Ridey

Estoy en la tina con un cadáver. La chica, con aquellos ojos opacos y sin vida, se está sumergiendo, pero me molesto más cuando Nigel entra con prepotencia a mi baño. ¿Quién le dio permiso? Me tomo mi copa de vino, entonces observo su vestimenta.

—Primero abogado, luego psicólogo y ahora mi agente —me burlo—. ¿Cuántos trabajos tienes?

Acomoda sus lentes, entonces me observa, enfadado.

—¿Qué se supone que estás haciendo?

—Sé que es muy temprano para beber, pero...

—Hablo de la chica —me reprende.

—¿Quién? —Señalo a la muchacha muerta a mi lado—. ¿Ella?

—¡¡No!! La otra. ¿Por qué no la mataste? Es un riesgo.

—¿Sunny?

—No me importa su nombre, exijo una explicación.

—No es virgen —digo sin titubear.

—Eso no es una excusa válida.

—Me vale. —Tomo un sorbo de mi vino—. Solo asesino vírgenes y lo sabes.

—No puedes dejar cabos sueltos, Ridey, ya es suficiente con que uses tu verdadero nombre.

—Quiero y puedo, ese es tu problema, no entiendes mi arte. —Hago una pausa—. A Kyan le gustaba la sique, Ezra quería ser famoso, ni idea lo que hace Navian, pero yo sé lo que deseo, y eso es limpiar el mundo. Si no te gusta, ve a quejarte con tus jefes.

—¿Entiendes lo que estás diciendo? —Bufa—. Estoy cansado de lidiar con ustedes. Como sea, te vas a morir como los demás, ya no importa.

—Sunny no va a matarme, ella me ama.

—No entiendes...

Sonrío con malicia.

—Nigel, me he salvado de ser descubierto, lo volveré a hacer de nuevo.

—Más te vale, porque no necesitamos a otro Navian arreglando desastres. —Hace una pausa para cambiar de tema—. Por cierto, ten cuidado con Kenya, está persiguiendo Impunes.

—La favorita de Yalman no me preocupa, es una impura como tantas.

—Lo que sea, ya hice mi labor de advertirte, ahora te toca a ti.

—Gracias, Nigel, lo tendré en consideración —me burlo y rodeo mi brazo en el cadáver—. Ahora déjame a mí y a mi arte solos.

Se retira, entonces vuelvo a tomar de mi vino, quedándome pensativo. Ni idea por qué se preocupa, no es novedad que alguien quiera matarme. No obstante, yo tengo que seguir con mi misión artística. Llegaré muy lejos depurando el mundo. Al menos así, lograré que las puras vayan al cielo. Tengo mucho trabajo que hacer, y ser un actor porno me mantiene en el anonimato, ya que ataco a las contrarias de las que vienen a mí. Hay tantas que están sucias, al igual que Sunny. Ninguna de esas me sirve, son despreciables, merecen vivir en este infierno, por eso no tienen el privilegio de morir. Nadie lo entendería.