{alternative final} Seungmin sólo puede ser libre en su mente
Seungmin estaba sobre la cama de Changbin.
Su estado no podría ser más deplorable.
La viva imagen de alguien en cautiverio.
El monstruo había salido más que complacido de aquella habitación después de jugar con su hermosa muñequita.
Changbin adora poder jugar con su muñequita.
Completamente desnudo, su blanquecina piel llena de chupetones y marcas nuevas además de estar lleno de semen.
Su rostro estába demasiado pálido, sus ojitos llenos de lágrimas y su cuerpo estaba cansado, no podría soportar una ronda u orgasmo más.
Muñequita, muñequita ¿el monstruo volvió a jugar contigo? ¿Te divertiste?
Con las pocas fuerzas que tenía intentaba desesperadamente poder levantarse.
Cosa que no logró conseguir, ya que sus piernas temblaban como gelatina y cualquier fuerza que pudiera tener terminó yéndose.
No pudo ni siquiera dar un paso, sus piernas estaban tan débiles que no le sería posible mantenerse en pie.
Estirando su mano logró tomar el ahora arruinado vestido que había estado usando minutos antes.
Estába roto, andrajoso y arrugado, ya no tenía belleza ni utilidad alguna.
Seungmin estába igual que ese vestido. Sucio y sin belleza alguna.
—Sucio. Está sucio.—
《Sucio, está sucio como tú.》
El único que podía ver belleza en una muñequita sucia y andrajosa como él era Changbin.
Linda muñequita, ¿aún sirves? ¿El monstruo no te ha roto por completo?
Sin más, empezó a vestirse o mejor dicho, tratando de vestirse. Ya que aquel vestido no cubría bien su maltratado cuerpecito.
Ahora tenía que cumplir una misión más que importante: intentar caminar hasta el baño... o tan siquiera lograr arrastrarse.
Poco a poco, Seungmin fue arrastrándose por el frío piso de cerámica de aquella casa.
El monstruo lo observaba entre las sombras, estaba feliz de ver la debilidad en el cuerpo de Seungmin. Debilidad que debía tener para siempre.
Dejaría tranquilo a su muñequita por ahora. Pero en la noche volvería a disfrutar de su hermoso cuerpo y angelical rostro lleno de lágrimas.
3:00am
Seungmin había despertado debido a un fuerte ruido proveniente del pasillo.
Tembloroso, creía que el monstruo quería volver a jugar con él.
A tientas se aferró a su fiel peluche esperando, mejor dicho, rogando por que no fuera Changbin.
Para su sorpresa, nada había ocurrido. Aún seguía vestido y el mayor no estaba en la habitación, cosa que lo aliviava en demasía.
—¿Que crees que haya sido ese ruido, Nun?—
Su mirada fué hasta su peluchito, obteniendo silencio como respuesta.
—Deberíamos ir a investigar que fué eso, no vaya a creer el monstruo que rompimos algo y nos castigue.—
Sus piernas habían logrado recuperar un poco su movilidad, así que podría caminar tan siquiera un poco.
Tirando las sábanas a un lado, sentándose a la orilla de la cama y sosteniéndose fuerte de la mesita de noche que estába cerca de él, logró levantarse.
A pasitos de tortuga se dirigió hasta su puerta, estirando su mano giró la perilla, logrando abrirla.
Asomó primero su cabeza, notando que todas las luces estaban apagadas.
Aferrándose a la pared más cercana continuó caminando a paso lento, tratando de hacer el menor ruido posible. Aún no sabía si el monstruo quería tenderle una trampa.
A lo lejos pudo observar una luz, proveniente de la habitación del monstruo.
Seungmin tragó saliva.
—La luz está encendida y de seguro el monstruo está despierto ¿Q-querrá tendernos una trampa, Nun?—
《No lo creo Minnie, si hubiese querido tendernos una trampa ya nos habría atrapado. El monstruo no está ahí.》
Su peluchito le había hablado, Seungmin dirigió su mirada a este.
—¿Como estás tan seguro de eso?—
《El monstruo odia la claridad. ¿Porque crees que la casa siempre está en tinieblas? Por qué él odia la luz. Dudo que el haya dejado la luz encendida.》
Su peluchito tenía razón, el monstruo jamás dejaría la luz encendida. Alguien cuyo corazón es negro como la noche y vive entre tinieblas jamás aceptaría la luz.
—En eso tienes razón, pero aún así... tengo miedo. No quiero que nos haga daño.—
Su cuerpo temblaba levemente.
《Esta vez no deberías temer, ya que estoy aquí. Vamos, yo estaré contigo y si es una trampa que nos atrapen y castiguen juntos.》
Muñequita, muñequita ¿serás valiente?
Soltando un fuerte suspiro continuó caminando a pasitos de bebé.
Cuando iba acercándose a la puerta sintió algo húmedo entre sus pies. Era un líquido, un líquido rojizo, proveniente de la habitación de Changbin.
《¿Qué será esto?》
Linda muñequita, serás testigo de una grotesca visión.
Su mano empujó la puerta, abriéndola sin más rodeos.
Al estar abierta volvió a ver aquél líquido carmesí que había visto por el pasillo.
Al alzar su mirada, se encontró con una escena grotesca.
