Dos meses después

—¿Jungkook?

—Pasa Haerin —le aprobé el acceso a mi despacho. La castaña ingresó con una amplia sonrisa, le alegraba verme y yo también me sentía como en casa cada que vez que me visitaba.

—¿Sucede algo? —se estacionó detrás de mí. Posó sus manos sobre mis hombros mientras me seguía la vista en la misma dirección en donde miraba desde hacía ya un rato —¿Quién es él?

Hacía unas tres horas aproximadamente había llegado un chico. Un tal Jimin, el que ayudó a Yuna a salir de ese lugar en donde la habían metido por culpa de su padre. Vino precisamente a saber de ella, a verla, a platicar.

—Jimin —le contesté con cierta tristeza. Llevo horas viéndolos por la cámara de seguridad. Ríen, hablan, se tornan de las manos y en pocas palabras, ambos se ven muy felices en la compañía del otro.

—¿Es su mejor amigo? —Haerin aún no alcanzaba a ver lo que yo ya veía incluso antes de lo que pensaba.

—Es un chico que le gusta —fue mi única contestación al verlo claro.

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YUNA

Corrí cuando me informaron que Jungkook me necesitaba con urgencia. Abriendo la puerta del despacho y descubriendo su interior, no tardé en sonreírle a quien me esperaba aplastando medio trasero sobre la mesa.

—Jungkook... —caminé hacia él. Quería abrazarlo, besarlo, sentirlo, pero el mayor me rechazó en cuanto coloqué mis manos en sus hombros para atraerlo a mi.

—Necesitamos hablar —se veía muy serio, lo que me indicaba que esto iba enserio.

—¿Sucedió algo? —me preocupé.

—No —medio sonrió —Solo te quería informar que tú contrato terminó. Ya no vale la pena que sigas trabajando para mí, Dana está con sus abuelos y yo ya no necesito de tú servicio.

Todo lo que me estaba diciendo me preocupaba mucho, porque bien él podía pedirme quedarme, pero en su mirada no aparecía un rastro de querer hacerlo.

—Jungkook —todavía me encontraba confundida —¿Me estás corriendo de tú vida —poco a poco sentía como mis ojos picaban y en cuestiones de segundos podía sentir lágrimas acumularse.

—No —se encogió de hombros —Solo quiero que tengas más tiempo para ti. Que salgas con tus amigas, que pases rato con tu padre y que seas muy feliz a lado del hombre que decidas amar...

—Y ese hombre eres tú —quise sonreírle, pero Jeon me acortó en seco.

—Eres una niña. Yo soy un hombre mayor —pausó —No te equivoques Yuna, y no trates de confundirme, que todo esto, yo ya lo veía venir.

—¿Pero de que estás hablando?

El pelinegro tomó mi rostro entre sus dos manos. Sus ojos se conectaron con los míos mientras yo sentía un dolor en el pecho que parecía asfixiarme por segundos.

—¿Dieciocho  y treinta?¿No creés tú que es una pésima cifra?—noté su tristeza, su desolación en los ojos mientras me decía aquello.

—La edad no importa si hay amor —hablé firme. Jeon soltó una pequeña risita resignada.

—Si hubiese amor, quizás las cosas si se darían como tú dices —contestó. Abrí mis párpados gigantes, lágrimas recorrían mis mejillas ya estas alturas, ¿porqué me decía esto a estas alturas?

—¿Estas queriéndome decir qué tú no me...?

—Tú no me amas, Yuna —se adelantó —tú corazón pertenece a otra persona , y el nombre de esa persona es Jimin ¿O me equivocó?

—¡No! —lo abracé con fuerza sin creer lo que vendría después de esto, no, simplemente no —Yo te amo a ti, no a Jimin, yo solo...

—No te engañes a ti misma. No ocultes lo que sientes —me apartó de él —No te preocupes por mí. No sientas remordimiento, yo solo quiero que seas muy feliz, así no sea a mi lado...

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JUNGKOOK

Yuna no llegó a destruir mi matrimonio para luego irse, en realidad ella apareció en nuestras vidas para revelar lo que andaba mal. Tomándome un trago y mirando el cielo en él balcón de mi habitación, un suspiro se me escapó acabando con él aire que tenía en los pulmones.

