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24

Capítulo 24

*Esto es un capítulo sentimental*

(Este capítulo contiene escenas subidas de tono, así que por favor, sean respetuosos y ahorremos esos comentarios inoportunos. No es sexo explícito, simplemente se trata de narración de hechos. Simplemente no lo lean y esperen por el próximo capítulo en caso de no gustarles la idea y punto. Gracias por leer y espero que les guste)

Besos, pasión y entrega

Ya NaRi por fin había llegado a su departamento, ese que comparte junto a TaeHyung (a quién aún no había visto). La chica castaña dejó sus llaves con llavero de Doramon encima del mueble de la entrada. Por fin ya se encontraba en Seúl después de haber tenido unas navidades tranquilas junto a su madre y hermana, a quienes había prometido regresar pronto.

— ¿Tae?— inquiere la joven al llegar a la sala— ¿TaeHyung? ¿No estás en casa?

— Estoy aquí.— saludó sonriéndolea la hermosa jovencita que sus ojos veían justo ahora.

Lo cierto es que TaeHyung estuvo solo en Navidad, y aunque tuvo planes nunca los confirmó y por tanto, no asistió a ninguno de ellos. Pasó sus fiestas completamente solo ya que su “ adorado hermano” Kim SeokJin prefirió irse con su novia por ahí dejándolo aburrido y abandonado n su departamento. Por tanto, lo iba a matar. Oh, pero por supuesto que lo haría, su hermano es un inconsciente sin corazón –al menos de esa manera lo ve TaeHyung, en su mente se siente traicionado por el muy hijo de %#$¶¢€ de su "adorado hermano"–

Y mientras él estuvo solito, NaRi estuvo compartiendo tiempo de ocio con su familia y los vecinos cercanos, pero por supuesto, esto no se lo dirá al pelinegro que justamente tiene en frente.

— ¿La pasaste bien en la casa de tu familia?— pregunta TaeHyung curioso.

— La verdad es que si, la pasé muy bien y me divertí muchísimo. Pero me hubiese gustado tenerte presente.

¿Qué significa esa mirada, Tae? Una que sin duda alguna altera los sentidos de NaRi quien se estaba comenzando a sentir demasiado intimidada y chiquita ante los orbes oscuros del pelinegro.

— ¿Gustas ver alguna cosa en la televisión?— interroga nerviosa la castaña. La mirada de Tae estaba comenzando a causarle estragos. ¿Debería comentarle lo que le sucedió en el pasado?

— Me gustaria mucho más verte desnuda.— sin rodeos.

La mandíbula de NaRi casi cae al suelo por la sorpresa al escuchar esas palabras por parte del pelinegro.

— ¿No te gustaría besarme, NaRi?— dio un paso hacia adelante, mismo que ella retrocedió a la velocidad de la luz.

¿Besarlo?

Si antes se le cayó la mandíbula, ahora se asfixiaría. Nunca había visto a TaeHyung de esa manera, y además de tomarla desprevenida teme ser juzgada debido a...

— Espera, Tae.— lo retuvo  apoyando con delicadeza su mano derecha encima del pecho de él.

Notó lo acelerado de los latidos de TaeHyung y tragó con fuerza.

— ¿Qué pasa? ¿Dije algo malo?— preguntó en tono asustado. Lo último que él deseaba era hacerla sentir mal. A ella no, ella es demasiado especial como para hacer eso.

— No.— negó con su cabeza rápidamente.— Es que yo...no me siento lista.

— Lo sabía, hice algo mal. Te molestó lo que dije hace un momento.

Ella sonrió ante el lindo gesto del muchacho.

— Te dije que no, no has echo nada.— mordió su labio inferior buscando la manera más correcta para decirle lo que tanto tiempo le costó superar.— ¿Recuerdas que el otro día tuve un ataque de pánico frente a un sueño vívido que tuve?

Tae frunció su seño.

— Sí, lo recuerdo.— asintió frenetícamente.

— Me pediste explicasiones y te prometí que te lo contaría después.— tomo aire y encaró a Tae.— El momento acaba de llegar, te lo contaré todo.

Por algún motivo el vello capilar del pelinegro se erizó.

