Capítulo 6

[Mientras llueve]

Sentía una enorme presión en el pecho después de haber escuchado esa noticia que su padre le dio hace unos segundos, eran más o menos miles de cubetazos de agua fría sobre él. No podía aceptarlo simplemente y seguir con su vida como si nada.

- Papá, no quiero comprometerme, aún soy demasiado joven para casarme, ni siquiera termino la universidad- protestó el pelirrubio- Me niego.

- No es lo que desees tú, es lo que yo te diga a ti- habló imponente- KaLia es una excelente muchacha, estoy seguro que me dará nietos muy lindos e inteligentes.

- A tí eso no te interesa, solo te importa el dinero de su familia, papá.

- ¿Tan materialista crees que soy?

- No lo creo- negó- Estoy seguro de que lo eres, por eso dejaste a mamá y te casaste con una mujerzuela caza-políticos, por la fortuna que había acumulado, traicionaste a mamá y por si fuera poco y para cerrar con broche de oro, la dejaste en la calle y no le das el divorcio, solo para mantener tu complejo. ¡Porque eres un maldito hijo de perra!- una bofetada por parte del mayor fue el acto siguiente, estaba realmente enojado.

- Escúchame bien Park Jimin- lo zarandeó y apretó su mandíbula para obligarlo a mirarlo- Te casarás con quién yo te diga porque para eso soy tu padre, y es mi última palabra.

Jimin se soltó con fuerza del agarre de su padre y caminó escaleras arriba en dirección a su habitación, prefirió irse ahí que seguir esa discusión la cual no llegaba a ninguna parte.

Ya entre esas cuatro paredes comenzó a romper todo lo que veía frente a él. La rabia navegaba por su sistema, no pensaba con claridad. Después de haber tirado y hecho añicos todo lo posible decidió llamar a la única persona que él sabía que estaría para él siempre.

- ¿Uh? ¿Jimin? ¿Sucede algo?

- ¿Qué comes que adivinas?- se escuchó una risa del otro lado del teléfono.

(•••)

Y mientras habían personas pasándoselo mal, aquí estaba NaRi tranquilamente esperando su turno para comprar unos panqueques cubiertos de chocolate y crema de avellanas, ama el chocolate y la crema. Comería unos pocos y los compartiría con SeokJin y Taehyung. Ella ya había pensado en prepararlos ella misma, sin embargo, a veces es bueno un poco de ocio y provecho personal, por ello decidió comprarlos.

Al comprarlos pagó en la caja y salió del pequeño establecimiento con una sonrisa animada. Su teléfono celular sonó en el bolsillo de su falda, lo tomó y respondió a la llamada.

- Mamá- saludó feliz de hablar con su madre.

- Mi hermosa NaRi. ¿Cómo estás? ¿Qué haz hecho desde mi última llamada?

- No he podido hacer mucho mamá- explica- Pero bueno, retomé mis antiguas aficiones. Comencé a escribir nuevamente mi canción.

- Oh, que bien amor, por cierto, tu compañero de piso. ¿Cómo va la relación con él?

- Pues mejorando, empezamos con el pie izquierdo, sin embargo nos llevamos mejor ahora.

- ¿Preparaste lo que te dije? Las chuletas y los...

- Si mamá, ah, también está viviendo con nosotros su hermano mayor, SeokJin, es un amor, es divertido y ayuda en las tareas del hogar- comenta.

- ¿Y no hay algún chico por ahí? Ese JiMin que me contaste, SeokJin...¿alguien?

- No mamá- negó- No hay nadie- contestó dubitativa- Aunque...

- Conozco ese tono, si hay alguien.

- No mamá, es solo que...pues, mi compañero de piso...

Su frase quedó a medias al abrir la puerta de su departamento, o más bien, al ésta abrirse de forma espontánea frente a sus ojos.

- ¡Espero que algún día dejes de decepcionar a tu madre!- una señora gritó observando hacia adentro, dispuesta a irse volteó al frente, deteniéndose al ver a NaRi- Oh, ¿Quién es ella?- interrogó observando a TaeHyung, éste mismo se acercó, tenía sus ojos llorosos.

- ¡No te importa! Ahora lárgate de aquí mamá- toma a NaRi de su mano- Entra NaRi- la atrae hacia él.

