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Capítulo 23

Una Semana después...

— Y esto ha sido todo por hoy, espero que tengan un buen y próspero años nuevo.— habló la mujer y les dio una última sonrisa.

NaRi suspiró con cierto alivio, por fin las clases habían terminado. Pronto sería navidad y debía visitar a su querida mamá a Busan. Además de eso, debía comenzar a buscar un apartamento para RiNa ya que el próximo año comienza su primer año en la Universidad de Seúl, la chica tiene sus cosas en Seúl en la habitación de NaRi hasta que pudiera terminar su último año de preparatoria.

La castaña recogió sus cosas de encima del escritorio, acomodando todo en su pequeña mochila. Miró a su lado derecho, Taehyung ya se había ido, JiMin y Chaeryong ya estaban esperando a la chica.

— Ya estoy lista.— habló la castaña con cierto tono triste. Acomodó su mochila en su hombro y recogió su chelo colgándolo de su hombro libre.

— NaRi, iré con Jessica y JiMin a buscar los regalos para navidad. ¿Te gustaría venir con nosotros?— habló la chica de cabello caoba sonriendo animada.

— ¿Ah?— sacudió su cabeza despertando.— ¿Comprar regalos? Mmm, bueno. No pasaré navidad aquí con ustedes, pero está bien. Así le compraré algo a mamá.

— Es cierto, SeokJin me había dicho que tú irás a Busan para las fiestas, creía que saldríamos juntos todos, pero no importa, estarás con tu familia.— habló el rubio mostrándole una sonrisa encantadora.

— Oh cierto.— se impresionó Chae.— Acá en Corea no se celebra la Navidad como en Inglaterra.— puchereó.

— ¿Ah no?

— No.— negó.— Allá se monta un arbolito de Navidad, se colocan calcetines en las chimeneas para que Santa Claus coloque dentro caramelos, se hacen cenas familiares. Son épocas donde debes disfrutar con la familia.

— Oh.— ambos chicos se asombraron.

— ¿Qué harás para Navidad entonces, Chae?— preguntó JiMin.

— Seguramente mi papá quiere que pasemos la Navidad allá en Inglaterra, espero que sea así.— explicó tranquilamente.

Ya los tres estaban en la salida de la universidad.

— ¿Y tú JiMin?— preguntó NaRi.

— Bueno, lo más seguro es que vayamos a Londres todos, para visitar a JiWoon y pasarlo en familia.— explicó con tono afligido.

— Espero que se diviertan.— habló Chae.— Debo irme, tengo una cita médica, y debo preparar mi equipaje. Mañana es mi vuelo.— corrió un poco.— ¡Nos vemos el próximo año! Jimin, más tarde en el centro comercial los veo.

— También debo irme.— habló JiMin.— Tengo una cena con la familia de mi prometida.

— ¿Cómo llevas ese tema?— la castaña preguntó curiosa, apretó con cariño el hombro del rubio.

— Mal, mi padre no cambia de opinión.— suspiró cansado— Y KaLia no coopera tampoco a finalizar el matrimonio. Y lo peor es que me casaré en cuanto me gradúe el próximo año.

— Pero...¿Y Jessica?

— No me atrevo a decirle lo que siento.— rascó su nuca— Estoy comprometido, tal vez me rechace por eso, o porque no le gusto... quién sabe.

— Ey, tranquilo.— le sonrió cálidamente.— Puedes confesarte, tal vez ella no te rechace.— abrazó al rubio por unos cortos segundos.— Deberías agh...— se quejó cuando algo golpeó su hombro con fuerza haciéndola trastabillar un poco, su chelo cayó al suelo.

— Oh, NaRi, no te había visto.— dijo la rubia, se acercó a JiMin y se pegó de su brazo.

— ¿Lo hiciste a propósito?— se soltó JiMin de su agarre y ayudó a NaRi con su chelo.

— ¿Yo? ¿Por qué haría eso?— habló inocentemente.— Venía a llevarte conmigo, debes ayudarme a escoger mi vestido para la cena de hoy.— sonrió emocionada.— No puedo creer que finalmente queden unos meses para que nos casemos.— aplaudió un poco.

— No iré a ningún lado, iré a comprar regalos de Navidad con Chae y NaRi.— cruzó sus brazos. La castaña solo observaba la situación.

— No pasa nada, me iré. Tengo mi último turno del año, y luego haré las compras sola.— sonrió la castaña notando la fulminante mirada de la rubia sobre ella.

— Pero...

— Ya has oído, la chica debe trabajar por mantenerse, no todos tienen dinero como nosotros.— sonrió la rubia.

— La ofendes.