Ambos se quedaron en total silencio, por motivos diferentes, obviamente. TaeHyung se quedó callado debido a que estaba atento a lo que sea que esa hermosa castaña le diría, y por otro lado, NaRi se encontraba buscando las palabras correctas para evitar ser malinterpretada. El pelinegro solo estaba asustado ya que por su mente solo pasaban pensamientos malos, ¿a caso quería dejarlo y seguir como amigos solamente? No, eso no podía ser.

Los dos tomaron asiento encima del sofá del salón.

— Verás, TaeHyung...— ese tono no le agradaba para nada al pelinegro.— Cuando era pequeña, mis padres siempre tenían problemas ya que el donador de semen que se hizo llamar mi padre era un ladrón, se metía en constantes eleas y siempre llegaba tarde a casa.— Tomó aire antes de continuar— Una noche, mi madre tardaría en llegar de su trabajo porque tenía que cerrar el negocio ese día.— pasó saliva, de nuevo se sentía ese incómodo nudo en su garganta.— Mi mamá siempre me decía que debía esconderme cuando papá estuviese en casa, y eso hice... pero...

FLASHBACK

Me encontraba viendo televisión, ten´ia que divertirme en algo en lo que mi mamá llegaba del trabajo. Esa tarde había llovido demasiado, por tanto me quedé en casa en lugar de salir a jugar con mis amigos, tenía 9 años en esa ocasión. Noté que había movimiento afuera, así que me asomé por el cristal de la ventana del salón principal de casa. Pude percatarme de que se trataba de mi padre que estaba debajo de la lluvia, nuevamente discutían, pero esta vez ya había descubierto el por qué peleaban tanto.

Al ver que ese hombre entraría a casa, corrí a esconderme en mi habitación.

Escuché en la planta baja dos voces, una muy enojada pidiendo a gritos demandantes que le dijera en dónde se encontraba su “hija" y por qué no aparecía. Yo me escondí dentro del armario, y obedeciendo a las palabras de mi madre, guardé total silencio. Tenía muchísimo frío, estaba lloviendo a cántaros nuevamente, los truenos hacían que me atemorizara aún más; mis pies se encontraban helados, todo estaba oscuro, y yo de tonta solo pude llorar silenciosamente mientras escuchaba el sonido que repentinamente había surgido. Inmediatamente me pregunté si mamá se encontraba bien, pero aún así no me atreví a salir y comprobarlo por mí misma. Parpadeé reiteradas veces observando por la ventanilla de la puerta de mi armario, esta yacía entrecerrada.
Escuché nuevamente los gritos, pero esta vez eran de mi mamá, parecía sufrir mucho, cosa que me tenía muy mal. Cubrí mi boca al oír la voz de ese sujeto preguntando por mí, pero había escuchado un estruendo, sin duda alguna, ese hombre había golpeado a mamá.

¿Dónde está?

No te lo diré.— otro golpe se escuchó—Eres un maldito...

¿Ah sí? Te mataré si no me dices dónde está.

Yo, totalmente atemorizada desobedecí a mamá. Pero no podía escuchar sus gritos de dolor y quedarme así como así; lancé un grito lo más alto que pude para que ese sujeto me prestara atención solo a mí y dejase a mi madre en paz. El sujeto me escuchó rapidamente, y la idea de salir del armario e irme a esconder en otra parte me invadió, y seguramente todo hubiese funcionado de no ser porque él me encontró justo cuando abrí la puerta del closet.

Me topé con su sonrisa, una sonrisa muy sádica la cual nunca le había visto.

Mi linda NaRi, no te haré daño.

Lo miré totalmente horrorizada, me tomó bruscamente por uno de mis bracitos y me lanzó con brusquedad hacia encima de mi pequeña cama. Se me lanzó encima y pude sentir esa enorme peste a alcohol que traía encima.

FIN DEL FLASHBACK

— Y esa noche él abusó de mí.— TaeHyung no pudo creer lo que le acaba de confesar.

El silencio invadió el lugar, el bonito rostro de la chica se encontraba empapado por las lágrimas que bajaban sin cesar ni un poco. Y sí, lo que TaeHyung hizo luego de eso fue abrazarla tan fuerte para que ella supiera que él no permitirá que algo tan atroz le vuelva a suceder. Aún procesaba todo, su dulce NaRi ha atravesado por el abuso sexual, por muy descabellado que le pareciera, tenía sentido para él ya que la chica a veces tenía actiitudes exrtrañas que de vez en cuando se le notaba incómoda.


