Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

6. Llegada de Wendy

Una tarde descubrí que Shane Matt (como quiere hacerse llamar él) también contaba con un canal en YouTube, el cual tenía más covers que en SoundCloud, así que me animé a ver algunos. Luego de un largo tiempo me di cuenta que Shane es, probablemente más alto que yo, cabello corto y castaño oscuro, ojos café y un tanto saltones; además de mostrarse tan concentrado y a la misma vez tan feliz con lo que hace, y todo eso me hizo sentir un poco abrumada. Entonces para el siguiente video cerré los ojos, e imaginé a Shane estando ahora mismo en mi habitación, tocando con su guitarra y acercándose cada vez más a mí, a tal punto de cantarme a los oídos.

La sensación fue tan extraña que me sobresalté y me quité los audífonos bruscamente, pretendiendo haber sentido un cosquilleo en la oreja.

ShaneMattMusic: y dime, ¿cuál es tu canción del verano?

Las conversaciones virtuales con Shane poco a poco iban pasando a ser constantes. Más que de aspectos personales charlábamos sobre música, los artistas que nos gustan (en donde él resaltó a Ed Sheeran como su ejemplo musical a seguir), nuestros géneros musicales preferidos, además de compartir nuestras canciones favoritas...

A pesar de que me haya ganado un poco de su confianza, seguía sintiéndome incómoda al mensajear con un extraño (aunque este extraño sea solo un adolescente de mi edad), de modo que procuraba por no revelarle tanta información personal. Si es así, ¿qué sabía él de mí? Físicamente no tiene ni idea de cómo soy puesto que mi avatar sigue intacto desde el momento en que me creé una cuenta en SoundCloud; pero lo básico: soy una chica, vivo en alguna localidad de Georgia (no fui tan específica con esto último), y sobre mi nombre, Shane no pasó por alto de preguntarlo, a lo que yo le respondía con un simple "J". (Pese a ello, él ya se había acostumbrado a llamarme por mi usuario, dándome a entender que por lo menos respetaba mi casi anonimato).

Pero mientras habláramos de música, por mí ningún problema.

Ahora bien, ¿qué canción creo yo que debe ser la canción del verano? Wendy y yo llevábamos semanas sin llegar a concordar sobre la canción del verano de este año para #TalkinBoutMusic. Estaba más que claro que All About That Bass de Meghan Trainor era la que más le afanaba a Wendy cada vez que la oía en la radio; cosa que yo estaba en desacuerdo porque a pesar de su pegadiza letra y ser muy movida no me agradaba mucho, yo optaba mejor por Take Me To Church, porque esa balada sí que lograba tocar todas mis fibras y volverme en un estado sensible en tan solo unos segundos (en serio, no sé cómo lo hacía).

JBrocks123: Definitivamente TMTC de Hozier, es algo sombría pero desgarradora y emocionante

S: Oh, creo que sí la he escuchado antes... Yo prefiero a Chandelier, aunque por más que lo intente nunca lograré alcanzar las notas altas como lo hace Sia :(

J: ¿Has visto su videoclip? De seguro que lo habrás visto. Esa niña Maddie baila tan excelente que me hace querer envidiarla :(

De pronto, oí tres golpes a la puerta de mi habitación. Mamá no suele tocar la puerta, más bien entraría de golpe invadiendo mi privacidad. Pero conozco a la única persona que tocaría así...

...Y vaya que tenía razón: Wendy (con sus lentes de montura, blusa gris manga cero, falda de un café más claro como el color de su cabellera ondulada —y que le quedaba hasta el borde de las rodillas—) y yo nos recibimos con un grito de alegría y un efusivo abrazo.

—Sé que me extrañaste mucho —me dijo ella con una sonrisa y guiñándome.

—Bastante, y realmente estoy feliz que hayan vuelto finalmente —respondí—. Por cierto, ¿a qué hora llegaron? ¿Por qué no me avisaste?

—Acabamos de llegar esta misma mañana, tempranísimo. Golpe de las seis o siete. No te mandé un mensaje porque supuse que para entonces seguirías dormida, así que lo siento.

Estaba en lo cierto que mientras ella y sus padres salían del aeropuerto en busca de algún taxi, yo seguía en cama, plácidamente dormida. Aunque, claro, de haberlo sabido con anticipación le hubiese rogado hasta el cansancio a mi papá de acompañarme a esperarlos antes que se vaya a su trabajo (y sé que él, después de tanta insistencia, aceptaría encantado de llevarles su equipaje en el auto).

—Bueno, eso ya es lo de menos porque lo que importa es que estás aquí y necesitamos celebrar por ello —retrocedí con saltitos hacia la computadora que yacía en mi cama—, y por otra cosa más.

Sin querer cerré la pestaña del navegador en la cual estaba la página de SoundCloud y la conversación con Shane en ella, para buscar en mi carpeta de canciones un archivo titulado "canción_de_la_victoria.mp3" (Low de Flo Rida, nuestra canción para celebrar). Al hallarla —y hacer clic en reproducir—, inmediatamente me dirigí a mi escritorio a sacar en uno de mis fólderes un papel. Tras mi espalda, Wendy murmuraba un «¿De qué me perdí?» con un evidente tono de curiosidad. Finalmente, di un veloz pero dramático giro sobre el talón, sin poder evitar estar con la cara sonriente.

