preparatoria de chicas de willow creek ♡ parte 1 de 2.
advertencia;
fem jikook (pq es advertencia eso?? lmao)
intento de erótico (no me sale 😔)
violencia, homofobia y bullying jiji
─── ¿Haz escuchado los rumores, NaMi?
─── Dicen que Jeon es lesbiana.
─── Ew, qué asco. ¡Jajaja!
Las chicas rieron, mientras JeongRie escuchaba claramente sus palabras y se cambiaba de ropa en los camerinos. Jóvenes de su edad la rodeaban en sus propios asuntos, cambiándose también de ropa y hablando de tonterías de adolescentes. JeongRie era de las únicas que habían cumplido la mayoría de edad en aquel último año de la Preparatoria para Chicas de Willow Creek, división uno, pero por alguna razón... no la respetaban en absoluto. Es más, era blanco de burlas y de desprecios por parte de las demás muchachas del entorno. Quizás era la envidia por su hermoso cuerpo, proporcionado, su lindo rostro andrógino, o las buenas notas que siempre se sacaba en ciertas materias. Tal vez era el hecho de que siempre actuó raro en torno a las chicas, que a veces las miraba más de la cuenta y tenía problemas para socializar por eso mismo. JeongRie no tenía rutina alguna y aún así era prácticamente perfecta, y muy lesbiana. La envidia y asco de muchas la hacían blanco de burlas y risas, como si su vida se tratase de un show.
Así que era normal para ella que ahora la estuvieran sacando del clóset sin que se los hubiera pedido, dicho o pensado en primer lugar. Era tan normal que ella no reaccionó en ningún momento cuando terminó de ponerse los pantalones cortos y, sin mirar a ninguna chica a los ojos, con esa actitud soberbia y segura de sí misma (como siempre), salió de los camerinos para acomodarse las zapatillas de correr mientras recorría el pequeño pasillo que daba a las canchas de atletismo de la enorme preparatoria. Estiró sus brazos mientras las otras chicas que ya estaban en el campo la miraban con duda, con desprecio incluso, y se hizo la que no captaba aquellos agrios ojos que se fijaban demasiado en ella al momento en que, metódica, comenzó a calentar motores para aquella clase. La profesora no llegaba aún, por lo que las demás muchachas la miraban extrañamente cuando ella estiraba sus brazos a lo largo de sus esbeltas y suaves piernas pálidas, intentaba cubrirse el gran escote con la mano que se suponía debía estar estirada por encima de su espalda. Es decir, debería estar aprovechando el tiempo libre, no preparándose para una clase que la verdad no era muy querida por la mayoría de las alumnas.
Pero ella calentaba un poco. Y cierta rubia la observaba con el rostro caliente y los pomposos labios entreabiertos.
─── Deja de practicar, fenómeno. ─── se escuchó una potente voz más o menos grave, rasposa, proveniente de una chica que se acercaba desde los camerinos con las manos en la sinuosa cintura. Tenía el cabello largo y chocolate suelto tras la espalda, el flequillo sostenido a ambos lados de su rostro con lindos broches pequeños de color lima y amarillo. Su rostro era perfecto, circular y con lunares en los sitios más inesperados; en el ojo derecho, donde tenía un doble párpado, y en la punta de su nariz recta y respingada. ¿Por qué JeongRie se fijaba tanto en aquellos detalles? Suspiró al estirarse por última vez y alzar la espalda hacia su principal bully, con la mirada oscura intentando desafiarla.─── Es momento de molestarte un poco. ¿No te parece gracioso?
─── A veces, supongo. ─── respondió entre agria y despreocupada la chica, encajando sus fuertes y delgadas manos en los bolsillos de su pantalón corto. Las demás jóvenes, dispuestas a molestarla, soltaron falsos grito ahogados de sorpresa, a lo que JeongRie puso sus ojos en blanco, balanceándose de un pie a otro completamente relajada, como si no estuviera a punto de recibir una paliza porque sí. Eran cuatro chicas, y la molestada intentó desafiarlas a todas con la mirada más intimidante que pudo sacar de sí. Lo logró por unos momentos, pero luego las bullys se rieron de ella, intentando cubrir sus nervios con la burla que tanto las caracterizaba a ellas.─── Deja eso, TaeHyeon. No sirve de nada molestarme.
