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19

Capítulo 19


[El mensaje]

La castaña observaba constantemente su teléfono celular, prescisamente en ese último mensaje de ese chat tan especial al cual había puesto en su contacto “ Mi adorable compañero de piso ”; nombre que por supuesto fue escrito en contra de su voluntad pero que al final le hizo gracia y concluyó dejándolo así. Se encontraba nerviosa por el contenido de ese mensaje, porque...¿qué rayos podría significar ese mensaje?:

Mi adorable compañero de piso

NaRi, espero no molestar.

Me gustaría hablar contigo cuando llegue a casa, debido a que debo acompañar a Jin al hospital no puedo verte hasta que regrese en la tarde de mi trabajo.

En fin, que necesito que hablemos.

Besos.

7:58 AM

Mensajes que por supuesto, no había respondido porque moría de los nervios. ¿Cómo respondería a eso? Ni siquiera había prestado atención a su clase de ...espera, ¿En qué clase estaba? Uff, había perdido totalmente el sentido. Observó al frente y reparó en el atractivo hombre que se encontraba hablando y mostrando diapositivas en esa enorme pantalla.

Estaba en clase de Historia del Arte.

Mordió su labio inferior nerviosa. Apagó la pantalla de su celular. Había pasado ya una larga semana en la que no había hablado nada con TaeHyung respecto a lo que le había dicho. ¡Una semana! Diablos, no era posible. Golpeteaba constantemente su zapato contra el suelo, sus nervios estaban revolucionados, y un vuelco al corazón fue lo que sintió cuando el timbre que anunciaba el final de su jornada de hoy por fin se hizo presente. Y en menos de cinco segundos ya tenía todo recogido para salir por fin. Pero por supuesto, fue interrumpida por su profesor.

— Señorita Han.— ella lo miró aumentando su nerviosismo, necesitaba irse ya. ¡Urgente!

— ¿Si?

— Se olvida su chelo.— apuntó al puesto donde NaRi siempre se sentaba, ella miró hacia el sitio, golpeteó con su mano su frente.

Qué torpe eres, torpe y olvidadiza Han NaRi.

Rápidamente corrió hasta su lugar y recogió su chelo cargando con él enseguida. Y cuando nuevamente iba a salir volvió a ser interrumpida.

— Otra cosa.— se acercó a ella.— Ya que usted es mi mejor alumna...me gustaría pedirle permiso para ir a su casa hoy, necesito que hablemos sobre un proyecto que me gustaría hacer. Se hace por trimestre, pero esta vez me pidieron mis superiores que eligiera al alumno que desee. Y...— la observó sonriendo— había pensado en usted.

— ¿Yo?— pestañeó con cierta incredulidad. Es decir, no tenía ni la más remota idea de que ella era la alumna preferida de su profesor.

— No es algo obligatorio, pero me gustaría que formara parte de este proyecto. Su puntaje final podría incrementarse tras este proyecto. ¿Le parece?

— Oh, claro.— asintió animada. Obviamente todo lo que tenía que ver con su nota media, era importante para ella— Usted dígame el día y vamos a mi ca...

— Sería hoy, ya que requiere de tiempo y solo tenemos una semana para que esté todo listo.

— Hoy...¿Hoy? Pero yo...

— ¿Tiene un compromiso?

— No...o bueno... sí...

— ¿Sí o no?

Rayos...

Justo hoy no debía trabajar.

— Está bien, mientras no sea hasta tan tarde, no habrá problemas profesor Kim— le sonrió.

— Bien, iremos ahora mismo, la llevaré en mi auto.

NaRi asintió sin poder tene otra alternativa.

(•••)

Mientras tanto, un ansioso TaeHyung miraba su maldito celular preguntándose: ¿cuándo mierdas NaRi pensaba responder sus mensajes? Pero evidentemente, no obtenía respuesta alguna. Resignado, apagó la pantalla de su teléfono y lo guardó en el bolsillo de su pantalón.

