Salí de mi oficina con el pulso alterado, me encontré con Jimin en medio del pasillo, no tenía ni la menor idea de qué estaba haciendo ahí, o cómo sabía que trabajaba en ese lugar.

—Lin Ah —supuse que tenía una sonrisa en su rostro por el tono amigable con el que dijo mi nombre.

—Hola Jimin —solté una risa. —¿Cómo supiste dónde encontrarme?

—Digamos que tengo contactos —rió divertido —¿Estás libre ahora? Me gustaría invitarte a comer.

—Lin —la voz de K8 me hizo dar un pequeño salto de sorpresa, automáticamente la imagen del beso anterior apareció en mi mente. —Aún tenemos que seguir con lo de la convocatoria.

—Lo sé, pero creo que podemos tomarnos un descanso —le respondí y luego me dirigí a Jimin. —Vayamos a comer.

Comenzamos avanzar en dirección a la salida, sentía la presencia extra detrás de nosotros, era algo pesado pero tampoco quería dejarlo abandonado.

Caminamos por un par de minutos, bien podíamos ir con mi chófer, pero la verdad es que no me molestaba para nada caminar, me era relajante.
Un olor a tteokbokki inundó mis fosas nasales, yo amaba el tteokbokki picante.

Tomamos una mesa, Jimin fue muy caballeroso al ofrecerme la silla, de no ser porque éramos tres podría haber pensado que era algo como una cita.

—¿Qué quieres, Lin? —preguntó Park dudoso.

—Lo más picante que tengan en el menú —reí.

—Vaya —alargó sorprendido. —¿Toleras muy bien el picante?

—Un poco —no quería alardear con eso, pero sí, lo toleraba totalmente.

—Entonces que sea lo mismo para ambos —hizo una pausa. —¿Tu secretario que va a querer? —se refería a K8, era verdad, Jimin no sabía que era un robot.

—En realidad —dudé un poco, pero confié en él. —Él no puede comer... —me interrumpió.

—¿Tiene indigestión? —bromeó.

—No —reí. —Él es... —esta vez fui interrumpida por K8.

—Lin Ah, creo que no deberías decirle —dijo entre dientes.

—Tranquilo, Jimin es mi amigo.

—Okay, le están poniendo mucho suspenso a todo esto —su tono divertido cambio a uno serio. —Ya, ¿qué es lo que pasa?

—Jimin —hice una pausa. —K8 no solo es mi secretario, mi asistente y mejor amigo, también es un robot de alta tecnología.

—Ajá y yo soy el rey de roma —se burló.

—Golpeale el pecho —dije sin más sabiendo que había miles de formas mucho mejores de demostrarlo.

—Tú lo pediste —se detuvo un momento —No me odies amigo, ella manda —escuché el sonido de la silla recorrerse para después unos pasos que se acercaron a mi robot, un golpe y luego un quejido. —Pero que mierda, es de metal... auch si que dolió —imaginé que estaría sobandose la mano.

—Te lo dije.

—Dios, jamás en la vida volveré a dudar de ti, lo juro —replicó riendo.

Continuamos el rato comiendo y riendo, la compañía de Jimin era muy agradable, él era un chico muy simpático y amigable, hacía mucho que no convivía así con amigos; K8 por su parte se mantuvo al margen, no habló demasiado y lo poco que dijo fueron respuestas frías y secas, parecía estar molesto.

Al terminar la comida me ofrecí a pagar mi parte, jimin inmediatamente se rehusó con la excusa de que él me había invitado.

Salimos del lugar, caminábamos de regreso hacia la galería, la brisa era fresca, había muchos sonidos de niños jugando por lo que supuse que íbamos pasando por un parque, lo confirmé cuando de pronto un par de chiquitines pasaron corriendo entre nosotros empujándome, perdí el equilibrio fácilmente ya que no me esperaba esa acción, creí que caería y terminaría en el suelo de no ser por unos brazos que me sostuvieron por la cintura, la adrenalina del momento hizo que mi corazón se acelerara, pude adivinar quién me había ayudado, sus brazos eran muy diferentes.

—¿Estás bien? —la voz de Jimin era de preocupación.

—S-sí —Tartamudee —G-gracias.

—Lin Ah, creo que deberíamos volver a la galería ya —K8 nos interrumpió, recuperé la compostura, sentía mi cara muy caliente de vergüenza.

—Tienes razón —iba a despedirme de Jimin pero él se me adelantó.

—Lin, ¿crees que podría hablar contigo en privado antes de que te vayas? —eso no lo esperaba.

—Claro, ¿es algo muy importante?

—Para mí lo es —se escuchaba seguro de si mismo.

—K8, puedes ir adelantándote.

—Pero...—fue interrumpido.

—Tranquilo, yo la acompañaré hasta la galería —Jimin lo tranquilizó, no escuché más por su parte, supuse que se había marchado, por una vez obedecía las ordenes.

