— Profesor, ¿Dirá algo? —

— ¿Porqué llora profesor? —

Las voces chillonas de mis alumnos me hicieron despertar de mis recuerdos, hicieron que me diera cuenta de en donde estaba y con quienes.

— Lo-o siento por eso — dije secándome las lágrimas del rostro — ¿Les parece si me cuentan algo de ustedes? — pregunté intentando sonreír

— Pero no contó nada profesor... — dijo Seungwan con tristeza — yo quería escucharlo —

— No-o es muy emocionante mi niñez, siempre fui alguien tranquilo — mentí, creo que no es algo para contarle a niños de seis años

Ocho años, esos fueron los que no estuve aquí, fue difícil volver, al principio me negué a la idea de trabajar aquí, pero debía de avanzar, no podía evitar este lugar para toda la vida, o tal vez sí.

— Bien niños, vamos a conocernos mejor — dije aplaudiendo, tratando de sonreír a un más

A lo lejos podía sentir la mirada de Seungwan en mí, se veía triste, pero no sé porque, seguro su naturaleza de querer saber todo hace que esté triste por no saberlo.

No le tomé más importancia y decidí seguir con la clase, hoy no sería hasta la una, serían hasta las doce y media, pero de todos modos debía conocer a mi tutoria, debía saber como eran para poder adaptarme a ellos y que ellos lo hagan conmigo.

— Profesor... ¿Usted sale con alguien? — preguntó Seungwan viéndome fijamente

— No puedo decirles esas cosas niños — dije sonriendo — ¿¡Qué les parece si les hago una pequeña encuesta y luego de eso les doy unos dibujos para que coloreen!? — pregunté mientras me dirigía a mi maleta — conforme van terminando me entregan sus hojas y les doy los chocolates — dije sonriendo en grande al ver el sol salir, era calido

Al ver casi todos los niños asentir salí a sacar las copias, todos se veían conformes menos Seungwan, ella se veía algo triste aún. Salí unos cinco minutos y al volver los vi jugando, no dije nada, por hoy, era el primer día y no debía de ser pesado, además no quería renegar con ellos.

— ¡Ya volví! — exclamé sin borrar mi sonrisa

A cada uno le repartí su hoja de la encuesta, eran pequeñas y simples preguntas sobre ellos, quería conocerlos y al ver a algunos nerviosos sabía que no dirían nada en público, era mejor en una hoja, sin complicaciones ni vergüenzas.

Me senté mientras veía mi celular, debía de contactarme con un viejo amigo, habíamos quedado de salir hoy en la noche, tenía una sorpresa para mí según él, estaba algo ansioso de verlo, saqué un pequeño espejo de mi maleta y me miré, había cambiado mucho, mi estilo, incluso ahora usaba aretes, creo que si alguien del pasado me viera se caería de trasero contra el piso, se levantaría y volvería a caer.

— ¿Tiene mascotas profesor? — escuché de nuevo la voz de Seungwan

— No tengo — dije dejando mi espejo a un costado para verla

— ¿Vive solo? — volvió a preguntar

Es una niña extraña, muy insistente y entrometida, me causa ternura y a la vez miedo. Pero la ternura me ganó al verla sonreír, y me dió más ternura verla pues traía un lindo peinado, dos politas en su cabeza, se veía tan adorable.

— Vivo solo... — dije sonriendo — cuando terminen niños traen sus hojas para darles su chocolate, luego de eso les daré el horario, luego del receso se los daré — dije viendo la hora en mi celular, pronto serían las diez

— Es muy lindo profesor — dijo Seungwan sonriéndome

— Gracias linda... — dije sonriendo también

Luego de eso todo quedó en silencio, uno a uno fue entregando su hoja, yo solo las ordenaba, luego leería cada uno. Tocó el timbre y los pocos que quedaban rápidamente me entregaron sus hojas y salieron corriendo, no sin antes darles sus chocolates.

— ¡No corran!, ¡Pueden lastimarse! — exclamé viéndolos correr, son muy energicos, tan llenos de vida

En el transcurso de eso me fui a dar una vuelta por el colegio, quería ver que tanto había cambiado, quería recordar los buenos momentos vividos en ese lugar, porque no todos fueron malos, hubo muchos buenos. Al terminar el receso volví al aula, ahora solo quedaba que ellos pinten por un rato, yo estuve viéndolos a todos atentamente y mientras eso leía hoja por hoja, con calma, pasaba el tiempo y todo estaba tranquilo, todos callados pintando. Ya pronto iba a ser la hora de salida, ya estaba terminando todas las hojas también, solo me faltaban unas dos cuando siento a alguien ponerse al frente mío.

— Profesor, me olvidé entregar mi hoja — dijo Seungwan sonriendo algo apenada

— No te preocupes linda, ¿Ya pintaste tu dibujo? — pregunté y ella solo asintió con una enorme sonrisa — bien, entonces ve y siéntate, pronto el timbre tocará y tus padres o algún familiar vendrá por tí —

— Sí, voy a sentarme profesor — dijo sonriendo con ternura

Durante el poco tiempo que quedó todo fue tranquilo, ya solo me faltaba leer una hoja, la de Seungwan y terminaría este lindo día de colegio, tendría que volver a mi apartamento y alistarme para reunirme con mi viejo amigo, que me tenía una sorpresa para mí, espero que sea buena sorpresa.

— ¡Bien chicos pónganse en fila para salir! — exclamé poniéndome de pie

Cada niño fue alistando sus cosas, uno a uno fue poniéndose detrás del otro para hacer fila, todos emocionados por salir corriendo de una vez por todas del colegio e irse a casa a comer.

Cuando tocó el timbre uno a uno fue saliendo, yo estaba en la entrada entregando a cada niño un beso antes de que se vayan, algunos se avergonzaban y otros en cambio me abrazaban, me encantaba tanto estar con ellos, son unos niños muy tiernos. Uno a uno se iba yendo, todos con una gran sonrisa y diciendo que se la habían pasado bien, eso me llenaba de alegría sin duda, me sentía bien de ver sus sonrisa, era satisfactorio para mí.

Todos fueron saliendo hasta que solo quedó Seungwan, se veía algo pensativa, estaba parada mirando al piso.

— ¿Pasa algo linda? — pregunté agachándome a su altura — ¿No vas a salir para ver si tus padres están en el patio  esperándote? —

— Quiero saber si va venir ella, pero también no quiero saber, ella no me gusta — dijo con una mueca

— ¿Ella? — pregunté viendo como ella suspiró

— Esperemos que no, eso malograría todo profesor — dijo sonriendo — ¿Ya leyó mi hoja? —

— No — dije sonriendo — cuando lo iba a hacer tocó el timbre, ¿Quieres que lo haga ahora? — pregunté a lo cual ella asintió con fuerza — bien, te llam... —

— Buenos días, vengo por Jeon Seungwan —

Al escuchar es voz todo se detuvo, podían pasar mil años, pero su voz nunca la olvidaría, nunca podría olvidar la voz de mi mejor amigo, la voz de mi primer amor.

— Jun-jungkook... —