- Tae...

- Dije, que te vayas. ¡Largo!- y cerró la puerta en la cara de esa mujer. Tragando sus lágrimas decidió irse a su habitación antes de que a NaRi se le ocurriera preguntar algo.

- TaeHyung, espera- se acercó a la puerta del chico tocándola varias veces- No te preguntaré nada, solo quería decirte que... compré panqueques cubiertos de chocolate y crema de avellanas. Sé que son tus preferidos- sin embargo no recibió respuesta por parte del chico. NaRi suspiró profundamente colocando su chelo a una esquina de la pared y sentándose en el sofá.

- ¿NaRi? ¿Sigues ahí?

Su mamá aún seguía al teléfono.

- Emmm- sorbió su nariz- Si, mamá, aquí estoy.

(•••)

Hacía mucho frío, estaba lloviendo, tronaba fuerte, sentía sus pies helados, su alrededor totalmente oscuro, derramaba lágrimas silenciosas mientras se preguntaba a sí misma si ya se había ido. Parpadeó reiteradas veces observando por la ventanilla entrecerrada de su armario.

Escuchaba gritos por parte de su madre, parecía que sufría mucho, tapó su boca al oír la voz de ese hombre.

- ¿Dónde está?

- No te lo diré- otro golpe se escuchó- Eres un maldito...

- ¿Ah sí? Te mataré si no me dices dónde está.

La pequeña atemorizada desobedeció a su madre lanzando un grito al aire, obviamente ese hombre la escuchó, rápidamente la idea de salir del armario la inundó, pero cuando iba a intentar abrir la puerta de este, ésta se abrió sola, ese hombre la miraba con una sonrisa sádica.

- Mi linda NaRi, no te haré daño.

Despertó en medio de un llanto, nuevamente llovía, la lluvia nocturna no cooperaba con ella. Observó la hora en su teléfono celular, marcaban las 5:20 AM. La luz de su lamparita de noche estaba aún prendida, sin ella no conseguía dormir bien nunca.

Se levantó de la cama para ir a beber agua, solía hacerlo para intentar dormir mejor. Jin ya se había ido a trabajar, debía ir a su empresa desde temprano, ya que tenía una junta que preparar para las 9. Sin embargo se sorprendió al ver la televisión encendida, no había nadie en el sofá, caminó a la cocina y vio la luz prendida, agarró un pequeño jarrón que se encontraba encima de una mesita, pero cuando estuvo a punto de romperlo en la cabeza del sujeto vio que se trataba de TaeHyung, estaba frente a la heladera tomando un pote de helado de chocolate.

- NaRi, ¿Qué haces despierta a esta hora?

- Tuve una pesadilla, y vine a beber agua.

- ¿Qué haces con ese jarrón en la mano?- interrogó el chico con tono gracioso para la castaña.

- Ah, creía que eras un ladrón- pestañeó- Bueno, ¿Qué haces despierto Tae?

- ¿No es obvio?- interrogó agarrando una cuchara- No puedo dormir, así que veré Netflix.

- Bueno...

- ¿Quieres acompañarme? Es domingo, no debemos ir a clases, ni al trabajo, ¿Por qué no nos damos un poco de ocio?

- Tienes razón, prepararé palomitas para ver películas. No veré Netflix, no es de mi preferencia.

- Mía tampoco- confiesa el pelinegro.

- ¿Te gustan las de romance?

- No, pero es mejor que ver Netflix.

- ¿Vemos "A dos metros de ti"?

- Pero claro- sonrió internamente.

Y sí, lo que quedaba de madrugada y parte de la mañana se la pasaron viendo películas de puro drama y amor. Suena bien para dos personas que no se llevan bien y que según ellos no tienen nada que ver.

Al parecer realmente tienen muchas cosas en común y tal vez no se darían cuenta de lo que realmente sienten.

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Buenos días gente, espero que estén bien. Pues si, aquí les dejo el capítulo 6 que escribí con mucho cariño para ustedes. Por cierto, qué le pasa al mundo? Estamos locos o qué? Bad Bunny el nuevo rey del pop, me siento ofendida como fan del género y de Michael Jackson.

En fin.

Lindo día/tarde/noche, depende cuando lo lean ;)

Hasta el próximo martes✨

Los quiero💘