Volvió a tomar asiento al lado de su hermano, en esa inquietante sala de espera donde esperaban a ser llamados por Wheein de una jodida vez. Y el nervioso pelinegro golpeteaba el blanco suelo de ese pasillo de espera seguidamente, con mucha insistencia, ganándose una sonrisa por parte de su hermano que aún tenía un yeso en su pie.

TaeHyung lo miró de reojo.— ¿Se puede saber qué te causa tanta gracia?— inquirió Taehyung comenzando a enfadarse. Y se ganó una risilla divertida de parte de SeokJin.

— Nada, nada.— contenía sus sonrisa como podía.

— ¿En serio? ¿Nada?

— Es que...¿Se puede saber de quién esperas un mensaje? Llevas toda la mañana observando tu teléfono insistentemente.

— ¿Y te lo debo decir por?

— Porque soy tu hermano mayor, y merezco saber el chisme antes que nadie.— se ganó un codazo por parte del menor— Ay, si dolió.— se quejó sobando su costilla.

— No te interesa. Es mi vida privada.— cruzó sus brazos un tanto fastidiado.— ¿Y por qué viniste tan elegante hoy? Es solo una cita con una doctora que te debe quitar ese incómodo yeso.— el mayor lo escudriñó con la mirada, TaeHyung sonrió victorioso.

— Tampoco es algo que te importe...se dice por ahí, “Antes muerta, que sencilla”— se aparta dramáticamente un mechón de su medianamente corto cabello y observó a TaeHyung con aires de superioridad.— Además, el mayor soy yo, pequeño gazapo.

— ¿Cómo?— se hace el ofendido Tae— Eres el mayor solo porque lo pone en tu acta de nacimiento, pero deberías estar en la guardería.

— Oye, alto ahí.— se hace el ofendido— Deberías saber que aquí donde me ves, he follado más que tú.

Y antes de que TaeHyung pudiera responder, reparó en el rostro de su hermano, no se notaba cómodo, observó a donde él miraba percatándose de Wheein, que venía muy risueña con otro doctor. Era el doctor alto y apuesto de la otra vez. La rubia se percató de la presencia de SeokJin y TaeHyung, por lo que optó por una postura un poco más seria.

— Oh, Tae— lo miró — SeokJin.— también lo miró, pero este no se veía tan contento— Vengan, pasen.

TaeHyung se levanta del asiento, pero SeokJin quedó sentado. Tanto Wheein como Tae fruncieron el seño, es decir; ¿por qué no se levantaba? Ya estaba perfectamente bien de su pierna. El apuesto doctor lo ayudó a ponerse de pie.

— Oh vaya, parece que no puede levantarse aún, debe estorbarle el yeso— habló el apuesto hombre acercándose a él y ayudando a levantarse.— Ven, te ayudaré.— le sonrió de forma amable entrando a la consulta, Wheein suspiró y TaeHyung sonrió de lado. Era evidente que no se esperaba ese movimiento por parte del doctor lindo.

Ya una vez, todos dentro de esa blanca oficina, SeokJin analizaba el ambiente, que tenía toda la pinta de ser la oficina de Wheein y ese doctor, ya que tenía dos escritorios, uno perfectamente acomodado, y el otro lleno de papeles. Supuso que el que que estaba repleto de papeles, era el de Wheein, y sí, había acertado, lo confirmó cuando vio en un marco la foto de una chica muy atractiva de cabello negro que abrazaba a Wheein que también tenía cabello negro, parecía el día de su graduación, ya que ambas vestían para la ocasión.

— Bueno Jin, es hora de quitarte ese incómodo coso.

— Uy sí, muero de ganas— se puso notar la ironía y el desgano en su voz. TaeHyung golpeteó su lengua contra su mejilla interna comenzando a desesperarse.

