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Capítulo 26
El enojo era lo que más predominaba en ese momento el área donde todos los presentes prestaban atención a lo que se estaba avecinando.
— ¿Qué se supone que haces aquí, mamá?
TaeHyung fue el primero en hablar después de tanto tiempo de silencio; definitivamente su cumpleaños acababa de terminar. Todos observaron curiosamente hacia la señora pelinegra que había entrado sin permiso a la casa.
— Mi pequeño Tae.— se acercó al mencionado, estiró su mano con el objetivo de acariciar las mejillas de su hijo, sin embargo este apartó el rostro.
— Vete, no te quiero aquí.
— No seas así con ella.— se interpuso NaRi ganándose una mala mirada por parte de su novio.
— ¿Sabes el daño que esta bruja me ha causado?— se queja el pelinegro.
— Pero tal vez tenga algo importante que decirte, Tae.
— No creo que sea así, NaRi.
— Hijo-
No la dejó terminar de hablar, ya que rápidamente su hijo menor protestó.
— Yo ya no soy tu hijo.— por su tono de voz se pudieron percatar de que la cosa sea muy seria.— Dejé de serlo el día en el que me dijiste que mientras me gustaran los hombres, para ti no existía.
Todos los presentes agrandaron sus ojos a más no poder; SeokJin se interpuso entre ambos.
— Deben detenerse los dos.
— Pero...— la señora apartó a su primogénito para acercarse a su tercer hijo.— Sé perfectamente que tú ya no gustas de los hombres. ¿Cierto, NaRi?— ambos miraron a la mencionada.
— ¿Qué?— interrogó TaeHyung observando perplejo a su amada chica.
NaRi, sin saber que decir exactamente, prefirió callar ya que temía que si hablaba terminara arruinando más todo. No quería terminar metiendo muchísimo más el asunto.
— ¿Por qué le preguntas a ella?— vuelve a preguntar el pelinegro.
— Es tu novia, ¿no?
— ¿Y eso qué tiene que ver?
NaRi vuelve a ser el centro de atención; TaeHyung la observa directamente mientras escucha las palabras de su madre.
— Porque yo le pedí que te enamorara y que de esa forma yo te vería-
— ¿Qué dices?— la interrumpió su hijo menor.
— Tae, te juro que eso no es así.— interviene NaRi al notar que la mirada de Tae estaba fija en ella; pero lo que más notó fue su brillo de decepción.— Deja que te explique.— se acercó a Tae llevándose un empujón por parte de él.
— Creía que tú me amabas.— dijo TaeHyung con sus ojos cristalizados.
— Yo te amo, Tae por favor, déjame que te expli...
— ¡No quiero saber nada de ti!— la interrumpió.— Quiero que te largues inmediatamente de este departamento y de mi vida.
El silencio reinó por unos escasos segundos. La había cagado, pero nunca lo hizo con mala intención. Y ahora se ha ganado el odio del hombre que ama.
— TaeHyung, creo que deberías dejarla habl-
— ¡No tengo que escuchar nada!— interrumpió lo que sea que su hermano diría.
HoSeok se acercó a su amiga para darle el apoyo que necesita.
— Vámonos, puedes quedarte en mi apartamento.— ofrece el pelirrojo. Intenta guiarla hacia su habitación para que comenzara a recogerlo todo, sin embargo, no contaba con que su amiga se negara.
— ¡No!— vociferó.— TaeHyung, por favor. Debes escucharme.— se adhiere a su brazo, éste la miró mal.— Tae, ella me lo pidió, no quería acceder per-
— Pero accediste.— la empujó.— Lárgate de aquí, no quiero volver a verte más.— caminó hacia su habitación y se detuvo en el marco de la puerta.— ¡La fiesta acaba de terminar! ¡Largo!
Y tras dar un portazo, cerró la puerta de su habitación. YeonJun y SeokJin se acercaron a la castaña quien solo derramaba lágrimas silenciosas.
— Ey, cabeza de guanábana.— llamó el pelinegro mayor.— No te preocupes, se le pasará.
— Cierto, no te preocupes.— habló esta vez YeonJun.
NaRi solo apretó la tela de su falda de vuelitos que llevaba hoy puesta.
— No entiendo por qué se enfadó de esa manera.
Y esa sola frase desató que la furia de SeokJin saliera a la luz.
— ¿Qué tú no tienes vergüenza?— explotó su primogénito.— No solo vienes después de mil años sin ver a tu hijo y de tratarlo como basura, sino que arruinas su cumpleaños, su relación con NaRi y su maldita tranquilidad. ¿Para qué? ¿Para sentirte satisfecha sabiendo que es hetero?
— A mí no me hables así, SeokJin.
— ¿Y cómo mierdas quieres que te hable? Mis respetos no los mereces, acabas de arruinarlo todo.
— Tranquilo, Jin.— habló por fin la castaña— Estaré bien.
Caminó hacia su habitación para buscar sus cosas y abandonar el lugar que había sido su hogar desde hacía un par de meses atrás. Agarró su enorme maleta que estaba vacía debajo de su cama, abrió su closet y sin molestarse en doblar la ropa o algo similar, simplemente guardaba prenda tras prenda y listo. Y en poco tiempo, ya había dejado todo vacío, dejando solamente sus cortinas de florecitas. Tomó su chelo y salió de la habitación, ya ahí no quedaba nadie, únicamente Jin y su adorado amigo Hobi.
Estos dos se acercaron a la castaña en cuanto la vieron.
— NaRi, no debes irte. Mi hermano solo es estúpido y eso lo abes; estoy seguro que cuando se calme le podrás decir las cosas como sucedieron.