— Eso es el pasado, no te volverá a suceder, te lo prometo.— afirma el pelinegro.

— Descuida, es algo que superé y...

— ¡Imposible! Algo así no se olvida de la noche a la mañana por mucho tiempo que transcurra, NaRi.

Pero Tae la entendía a pesar de no conocer acerca del tema o no haber atravesado por eso. TaeHyung la entiende y hará lo posible por nterrarle esos malditos recuerdos que hacen llorar a NaRi.

— ¿Qué le sucedió a ese maldito?— preguntó cuando se alejó levemente -manteniéndola cerca suyo-

NaRi secó un poco de humedad de sus mejillas, sorbió su nariz y observó los ojos cafés que la miraban con preocupación.

— Abusó de mí durante dos meses (los peores meses de mi vida) y luego de eso...mamá por fin se atrevió a denunciarlo, no supe nada más sobre él desde ese día.— agachó su cabeza sintiendo que no podía mantenerle la mirada a Tae.

Este al notar la vergüenza de la chica, tomó con delicadeza de su mentón haciendo que lo mire.

— No tienes porqué sentirte así, no fue tu culpa.

Y ante esa compremsión que le ofrecía, NaRi supo que había valido la pena contarle absolutamente todo, porque sabía que él es incapaz de traicionar su confianza.

— Ahora si me gustaría besarte, Tae.— el mencionado abrió un poco más sus ojos y analizó mejor la expresión del angelical rostro de la muchacha. Y no, no estaba mintiendo.

— ¿No te molesta?— preguntó dudoso.

— No tiene por qué, tranquilo.

Ambos se sonrieron genuinamente, y ya las palabras no serían del todo necesarias. TaeHyung atrapó los labios de NaRi uniéndose en un cálido beso lleno de amor genuino. Porque el amor había surgido en los dos de la manera más pura posible.

El pelinegro la atrajo hacia su cuerpo colocando una mano encima de su nuca para profundizar ese apasionado beso. La chica soltó un jadeo al recibir por parte del contraio una mordida candente en su labio inferior; jadeo que le provocó demasiados estragos en su interior, además de sentir la presión en su entrepierna, pues es humano y no le es para nada indiferente a las acciones de la castaña.

Intentando contenerse lo más que pudo cargó delicadamente a la joven sin dejar de besarse, NaRi cruzó sus piernas alrededor de la cintura del pelinegro quien la condujo a ciegas hacia su habitación –de TaeHyung– con el único próposito de hacerla suya y proegerla; porque ella es demasiado especial, y las cosas especiales deben ser resguardadas de todo mal exterior en una caja de cristal irrompible con doble cmbinación.

Depositó con delicadeza el cuerpo de la castaña encima de su cómodo colchón y comenzó a repartir besos por la fina piel de su cuello, descendiendo muy lentamente, como si su bulto no doliera para nada. Poco tardó la ropa en desaparecer. Los labios de TaeHyung recorrieron el cuerpo de la castaña sacándole de vez en cuando algún que oro leve gemido.

Se ubicó entre sus piernas probando sus jgos con su lengua, succionando levemente. NaRi se agarra a las sábanas y arquea su espalda sintiendo esa presión en su vientre bajo; después de lograr llegar a su primer orgasmo de la noche siguió con su viste los movimientos del pelinegro quien rebuscó entre los cajones de un mueble cercano a su cama.

NaRi pudo reconocer rápidamente de que se trataban esos paquetitos. «Preservativos»

Abrió el paquetito y sacó el preservativo de este, algo impaciente se lo colocó por fin y se volteó hacia la castaña con una sonrisa demasiado sensual que enloquecería a cualquiera.

— Si quieres que me detenga, simplemente dímelo.— su voz salió demasiado grave. NaRi asintió en respuesta.

Lentamente entró en su interior ganándose las uñas de la chica encajándose en la piel de su espalda.

Y esa noche, en la oscuridad de esa habitación que contaba con su puerta entreabierta, una leve luz entrando por la ventana, dos jóvenes que se amaban profundamente sellaron su amor, siguieron el hilo rojo que los llevaba a un futuro totalmente desconocido en donde la tragedia comenzaría a mezclarse en sus vida, interferir con sus sentimientos torciendo ese frágil hilo color rojo que hoy los une en cuerpo y alma.

***

Canción del capítulo: Let Go de BTS.

Sí, lo sé, me extrañaron, bebés

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