Han pasado varios días desde que lo dejé con Yuna, no puedo decir que no la extraño porque mentiría descaradamente, se volvió alguien importante para mi y me dio lo que yo necesitaba en su momento, ambos disfrutamos del otro pero...también había que ser maduro y darse cuenta que a veces no es lo correcto, porque si hay alguien que le puede dar mas de lo que yo le hubiese dado a ella, ese es Jimin.

—¿Te acompaño? —la Voz de Haerin apareció de la nada a mi lado.

—Pensé que estabas en la búsqueda del amor de tú vida —le serví una copa con lo mismo que yo tomaba —¿Qué paso con SeokJin?¿Lo encontraste?

—Me enteré que estaba casado. Ya tiene su propia familia —se oyó tan tranquila y despreocupada. Típico en ella, siempre enfrentando los problemas de frente y sin remordimiento —¿Que sucedió con Yuna y su padre?-

—Lo perdonó. Es su padre después de todo —toso un poco. Haerin se quedó viéndome unos instante

—¿Y ella?¿Tú?

—Ella debe de estar saliendo con su novio Jimin. Dejé que fuera libre, ella es una niña y eso era lo que debía de ver, a mi lado no sería del todo...felíz —correspondí su mirada —Y yo, púes. Aquí bebiendo contigo —soné divertido.

Haerin igual sonrió. Hubo varios segundos de silencio entre ambos hasta que se dignó a romperlo con algo que no me lo esperaba.

—Eres muy guapo —dejó la copa de lado para abrazarme por el cuello —Aunque estemos separados, tú sigues siendo mi esposo —susurró muy cerca de mis labios.

—¿Estás borracha? —alcé una ceja.

—El borracho eres tú.

—Yo no estoy borracho. Yo sé muy bien lo que hago —aferré mis manos a  su cintura —No se como fui tan ciego en no fijarme de la grandiosa mujer que eres —la miré con ternura —Gracias por estar aquí, siempre.

—Siempre estaré para ti, y para nuestra hija —me abrazó con fuerza. Otros segundos más nos quedamos así. Abrazados, compartiendo mutuamente nuestro calor corporal.

—Haerin —hundí mi nariz en su cuello. Aspirando su fresco olor —Quiero desnudarte, permiteme acariciarte y besarte como nunca lo hice... —susurré cerca de su oído.

Ella soltó una risilla.

—¿Ahora me pides permiso? —la castaña me brindó un beso corto en los labios. Luego comenzó a desnudarse ella misma —Follame si así lo deseas. Si de verdad quieres sentirme.

—Claro que quiero sentirte —alzándola entre mis brazos, la esbelta mujer enredó sus piernas en mi cintura —También permiteme decirte, que eres hermosa.

—Se que lo soy —bromeó guiñando el ojo. La llevé con cuidado hasta dejarla sobre el colchón. No tardé en posarme sobre ella —¿Y si nos volvemos a casar? —me fue desnudando poco a poco con sus manos.

—¿Porque no? —besando su boca con pasión contenida, mis manos caprichosas recorrieron cada línea de su escultural figura femenina.

No me sentía solo después de todo, pues ya tenía alguien que nunca perdí y que con seguridad, quedará a mi lado incluso cuando envejezca.

Porque eso era lo que faltaba:

Namjoon quedó en bancarrota después de los problemas ilegales.

Dana vive con sus abuelos y viene a pasar vacaciones con sus padres.

Tae ahora si consiguió una novia y esta le  a quitado sus vicios como mujeriego y su masoquismo ante las mujeres.

Yuna ahora es novia de Jimin.

Y yo me volveré a casar con Haerin.

Y así debería de haber sido desde un principio, aunque si no hubiese pasado lo que pasó en todo este tiempo, a lo mejor yo no me hubiese dado cuenta que Haerin era la mujer de mi vida.

Fin

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Awwww quiero llorar. La verdad es que no me gusta él final, pero no todos son tan felices como se pintan.

Gracias por acompañarme en esta pequeña aventura.

La verdad es que no pensé que les gustara del todo esta historia.

Bueno, me despido.

Nos veremos él relato que tengo preparado para él cumple de Joonie, casi lo tengo terminado ya y mañana lo publicaré a la hora justa, esperemos que nuestro líder haga Vlive porque yo lo espero.

Lxs sarangheo💜