En cambio, NaRi sin molestarse en hablarle le dio una sonrisa de laba su querido SeokJin, quien le había dado tantas sonrisas. Estiró su mano hacia el pelinegro, él notó su puño cerrado, y con el seño fruncido juntó sus manos, entonces la castaña dejó caer sus llaves encima de estas.
Entonces SeokJin comprendió que realmente se iría.
— Pero, cabeza de guanábana. ¿Te irás de verdad?
— Ya lo oíste.— su voz salió ronca.— No me quiere aquí, y yo no soy quien para obligarlo a tratar con alguien que a la vista no quiere cerca.
— NaRi...
— Adiós y, espero volver a verte, Jin
•••
— Ya verás que aquí estarás muy cómoda.— intentó animarla el pelirrojo cargando una enorme sonrisa.
Ambos entraron al departamento de Hoseok, todo estaba perfectamente ordenado. Para ser un departamento donde solo viven hombres no parecía tan mal. NaRi, por otro lado, permanecía totalmente en silencio, con rostro inexpresivo y apretando de cuando en vez la correa de la funda de su chelo. A su amigo le parte el corazón ver a un ser tan lleno de luz como ella, de esa manera tan opaca.
— Bueno, YoonGi aún no sabe que estarás aquí.— intentó sacar conversación a su amiga.— Pero seguro estará encantado de saber que pasarás un tiempo con nosotros. Yo puedo dormir en el sofá, no te preocupes por los gastos ni nada. eres mi invitada.
Pero NaRi prácticamente no lo escuchaba. Recostó su chelo en un mueble cercano y se dejó caer encima del sofá del salón; se derrumbó con todo derramando lágrimas, cubrió su rostro con sus manos. Su cuerpo tenía espasmos debido a su llanto. ¿Por qué?¿Por qué pasó todo esto? Es cierto, no estuvo bien que le ocultase a TaeHyung lo que su mamá le había pedido hacer, sin embargo, ella nunca lo sedujo ni hizo nada para gustarle.
Hobi la miró con semblante triste y lanzó un pesado suspiro bastante sonoro, pero demasiado inaudible para ella. La puerta principal fue abierta dejando ver a un chico pelinegro con lentes de pasta color negros cargando con unas bolsas que tenían la compra del mes –es decir, ramen, sopa extantánea y cereales (para su desayuno), ya que es lo único que sabían hacer ambos sin quemar la cocina–. Se detuvo a medio camino cuando notó la tristeza en la mirada de su amigo, observó a donde este miraba y su expresión pasó de alegre a confusa. Pero, no se atrevió a preguntar por qué la chica de bonita sonrisa estaba llorando en su sofá.
— No preguntaré que sucede.— dijo al acercarse a Hoseok.— Estaré en la cocina guardando lo que compré.— el pelirrojo hizo un asentimiento con su cabeza, luego YoonGi se alejó a pasos lentos.
Tras un sonoro suspiro, el chico de cabello rojo caminó hacia el sofá y, entonces, dubitativo tomó asiento al lado de la castañita lentamente. La atrajo hacia él y abrazó a su amiga mostrándole que podía desahogarse con él. Aunque Hobi lo sabía, NaRi también lo sabía; desde que eran unos niños siempre se apoyaron mutuamente, de hecho, sólo él sabía lo que a ella le había sucedido, y de hecho, él mismo le puso un alto a todo.
— ¿Por qué, Hobi?— susurró la muchacha.— Yo no quise arruinarlo. Yo lo quiero mucho. No quiero perderlo.
Hoseok mordió su labio inferior buscando las palabras correctas para que su amiga deje de sentirse culpable; porque ya había entendido que ella únicamente sentía culpabilidad por hacerle una promesa a alguien que solo se interesaba por su propio orgullo familiar. Acarició el suave cabello de su amiga (casi hermana) e inhaló aire profundamente antes de decir cualquier cosa.
— Pequeña.— comenzó.— No es tu culpa, yo sé que lo quieres y mucho. Todo es un malentendido.— intentó sonreírle cuando la separó suavemente de él, NaRi tenía espasmos debido a su llanto que ahora se encontraba un poco más calmado. Continuó hablando el pelirrojo— Estoy seguro que cuando Tae se calme podrán hablar y entenderse, todo se aclarará.
NaRi sabe lo orgulloso que es el pelinegro, de hecho, dudaba demasiado que el chico quiera dejarla explicarse. Pero por un momento quiso aferrarse a esas palabras de su amigo y confiar que pronto todo sería aclarado.
— Él solo dijo esas cosas porque tenía la cabeza caliente.
La castañita buscó los ojos oscuros de su amigo y sonrió levemente. Aunque no detonaba su alegría común, al menos estaba feliz de que su amiga sonriera.
Pero, ninguno de los dos pensó en que a lo mejor el pelinegro de lentes estaba escuchando todo detrás de una pared cerrando sus puños con cierto enojo. No estaba seguro de lo que sucedía exactamente, sin embargo todo tenía que ver con Kim TaeHyung. Como siempre.
Hola hola.
Sí, ya sé, me desaparecí del mapa por un largo tiempo. Pero estoy atravesando unos problemas personales que me hicieron sentir muy mal. Alguien importante para mí terminó lléndose.
Ya me siento mucho mejor e intentaré acoplar mi horario de la universidad y estudios fuera de ella con mi tiempo de escritura.
Nuevamente, lamento mucho la demora en actualizar, de verdad que lo siento mucho. Pero cuando lo intentaba simplemente miraba la pantalla de mi laptop y no salía nada.
Y bien, me despido, espero que les guste y nos leemos pronto.
¡Bye!
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