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Lunes, me levanté muy temprano, me duché y arreglé algo formal para salir por las calles y buscar algún empleo decente, desgraciadamente me fue muy difícil, algunos lugares necesitaban adolescentes de secundaria para un trabajo de medio tiempo y yo por supuesto no cumplía con esos requisitos, otros sitios era obligatorio tener una carrera universitaria pero la dejé en mi primer semestre debido a la enfermedad de mi difunta madre y las deudas que comenzaban a crecer.
Pregunté en todas partes, en la mayoria me rechazaron, hasta que llegué a una tienda de víveres, el señor parecía muy amable así que tuve que usar mi último recurso.
—Por favor señor, se lo ruego —estaba casi llorando de la desesperación. —Le juro que puedo hacer lo que sea.
—Te digo que ahora no necesito ayuda muchacho —me miraba con lastima.
—Cualquier cosa, por favor, de verdad lo necesito.
—Agh está bien, ¿quieres comenzar ahora? —mis lloriqueos se transformaron en positivismo, asentí varias veces. —Bien, sígueme —me hizo una señal.
En ese justo momento mi teléfono comenzó a sonar, contesté al ver el nombre en pantalla.
Llamada entrante: KNJ.
—¿Hola?
—¿Taehyung?¿dónde estás? —su voz parecía preocupante.
—¿Estoy en mi nuevo trabajo?¿sucede algo?
—Necesito que vengas urgentemente al taller, el señor Choi está aquí —logré escuchar unos llantos que imaginé eran del mayor. —Hay un problema con K8 y uno mucho mayor con la señorita Lin, creo que solo tú puedes solucionarlo —escuchar que Lin Ah tenía un problema me paralizó el corazón inmediatamente y mi voz se cortó, a duras penas logré responder.
—Estaré ahí en 10 minutos —colgué la llamada.
El señor de la tienda mi miró esperando una respuesta por mis palabras, le hice una reverencia y me disculpé.
—Lo siento, tengo un problema personal muy urgente por resolver, lamento mucho haberlo hecho perder su tiempo.
—Está bien, por tu expresión supongo que no es nada bueno lo que pasó, vete y si aún quieres el empleo luego, vuelve —sonrió de lado.
—Gracias —volví a hacerle una reverencia.
Rápidamente salí del establecimiento, tomé el primer taxi que vi sin importarme la costosa tarifa, para mí Lin Ah estaba primero antes que tener una deuda con el servicio de taxis.
Le pedí al conductor que conduciera lo más veloz que pudiera, dado que el taller de Namjoon no estaba muy lejos, llegué en un santiamén, pagué el viaje con las últimas monedas que tenía en la cartera, corrí hasta la puerta de entrada y toqué desesperadamente, segundos más tarde esta misma se abrió y sin esperar una invitación entré como un rayo hasta llegar a la habitación donde ya me estaban esperando, ahí encontré a los científicos, a Nam, al señor Choi y a K8, el cual lo tenían sobre una mesa con el pecho abierto y varios cables conectados a una computadora.
—¿Qué sucede? —pregunté mientras tomaba aire.
—Nada bueno —dijo Nam levantándose de su asiento.
—Señor Choi —ignoré a Nam por mi preocupación. —¿Lin Ah está bien? Por favor dígame que no le pasó nada malo.
—Ella está bien, pero es de suma importancia que escuches lo que sucedió —respondió a mi pregunta.
—Si ahora me dejas explicarte —prosiguió Namjoon. —Encontramos esto en la memoria de K8 —me mostró varias listas con muchos números, pude ver fácilmente que eran transacciones de bancos y estados de cuentas.
—¿Qué es esto? —no sabía por qué me lo mostraba.
—Cuando la señorita Lin estaba por hacerse cargo de la galería, le pidió a K8 que hiciera un reporte financiero de todo el lugar —continuó Choi, Nam le quitó la palabra.
—Al parecer K8 hizo correctamente este reporte, pudimos ver que algo parecía extraño así que gracias a que Mark, fue un contador antes de entrar al mundo de la robótica —señaló a su compañero. —Hizo las cuentas y creemos que la tía de la señorita Lin le ha estado robando por mucho tiempo, pero como K8 sufrió severos daños no pudo decirle nada de esto a su dueña.