— No me ofende, es mejor ser pobre a ser una superficial.— habló NaRi.— Adiós JiMin, espero verte antes de que me vaya a Busan.

Agitó su mano y se despidió de ambos rubios. Soltó un suspiro y comenzó a caminar, realmente le incomodaban las tontas actitudes inmaduras de KaLia, pero ya se había acostumbrado. Esperó pacientemente el autobús y finalmente subió a este.

Por otro lado, ya su casa, TaeHyung se encontraba solo, hacía dos días SeokJin había regresado de su viaje de empresa, y se había ido directamente a su nueva casa. Y el día anterior recogió sus cosas, por tanto, llevaba unas horas incómodas con NaRi. ¿Tan tonto y orgulloso era que no se atreve a pedirle disculpas por el interés de la castaña en su pasado? No podría culparla a ella, solo estaba interesada en conocer esa faceta suya. Y él como siempre lo había arruinado todo. Así que tomó la decisión de pedirle disculpas de la forma más adorable posible. Durante esta última semana, al tenerla alejada, se dio cuenta de sus verdaderos sentimientos, y que realmente debía hacérselo saber a la chica. Por ello, ahora se dirigía hacia el centro comercial para comprar ingredientes para una cena romántica.

Pasó por varias tiendas en el centro comercial. Compró verduras, frutas, carne, arroz, y otros detalles. Además de comprar también velas, un juego de manteles y cubertería de plata. Ya estaba listo para regresar a su casa, pero si vista se detuvo en un hermoso puesto, muy adornado el letrero donde se podía leer “Florería Tom&Jun’’. Quizá se estaba volviendo loco, pero lo haría. Entró a la tienda y se detuvo al ver en el mostrador a una señora mayor, esta le sonrió amablemente y lo saludó.

— Buenas tardes, joven. ¿Qué puedo ofrecerle?

Él pestañeó unas pocas veces y se acercó a la anciana. Hizo una corta reverencia y observó indesciso los estantes a su alrededor.

— Veo que eres un joven indeciso, pero con buenos sentimientos en tu interior.— le sonrió.— Me recuerdas a mí difunto esposo.— observó el cuadro en su pared, había una fotografía donde estaban dos jóvenes abrazados, ella vestida de blanco y él con un lindo traje formal, esta fotografía estaba en blanco y negro, parecía antigua.

— Vine para...comprar un ramo de flores...

— Bueno, dudo que busques emparedados aquí.— bromeó la señora, Taehyung sonrió un poco menos nervioso.

— ¿Y sabes lo que pedirás? Tengo tulipanes, rosas, amapolas, violetas...

— ¿Eh? S-son demasiadas flores.— jugó con sus dedos.

— Bueno, ya sospechaba que no tenías la más mínima idea de que comprar.— agitó su mano restándole importancia.— ¿Cómo es ella?

Él se puso nuevamente nervioso, buscó una imagen de la chica en su celular y se la mostró a la señora. La señora rió rápidamente.

— No me refería a su físico, que por cierto, tienes buen gusto.— me guiñó su ojo.— Me refería a cómo es ella, su manera de ser, de actuar.

— Aaah, entiendo.— asintió el pelinegro.— Ella es... cálida. Anima todo su alrededor, siempre sonríe, aunque me regañe. Se preocupa mucho por mí, suele preguntarme siempre por mi día. Le gusta mucho la música, me gusta escucharla tocando su chelo, sobretodo me encanta verla tan concentrada haciendo lo que le gusta. Cuando se enoja se ve muy tierna, a veces la hago enojar solo porque sí con alguna pequeña broma porque es demasiado linda cuando lo hace. Cuando la observo y me observa me regala una linda sonrisa. Le gustan los niños tanto como a mí, es ...tan hermosa cuando les sonríe. También me encanta hacerla sonrojar porq...— se detuvo rápidamente al notar que había hablado demasiado.

La señora lo miró con un brillo en sus ojos, le sonrió y asintió.

— Estás muy enamorado de ella.— él rascó su nuca y luego asintió.

— Lo admito, estoy flechado con ella.

— Si Tom viviera, estoy segura de que recordaría esos lindos días donde me cortejaba. Solía rechazarlo porque nunca sé rendía, seguía intentándolo. Hasta que le di el sí, ese día rió tanto, que parecía que no había reído nunca en su vida.— sonrió la mujer.— Lástima que haya muerto.

— Lo lamento, parece que la amaba mucho.

— Solo espero reunirme con él cuando muera, lo he extrañado.— salió de detrás del mostrador y caminó hacia uno de los estantes.

Agarró unos hermosos claveles, caminó nuevamente hacia el mostrador y comenzó a cortar algunos formando un delicado ramo.

