su mal humor, ahora que lo pienso parece que se encontraron en el camino, de seguro fue algo desagradable ¿No es así?

—En realidad —una sonrisa se perfilo en sus labios— No es tan malo —rio y dicho esto avanzo— Lo siento Hagakure, tengo que ver al profesor Aizawa, te prometo que hablaremos de esto más tarde —y sin más Uraraka se fue.

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