«Hey chicos, les saluda Shane, y lamento no haber subido covers en estos días porque como verán, he estado bastante ocupado con la mudanza, pero descuiden que pronto habrá más música mía. ¡Los quiero!».

Veía por tercera vez el video corto subido a la cuenta de Twitter de Shane Matthews el pasado lunes. Pausé en el segundo que giraba la cámara hacia él luego de mostrar unas cuantas cajas de cartón, pero debido a que su rostro acaparaba más en el video no lograba ver con facilidad el exterior de su nueva habitación.

Me dejé caer sobre la cama y suspiré en exasperación. Diablos, no había pasado siquiera una semana y ya me sentía como una acosadora queriendo saber en cuál calle ahora vive él. De hecho, no hemos vuelto a hablar desde el día martes, y aunque fue una experiencia agradable y del cual salí airosa y sin enloquecer ante su presencia, creo que a la próxima no suceda lo mismo.

Puede que todavía siga sin superar el hecho que Shane y yo asistiésemos a la misma escuela y compartiéramos una que otra clase. Apenas he estado consciente de ello, que incluso Wendy lo percibió antes que yo.

Empezando por ese mismo día, durante el almuerzo, en donde casi dejé de prestarle atención por desviar la vista hacia Shane: totalmente relajado —a diferencia de cualquier chico nuevo en su primer día en otra escuela—, llevaba su comida dentro de una bolsa de papel mientras conversaba con Caleb, su nuevo amigo. Por supuesto, Wendy siguió mi mirada y, de manera casual, me preguntó quién era aquel chico de sudadera gris que ahora se daba un saludo de manos con Trevor (Dice, "el chico más nice de esta prepa").

Le respondí con naturalidad que el chico nuevo se llama Shane Matthews, tiene diecisiete años, es canadiense y que (aún) desconozco las razones de por qué se mudó aquí. También, casualmente, dejé entrever que por su nombre podría ser el mismo chico que deja spam en su blog.

«Debe ser una coincidencia, Jill, no es para tanto», me contestó sin mayor preocupación. Y hasta ahí llegamos con la charla sobre Shane por ese día.

Una cosa que no pude evitar notar fue que varias chicas, entre ellas algunas de mis compañeras de clases, comenzaban a echarle ojo y a suspirar por él, incluso en una clase oí que una chica le comentaba a su amiga lo guapo que es y que se moría por salir con él. Me dieron ganas de decirle "Apártate zorra, yo lo vi primero", pero me mantuve callada y coincidí con ella internamente. Vamos, esto era de esperarse. Shane es nuevo y además atractivo, obviamente llamaría la atención de la mayoría de las féminas de la escuela (incluyéndome, debo admitirlo y estoy sorprendida por ello).

A propósito, agradecí que mamá no haya recogido el cesto de ropa sucia porque tenía guardado en el bolsillo de mi pantalón jean un papel arrugado con un número telefónico escrito en aquel. El número le pertenecía a nada menos que Shane. ¿Cómo así lo obtuve? Sin siquiera intentarlo (porque soy una cobarde): durante el quinto cambio de hora de esta mañana, vi que a una chica se le cayó un papel del bolsillo de su polera cuando intentaba guardarlo y no se dio cuenta, yo lo recogí del suelo y la llamé pero ya se había ido apresurada junto con su amiga a su salón de clases respectivo. Por curiosidad la desarrugué y entonces di con el teléfono de él.

"Qué afortunada ella", me dije porque había logrado obtener su número consultándole, "¡...y qué afortunada soy yo por encontrármelo sin hacer esfuerzo alguno!" (Pero aun así, tampoco pude evitar imaginarme a Shane coqueteando e intercambiando números con aquella chica).

Ahora me encontraba en mi habitación, con una mano sosteniendo mi celular y con la otra el número, debatiéndome si mandarle un mensaje o no. "¿Y qué pasaría si resulta no ser el de él?" Habría que intentarlo de todos modos. Con la mano temblando, deslicé la pantalla para desbloquearlo, pero al notarme nerviosa cerré los ojos y exhalé lo más lento posible para luego proceder a teclear.

Nota de la autora: ¡Estoy de vuelta, amigos! Ahora que tengo más tiempo libre, decidí aprovechar parte de ella para continuar con esta historia, pese a que esté momentáneamente "pausada". Pero esta vez no habrá un solo capítulo, ¡sino tres! Es decir, mañana y el sábado (si es que logro terminarla) estaré subiendo también el décimo y el onceavo capítulo, como una manera de compensar esta laaaaaaaarga espera a que suba algún capítulo ^w^ ¡Nos vemos mañana!