Aquella cara sonriente que haces cuando tienes buenas noticias, y tu mejor amiga te mira con cara de «Qué esperas, ¡cuenta ya!».

—Adivina quién aprobó el examen sustitutorio de Historia —canturreé, con las manos sosteniendo el papel.

—¿Tú?

—¡Así es, yo!

—Espera, déjame ver... —Revisó el examen mientras yo meneaba la cabeza—. Guau, ¿un B+? ¡Eso es más que genial, vale la pena celebrarlo!

Entonces subí más el volumen, y al ritmo de la música nos pusimos a bailar, si es que se le pueda llamar así porque somos unas terribles, terribles bailarinas que lo único que hacíamos era el ridículo, incluso al momento de improvisar. ¿Y qué? Estamos en mi habitación, podíamos hacer lo que se nos daba la regalada gana. Además, no se sentía lo mismo celebrarlo a través del chat que en persona, por lo que tuve que esperar casi tres semanas luego de rendir el examen para recién decirle.

—...Jill, ayúdame.

—¿Qué paso? —dije tras hacer una "onda" con mis brazos.

Bajé la mirada, y en efecto Wendy se encontraba sobre el suelo, en una posición incómoda. Le extendí mi brazo para levantarla, pero cuanto oí que mamá nos llamaba desde la planta baja para comer, la dejé soltar, haciendo que se caiga de trasero otra vez. —¡Comida!

En lo que se tardaba Wendy en pararse y alisar su falda, tomé ventaja de ello para salir corriendo por el pasillo hasta llegar a las escaleras (no sin antes detenerme unos segundos para pausar la canción). —¡La última en llegar se queda sin papas rizadas!

—¡Eh, no si llego yo primero!

... Y Wendy logró desplazarme al saltar los últimos tres escalones.

Me quedaré sin papas rizadas.

Cuánto extrañaba a mi mejor amiga.

La celebración no solo se había quedado en bailar en mi habitación, porque luego de almorzar decidimos salir a pasear en bicicleta por casi todo el vecindario, para hacer por último una parada en Froyorelly's. Sentadas en nuestro lugar preferido —cerca a la ventana donde se podía ver el exterior de la calle, y de paso vigilar nuestras bicicletas—, tratamos de ponernos al día y a la par disfrutando de unos deliciosos yogures helados. (Por supuesto, dejé que Wendy pagara por mí el helado, como compensando lo que me debía anteriormente).

—Definitivamente el froyo de aquí no se compara con ningún otro que haya probado allá en Alaska —dijo ella saboreando el suyo.

—Tú misma lo has dicho —le di la razón, señalándola con la cucharita de plástico—. A propósito, ¿algún romance fortuito allá?

—¿Qué? N-no...

La voz nerviosa. Los rubores que empezaban a notarse en el rostro. El hecho que haya dejado el vasito a un lado de la mesa para ponerse a jugar con un mechón de su cabello. Todas esas pequeñas acciones la hacían delatar sin querer.

—Bueno, sí, había un chico...

Como quien comienza un cuento diciendo «Había una vez...», los relatos sobre las aventuras románticas de verano de Wendy Scott siempre iniciaban con un «Había un chico...». Pero la mayoría de esos relatos no siempre terminaba con un final feliz, puesto que uno de los dos no estaba listo para dar el siguiente paso (muy raras veces porque el chico la engañaba con otra). Y en algunas ocasiones me veía involucrada también, por ejemplo, el verano pasado nos la pasamos espiando a un grupo de chicos realizando ejercicios en el mini gimnasio del parque. Wendy en aquel entonces se sentía atraída por un Adonis llamado Jeff (en serio, demasiado atractivo para su gusto, cosa que me aliviaba porque hasta ahora no se había enamorado de un tipo rudo), pero del cual nunca se atrevió a acercársele y entablar una conversación debido a que se sentía intimidada por sus amigos que siempre lo acompañaban. Así que solo se limitaba a observar de lejos por el resto de las vacaciones. Más adelante, para cuando volvimos a clases, ya no lo solíamos ver cada vez que pasábamos por el parque, pero nos enteramos que Jeff se había mudado a Wisconsin para la universidad, y para sorpresa —y desgracia— de Wendy, ya tenía una novia mucho más sexy que ella —«Saco de papas por siempre», se decía al compararse—. Pero eso no viene a ser el caso.

Esta vez le tocó a un chico pelirrojo, Stephen. Totalmente opuesto a Jeff, pero en sí sencillo y encantador —en las propias palabras de Wendy—, ambos se conocieron en la parrillada que había organizado la familia de ella para el pasado 4 de julio. De hecho, la familia de Stephen siempre había sido vecina de los abuelos de Wendy, y eso que ella recién se daba cuenta. Pese a ese dato curioso y obvio, lograron congeniar rápidamente. Tras unas cuantas salidas, Stephen se atrevió a confesarle sus sentimientos, y le pidió ser su novia. Pero Wendy se negó. Una vez más. «No me sentía lista para una relación a distancia», había sido su excusa.

Y tras escuchar cada fracaso amoroso veraniego, quedaba yo para consolarla. «Tranquila», «No te sientas mal», «Es un idiota total», «No ha sido tu culpa»,...

—No. —Wendy estuvo a punto de sollozar, pero automáticamente se calló para cuando hablé—. Creo que esta vez sí que lo dejaste ir, ¿y qué? ¿Te sigues lamentando? Por favor, Scott, ¡ya pasó! Lo que te digo es que no tienes por qué esperar hasta el próximo verano para conseguir un chico, ni tampoco desesperarte por ello. Estoy segura que para antes del baile de graduación ya le habrás abierto tu corazón a alguien.

—¿Y quién sería? —preguntó, con un atisbo de esperanza.

El punto es que no quería darle esperanza sobre alguien más, no me gustaba jugar a ser casamentera. Eso se lo dejaría a cargo al destino.

—No lo sé, pero ya veremos.

Wendy esnifó, más tranquila. Yo metí un mechón suelto detrás de mi oreja.

—Entre otras cosas, ¿sabes qué cantante va como el más sugerido en los comentarios? —Me interrogó ella, como cambiando de tema.

Negué con la cabeza.

—Lo siento, te juro que no he entrado mucho al blog en estas semanas...

—Yo mucho menos —admitió también—, pero deberíamos de hacerlo en cuanto antes que mis lectores tramen lincharme por hacerles esperar tanto.

—¿Incluido aquellos que solo traen spam a tu blog?

—Supongo... Oye, ¿y qué fue con el chico spam?

—¿Quién? —fue mi respuesta inmediata, mientras escarbaba lo poco que quedaba del helado en el vasito de cartón.

—Ya sabes, el que me dijiste que hacía publicidad en mi blog.

Oh, creo que se refería a Shane. Me encogí de hombros, aparentando normalidad (o indiferencia).

—Quizás ya habrá aprendido su lección de no publicitarse en lugares donde nadie le pidió.

—¿Le llamaste la atención? —Asentí—. Te dije que no lo hicieras porque es una causa perdida; él al igual que el resto de los spammers se hará oídos sordos y volverá a hacer lo mismo para la próxima entrada.

—Pero al menos valió la pena intentarlo, ¿no? —repliqué, sonando un poco fastidiada.

Lo último que quisiera ahora era empezar a discutir con Wendy solo por el insulso tópico del spam, así que me recliné sobre la silla y solté un suspiro, tratando de relajarme.

"Chico spam".

Jamás se me había ocurrido llamarle así a Shane, mi reciente descubrimiento musical que hasta este instante creí que sería buena idea compartirlo con Wendy, pero ahora que lo reconsidero mejor debería guardármelo para mí misma. No por acto de egoísmo o capricho, sino hasta que se dé el momento adecuado de hacerlo.

Nota de la autora: Antes que nada creo que debo disculparme con ustedes por no haber actualizado esta novela en el día establecido (sábado, como debería de ser. Hoy es martes por cierto). Tal como dije en la anterior nota, una cosa que hubiera hecho habría sido rendirme y dejar de escribir esta historia hasta que me vuelva la inspiración (o sea, dejar de publicar por un laaaaargo tiempo para al final eliminarla), pero no. Cada día me ponía frente a la compu a releer hasta donde me había quedado, y escribir y escribir y reescribir, si es que era necesario. Obligaba a mi cerebro a se esforzara en elaborar una idea para el capítulo, aunque poco nada saliera al final de cada sesión. De modo que nunca me había tardado tanto en terminar de escribir un capítulo, y lo siento si es que este ha resultado un tanto forzado (casi ni le he corregido).

Pero en fin, consideren a esto como un merecido regreso de Wendy xD

No prometo cuándo será la próxima vez en que suba nuevo capítulo, pero lo que sí es que llegará en el momento menos esperado. Si alguno de ustedes no son de esperar y esperar, agréguenla a sus listas de lectura hasta que esté terminada. Si no (porque tienen la esperanza en que tarde o temprano actualice), gracias por demostrar su interés en la novela, además de votar en cada capítulo, soportando la larga espera :) 

¿Y de qué otra manera también demuestran su aprecio? ¡Comentando! Sea opinando qué les pareció, notificándome de algún error que cometí al escribir, sugiriéndome qué cosas les gustaría que pasara en esta historia (para tomarlo en cuenta),... ¡Vamos, no sean tímidos! ¿O es que realmente apesto con las notas de autora? (espero que eso no sea la razón. . .)

[Este capítulo no hubiera sido posible sin la lluvia de ideas que me lanzó la genial Danisan66, y aunque no fue tal y como ella lo sugirió, por lo menos espero que esto le haga su día ^w^]


Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro