Aún te quiero. Así que puedo estar parado frente a ti.

¿Por qué todo ha cambiado?

Aún te amo.

Lunes 23 de enero.

Rosé se levantó de su cama y fue hacia el comedor muy dormida. Quería prepararse unas tostadas antes que alguno de sus papás la llevara a la escuela.

Fue a buscar el pan y no había. Hizo berrinche por un momento y finalmente puso cereales en un tazón. Buscó la leche y se preparó el desayuno. Se sentó a la mesa.

La casa estaba alarmantemente calmada.

Ella miró la hora en el reloj de la pared. Eran casi las siete, ya era hora de que se pusiera su uniforme...

¿Por qué sus papás no estaban dando vueltas por la casa?

Rosé se levantó de la mesa y decidió ir a ver al cuarto de ellos. Abrió la puerta y se encontró con que Taehyung estaba durmiendo boca abajo, en calzones y roncando como un oso.

Pero Jungkook no estaba a su lado. Rosé pensó que él ya había salido para la escuela porque era lunes y los maestros tenían que llegar más temprano. Así que finalmente fue al baño para lavarse los dientes.

Y puso el grito en el cielo por el susto que se llevó.

— ¡¿Papá que haces ahí?!

De pronto Taehyung entró corriendo detrás de ella. Adormilado: instinto de policía.

— ¿Por qué gritas?

Entonces Jungkook susurró:

— Ustedes dos no me dejan dormir...

Jungkook estaba durmiendo en la bañera.

Ambos lo miraron sin comprender.

— ¿Hacía falta que te vinieras a dormir a la bañera? — le preguntó Taehyung acercandose a él.

Uff... Jungkook apestaba a alcohol.

Taehyung hizo una mueca y miró a su hija por sobre su hombro.

— Tráeme un vaso de agua.

Y ella fue a la cocina por uno. Taehyung alzó a Jungkook entre sus brazos y lo llevó hasta la cama. Jungkook todavía estaba con la ropa de calle. Había vuelto por la madrugada.

Taehyung le quitó la chaqueta y la remera. Estaba vomitada y ya olía muy feo.

— Creo que tendré que bañarte.

Rosé llegó con el vaso de agua. Taehyung le estaba por cambiar la remera a Jungkook cuando vio la hora en el reloj.

— Tendrás que irte sola a la escuela.

— ¿Hoy no trabajas? — preguntó ella mientras le daba el vaso de agua. Taehyung intentó dárselo a Jungkook que se quedaba dormido a cada momento.

— Sí... Debería estar en el auto. Creo que me quedé dormido.

— Tu despertador no sonó...— pero ella vio el pequeño despertador y notó que estaba trabado. Fue por el celular de su papá y se fijó la hora — ¿Que? ¡Son las ocho y media!

Ella fue corriendo a ponerse el uniforme. Tenía un exámen dentro de media hora. Antes de salir de la casa corriendo, le dijo a Taehyung:

— Luego llámame para saber cómo está papá.

Y se fue de la casa corriendo a toda carrera hacia la escuela. Lo peor era que caminando le llevaba media hora pero ahora sí corría muy rápido quizás pudiera llegar a reemplazar los veinte minutos del auto que siempre la llevaban ellos dos.

Ni siquiera se había dado cuenta que tenía las pantuflas puestas.

Taehyung maldijo cuando Jungkook tiró el vaso de agua a la cama. Mojando todo el colchón. Finalmente le quitó la remera y toda la ropa. Fue al baño a llenar la bañera y luego lo volvió a llevar allí. Lo dejó sentado en la tina mientras dejaba el agua tibia correr y llenarse.

Sacó su celular e hizo un llamado a la estación de policía.

— ¿Jefe? — preguntó Miriam al otro lado. — Hola, lo estábamos esperando. Hay una persecución a dos cuadras de aquí. Wonho y Jay acaban de salir...

— Creo que ahora no podré ir.

— ¿Que? Pero....

— Lo siento, mi esposo está mal.  Me quedo hoy con el día libre.

— Bien. Me encargaré de ello.

Y le cortó la llamada.

Taehyung dejó su celular en un mueble fuera del baño y cerró el grifo del agua. Sentó a Jungkook mejor y le puso jabón por todo el cuerpo y lo empezó a lavar.

— ¿Hace falta que hagas estas cosas, Jungkook?

Jungkook estaba tan borracho que solo le ofreció una sonrisa. Luego le dijo:

— Es la única manera en la que me prestarás atención, amor.