
☾︎ 28 ☾︎
Luego de que Lin se fue, decidí cambiarme de ropa, no quería llevar el uniforme de K8 a la tienda.
Tomé mis cosas, guardé mi teléfono en el bolsillo del pantalón y puse la tarjeta que me fue entregada en mi cartera, no iba a gastar más de lo necesario, solo unas cuantas cosas para iniciar.
Antes de salir, me adentré en la cocina, tomé una manzana y me despedí de la señora Lee mientras ella terminaba la comida.
Salí de la enorme casa para iniciar con mi caminata. Pasados 40 minutos por fin llegué a mi destino, era una tienda de arte donde vendían cosas de calidad a un muy buen precio y lo sabía porque cuando yo estaba en la universidad, compraba mis materiales ahí.
Al abrir la puerta escuché la típica campana que avisaba que había un nuevo cliente en el lugar, tomé una canasta y recorrí los pasillos.
Conforme iba avanzando tomaba cosas de los estantes y los metía en la canasta, no compraría caballetes o lienzos ya armados, mientras estuve en el estudio de Lin pude notar que había bastantes lienzos en blanco y material suficiente para hacer nuevos.
Al tener todo listo, me dirigí a la caja para pagar, ahí estaba la hija del dueño de la tienda, en cuanto me miró me sonrió y unos hoyuelos aparecieron en su rostro.
—¡Kim Taehyung! ¡Qué gusto me da volver a verte!
—Hola de nuevo Mirae —respondí su saludo.
—¿Volviste a la universidad? —cuestionó observando todas las cosas.
—No... —repliqué un tanto dudoso. —Una amiga me pidió que le comprara éstas cosas.
—Ya veo —su sonrisa se desvaneció. —Bueno, te haré un descuento solo por ser tan amable y ayudar a tu amiga, no se lo digas a mi padre.
—Guardaré el secreto —le hice una seña a manera de confidencialidad y Mirae comenzó a cobrar las cosas.
Mirae era una chica muy buena, fuimos juntos a la secundaria y aunque nuestros caminos se separaron al entrar a la universidad, mantuvimos nuestra amistad, ella siempre fue muy alocada, divertida y atrevida y aunque cuando éramos unos adolescentes muchos decían que estaba enamorada de mí, no era verdad, ella estaba perdidamente enamorada de sí misma, su autoestima sobrepasaba los límites, no obstante nunca fue mala persona, por lo menos no conmigo, siempre me hacía descuentos sin que su padre se enterara, incluso me daba de comer en los días que mi estómago estaba vacío, me ayudó de mil maneras diferentes.
—¿Entonces no piensas retomar la carrera? —preguntó luego de meter toda la mercancía en una bolsa.
—No lo creo... —suspiré. —Mi situación económica no es muy buena que digamos.
—Tae, sabes que podemos apoyarte económicamente —se refería a ella y su familia. —Si tú quieres podemos ayudar a pagar tus estudios.
—Mirae... ya no soy un niño, te agradezco tu intención pero no puedo aceptar algo como eso.
—Yo solo no quiero que dejes ir tus sueños por la falta de dinero —hizo un puchero.
—No te preocupes por eso -sonreí para tranquilizarla. —Actualmente mi sueño pasó a ser otro.
Y era verdad, antes lo único qué quería hacer era plasmar mis ideas con pintura sobre un lienzo, pero cuando me convertí en robot, ese sueño quedó casi en el olvido, lo que más quería y deseaba, era poder quedarme al lado de Lin Ah por mucho tiempo, aunque sabía perfectamente que solo sería un estúpido sueño y nada más.
Me despedí de Mirae para salir de la tienda y volver a casa de Lin esperando que ella ya estuviera ahí y poder iniciar con las clases.
Caminaba tranquilamente por las calles, cuando de pronto sentí como si alguien me estuviese siguiendo, vi de reojo sobre mi hombro y pude visualizar dos siluetas enormes detrás de mí, apresuré mi paso.
Noté que esos dos hombre imitaron mi acción, por ende comencé a correr, no solo por mi vida, sino que también por la tarjeta que estaba en mi posesión, sabía que si esos dos me atrapaban y revisaban me la quitarían y vaciarían la cuenta dejándola en ceros, no podía permitir eso, la tía de Lin ya le había robado mucho como para que dos orangutanes llegaran e hicieran lo mismo.
Corrí lo mas rápido que pude entre la gente para que me perdieran de vista cosa que no funcionó, tenía que recurrir al plan B.
Me acerqué a la orilla de la carretera con la esperanza de que mi objetivo estuviera libre y para mi suerte así fue, un taxi se detuvo delante de mí y rápidamente subí, le pedí e incluso le roge al chófer que acelerará, miré hacia atrás, los matones de Jangsu se quedaron parados a media calle mirando como el auto en el que iba se alejaba, suspiré internamente.
—¿Ya puede decirme a dónde lo voy a llevar, señor? —habló el conductor mientras me veía a través del retrovisor.
