
(Cap 4)**¿ QUÉ ES UN BESO?**
Ah sido una semana bastante larga. El doctor me ah realizado otra serie de extensos análisis, yo diría que interminables. Al menos a partir de ahora solo tendré que ir una vez por semana al hospital, que es mi sesión de quimioterapia. La verdad no tenía ni idea de cómo sería, pero no fué una experiencia tan mala después de todo para ser mi primera vez, solo que para administrar la quimio en vena, utilizaron un catéter, y odio las agujas, ni siquiera tengo un solo tatuaje en mi cuerpo porque me aterra la idea de tener una aguja picandome poco a poco mi piel.
Conocí a un señor, su nombre es Borys, tiene setenta y cuatro años, pero sonríe como si tuviera veinte, padece de leucemia, pero al menos... él tiene esperanzas de vida. Hicimos un trato, le prometí que si terminaba su tratamiento completo y se curaba, le presentaría a la señora María, sí, la abuela de mi mejor amigo— si se entera de que le ando buscando novio a su abuela, me mata— el aceptó, pero a cambio si yo me recuperaba del todo, me llevaría a la cosecha de marihuana medicinal que tiene junto a su hijo mayor— no sabía que se podía plantar marihuana, menos medicinal— y yo acepté por supuesto, como decirle que no, a eso.
Por otro lado, eh tenido la mejor semana de mi vida, no eh parado de hablar con Elizabeth, e incluso creo que ahora somos inseparables, aunque tampoco es que pueda hacerlo a estas alturas, no quiero hacerlo, por la simple razón de que la necesito en mi vida.
Sí, yo también lo creo, Ben estaría orgulloso de lo romántico que estoy últimamente.
Hoy pasaría por ella para llevarla a mi segundo lugar de la lista. Tachammm " El cine".
Me dijo que nunca había ido a uno, porque siempre son lugares llenos de personas respirando y contaminado el ambiente, o eso creo que fué lo que le dijeron sus padres, pero seguíamos rompiendo las reglas, así que la peli no podía esperar.
Está vez Ben no nos pudo acompañar, tenía una cita especial con Agatha, pero no era del todo malo, porque de cierta forma, nuestra salida también sería como una segunda cita, o tercera, ya ni sé.
Habían varias películas par escoger, pero mi querida compañera prácticamente me obligó a entrar a la sala donde pondrían "Beetlejuice", sí genial no, pues yo quería morirme del aburrimiento, pero por ella, vale... lo acepto.
— ¿Te está gustando la peli Ash?
¿Que si me estaba gustando la peli? Joder, a ella no puedo mentirle, pero me estaba aburriendo realmente.
— Sí, está buena.
Vale... que solo era una mentirilla.
— Sí, ya lo puedo ver.
Ella sonrió y volteó hacia la gran pantalla, donde seguía la película.
— Voy a por palomitas ¿ Se te apetece algo?
— Sí por fa, tráeme unas y un zumo de manzana.
Como ya estoy acostumbrado, me colgué mi concentrador y salí de la sala a por las palomitas. La chica de la cafetería me observaba desde lejos, con una de esas sonrisas que en unos meses atrás significaban: " vamos a la cama", pero luego vió que de mi nariz salían dos mangueritas conectadas a un dispositivo y su sonrisa desapareció, vale, lo entendí.
— Hola, ponme dos botes de palomitas y dos zumos, uno de manzana y el otro de...
— Naranja— había sido interrumpido por una voz que me resultaba familiar, una voz que miles de veces ya había escuchado— ¿Sigue siendo tu favorito Asher?
Laura mi ex novia, estaba sentada en una de las mesas de la cafetería, ni siquiera le ví al llegar. Ella estaba reluciente, como siempre, ese cabello rubio y esa figura de modelo daba mucho que desear, pero eso ya no me interesaba, por primera vez podía decir que por fin ya había pasado esa página. Laura, ya no era irrelevante en mi vida.
— Hola para tí también Laura.
— Has cambiado mucho Asher ¿ Que te sucedió?
A ella no le daría ese privilegio.
— Nada importante, solo unas crisis de asma.
— Umm ya puedo verlo. Que bien que cortamos, no cargaría con un enfermo a estas alturas de mi vida.
Yo la conocía bien, sabía que solo quería molestar y provocarme, pero no lo conseguiría, una chica bonita y pelirroja me esperaba.
— Aquí tienes— la chica de la cafetería me entregó mi pedido con total rapidez, de seguro pudo notar que ya estaba algo incómodo.
— Adiós Laura.
—Hasta luego Asher.
Volvía a la sala con las palomitas y los zumos. Eli seguía tan ensimismada con la película que ni la molesté, pero yo me dediqué a comerme todo el bote de palomitas.
Al terminar la película salimos al living, donde se encontraban unas pocas gentes, cada quien en lo suyo, pero entre esos grupos, estaba el de la rubia molesta de hace unos minutos, y como si no le bastara, se estaba acercando a nosotros.
— Hola de nuevo Asher, que bonita sorpresa ¿ No nos vas a presentar?