—Entonces, ¿de qué quieres hablar? —fui directa.

—Yo... —su seguridad había desaparecido, se oía dudoso. —Me preguntaba si... ¿te gustaría salir conmigo?

—¿Salir? ¿en plan romántico? —estaba sorprendida.

—Sí, digo, si tu quieres —bajó un poco su tono para luego subirlo. —Escucha Lin Ah, tú me gustas mucho, no he podido dejar de pensar en ti desde el día en que te conocí, no he parado de repetir el momento que pasamos en mi panadería —se acercó a mí inesperadamente y acarició mi mejilla. —Cada noche me pregunto que hubiera pasado si te hubiera besado ese día, ¿me hubieses aceptado en ese instante? La curiosidad me está matando, mi corazón se acelera cuando estoy así de cerca de ti, cuando veo tu sonrisa.

—Jimin... —susurré, no sabía cómo reaccionar, no estaba segura de sentir algo por él, además...

¿Qué pensaría K8 si acepto?

Porque aunque no lo quisiera aceptar en ese momento, K8 se había metido en mi corazón abarcandolo por completo, no quería gustar de una máquina, sin embargo, el sentimiento ya estaba creciendo y tenía que arrancarlo de raíz para que no hubiera malentendidos.

—Entonces... ¿qué dices? ¿Quieres ser mi novia? —su rostro estaba tan cerca del mío, susurró en mis labios.

—Creo que... —también susurré. —Podríamos intentarlo —apenas terminé mi frase sentí unos suaves y gruesos labios sobre los míos, extrañamente no encajaban con los míos pero aún así podía sentir la dulzura que provocaban, el cariño que tenían para dar, a diferencia de los besos de K8 es que con Jimin no sentí la misma electricidad, mi corazón no se había acelerado.

—Te prometo que te haré muy feliz —añadió separándose ligeramente para luego depositarse un rápido beso nuevamente —Vamos, seguro que tienes mucho trabajo pendiente. —bajó su mano que tenía en mi mejilla y la entrelazó con la mía para comenzar a caminar, el sentir era raro, no podía negarlo, pero no se sentía del todo mal y sinceramente creía que Jimin ayudaría a sacar el sentimiento que tenía de K8 y sabía que no era bueno usar a una persona para olvidar a otra, pero no tenía más opción, si no sacaba a ese robot de mi corazón terminaría más destrozada de lo que ya estaba.

Después de que Lin me pidió que me marchara, simulé como que lo hice pero en realidad me escondí a lo lejos, no podía escucharlos pero si que los veía.

Ese tipo era un completo atrevido, se acercó a ella y la besó, lo peor fue ver que Lin aceptó el beso, mi pecho dolía, mis ojos comenzaban a lagrimear, estaba triste pero también furioso de no poder hacer nada, quería correr hasta ese ese lugar, separarlos y romperle la cara pero toda esa ira se desvaneció cuando los vi separarse y después caminar juntos tomados de la mano, decepcionado me dirigí a la galería lo más rápido que pude, tenía que llegar antes que ellos.

[...]

Llegué a la oficina de Lin, tomé mi lugar, un par de minutos después ella llegó acompañada de esa lagartija, definitivamente no me caía bien y mucho menos tenía un buen presentimiento.

Sin decir palabra Lin se acomodó en su escritorio, yo por mi parte salí de ahí sin decir nada. Visualicé la espalda de mi objetivo y corrí hasta él, lo giré bruscamente del hombro, se sorprendió pero no se molestó.

—Hey, K8 —sonrió haciendo que sus ojos desaparecieran.

—¿Qué es lo que planeas? —mi tono era amenazador.

—No sé a qué te refieres —seguía con la misma boba sonrisa.

—Claro que lo sabes —bufé —¿Por qué de la nada te le acercas a Lin?

—¿Por qué crees tú? —cuestionó —Lin me gusta y ahora es mi novia, así que quédate tranquilo pedazo de chatarra que la cuidaré bien.

—No, no te creo ni una sola palabra, estoy cien por ciento seguro de que algo estás planeando y te aseguro que si de alguna manera la hieres, lo vas a lamentar.

—¿Enserio? ¿No será más bien que estás celoso ?—rió en burla —Escucha hojalata, ponle un poco de engrasante a tus tornillos para que te dejen pensar con claridad y no te metas en lo que no te incumbe, por que te juro que voy a enamorar a Lin hasta la locura y haré que te tire a la basura.

—No lo permitiré —en ese momento su teléfono comenzó a sonar, lo miró y luego a mí.

—Como quieras... imbecil —se dio la media vuelta para irse mientras atendía la llamada, logré a escuchar sus primeras palabras. —¿hola?... sí, tenemos un problema.

¡Jimin ssi!

¿Qué será lo que trama nuestro mochi? 👀