— No parece muy animado con la idea, señor Kim.— habló el doctor Wang desde su ordenado escritorio, tenía la vista frente a un computador.

— No es asunto suyo, con todo respeto.

— ¡SeokJin!— lo regañó tae.— Discúlpelo, suele ser cortante con las personas que no conoce.— se disculpó TaeHyung algo avergonzado, reverenciando hacia el hombre.

— En fin— Wheein se puso de pie y sacó un pequeño serrucho eléctrico, Jin abrió sus ojos enorme. La rubia rió por la expresión del hombre.— Tranquilo, es solo para el yeso.

— ¿Y quién me asegura que no cortarás mi pierna?

— Ni que fuera Jason en Viernes 13.

— Pues cara de Freedy tienes.

— Muy gracioso.

Ella prendió el serrucho, SeokJin cerró sus ojos y apretó con fuerza sus dientes.

— Tae, prométeme que le dirás que la quiero.— dijo a su hermano menor muerto de pánico.— Porque mi orgullo es tan enorme que no me atrevo a pedirle una cita.

— ¿De qué hablas?— interrogó susurrándole a su mayor. SeokJin miró discretamente a Wheein y regresó la vista a su hermano, Tae comprendió de que hablaba. Sonrió.— Está bien.

Y cuando Wheein terminó por fin, apagó su serrucho y sonrió.

— Ya puedes abrir los ojos, princesa.— bromeó la rubia al tozudo de SeokJin.— Ahora, lavemos esa pata maloliente.

— No tengo patas, oxigenada.

— Ya, lo que tú digas, señorita.— bromeó perdiéndose en las estanterías de la oficina y regresando con un gel. El otro doctor no apartaba la vista de la situación, rápidamente tomó la palabra y se puso de pie.

— Espera Wheein, ya me encargo yo de lavarle, es...emmm, comprometedor que laves su pierna.— Wheein se sorprendió por las palabras de su compañero de trabajo, SeokJin lo fulminó con sus ojos y TaeHyung sonrió confirmando la situación.

— No es necesario, Jackson, es mi paciente.

— Pero no es apropiado que una mujer toque a un hombre y viceversa.

— Y entonces ¿Por qué me tocas cuando hablamos? Tocas mi hombro, es básicamente lo mismo, Jackson.— zanjó el tema.— Ponte de pie, princesa, vamos al baño a lavarte.

SeokJin se puso de pie probando apoyarlo en el suelo, se sintió feliz al no sentir dolor por la antigua fractura.— Oh sí, es que cicatrizo como un Dios.

— Dos cosas, una, los huesos no cicatrizan, se soldan. Y dos, los dioses no se podían herir.

— Si, claro, porque tú lo dices.— comenzaron a caminar hasta el baño en una profunda discusión.

TaeHyung quedó observando la escena hasta que pudo, cambió su dirección de vista hasta el doctor sentado observando la puerta abierta por la que Jin acababa de salir con Wheein.

— Veo que eres algo celoso.— comentó TaeHyung tomando asiento para esperar a su hermano.— Solo te faltó obligarla a no mirar a mi hermano.

— ¿Ah? No, no.— negó reiteradas veces.— Es solo que...

— Te gusta mucho eh.

— ¿Eh?— quitó sus lentes.— No, es solo ética profesional y...

— Si, claro, ética...— sonrió cruzando sus brazos— ¿Por qué no le haz dicho?

— Es evidente que no le gusto yo.— negó resignado— Además, ya lo intentamos una vez, y decidimos que, mejor fuéramos amigos.

— ¿Decidieron o ella lo decidió?— el doctor Wang se sorprendió un poco y suspiró profundamente confirmando la respuesta.— El amor no correspondido da asco.

— Sí.— asintió.— ¿Has estado enamorado antes?— TaeHyung frunció su seño. ¿Había estado enamorado antes? Sonrió, rápidamente por su mente pasó la tierna imagen de NaRi...pero sacudió la cabeza sacando esos pensamientos intrusivos de su mente.

