Capitulo 22
Jueves 26 de enero. Aniversario.
Taehyung se tenía que levantar a las cinco y media de la mañana para llegar a las seis y cumplir con su horario del día. No se había podido pedir el día entero, pero por lo menos intentaría hacer algo productivo.
Su alarma sonó bajita a las cinco de la mañana. Jungkook estaba de espaldas a él. Taehyung lo miró antes de levantarse, afuera todavía era de noche. Se acercó a él y dejó un beso en su hombro descubierto: Jungkook tenía la manía de dormir sin ropa (solo interior), siempre, no importaba si hacía frio o calor, rara vez usaba un pijama.
Taehyung se levantó y se dio una ducha rápida, luego, al ver que ya eran las cinco y cuarto, encendió la lámpara pequeña de la cocina y comenzó a preparar un café. El día anterior había comprado algunas cositas luego de salir del trabajo, así que las sacó del armario que ellos tenían en el living (en el cual guardaban desde ropa que ya no usaban tanto hasta papeles importantes y cuentas de la casa) Taehyung sacó la bolsa y puso en un plato rosado unas galletas con chispas de chocolate. Preparó una pequeña ensalada de frutas por si a Jungkook le apetecía comer algo más saludable y dejó la bandejita apoyada sobre la mesa mientras preparaba el café que le gustaba a Jungkook.
Él odiaba, aborrecía, hasta quería matar a la persona que había inventado el café.
El café era su peor enemigo por así decirlo, lo único que le gustaba era el olor de las bolsas de café que había en el supermercado, pero el sabor, por más que le pusiera como diez cucharadas de azúcar, lo repudiaba.
Taehyung sacó la leche de plátano que tanto le gustaba a Jungkook y también la puso en la bandeja. No sabía qué era lo que iba a desayunar, así que ahí puso varias opciones.
Finalmente llevó todo hacía la habitación, lo dejó en una mesita redonda que ellos tenía para adornar el dormitorio y se agachó para darle un beso a Jungkook en la sien. Fue al comedor y luego volvió al dormitorio a dejar una bolsita con el pequeño regalito.
Ya eran las cinco y media. Tenía que irse.
Le dejó una carta dentro de un sobre violeta que había comprado en una tienda de regalos que decía "Feliz aniversario" Lo malo era que el sobre tenía una parejita dibujada. Pues la parejita claramente no era gay, así que Taehyung había improvisado y había pegado una mini polaroid de ellos dos en el lugar de la foto de la pareja básica hetero.
Así era como los llamaba Taehyung. "¡Son básicos y aburridos! Es mejor ser diferente!"
Taehyung sonrió sabiendo que el café de Jungkook estaría frio para cuando él se despertara, pero a Jungkook le gustaba el café frío, así que no había problema.
— Nos vemos más tarde, mi vida. — y se fue habiendo cumplido con su tarea de "el mejor esposo del mundo" por una vez en mucho tiempo.
. . .
Jungkook se estiró en la cama y apagó su despertador con un golpe. Los jueves se suponía que entraba a las nueve de la mañana porque las primeras dos horas las tenía libre de alumnos. Pero como Taehyung le había dicho que él se tenía que ir a las seis de la casa, Jungkook tenía que levantarse más temprano para llevar a Rosé a la escuela. Ese día no le quedaba más que llegar temprano o ir a un bar a desayunar.
Se sentó en la cama y se pasó las manos por los ojos para despertarse mejor. Luego cuando estuvo por salir se dio cuenta que en la mesita redonda había un menú completo de desayuno.
Jungkook sonrió de oreja a oreja y se acercó a la mesita. Taehyung le había preparado de todo y hasta había una tarjeta. Jungkook vio que la foto de ellos estaba pegada sobre otra imagen y soltó una risa ahogada. Ya se imagina a Taehyung protestando con el vendedor de la tienda por no poner "parejas igualitarias" en sus estúpidas tarjetas básicas de heteros. Volvió a reír porque era muy probable que Taehyung hubiera hecho eso. Finalmente abrió el sobre y se encontró con un poema...
Pero cuando Jungkook lo leyó, se dio cuenta que era una canción, no un poema:
Aún me pregunto, me pregunto sobre esa hermosa historia
Aún me pregunto ,me pregunto sobre la mejor parte
Aún deambulando, deambulando sobre la próxima historia
Quiero hacerte mío
Mi corazón se siente triste de haberse perdido el panorama de ese preciso momento, me arrepiento y espero
Reuniré pieza por pieza la luz de la luna y crearé luz al igual que ayer. Por favor ven a mi...
Jungkook se tapó los labios por un momento. Taehyung no había escrito toda la letra, pero le había puesto el dibujo de un piano... eso significaba que posiblemente le cantaría por la noche aquella bella canción que él se moría por escuchar.
Jungkook dejó la cartita sobre su mesa de luz, se le habían caído un par de lagrimas que las secó en seguida. En vez de tomar el café, bebió su leche de plátano con las galletas de chispas de chocolate y se dirigió al baño para ir a asearse.
Pero Rosé ya lo estaba esperando en el comedor con el uniforme puesto.
— ¿Por qué sigues en calzones? tenemos que irnos. — le dijo desde el comedor.
Jungkook hizo una mueca.
— Primero que nada, buenos días. Segundo, son las siete menos cuarto...
— Lo sé, pero quiero llegar más temprano. — dijo ansiosa.
Jungkook rodeó los ojos.
— ¿Para qué? no tienes ningún examen. Déjame que me baño y luego te llevo.
Ella chaqueó su lengua y se sentó a esperar. Estuvo diez minutos esperando hasta que Jungkook volvió a salir del baño con una toalla en la cintura. Se fue a cambiar por una camisa negra desabotonada en V hasta el pecho y unos pantalones de jean que le quedaban apretaditos. Finalmente tomó su saco negro y se envolvió con él.
Cuando volvió al comedor ella le dio un abrazo.
—¡Espero que pasen un lindo aniversario!
Gyu y Jisoo abrieron la puerta de la casa, pues estaban en las escaleras, esperando a que Rosé saliera.
— ¿Nos vamos? —preguntó Gyu.
— Bien, bien, ya los llevo.
Y Jungkook había salido del departamento con una sonrisa en la cara. Pero había sido tan cabeza hueca que olvidó su mochila con todas las cosas que tenía que llevar para ese día. Volvió al dormitorio y se percató que Taehyung le había dejado una bolsa de regalo y que no la había abierto antes.
La abrió y vio unos chocolates en forma de corazón con tres flores rosas y una cajita de condones. Jungkook volvió a reír y dejó la bolsa sobre su mesita de luz.
— Gracias mi amor. — susurró viendo el esfuerzo de Taehyung.
Ese simple gesto, lo había hecho muy feliz.
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