─── ¡Claro que sí! Me divierte. Nos divierte. ─── miró hacia atrás, donde las demás muchachas seguían riéndose. Ahí estaban YoonJi, HoBi y EunJin. Todas sonreían tan lindo, algunas tenían sonrisa de corazón y otras una gummy smile muy linda. Pero a JeongRie no le hacían mucha gracia aquellos detalles tan lindos por parte de las jóvenes, porque por más que fueran unas chicas físicamente hermosas, sus personalidades, sus formas de ser... dejaban mucho que desear. Por ello es que se dispuso a hacerles un gesto de desprecio con tal de escapar de la escena, pero TaeHyeon la agarró de la muñeca y luego la tiró del cabello, que estaba amarrado en una cola alta.─── ¿Acaso a tí no te divierte que te molesten chicas lindas? Maricona de mierda. ─── susurró en su oreja.
JeongRie se dió media vuelta para darle con la rodilla en el pecho, y luego la agarró de la cintura para hacerle dar una vuelta en el aire, dejándola caer al pasto húmedo de la tarde nublada en la que se hallaban inmersas. Las demás muchachas comenzaron a susurrar, y la clase entera comenzó a dar cuenta de lo que estaba pasando. A Jeon eso le molestaba demasiado, pero no dijo mayor cosa al respecto. Tan solo hizo una mueca maleducada para apartarse por fin de las chicas que tanto la molestaban para irse a otro lado a calentar un poco el cuerpo. Varias muchachas se quedaron mirando a TaeHyeon, quien se quejaba de dolor en el suelo, y la atención quedó en ella, la pobre chica que tanto le tenía rabia a la malvada y pervertida JeongRie.
Estirando sus rodillas, parada al frente de las gradas al aire, pensaba en cómo salir de aquella situación tan engorrosa, cómo dejar de pasar malos ratos en la preparatoria, porque se suponía que estaba en el punto más memorable de su vida. ¿No? Mierda, ni siquiera estaba segura de lo que sentía respecto al mundo en general y ya le obligaban a sacar un secreto que en realidad no tenía nada de malo. Sólo algo... de tabú. Algo mucho. Dolía como la mierda el que le intentaran hacer la vida imposible desde que se enteraro de aquello, muy por encima de sus deseos, pero por el momento no se le ocurría forma alguna de mejorar su situación tan poco agradable. Estiró sus hombros y omóplatos, haciendo que uno de sus brazos rodearan su cabeza azabache. Y al alzar la cabeza se dió cuenta de que una chica la estaba mirando fijamente, con la boca entreabierta.
Tenía el largo cabello castaño y lacio tomado en dos coletas bajas, que caían por detrás de sus hombros, y un rostro dulce de labios pomposos y mejillas sonrosadas. Ojos pequeños de gatito bebé, nariz de botón, y las ligeras cejas ocultas bajo un flequillo igualmente ligero. La piel pálida, su contextura delgada y de aspecto frágil. Mierda, era muy linda. Tenía un libro en el regazo y la seguía observando por un par de segundos más antes de darse cuenta de que JeongRie la estaba mirando de vuelta y, ahora más roja, bajó la cabeza a su libro que de seguro era muy interesante. Pero JeongRie carraspeó con una de sus cejas arqueadas estando alzada, y eso hizo que la chiquilla linda posara sus ojos en ella otra vez. De seguro le latía muy rápido el corazón. Era demasiado linda, de aspecto tan angelical, con esa piel suave y rasgos femeninos...
─── ¿Tengo algo en el pecho? ─── preguntó descaradamente JeongRie con esa mirada agria que ahora intentaba dominar para no dejar que la chica aquella se asustara de más. Pero ella no parecía asustada. Por el contrario, sonreía nerviosa ahora que escuchaba su voz y jugueteaba con las páginas del libro, sus dedos eran pequeños. Ella era tan tierna. Tan tierna...─── Tú eres JiMin. ¿No?
El rostro de la castaña pareció iluminarse de alegría y asintió repetidas veces mientras sonreía ahora con más energía. JeongRie la miró de nuevo con descaro de arriba a abajo, y luego a los ojos. Pero no tuvo que decirle otra cosa, porque la tal JiMin ya se adelantaba con su voz que oh, sorpresa, era tan angelical como su apariencia. Era tan melodiosa y suave, y tenía un leve acento costero.─── ¡Sí! Soy ella. Estaba leyendo pero no pude evitar ver la discusión que acaba de tener con TaeHyeon y... Lo siento por no meterme a ayudarla, pero es que ya ve cómo son mis brazos... ─── alzó el derecho e intentó endurecer sus músculos, pero sólo se notó un lunar diminuto en la zona de su bícep que nunca se alzó.─── No sirvo para peleas físicas.
─── Está bien.