—Oh mierda —comencé a comprender todo. —Tenemos que ir inmediatamente con Lin —miré al señor Choi. —No podemos dejar que le entregue la galería a esa desgraciada.
—¿Me ayudarás y serás K8 nuevamente para evitarlo?
—Señor Choi... Por Lin Ah, yo haría lo que fuese.
Me encontraba en la galería esperando a mi tía, el chófer me acompañó hasta su oficina, no obstante me dejo sola, K8 tenía que estar a mi lado pero tardó demasiado, no pude esperarlo.
Estaba intranquila sentada en una de la sillas, sostenía con fuerza mi bastón, me recordaba una y otra vez en mi cabeza que era lo correcto pero no lograba convencerme.
Escuché el ruido del la puerta y seguido la voz chillona de esa mujer, esa voz que tanto me estresaba, aunque tenía que soportarla.
—Mi sobrinita Lin Ah, ¿cómo estás querida?
—Bien —fui seca. —Tía Mijoo, yo quería saber si puedo mantener una parte de las acciones de la galería —una pregunta estúpida, todo eso me pertenecía.
—¿Para que la quieres? Al morir mi hermano, te dejó una casa bastante grande una gran fortuna, nada te hace falta, además creo que sería mejor si yo me hago cargo de todo completamente.
—Yo solo quería que el recuerdo de mi padre se mantuviera, sabe que este lugar era su favorito.
—Lo sé —alargó sus palabras —Y no te preocupes por eso, su recuerdo seguirá vivo, incluso estoy pensando en crear una exposición en su memoria.
Miente, Lin Ah, no le creas.
Cállate estúpida subconsciente, estoy pensando.
No puedes callarme, sabes que tengo razón.
—Está bien —ignoré las voces en mi cabeza. —¿dónde está el contrato?
—Justo aquí —sentí que me acercó algo —Pero tu robot no está aquí para leerlo y tú obviamente no puedes.
—Puede leerlo usted.
—Bueno —rió. —Realmente no hace falta, no es como que vaya a estafarte o algo por el estilo, somos familia ¿no es así?
—Cierto, somos familia —suspiré, comencé a buscar en mi bolso el sello legal que empecé a utilizar después de perder la vista pero justo antes de pedirle a mi tía que me indicara dónde marcar en documento, la puerta se abrió de golpe haciendo que me sobresaltara ligeramente.
—Señorita Lin, no firme nada —era la voz de K8. —Disculpe señora pero este trato no se hará.
Llegué justo a tiempo, antes de que Lin cometiera un grave error, la mujer me miraba queriendo asesinarme con la mirada.
—Lin Ah, tu robot tiene un serio problema con la educación, deberías deshacerte de él —se quejó.
—No seré educado con alguien como usted, así que iré al grano —tomé a Lin de la muñeca e hice que se levantara. —La señorta Lin se hará cargo de esta galería.
—Ella no puede, es una discapacitada... —la interrumpí.
—Claro que puede, yo la ayudaré en todo —me dirigí a la chica la cual solo escuchaba todo sin pronunciar palabra. —Señorita, por favor espereme afuera —asintió y salió de la oficina. —Escúcheme bien señora, no voy a permitir que le vuelva a robar un solo won a mi dueña, ella aún no sabe nada, me quede callado por su salud, pero tenga por seguro que yo no se lo voy a permitir, así que será mejor que abandone todo sin quejas o de lo contrario se enfrentara a los cargos y acabará en prisión por ser una ladrona, tengo las pruebas suficientes en mi memoria.
—Maldita máquina estúpida, no vas a arruinar mis planes, debí haberte borrado todo cuando tuve la oportunidad —estaba realmente molesta.
—Vayase de esta oficina para mañana y la dejaré en paz.
—Me iré, pero ten cuidado, en cualquier momento podrías tener otro accidente del cual no puedan repararte —en ese momento recordé el sueño que Lin Ah me contó respecto al daño que le causaron a K8 —Ahora vete de aquí y llévate a tu estupida dueña ciega, en algún momento verá que es una inútil y vendrá pidiéndome ayuda.
No le respondí, salí de la oficina y me encaminé hacia donde estaba Lin, se encontraba en una pequeña banca que estaba en el pasillo, movía sus pies como una niña pequeña, quería correr hacia ella, abrazarla y protegerla de todo lo malo, sin embargo, tenía que mantener mi postura de robot.
