Epílogo III
Dalton
Persigo a Kenya Reséndiz por un callejón. Al final del camino nos detenemos y por fin la tengo delante. Enarco una ceja al ver su vientre. ¿Las noticias mintieron? No tiene panza de embarazada.
—¿Y el bebé?
Sus ojos se encuentran con los míos, están apagados y llenos de odio. No como la última vez que nos vimos. Fue hace unos meses, cuando intenté detener su arresto. Entiendo que las noticias tardaron en avisar de su fuga, pero no tengo idea si las cuentas me dan.
—Me la arrebataron —contesta.
—¿Quién?
—Babilonia. —Saca el arma de detrás de su pantalón—. Aunque no me importa, me desharé de cada impune que exista hasta que alguno me diga dónde están sus jefes y los destruiré.
—No puedes hacer justicia por mano propia.
Se ríe.
—Ya inicié, primero fue Ezra, luego quien me ayudó a escapar y me entrenó, y un par de impunes más. —Me apunta con su revólver—. Nada va a detenerme.
—Kenya, escúchame...
Dispara y me escondo detrás de una pared. Una vez que espío, descubro que se me ha escapado, maldición. No me queda más nada que hacer aquí, así que es hora de regresar a casa.
~~~
De regreso en mi hogar, encuentro que algo no está bien. La puerta ha sido muy bien manipulada y en mi caja fuerte no hay ningún documento. Bufo, marco un número en el celular, por lo tanto, aviso de mi robo.
—Llama a la central, Babilonia estuvo en mi casa, robaron papeles muy importantes.
Gómez me responde:
—Revisa las noticias, no te va a gustar lo que oirás.
Enciendo el televisor. Un auto fue lanzado por un acantilado. El reportero me menciona con palabras muy claras, entonces sé que es un mensaje para mí.
—El hombre lanzó su vehículo y se especula que las llamas lo quemaron mientras empezaba a ahogarse, debió ser una agonía terrible. Esta vez se salvó, pero la próxima podría ser fatal. No hay que viajar con documentos peligrosos, podrías morir de una forma horrible. —El reportero observa el único papel que se recuperó, tiene la tapa de mi libreta con mi nombre—. Lo bueno es que la víctima no fue Dalton Weiner.
Me quieren asustar, pero no van a detenerme. Me encargaré de destruir Babilonia y recuperar la vida de miles de niños. Eso incluye a la hija de Kenya, lo juro.
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