No era momento de risas, pero admito que quise hacerlo al ver la mueca que puso Elizabeth cuando vió a Laura. Tenía que hacer algo definitivamente.
— Laura ella es Elizabeth, Beth ella es Laura, una vieja amiga.
— Y su ex.
Beth en su mente pareció atar cabos, así que solo le siguió el juego a la rubia.
— Oh que modales los míos, un placer bonita, Ash me habló mucho de tí.
¿En serio, lo había hecho?
— ¿En serio?
— Sí por supuesto, me ah dicho que los peores polvos de toda su vida los ha hechado contigo y que besas fatal, siempre tenía que curar sus labios de las mordidas que le dabas con tus enormes dientes.
Vale, ahora sí que no aguanto la risa. Elizabeth estaba firme, esperando la reacción de la rubia, pero esta estaba encolerizada totalmente, sí, mi muerte estaba cerca chavales.
— ¿Has dicho eso Asher?
Yo no podía defraudar a mi compañera, así que asentí. Laura notablemente molesta, dió la espalda y se fué con su grupo nuevamente.
Al momento, Beth y yo nos hechamos a reír, ese había sido un buen plan no planeado, para alejar a la víbora.
— Eso ah estado genial, a mí no se me habría ocurrido algo mejor.
— Digamos que... tengo mis métodos. Mamá me enseñó que de vez en cuando tenemos que sacar las garras.
— Pues has estado brutal. Si te digo que me eh puesto cachondo ¿ Me creerías?— le sonrío perversamente.
— Ash, creo que mejor te llamo a la rubia y así te sigue con tu cachondeo.
— Que era broma joder-me echo a reír y ella me golpea suavemente el brazo.
Aún era temprano para volver a casa, así que nos fuimos a un parque que estaba cerca del cine.
— Oye Beth, quería preguntarte... ¿Qué quisiste decir el otro día con que morirías al haberme conocido?— fuera lo que fuera, la ponía de los nervios, porque estaba toda roja de la vergüenza— Venga que no es obligado responder, es solo si tú...
— Te quiero Ash.
¿Qué? ¿Es cierto lo que acabo de escuchar? Creo que estoy soñando, venga ya, que es un libro, no una serie de Netflix, así que favor de darle más suave con las emociones.
Y ahora ¿Qué se supone que debo responder?
— Vaya, a eso le llamo yo ser directo.
Bueno ahora sí que la cagué, ella seguía ruborizada, yo la estaba poniendo más incómoda de lo que ya estaba.
— Desde ese día, en la parada de autobús, todo el camino a casa fué pensando en tí, y en la perspectiva de tener novio algún día, uno como tú, pero luego mis animos recayeron, porque volví a la realidad, a mí realidad, a esa en la que no soy una chica normal, que pueda tener un novio que la acepte con todo y su jodida enfermed...
No la dejé terminar, mis labios estaban atrapando los suyos. El beso más sutil, encantador y tierno que había dado en toda mi vida. No sabía que con un simple beso se podían sentir tantas sensaciones a la vez, no sabía que existían colores detrás del acostumbrado paisaje oscuro que vemos al cerrar los ojos, no sabía que existían esencias que revolvieran mis sentidos enviando descargas de felicidad por todo mi cuerpo, sí, era algo nuevo y hermoso, algo intangible, imposible de romperse. Si eso era el amor... quería quedarme ahí para siempre.
Ambos nos separamos lentamente, podía escuchar los latidos de su corazón a toda velocidad, estoy consciente de que fué algo bastante suave, pero la agitación no era por ese beso, sino por todo lo que nos hacía sentir.
— Este... creo que ya es un poco tarde, vamos te llevo a casa.
— ¿No dirás nada verdad?
Ella no se daba por vencida jamás y yo básicamente, me quedaba sin respuestas coherentes, ella me ponía muy nervioso.
— Si te dijera que fué amor a primera vista, me dirías que soy cursi, así que mejor mantengo mi imagen de chico malo, ya sabes, hay una reputación que mantener.
Ella se echó a reír, y eso fué suficiente para acabar con mi estabilidad mental. Eso no era un simple gusto, yo me había enamorado de ella.
— ¿Entonces también me quieres?
Sí, tendría que darle otro beso para convencerla de que en realidad lo que siento por ella va más allá de un simple querer.
— No te quiero Elizabeth, porque querer es esperar, es apegarse a las cosas y a las personas desde nuestras necesidades, es muy diferente a cuando amas a alguien, porque amar es darte un lugar en mi corazón para que te quedes eternamente.
Es una cita del primer libro que leí, "El principito", fué un regalo de papá en mi cumpleaños número once, tantas palabras rebuscadas y frases que ah medida que voy creciendo cobran vida, comienzan a tener sentido todas y cada una de sus líneas. Sinceramente, no creo que sea un libro escrito para niños.
Al menos mi respuesta logró convencerle, siguió ruborizada, tanto que a penas podía notar las pecas de su rostro, pero estaba feliz, sonreía como si la vida dependiera solo de eso que nos unía y se llamaba amor.
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