— Los claveles azules simbolizan el amor en demasía, el deseo y añoranza de reunirte con tu otra mitad, el poder de los lazos.— le entregó el ramo.— Ten, estoy segura de que a ella le encantarán.

— Gracias.— sonrió. Tomó el ramo, sacó su billetera.

— No, esto va por cuenta de la casa. Estas flores no están a la venta.— le regresó las manos al pelinegro.— Solo te pediré, que pase lo que pase, mantengas la promesa de estar con ella. Parece ser una chica especial, por tanto, me gustaría verlos algún día juntos de la mano.

— Se lo agradezco, y prometo siempre estar a su lado.— habló con total seguridad.— Nos vemos, cuídese mucho.

La mujer se despidió de él, suspiró y observó de manera nostálgica ese cuadro colgado de la pared.

— Tom, al parecer alguien si era merecedor de tus flores favoritas.

(•••)

— ¿Te sucede algo? Estás rara.— habló el pelinegro cortando unos limones.

— No, no pasa nada.— sonrió la castaña, pero era evidente que si le sucedía algo.

— NaRi. Sabes que puedes confiar en mí.

— YeonJun, ¿crees que...es posible...que una persona cambie de parecer de la noche a la mañana?

— Demasiado posible.

— ¿Incluso de sus sentimientos?— preguntó nuevamente. El chico dejó el cuchillo a un lado y la miró, ella tenía su vista fija en sus blancos dedos como si fueran lo más interesante del mundo.

— NaRi, deberías saber que los sentimientos no son decisiones, solo existen y nos hacen ser lo que somos.— habló el chico con tranquilidad.— Si crees que TaeHyung no siente lo mismo por ti, ¿por qué no le preguntas?

La chica saltó en su lugar.

— ¿T-taeHyung? ¿Q-quién es ese?

— Ya, no comiences con tu teatro.— sonrió el chico, negó de forma divertida.

— ¿Cómo sabes que hablaba de él?

— Porque es el único idiota que se le ocurre hacer entristecer a mi amiga.— habló con un fingido enojo, NaRi rió divertida.— Si crees que las cosas no avanzan, deberías hablar con él; tal vez se solucione o se termine todo. Pero lo importante, es dar el paso.

— Tienes razón, debería...— achinó sus ojos.— ¿Qué hace SeokJin aquí?

Ambos fruncieron el seño. El otro pelinegro que buscaba con la mirada a alguien dio unos pasos hacia adelante, justo donde se encontraban YeonJun y NaRi. Tomó asiento en una banqueta y apoyó sus codos en la madera de la barra.

— Jin-sumbaenim, ¿qué haces aquí?

— ¿No puedo venir a visitar a mi cabeza de guanábana favorita?— removió el cabello castaño de la chica. Esta negó sonriente. ¡Al fin algo que la mantendría tranquila.

— ¿Qué te sirvo?— preguntó YeonJun.— Va por cuenta de la casa.

— Así si vale la pena beber.— comentó el pelinegro mayor.— Ponme un Bloody-Mary.

— ¡Marchando!— el pelinegro les dio la espalda para comenzar a mezclar los ingredientes.

— Bueno, venía a pedirte consejo.— habló Jin.

— Claro, dime.

— Cómo sabes tanto de amor y brillitos wi wi; venía a preguntarte si me ayudas a organizar una cena romántica para Wheein.— comentó el hombre, ajustó un poco su corbata.— Cumplimos un mes y me parece algo ilógico llevarla a cenar, es demasiado típico.

— Comprendo.— asintió tranquilamente.— Bueno, ¿Y si cocinas tú mismo? Eres un buen chef, incluso podría ayudarte con eso.— sugirió.— Y comprar no sé, velas, algo que vuelva el ambiente romántico. ¿Me doy a entender?

— Es una buena idea.— asintió.— Bien, tú me dices todo lo que necesitamos, y yo compro todo, organizamos lo que nos dé nuestro reconstructívoro deseo y buala, primer mes juntos perfecto.

— ¿Cuando sería? Es que saqué esta tarde un boleto, me iré a Busan por Navidad, regresaré el próximo mes.

— Mmm, cabeza de guanábana, deberías saber que el cumpleaños de TaeHyung es el 30.

— ¿Qué? No lo sabía.— jugó algo nerviosa con sus dedos.

— ¿Cómo saberlo? Él no suele hablar sobre ese día.

— ¿Algo malo?

— Sí, pero no seré yo quien debe contarlo.— comentó.— Bueno, en cuanto a la cena, será pasado mañana, te agradezco en serio.

— Para eso estamos sumbaenim.