—Señorita Lin, hay que irnos a casa —la tomé del brazo y ella rápidamente rodeó el mío para que caminaramos juntos.
En todo el transcurso del camino, no despegué la mirada de Lin, ella iba muy tranquila en cambio yo estaba inquieto.
Al estar en el hogar, la acompañé hasta su habitación, se sentó en su cama sin pronunciar palabra, yo ya tenía listo el modo amigo.
—Lin Ah —me interrumpió.
—Después de todo ¿volviste a activar el modo amigo? —soltó una risa nasal.
—Sí, mi sistema marca que hay varias cosas que debemos hablar y aclarar.
—Yo no creo lo mismo, pero está bien, te escucho —una bomba estaba por explotar y yo no me daba cuenta.
—¿Por qué no me esperaste antes de ir a la galería? —mi tono poco a poco era más grave y pesado.
—El señor Choi dijo que llegarías tarde así que decidí ir por mi cuenta.
—¡Pero no debiste ir sin mí! —kaboom —¿Cómo ibas a firmar unos documentos que ni siquiera sabes qué dicen? Fuiste demasiado ingenua al hacer eso, esa mujer te pudo haber robado todo lo que tienes... Lin Ah está claro que no puedes hacer varias cosas por tu cuenta, pero tienes que entender que si necesitas ayuda, aquí me tienes.
—Hace unos días dijiste que podía hacer lo que me propusiera —se levantó de la cama.
—Sí, lo dije pero no me refería a firmar un contrato sin antes leerlo, ¿acaso crees que esa mujer lo hubiese leído para ti? Y de ser así ¿crees que te diría la verdad?
—Pues... —la interrumpí.
—¡No! ¡Tienes que entender que estás ciega, no puedes confiar tan abiertamente en las personas! —alguien debió darme una bofetada en ese momento para que me callara la boca y dejara de decir estupideces.
—Vete —dijo en voz baja.
—Te ayudaré con la galería, podrás hacer de ella lo que quieras, pero...
—¡Que te largues maldita sea! —me gritó. —¡eres un maldito imbecil pedazo de chatarra! —noté como sus lágrimas comenzaron a salir descontroladamente —¡Sé mejor que nadie que no puedo leer idiota! ¡lárgate no quiero volver a escucharte!
—Lin Ah...
—¡Desaparece de mi vida! —fue el último grito que dio para después dejarse caer de rodillas al piso y llorar como nunca antes lo había hecho.
En ese momento pude ver que la había cagado en grande, me acerqué a ella, me puse a su altura y la abracé esperando que eso solucionara mi metida de pata.
Lin Ah se negó al abrazo, me empujó con toda su fuerza y escapó de mí, mi pecho comenzaba a doler.
—No necesito ayuda, ni mucho menos te necesito a ti —caminó rápidamente hasta la puerta de la habitación. —Si esto es lo que realmente piensas de mí, entonces no te quiero en mi vida, creí que me estabas apoyando, me animaste pero ahora solo me estás arrojando de un precipicio mientras me dices estas cosas hirientes así que vete a la mierda K8, lárgate ahora.
—Señorita Lin, por favor, discúlpeme, todas esas palabras salieron sin antes haberlas analizado —tenía la cabeza agachada, realmente me sentía mal.
—¿No estás entendiendo lo que te digo? ¡vete de mi casa!
Me rendí, fue todo mi culpa, salí de la habitación y detrás de mí se escuchó el portazo que dio, me quedé unos segundos parado ahí sin hacer nada, escuché como Lin lloraba fuertemente; sentí algo recorrer mi mejilla, era una lágrima que fue acompañada de algunas otras, yo estaba llorando, me dolía el pecho horrible, me encontraba tan arrepentido de haberla llamado ciega, yo nunca quise decirle eso pero no sabía por qué lo dije, mi intención no era lastimarla.
Esa misma mañana cuando Namjoon me llamó diciendo que Lin estaba en problemas fue cuando me di cuenta que estaba comenzando a tener un sentimiento por ella ya que mi preocupación no fue normal, quería ir a verla lo más rápido posible y protegerla, pero en lugar de eso, la herí de la peor manera posible, ella seguramente me odiaría y no sabía que era lo que pasaría con K8, después de todo acababa de echarlo a la calle.
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