La habitación estaba hecha un desastre, un mar de sangre llenaba el suelo y ahí, tendido sobre la fría cerámica estaba el cuerpo inerte de lo que alguna vez fue la pesadilla de Kim Seungmin.
El monstruo al fin había muerto.
Su cuerpo estaba totalmente inerte, sus ojos cerrados como si estuviera durmiendo y un filoso puñal ensangrentado clavado en todo el medio de su pecho.
Seungmin no podía creer lo que estaba viendo.
Pero lo que más le sorprendía era ver a un hombre arriba del cuerpo de lo que alguna vez fué Seo Changbin. Y lo más loco, Seungmin no le tenía ni la mínima pizca de miedo.
El desconocido volteó a verlo, esbozando una bonita sonrisa.
Su sonrisa estaba llena de sangre, pero a Seungmin le pareció la más hermosa que hubiese podido ver, ya que despedía confianza y ternura.
El hombre se levantó y se dirigió a Seungmin, quien abrazaba con fuerza a su peluche.
—Ya no debes temer, pequeño. Él ya no te hará daño.—
Posicionó una mano en sus morada cabellera y los revolvió suavemente.
—¿Quién es usted?—
El chico era bastante guapo, aún cuando su rostro y ropas estaban manchadas de sangre no le quitaba su gran belleza, aquel chico había sido su salvador por lo tanto no podía temerle.
El mayor abrió su chaleco y mostró una identificación, aquél hombre era un policía. Minnie empezó a leer.
—Lee... JongSuk. Tiene un bonito nombre.—
—Fuí una víctima al igual que tú, bonito. De ahora en adelante volverás a ser libre y a tener una vida digna.—
Libre. Una muñequita libre.
—¿Nun y yo seremos libres? ¿De verdad?—
Seungmin acarició la cabecita de su peluche y JongSuk asintió de manera paternal.
—Si bonito, tú y Nun al fin serán libres. Ya no tienes nada que temer.—
Sin decir nada más, alzó al menor entre sus brazos, como si de un bebé se tratase. Seungmin se aferraba a su cuerpo, su mirada fija en el cuerpo del monstruo.
《Ya no vendrá por mi, ya no me hará jugar de nuevo.》
La pesadilla al fin se había acabado. El monstruo dejaría de hacerle daño.
Lágrimas de alegría empezaron a salir de sus ojos.
Al fin podría tener la libertad que tanto había anhelado.
El cuerpo del más alto era acogedor, se sentía seguro estando en sus brazos. Verdaderamente que era un ángel caído del cielo.
Lastima que aquella felicidad no duraría...
《Tonta muñequita, ¿en serio crees que serás feliz?》
Su ceño fué arrugado llevando su mirada a su peluche.
—Al fin seremos libres Nun... ya no seré una muñeca.—
Aquello lo había dicho de manera inaudible.
《Jamás lograrás ser feliz, eres y seguirás siendo la muñequita de Seo Changbin.》
El menor logró tragar saliva.
—J-jamás, el monstruo está muerto, ya no seré su muñequita. Nos han encontrado y podremos volver a casa.—
Su corazón empezó a acelerarse y observaba como su entorno empezaba a distorsionarse, como si de una pesadilla se tratara.
《Acepta tu destino, Minnie. Vamos, es hora de despertar.》
No podía ser cierto, no podía estar soñando.
《Despierta Minnie.》
Su cabeza fue sacudida fuertemente y en cuestión de segundos la oscuridad lo cubrió por completo.
Su mente siendo cubierta por las frías tinieblas de la noche.
Al abrir sus ojos nuevamente se encontró con la triste realidad... todo había sido un sueño.
Llevando su mirada a los alrededores se dió cuenta de que aún seguía en su habitación.
Su anatomía pobremente vestida. Sus brazos se aferraban a su fiel peluchito y su cuerpo cubierto por las sábanas.
Todo había sido un sueño.
{...}
Días habían pasado y aquél sueño seguía apareciendo en la mente de Minnie.
Siempre aparecían a la misma hora, además de seguir el mismo patrón: se despertaba a las tres de la madrugada debido a un fuerte ruido, iba a la habitación del mayor a investigar; terminando por encontrarse con la grotesca escena y la aparición de aquél chico.
La muñequita está perdiendo su cordura.
Seungmin aún tenía la esperanza de ser libre, aun soñaba con poder ser libre. Pero con el paso de las semanas e inclusive meses esa esperanza fue disminuyendo progresivamente.
Nadie venía por él, los clientes seguían yendo a la tienda del monstruo y solo lo veían como una muñeca más del montón. La policía tampoco tenía ánimos de seguirlo buscando al parecer.
Se habían olvidado de él. El mundo había olvidado a Kim Seungmin.
Tonta muñequita, ¿seguirás soñando? ¿Aún crees que lograrás ser feliz?
¿Para que seguir soñando? Nadie vendría por él.
Ya no valía la pena seguir guardando las esperanzas.
Su destino era ser un mero objeto de placer para Changbin.
Al fin de cuentas, la única libertad que podría tener era en la realidad alterna que su cabecita había creado.
Solo en su mente podría tener un poco de consuelo de su desdichada vida.
No importa cuanto pueda soñar, al fin y al cabo:
Seungmin sólo podrá ser libre en su mente.
The End...
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