— Un Bloody Mary para el caballero.— el pelinegro colocó encima de una servilleta la copa con la bebida, SeokJin bebió esta y abrió sus ojos.

— Está buenísima.— sonrió.— Bien, me iré. Tengo una cita en 20 minutos con unos hombres de traje que hablan japonés.— puso cara de cansancio.— Nos vemos chicos, gracias por la bebida Jun.

Ambos se despidieron, Jin terminó de irse.

— NaRi, tu turno ha terminado.— revolvió su cabello.— Puedes irte.

— Gracias jefe.

— Ten, tu paga del mes.— le entregó un sobre. La castaña lo tomó y le sonrió.— Diviértete en Busan. Nos vemos a las vuelta.

Quitó su delantal y se dirigió a los vestuarios para cambiarse e irse a casa.

(•••)

El pelinegro miró la hora en el teléfono, estaba nervioso, y conforme pasaba el tiempo su corazón se agitaba más. Había buscado tutoriales en Youtube para hacer una buena cena para NaRi. La carne casi se le quema, el agua de las verduras se le evaporó en el primer momento y se cortó mientras preparaba la ensalada. Pero bueno, pudo preparar algo decente, arregló la mesa y puso los claveles en agua, sin embargo los sacó ya que debía darle el ramo en cuanto llegara.

Sintió el sonido de la cerradura siendo abierta, la puerta se abrió frente a sus ojos dejando ver la linda silueta de la chica, esta lo observó un momento, sonrió medianamente y lo saludó, estaba dispuesta a irse a su habitación, pero él la detuvo.

— NaRi, quiero decirte algo importante.

Finalmente, el corazón de NaRi latió aceleradamente por el toque del pelinegro y haber oído su voz después de una semana entera. Lo miró, tenía un lindo brillo en sus ojos. Tragó fuerte y reaccionó por fin.

— Claro, dime.

— Aquí no.— ella frunció su seño.— Preparé una cena para que podamos conversar con más calma. Y...— buscó el ramo por todas partes. ¿Dónde carajos estaba?

Cuando lo encontró por fin lo agarró y retomó el momento.

— Como te decía.— carraspeó, sus mejillas estaban demasiado coloradas.

— Tae, acepto la cena.— sonrió la chica al ver la indecisión del pelinegro. Agarró el hermoso ramo de claveles y sonrió.

— Azules.— sonrió en grande.— Significan...

— Amor.— lo dijeron ambos a la vez. Se miraron y sonrieron. Luego tímidamente ambos apartaron sus miradas del contrario.

— Bueno, vamos a cenar.— caminaron hacia la mesa, tomaron asiento uno frente al otro.

NaRi se sorprendió por el esfuerzo del chico. Velas, flores, cena, manteles nuevos. ¡Todo había sido para ella! Definitivamente TaeHyung le diría algo muy importante. Él sirvió la sopa de verduras como entrante, luego el filete y el arroz, acompañado de la ensalada. Hablaban de trivialidades, bromeaban, reían. Ya ese pequeño enojo de hace una semana atrás pasó, ahora compartían esa complicidad que impactaba en ambos.

— ¿Traigo el postre?— habló el pelinegro.

— Wow, no sé si podré con eso, pero venga, tráelo.

Él sonrió y asintió. Se levantó de su silla, abrió el refrigerador y sacó una tarta de chocolate. La puso en la mesa, y NaRi ya no podía más con tanta ternura. La tarda decía claramente “¿Aceptas ser mi novia?”. NaRi lo miró, él la observaba fijamente. Las mejillas de la castaña se tiñeron de rojo nuevamente. Él agarró su mano por encima de la mesa; NaRi observó ese agarre. Mordió su labio inferior y se levantó de su silla, TaeHyung comenzó a preocuparse.

La chica se colocó frente a él y le sonrió cálidamente. TaeHyung se puso de pie, frente a frente ambos. En silencio, porque ya las palabras no interesan, no son necesarias; bastaba si sola mirada y ya lo sabían todo.

Y como si lo hubieran planeado, juntaron sus labios iniciando un beso tierno. Él la atrajo a su cuerpo, profundizando mucho más ese beso. Pero existe el oxígeno, por eso se separaron, necesitaban respirar.

— TaeHyung...

— ¿Qué? ¿Hice algo mal?

— Te amo.




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Buenas

Espero que estén bien, y sí. Actualicé pronto porque quiero concluir la historia, ¡YA SOY UNIVERSITARIA! Pronto tendré mi carrera por fin, y por eso quiero concluir esta hermosa historia a la que le tengo mucho cariño, no solo porque es de mi bias, sino que también por su linda trama. (Modestia aparte)

!!!!Nos leemos pronto!!!!

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