─── Aparte, me parece muy cool de su parte el cómo se defendió de ella. Algún día podré llegar a su nivel, espero, y... ─── intentó seguir halagando a JeongRie pero tuvo que detenerse cuando ésta siguió calentando el cuerpo para no tener ningún esguince o desgarro al correr. La forma en que su cabello caía sobre sus hombros y espalda, brillante incluso entre la niebla de media tarde, sus largas y esbeltas piernas fuertes, delgadas, la cadera pronunciada y la cintura pequeña. Todo en eso parecía que le causaba cortocircuito a JiMin, y eso le dió otra señal a JeongRie para actuar de una vez. La chica era muy linda y a Jeon le encantaban las chicas lindas. ¿Qué podría pasar? Nada. Sólo que...
Sonó un silbato.─── ¡Chicas, ¿qué hacen?! A correr, ¡a correr! Algún día van a superar a JeongRie, pero si no corren jamás van a hacerlo.
─── ¿No vas a correr? ─── preguntó la nombrada con una expresión un tanto más amable, ahora que había bajado la guardia ante la presencia más bien gentil por parte de la de dos coletas. Quien negó con la cabeza junto a una sonrisa que de nuevo nacía en sus labios carnosos y pequeños, como los de una muñeca.
─── No tengo músculos y jamás los formaré por una condición genética.
Por eso tenía el libro. JeongRie por alguna razón pensó en preguntarle cuál era el escrito, pero de nuevo sonó el silbato y eso la hizo despedirse de una JiMin rojita y muy acalorada quien, agitando su mano, luego se cubrió el rostro con su libro, agitando los pies.
Sí, era una chica linda. La debilidad de JeongRie.
♡
La vió caminando usando el uniforme de siempre, el cabello ahora tomado en dos coletas altas, y su corazón dió un vuelco al verla sonreír por el libro que estaba leyendo. Todas las alumnas caminaban tranquilamente con sus amigas, y era extraño para JeongRie ver a una chica tan linda como JiMin estando sola. ¿Quizás realmente no tenía muchas amigas? Pensaba en ello cuando decidió seguirla, dispuesta a saber más de ella, pero algo de vergüenza se apoderó de su cabeza al ver cómo las demás muchachas se la quedaban mirando. A ella misma. JeongRie estaba cansada, ¿acaso no podía intentar ser una chica normal, como cualquier otra, en aquella preparatoria llena de gente que usualmente la habían tratado medianamente bien antes de que la sacaran del clóset de manera forzosa? Detuvo sus pasos en medio del pasillo y se decidió a ir al baño, donde al entrar, las chicas en el interior salieron casi corriendo con miedo y riéndose nerviosas. Como si JeongRie estuviera por comérselas tal cual un perro rabioso o algo similar.
Se miró al espejo; estaba igual que siempre, con el cabello azabache y lacio cayendo sobre sus hombros alargados, de noventa grados, las largas extremidades y la cintura delgada decorando armoniosamente su expresión de princesa. Porque era una princesa, ¿no? Quizás un ángel. Quería pensar eso, quería dejar de pensar en que se estaban burlando de ella todos los días por algo que no correspondía. Necesitaba pensar en ella misma como algo que iba por sobre las demás para no rendirse, para seguir adelante, Egoístamente, comenzó a maquinar sus pensamientos mientras se arreglaba el cabello y alisaba la falda de color azul marino con las manos: de cierta forma, sí que era superior. Porque tenía claro que no debía molestar a las demás por tonterías o, por el contrario, por cosas tan importantes como la identidad de una persona. Se sacó el blazer azul marino para amarrárselo a la cintura, admirando la forma en que ésta se marcaba gloriosamente, y se dispuso a salir de los baños con la expresión de siempre en su rostro lozano. Perfecto.
Caminando en los pasillos, aburrida porque aquel receso era demasiado largo y aún no tenía hambre, fue hacia la cancha de atletismo. Donde no se esperó a ver gente, porque nadie iba por cuenta propia ahí si no era para practicar algún baile o a grabar TikTok's. Por suerte, la cancha parecía vacía una vez llegó, y caminó alrededor de la misma con tranquilidad, respirando la calma de los árboles que rodeaban la hermosa preparatoria, casi como un bosque privado para las alumnas y funcionarias. Entonces fue cuando la encontró.
Leía, y se veía incluso más alargada que JeongRie. Su mirada era intensa sobre el libro, santa mierda, era muy atractiva. Verla con esa expresión profunda en sus facciones suaves, de muñeca, el rostro pequeño. Tenía ganas de sentarse a su lado y hablarle de lo que fuera, pero se decidió a primero acercarse con cautela, porque se sentía como un lobo cazando a un pequeño gatito indefenso e inocente. Suspiró bajito y caminó hacia ella, hacia las gradas, donde se sentaba en la parte superior y se hacía casi bolita, posición fetal, como protegiendo su libro. Le gustaba su figura delicada y desarrollada al mismo tiempo. Quería ver si el vello ligero de sus brazos se erizaría tan sólo con las puntas de los dedos de la mayor, si su boca daría sonidos quedos o fuertes al inhalar el aroma de su perfume en el cuello, por debajo de su oreja. Tenía el deseo de complacerla, y tan sólo con una mirada, ya estaba por cumplir las palabras de las demás. Porque por más que no quisiera serlo con las chicas que le gustaban, lo cierto es que JeongRie era una pervertida. Y estaba bien. Estaba bien porque no hacía nada al respecto. Sólo pensaba y deseaba en silencio, queriendo molestar lo menos posible a las involucradas porque era lo último que quería hacer. Pero ahora le daban ganas de perseguir, de coquetear con esta muchacha, saber de ella y entender también cómo es que alguien podía ser tan linda e interesante y saberlo con sólo un par de miradas.