— No.— negó observando a un punto fijo.

— Mientes muy bien.— sonrió el doctor.— No te preocupes, es evidente que no te has dado cuenta aún.

El pelinegro iba a contestar, pero la vibración de su celular lo interrumpió.— Un momento.— pidió sacando el objeto de su bolsillo.

La loca del chelo🙄

Está bien, hablemos.

Cuídate ☺️

13:45 PM

Automáticamente el pelinegro sonrió. ¿Por qué sonreía? Es solo un mensaje. Entonces...¿Por qué le afectaba tanto?








(•••)







Habían pasado dos horas desde que el profesor Kim se había ido a su casa, y habían pasado 8 horas desde que le había enviado ese mensaje a TaeHyung. ¿Por qué había puesto ese emoji? Recórcholis, se había equivocado al enviarlo. Tal vez TaeHyung no iba a decirle algo importante. O bueno, entonces para que se molestó en enviarle esos mensajes.

Aish.

El agobio crecía en NaRi, mordía si labio inferior un poco inquieta, realmente necesitaba saber de que hablaría Tae con ella. Se removió incómoda en el sofá del salón. Ni siquiera se había percatado de que la puerta principal había sido abierta; no hasta que sintió algo hundiéndose a su lado en el sofá. Reparó en la persona encontrándose con TaeHyung, ella dio un pequeño brinquito por la impresión.

— Vaya, me asustaste.— dijo gritando tímidamente su delgado brazo sobre la tela de su sweater.

— No pretendía hacerlo.— su voz sonó más ronca de lo habitual. Cosa que hizo que NaRi agachara la cabeza.

¡Diablos! ¿Por qué si corazón latía tanto?

— Bueno...— NaRi rompió el incómodo silencio que se había creado entre ambos y que recién se percataba de su existencia. Ya no aguantaba más.— ¿Qué ibas a decirme?

TaeHyung reparó en la castaña, tenía su cabello recogido en una adorable coleta, dejando ver su flequillo que la hacía ver tan tierna. Humedeció sus labios.

— Es que...no volvimos a hablar después de aquella noche.— el pelinegro buscaba las palabras correctas, jugaba con sus dedos sintiendo esos nervios.— Nunca te pregunté... qué pensabas.— nuevamente su voz se escuchó ronca. ¡Rayos! ¿que le pasa? NaRi tragó en seco.

— E-eh...bu-bueno, so-sobre eso y-yo...emmm...yo creo que...

— No debes decirlo si te sientes presionanda, a penas me doy cuenta de lo que siento. Y ni siquiera estoy seguro de que...— calló cuando sintió la mano de NaRi cubrir la suya, le pareció gracioso, ya que su mano era enorme en comparación con la de la chica. La miró algo inquieto, pero inevitablemente su vista se posó en sus labios, se veían tan rosados, ni siquiera ella llevaba maquillaje.

— Quiero hablarlo.— dijo con mucha seguridad.— Es cierto que me sorprendió tu confesión, pero...si me afectó tanto que me besaras, solo puede significar que tú... también provocas cosas en mí.

El pelinegro intentó contener la inesperada emoción que sintió tras oír esas palabras por parte de la castaña.

»Y sí, me sentí muy confundida, pero; al fin y al cabo, también me gustas Tae. 

Los ojos de TaeHyung se iluminaron, e intentó contenerse lo más que pudo pero, evidentemente no lo consiguió. La atrajo a él, apartó uno de los mechones de la castaña de su rostro y le sonrió, ella hizo lo mismo, sus sonrisas eran muy cálidas. Besó los labios de la chica de forma suave, sin apresurarse, era un beso tan lindo y puro, sin una pizca de malicia.