—Sí, lo siento. —me disculpe y le di la dirección de mi destino.
Tuve que pagar el viaje con el dinero de Lin, esperaba que no se molestara por eso.
Al llegar a su casa fui directamente al estudio, puse las bolsas con compras en el escritorio y fui al cuarto de servicio para buscar cosas de limpieza y ordenar un poco, ese lugar era un completo desastre.
Recogí todas las cosas que había destruido anteriormente y las que no servían las puse en una bolsa para basura, lo demás lo ponía en su lugar, comencé a barrer y trapear.
—Tanto dinero y no hay ni una sola aspiradora eléctrica —me quejé mientras me limpiaba el sudor de la frente, había sido un trabajo muy duro el limpiar todo. —Bien, ya solo me queda el escritorio.
Después de acomodar las compras sobre una mesa de trabajo que estaba a un lado de un lienzo, junte todo el papeleo que había en el escritorio.
Eran cartas, poemas, historias, me moría por leer algo de eso pero tenía que respetar la privacidad de mi novia, así que junté todo y abrí uno de los cajones para guardarlos ahí, si no quería revisar sus cosas no debí abrir ese cajón.
Dentro de este, lo primero que vi fue el dibujo de un niño y luego otro y otro más, ella había plasmado en el papel un montón de veces a mi yo de pequeño, parecía como si no quisiera olvidar mi rostro ya que conforme veía más dibujos, algunas características iban cambiando.
Me dio ternura hacerme esa clase de ideas, senti un golpe en el pecho, no sabía qué pasaría después de que mi trabajo de K8 terminará, pero de alguna forma tendría que mantenerme cerca de esa chica, estaba seguro de que ese era nuestro destino.
[...]
Sentí como si hubiese pasado una eternidad aunque en realidad sólo fueron un par de horas las que había tardado en volver la chica de mi corazón.
En cuanto escuché la puerta principal ser abierta, corrí como un perro para recibir a su dueño.
—Bienvenida a casa —la saludé, ella estiró sus brazos indicándome que la abrazara, lo cual hice aprovechando que el señor Choi no estaba a la vista. —¿Qué tal te fue en la junta?
—Al principio hubo problemas pero se solucionaron, nada de que preocuparse —respondió con una sonrisa, me alegraba verla así, su tristeza poco a poco estaba desapareciendo. —Estoy ansiosa por las clases, ¿Podemos iniciar?
—Con gusto, vamos —le di un rápido beso en la frente y la tomé de la mano para dirigirla al estudio y poder comenzar con el trabajo.
Sin esperar más, nos posicionamos delante de un lienzo, me puse detrás de ella y la tomé por los hombros.
—Bien, creo que esto será más práctica que otra cosa —hablé cerca de su oído. —¿Con que quieres iniciar?
—¿Qué te parece el océano? —preguntó con una risita nerviosa.
—Es perfecto —tomé su mano y la puse al final del lienzo —Haremos la división del agua con la arena, tendrás que recordar todo perfectamente.
—Tengo buena memoria -presumió.
—Te creo —reí. —Entonces, comienza a medir el lienzo con tu mano por las orillas, imagina el tamaño en tu mente y cuando lo tengas grabado, regresa al inicio, vuelves a medir pero esta vez te detienes en el lugar donde harás el primer trazo, en este caso sería la separación.
Rápidamente le di un pincel que contenía pintura azul, vi como su mano se movía lentamente por el borde del lienzo y poco después comenzó su primera línea.
Continuamos creando la pintura, le ayudé solo un poco a direccionar el pincel para que se acostumbrara, estaba seguro de que con más práctica lo podría hacer sola.
Tardamos cerca de dos horas en terminar, lo único que faltaba era que la pintura secara.
—¿Y bien? —cuestionó algo dudosa. —¿Qué opinas?
—No esta nada mal, si continúas practicando podrás mejorar, incluso podrías hacerlo sin mí —fui sincero. —Podrás hacer mil obras de arte solo con tus manos.
—Mis manos serán mis ojos... —dijo casi en un susurro. —K8... yo... quiero verte.
Esa pregunta me sorprendió, no esperaba algo como eso y tampoco sabía que decir.
—¿A qué te refieres?
—Cuando estaba en la secundaria, leí que las personas ciegas podían reconocer a otra con solo tocar su rostro y esa era la manera en que las veían —hizo una pausa. —Hace tiempo que no te veo, no quiero olvidar tu cara, así que dejame verte, por favor.
Sin darle una respuesta, me agaché ligeramente para estar a su altura, tomé sus dos muñecas y puse las palmas de sus manos sobre mis mejillas, ella sonrió haciendo que sus ojos desaparecieran y comenzó a recorrer cada uno de los detalles que adornaban mi hermoso rostro, tuve que aguantar la respiración pero valió completamente la pena.
Después de tanto por fin pude actualizar uwu
Se viene algo grande y emotivo 👀
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro