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Capitulo 20

Jungkook había llegado a eso de las ocho de la noche. Había ido al gimnasio porque le apetecía. Al llegar al living se encontró con Rosé, Jisoo y Gyu comiendo pizza. 

— A mi nadie me dijo que tengo que cuidar a dos críos más. 

Los tres amigos soltaron una carcajada.

— Vinimos a terminar una tarea — mintió Gyu. era quien mejor sabía disimular una mentira, en cambio las dos chicas siempre miraban hacia abajo y se le ponían las orejas rojas. en cambio a él no, simplemente empezaba a mover la pierna rítmicamente, pero nadie se daba cuenta de eso. — nos quedaremos a dormir si no le molesta. 

— Me da igual mientras no desordenen la casa. — dijo yendo hacia el baño. Al abrir la puerta se encontró con que Taehyung se estaba afeitando la incipiente barba.  

— Hola bebé. —le dijo mirándolo de reojo por el espejo. 

Jungkook soltó una risita y trabó la puerta del baño con pestillo. 

— Extraño... hoy llego tarde yo y tú estás aquí temprano. 

—Estoy aquí desde las seis y media. — contestó Taehyung sacándose la crema de afeitar del rostro. — ah... mierda. ¿Por qué siempre me raspo con esta cosa? — maldijo y dejó caer la afeitadora al lavamanos. 

Jungkook se le acercó con una sonrisita y golpeó las afeitadora contra la pileta, luego lo siguió afeitando él. Mientras lo hacía tenía una cara de concentración absoluta y Taehyung lo miraba. A Taehyung le gustaba que Jungkook fuera unos pocos centímetros más bajito que él, así podía besarle la frente. No sabía porqué pero su altura lo hacia sentir más macho alfa, más... más protector del amor de su vida. 

— ¿Te he dicho que tus ojos demuestran lo mucho que me amas? — le susurró Taehyung mientras Jungkook le pasaba una toalla limpia para quitarle la crema de afeitar de la mejilla. 

Jungkook lo miró a los ojos. Brillaban.

— Intento demostrarte con toda mi alma que te amo y que eres lo más importante en mi vida. Junto con nuestra niña. 

Taehyung lo abrazó por la cintura. Jungkook colocó ambas de sus manos al rededor de su cuello. 

— A pesar de que ella vaya a cumplir los dieciocho la seguirás llamando niña ¿verdad?

— Siempre va a ser nuestra nena. — le susurró cerca del oído — así como también tu siempre serás mi hombre. Pase lo que pase. 

A Taehyung se le pusieron los ojos con miles de lágrimas. Quería seguir sacando fuera toda esa culpa, toda esa mierda de persona que había sido durante el último tiempo. 

Que cosa tan extraña el tiempo... ahora le sobraban los minutos para estar con su amado. Le sobraba la vida. 

Pero el sabia, muy en el fondo, que esos minutos del último mes y medio, nunca los recuperaria. Eso sí había sido tiempo perdido. 

Jamás iba a poder recuperar ese pedacito de tiempo de mimos, de abrazos, de caricias, de sexo, de cenas y desayunos en familia. De domingos y sábados perdidos... 

De tiempo perdido para siempre. 

Y se lamentaba. Todavía se lamentaba por ser un completo imbécil. Mal padre, mal esposo. 

Jungkook no se había dado cuenta de que Taehyung estaba llorando con los ojos muy abiertos, mirando hacia cualquier parte del baño. Llorar con los ojos abiertos, con las lágrimas corriendo por sus mejillas, era señal de que estaba aguantado gritar un lamento, un aullido de dolor, un desgarrado gemido de tortura por haber perdido tiempo. 

El tiempo...

El tiempo...

Lo era todo. 

— Deja de llorar. —le pidió Jungkook. 

— No puedo hacer más que lamentarme... — él hizo un silencio y por fin cerró los ojos. Cayeron más lágrimas, más rápido, más saladas y más dolorosas. — y odiarme. 

Y luego soltó ese grito que tanto quería sacar hacia afuera. Se agachó al suelo y Jungkook lo rodeó con todo su cuerpo, transmitiéndole el amor y la poca fuerza que le quedaba para no llorar con él. 

— ¿Me sigues amando? — preguntó Jungkook meloso, con la voz rota.

— Te amo, te amo tanto o incluso más que antes. 

— Entonces eso es suficiente. — le dijo mientras lo tomaba de las mejillas. Le hizo pucherito — mientras me sigas amando hasta que el día de nuestra muerte nos separe...

— Lo juro.  — concluyó Tae por él.

— Lo juro. 

Y lo besó como jamás lo había hecho. 

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Okey... cabe aclarar que ahora sí escribí esto con un mini nudo en la garganta. Caramba, se me escaparon unas lagrimitas. :(

¿Cómo van ustedes con ésta historia?



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