La acercó más a él, y no se sabe cómo, pero ese beso subió de intensidad. Ella se sentó a horcajadas sobre él; Tae apretó su cintura intentando contenerse un poco. NaRi mordió el labio inferior de TaeHyung y ahí él no pudo contenerse, soltó un gruñido, la levantó en peso y la acostó debajo de él sobre el sofá. Comenzando una danza de lenguas entre ambos, pequeñas mordidas y algún que otro toque subido de tono.

— NaRi...yo ...

— Shh— ella lo calló— Vive el momento, luego te arrepientes.

Ambos sonrieron de manera cómplice. Volvieron a unir sus bocas. NaRi comenzaba a tocar el abdomen del pelinegro, comenzando a levantar la tela del sweater de TaeHyung, hasta que él mismo terminó de quitarla. Bajó sus besos al cuello de la chica, ella expulsó un pequeño gemido, y justo en ese momento algo los interrumpió haciendo que ambos queden estáticos.

— Vaya, vaya, parece que tardo más de lo esperado porque estaba comiendo con unos compañeros de trabajo y ustedes aprovechan a comerse.— SeokJin apoyado en la entrada del salón, NaRi empujó a Tae para que se levantara, este lo hizo y se colocó rápidamente el sweater que anteriormente se había quitado–con la ayuda de NaRi–

— Puedo explicarlo...— dijo TaeHyung mirando el sonrojado rostro de NaRi quién solo evitaba mirar hacia ambos.

— No necesito que me expliques nada Tae— calmó SeokJin.— Solo necesito que no lo hagan en el sitio en el que dormiré por dios.— dijo ofendido.— Cada uno tiene habitación, lárguense a seguir haciendo cochinadas ahí.— les dio la espalda y caminó hasta la cocina.

Tanto Tae como NaRi morían de la vergüenza. Se habían dejado llevar demasiado, estaban demasiado calientes para haber pensado en detenerse, sin embargo, no pensaron en qué SeokJin podría haber llegado.

— Bueno yo...emmm...me iré a bañar— dijo TaeHyung levantándose del sofá cubriendo su parte delantera.

NaRi evitó mirar prescisamente a ese lugar y asintió, comenzaba a acomodar un poco su cabello que estaba algo despeinado. Es decir, ¡Rayos! ¿Cómo fue que llegaron a eso? Estaban a punto de...oh no. NaRi negó reiteradas veces intentando tranquilizarse un poco, pero volvió a exaltarse al escuchar el sonido del timbre principal.

Se puso de pie para ir a abrir, topándose con JiMin.

— Oh JiMin, ¡Qué sorpresa!— habló un poco eufórica –de hecho demasiado eufórica– y se hizo a un lado para dejarlo pasar.— ¿Se te ofrece algo?

— No de hecho, pero TaeHyung me invitó a dormir hoy. Así que no pude rechazar la oferta.— sonrió ocultando sus ojitos con sus cachetes. Pero al ver la expresión de NaRi él frunció el seño.— ¿Sucede algo?

— ¿Eh? No.— negó rápidamente.— Todo tranquilo, y normal, no pasa nada. ¿TaeHyung? TaeHyung está en el baño, me voy a dormir y soñar con él...con el tiempo que hace que no duermo. Oh sí, desde anoche no duermo. Jejeje.— y tras su nervioso escape, Jimin confundido y SeokJin mirando escuchando la conversación, ambos entablaron una pequeña conversación.

— ¿Le sucede algo? Está demasiado rara.

— El amor, mi pequeño JiMin, el amor.— golpeó suavemente reiteradas veces el hombro del pelinegro y se retiró al salón. JiMin se dirigió al cuarto de TaeHyung para pasar la noche.

Y sobretodo, cuando Taehyung le contó lo que pasó, no podía creerlo.







***

Hola hola

Pues sí, soy yo de nuevo, y esta vez no tan permanente. Pero quiero aprovechar a actualizar cada vez que pueda, se acabó eso de actualizar una vez por semana.

En fin.

Espero que les esté gustando la historia, lindo día a todos ☺️

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