La alcanzó hasta las gradas, pero no subió a sentarse con ella. Sólo la miró desde aquel sitio, sus piernas pálidas y suaves, las rodillas sonrosadas por el frío usual de Willow Creek.─── ¿Por qué no te había visto antes fuera de clases?
JiMin alzó la mirada, y le sonrió, como si la hubiera estado esperando todo este tiempo.─── Me quedo en el salón.
─── Hm. ─── asintió JeongRie, intentando hacerse la interesante también al mantener la expresión dominante en su rostro. Subió las escaleras para sentarse al lado de JiMin, y mierda, su aroma era tanto y más deleitable de lo que esperaba. No era ligero, era una especie de estilo rococó lo que cargaba la más baja, porque esa chica de ensueño era más baja que ella y lo sabía ya. Ladeó su cabeza sin dejar de mirarla, y pronto ambas se hallaban enfrascadas en su mundo, que surgió tan rápido como JeongRie alzó una ceja inquisitiva y posó una mano sobre su muslo. JiMin se rió nerviosa y desvió sus orbes hacia otro sitio. Quizás hacia la entrada de la cancha, porque tal vez, sólo tal vez, quería aquello y no deseaba ser atrapada por alguien más. La mano de JeongRie subió hasta que las puntas de sus dedos se posaron debajo del dobladillo de su falda.─── ¿Qué lees?
Directa y... Basta, se notaba que JiMin no podía concentrarse con ese tacto repentino que la tomaba por sorpresa. Se veía en sus ojos, que se deslizaban del libro que ahora cerraba sin marcar y la mirada intensa que JeongRie le dedicaba. Sólo a ella. Era suficiente con la manera en que todo había escalado rápidamente, pero JeongRie sabía que JiMin la había estado mirando éstos últimos meses, del año anterior, con deseo. Lo notaba cada vez que la observaba en clase, atrapándola con sus orbes y enlazándose ambas en añorantes ojos que brillaban cono diamantes al Sol. Había escuchado a JiMin decir una vez que si JeongRie fuera un hombre, estaría con ella. Y luego un papel había llegado a su mesa diciendo que no era necesario que fuera hombre para estar juntas. Anónimo. Y una coincidencia abismal. JeongRie lo sabía, sabía que JiMin deseaba aquello, tanto como ella misma lo quería desde que la vió hacía unas semanas, sentada en las gradas. Cuando se tomó el tiempo de observarla y terminar de decidirse porque le gustara. Que era preciosa y necesitaba beber de su elixir.─── E... es un libro d... de... ─── JiMin inhaló por la boca al ver que la más alta ladeaba la cabeza, condescendientemente.─── ... de... Nabokov...
─── ¿Cuál? ─── JiMin dejó el libro a un lado y se acercó a JeongRie con la cabeza gacha, negando, susurrando alguna cosa que la mayor no pudo entender. Le hizo suspirar de nuevo cuando sus dedos alcanzaron la unión entre su muslo y la cadera, donde descansaba el encaje moderado de su ropa interior. Fantasía, una fantasía verla suspirar y apoyar la cabeza en su hombro, con la carita roja y las mano temblorosas bajando la falda azul marino lo máximo posible. Lamió sus labios.─── Discúlpame, bonita, no te entendí muy bien.
─── 'Ada o... o el... el ardor'. ─── suspiró JiMin en contra de su propio aliento a hierbabuena y menta. JeongRie sacó la mano de debajo de la falda ajena y agarró la muñeca de JiMin con decisión, mirándola a los ojos cuando, con la zurda, agarró su cintura y la atrajo a su propio cuerpo, sin decoro ni suavidad alguna. Sólo lujuria en sus ojos oscuros de demonio. De nínfula (Dios, qué asco aquella palabra).─── JeongRie... JeongRie unnie...
─── ¿Sí, linda?
─── ¿Puede besarme?
no sé cuándo voy a subir lasegunda parye pero
va a ser lemon/smut ñgñfññf
jiji♡bsos en la riata
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